ALMERÍA. Cabo de Gata (Puente de diciembre, 2008)

Este año habíamos decidido pasar el puente de diciembre en plan de relax para lo cual elegimos la siempre tranquila costa de Almería. La primera opción fue el hotel Retamar en el Cabo de Gata, pero encontramos una buena oferta por internet en el hotel La Envia de cinco estrellas que incluía tres bonos por persona para el balneario que se encuentra anexo al hotel.

Hemos dejado la crítica en http://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g187429-d1211887-r32233032-Envia_Hotel_Wellness_Golf_Almeria-Almeria_Costa_de_Almeria_Andalusia.html)

Salimos de Albacete el viernes 5 y volvimos el lunes día 8, así que pasamos allí dos estupendos días.

El viaje, aunque largo, transcurrió sin contratiempos y al atardecer estábamos instalándonos en una habitación de lujo. El hotel era precioso y la habitación inmensa, con unas vistas muy bonitas.

Bajamos a cenar, por cierto un buffet digno de un restaurante de 4 tenedores (tres seguro, al menos) y después dimos una vueltecilla por los exteriores del mismo. Aunque era diciembre, no hacía demasiado frío.

Al día siguiente, tras deleitarnos con un exquisito desayuno nos fuimos a dar un paseo por los alrededores del hotel, que no eran gran cosa (campo de golf, chalets...); luego bajamos a la costa con idea de picar algo por allí, cosa que hicimos en un chiringuito.

Por la tarde volvimos al hotel y, hasta la hora de la cena, estuvimos a remojo en el balneario. Una gozada. Especialmente curiosa para mí la zona de colorterapia con música chill-out. Relajadísimos bajamos al restaurante a cenar y con una peli en la tele dimos por concluido el segundo día. De este día debo destacar la curiosidad de que Amaral estaba en nuestro hotel porque esa noche actuaba en Roquetas y ocurrió algo gracioso relacionado con la artista: yo estaba haciendo fotos al hall del hotel para mi crítica en Tripadvisor y percibo que todo el mundo alrededor me miraba sonriendo; cuando pregunté qué pasaba me dicen que si había salido bien Amaral y yo pregunté: -¿qué Amaral? La verdad es que ni me había fijado en ella, pero la cantante, que justo salía en ese momento, me vio haciendo fotos y pensó que se las hacía a ella y, por lo visto, según me contaron después, sonrió para salir mona en la foto. ¡¡y yo fotografiando las mesas y plantas del vestíbulo!!¡¡Y ella posando!! Nadie se creyó que yo no la había visto y pensaron que estaba disimulando para poder hacerle las fotos. Cuando me acuerdo de ello no puedo menos que sonreír.

El domingo amaneció bastante soleado (no en balde dicen que en Almería hay 360 días de sol al año) y pasamos la mañana paseando por Roquetas de Mar que, debido a las fechas –supongo-, no tenía ninguna animación, aunque el paseo fue muy agradable. Comimos por allí y tras descansar un poco en el hotel volvimos a dejarnos caer por el balneario donde entre zumitos y chorros variados nos dieron las nueve de la noche. Cenamos y a la mañana siguiente pusimos rumbo a Albacete.

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