ARGENTINA: de Iguazú a Tierra de Fuego

Sábado, 8 de diciembre

Ayer nos casamos. Fue una ceremonia íntima. Bonita. Muy agradable. FELIZ.
Y hoy, 8 de diciembre del 2012, emprendemos un viaje por Argentina que nos llevará durante un mes a conocer este extraordinario y enorme país, sus gentes, su fauna y sus maravillosos paisaje. Recorreremos Buenos Aires, la Península de Valdés (para ver la ballena austral), bajaremos a Ushuaia (zona cocnocida como el Fin del mundo), pasearemos por los glaciares del Parque Nacional en Calafate (donde se encuentra el famoso Perito Moreno), descansaremos una semana en una cabaña de los lagos andinos de Bariloche y finalmente daremos la bienvenida al 2013 en las cataratas de Iguazú.
Si todo sale bien, como esperamos, será un viaje maravilloso durante el que pasearemos, además, por las cuatro estaciones del año en el mismo mes, lo cual supone algo extraordinario y excepcional: salimos de España en otoño y llegamos a Argentina en primavera; en aquellas tierras recibiremos al verano y cuando volvamos a casa será aquí invierno. ¡¡Alucinante y curioso!!



Domingo, 9 de diciembre.

LOS PITUFOS SE VAN DE VACACIONES
Hemos llegado sin novedad a Buenos Aires, después de 12 horas de viaje.
En el aeropuerto hemos sacado billete con la empresa que nos recomendaron, Manuel Tienda León, que además, por un poco más del precio del bus, te lleva en taxi desde la estación de Puerto Madero hasta el hotel (75 pesos a la central de Puerto Madeo y 90 pesos con traslado en remix a domicilio). Tras coger la habitación reservada en el hotel Parada ( ver crítica en Tripadvisor), hemos desayunado en el pequeño comedor y nos hemos echado a dormir un rato. Sobre las 11 nos hemos lanzado a la calle a patear la ciudad y...¡sorpresa!!, no podíamos haber elegido mejor día para llegar porque hoy celebran por todo lo alto en la ciudad el Día de la Democracia (29 años) y de los Derechos Humanos, con lo que llaman la Fiesta Patria Popular. Según hemos accedido a la avenida 9 de Julio, justo al lado del hostel, hemos visto que se estaba celebrando la vuelta ciclista y conforme subíamos hacia la plaza de Mayo, había verjas por toda la calle acotando la parte central como para un desfile; hemos preguntado a unos policías que nos han informado de todo. Es increíble la animación que bullía por toda la ciudad, había cientos de tenderetes de artesanos y campesinos que han venido a la celebración, escenarios para música y carpas con comidas de todo el mundo. Especialmente nos ha llamado la atención la enorme cantidad de gente del campo, familias enteras, que habían llegado con sus camisetas identificativas, sus trajes y productos. Hemos pasado toda la mañana hasta la hora de comer paseando entre el gentío con un calor espantoso pues hoy marcaba el termómetro 32ºC. Pero ha sido estupendo, nos ha encantado la fiesta y creo que hemos sabido participar de ella. A continuación hemos comido en "La Americana, la reina de las empanadas", como es lógico unas empanadas que estaban muy ricas, de verduras y criolla. Tras el descanso hemos paseado por la zona del precioso y monumental Teatro Colón y por la calle Florida y Lavalle, peatonales y comerciales, en las que todo estaba abierto a pesar de ser domingo. Hemos entrado a dar una vuelta en las famosas galerías Pacífico, un suntuoso palacio de fines del XIX con unos frescos en la vidriera interior que quitan el hipo (para ser unos almacenes). Hemos tomado un cafelito para descansar y resguardarnos un poco del insufrible calor en el Gran Café y después nos hemos ido hasta la avda. Corrientes a ver el desfile/cabalgata que ha sido muy colorido aunque un poco destartalado. Era impresionante ver la inmensa cantidad de gente que se agolpaba en la plaza del obelisco con miles de banderas de todos los credos y colores para unirse al final al desfile que concluía en la plaza de Mayo. Hemos vuelto al hostel a descansar un poco para poder acercarnos esta noche a la plaza de Mayo, que ya está "hasta la bandera", en la que la presidenta de la nación, Cristina Kirchner, va a pronunciar un discurso a las 20:00, y especialmente, sobre las 23:00, para asistir a los conciertos de Carlos Vives y Fito Páez. Y ver el castillo de fuegos artificiales de fin de fiesta.
Ha sido todo genial, especialmente porque no nos lo esperábamos y no me gustaba nada la idea de llegar en domingo a Buenos Aires, ya que no hay cosa que considere más deprimente que las ciudades los domingos, y creía que tendríamos que pasar un día aburrido, sin nada que hacer; y resulta que hoy es uno de los días más emblemáticos y animados en esta ciudad. El viaje empieza estupendamente.Guay

Lunes, 10 de diciembre. Puerto Madryn

Nos levantamos y pedimos un taxi desde el hostel hasta el aeroparque donde llegamos en poco tiempo puesto que se encuentra dentro de la ciudad. Allí cogimos el avión que en 2 horas nos dejó en el aeropuerto de Trelew. La zona impresiona ya desde las alturas cuando nos aproximábamos para aterrizar: es un absoluto desierto, esto sí que parece verdaderamente el fin del mundo, la estepa rusa en Argentina, kilómetros y kilómetros de...¡nada! salvo matorrales.
Allí nos esperaba Bruno para entregarnos el coche que teníamos alquilado y que resultó ser una ranchera enorme con la que rápidamente salimos hacia Puerto Madryn a unos 60 kms. donde tras algunas peripecias, pues nos perdimos, al confundir la calle 1 de marzo con 8 de marzo; aquí todas las calles tienen nombre de fecha: 4 de marzo, 1 de marzo, 27 de julio, etc. pero nos vino bien pues pasamos por la oficina de turismo donde nos informaron de toda la zona. Nos instalamos en la Casa de Tounens ( ver crítica en Tripadvisor) y salimos a picar algo; encontramos un sitio en el que nos atendieron muy bien y nos tomamos unos "tostados" que es como aquí llaman a los sandwiches. Luego nos dedicamos a recorrer la pequeña ciudad y paseamos a lo largo del paseo de la playa que a esa hora estaba repleto de gente haciendo deporte. Esta pequeña ciudad costera es muy agradable y tiene un toque chic: sitios muy estilosos, bares y cafeterías muy agradables y puestas con gusto; y por la costa algunos chalecitos muy majos.

Martes, 11 de diciembre. Península de Valdés

Hoy tocan las ballenas. Nada más levantarnos y desayunar hemos puesto rumbo a Puerto Pirámides y la Península de Valdés, esta última es Patrimonio Natural de la Humanidad desde 1999. Toda la zona es alucinante. Desértica total, y además enorme, unos 500 km2 por lo que hemos pasado casi todo el día conduciendo aunque ha merecido la pena. Estar inmensos en esta naturaleza tan desolada te hace entender lo insignificantes que somos: la vista se perdía en el horizonte sin lograr ver nada más que matojos parduscos.
Antes de llegar a Puerto Pirámides, que es de donde salen las barcas para el avistaje de ballenas, hay que pasar por varios puntos: 1) el control de acceso a la Península que es donde se paga (100$ y 8$ por el coche). 2) el centro de visitantes donde nos dieron mapas y toda la información sobre la zona y la fauna que se podía ver es esta época y 3) por fin, Puerto Pirámides, que es una aldea en la playa, muy alternativa, nos recordaba a la Península de Nicoya, en Costa Rica, por el tipo de ambiente. Allí sacamos ticket para la lancha de las ballenas y en media hora estábamos con nuestros chalecos salvavidas saltando las olas sobre una barca, rumbo al centro del golfo buscando las famosas ballenas francas australes. Vimos durante el trayecto los primeros leones marinos. Dos chicos, Ernesto y Paula, dirigían la expedición y nos iban informando de todo.
Y tras un rato de navegación se pararon los motores y solo se oía el ruido de las olas chocando contra la balsa cuando emergió del fondo una ballena acompañada de su ballenato de 4 meses; tímida y recelosa al principio, poco a poco se fue acercando a nosotros hasta pasar por debajo de la barca y tan cerca que casi podíamos tocarla. Aunque esta ballena es bastante fea, resultó impresionantes ver ese bicho tan enorme junto a nuestra pequeña barca en la inmensidad del mar. Nos habríamos quedado allí mucho más tiempo.
Tras desembarcar en la playa nos sentamos en un café a tomar un idem y luego compramos unos bocatas y bebida para hacer la ruta de la península, y también echamos gasolina porque son muchísimos kms. sin un alma ( nos recordaba las películas del oeste y esas larguísimas carreteras por las que solo se ven esqueletos de animales muertos) la verdad es que nos hemos quedado impresionados con este desierto, ha sido impactante. Y lo mejor es que dentro de la península no hay carretera sino que todo es camino de ripio que laman aquí, o sea, pistas. En el camino hemos visto muchos guanacos que es un animal típico de aquí parecido a una cierva pero con pelaje un poco más largo como el de las llamas, o sea, una llama pero mas estilizada.
La primera parada ha sido tras hacernos 70 kms. de desierto, en una pingüinera. De ahí, tras otro tanto, hemos llegado a la caleta de Valdés, en Punta Cantor donde hemos podido ver lobos marinos y elefantes marinos. ¡¡Alucinante verlos ahí, en su hábitat natural!! Son enormes y muy bonitos, en el agua se mueven como peces pero son torpísimos en tierra; incluso se puede decir que reptan. En esta parada hemos comido y hecho una pequeña rutita. De ahí, nos hemos dirigido por el camino que bordea toda la costa, paralelos a la Caleta Valdés, hasta Punta Norte. Y ahí ha sido el remate porque era una verdadera pasada y había de todo en un marco que parecía de otro mundo: leones y elefantes marinos que tomaban el sol, nos, y o araban de jugar en el agua, otros. No daban ganas de marcharse. Hemos tomado un café en un chiringuito que había y luego os hemos dirigido al coche. Cuando íbamos a subir, ha venido el guarda corriendo y nos ha preguntado si nos íbamos y al decirle que sí, nos ha dicho que venía a avisarnos de que acababan de aparecer 4 orcas, por si queríamos verlas; hemos vuelto al mirador y es de lo más bonito que he visto: tan majestuosas y gorditas, nadando hacia nosotros, deslizándose dentro y fuera del mar, con el pelaje tan brillante blanco y negro. Se les veía la aleta que sobresalía del agua como si fueran tiburones. Ha sido alucinante.
Desde allí hemos vuelto por el camino de ripio, casi dos horas conduciendo, hasta Puerto Pirámides y de ahí a Puerto Madryn. Hemos salido a cenar a un sitio que nos ha recomendado una pareja en la calle: Los Clásicos, que estaba genial, aunque no era barato, pero la comida estaba muy buena y el local era bonito. Y ademas las ensaladas eran enormes; con la completa comen perfectamente dos personas. Respecto a Puerto Madryn, al ser una ciudad turística, tiene unos precios muy similares a los de España, o sea, altos

Miércoles, 12 de diciembre

Hoy ha amanecido con vendaval, no aire, ¡huracán! que se acompañaba, debido a la zona, de tormenta de arena; no se podía prácticamente abrir los ojos. Hemos desayunado y cogido el coche con idea de hacer alguna rutilla así que nos hemos dirigido a Punta Loma a ver la lobera. Aunque el camino ha sido infernal, de película de terror entre el polvo y el aire, ha merecido la pena porque la lobera se encontraba en una calita bajo un acantilado y había muchísimos animales, bastantes ejemplares hermosos de lobos marinos con su correspondiente harén de hembras cada uno (diciembre es el mes en el que forman los harenes)
Después hemos intentado llegar a la playa de El Doradillo para intentar avistar alguna ballena, pero hemos dado la vuelta antes porque no se podía llegar, tal era el aire.
Hemos dejado el coche en una calle céntrica ara ir a comer, cosa que hemos hecho en Olinda, menú del día a 69$ (12€), un sitio un poco cutrecillo, pero la comida era muy rica.
Al terminar de comer tuvimos un percance desagradable: al llegar al coche, estaba abierto y creímos que me lo había dejad así, pero al sentarme noté que habían movido los asientos y... Habían accedido al maletero donde Domi se había dejado la mochila que, por supuesto, no estaba, con los prismáticos, la cámara buena que yo le regalé, las gafas... En fin, que nos robaron forzando la cerradura de coche. Al llegar al albergue llamamos a la agencia de alquiler y nos dijeon que para que el seguro se hiciera cargo debíamos ir a la comisaría a poner una denuncia con lo que en 10 minutos os encontrábamos en un despacho de la comisaría denunciando lo sucedido. Para remate, un señor que nos acompañó hasta el lugar porque o sabíamos por dónde entrar nos amenizó el paseo contándonos que Argentina era un país muy inseguro, que iban a por los turistas y que a su hija de 11 años la habían violado. Y para remate y remate, al entrar en la comisaría había un señor hablando por teléfono con alguien a quien le decía que le acababan de decir que la persona con la que hablaba había sido secuestrada y estaba retenida y amenazada con una pistola en la sien. En fin, que nos ha puesto un poco los pelos de punta y a mí me ha metido el miedo en el cuerpo. Decididamente hoy nojq ha sido un buen día. Pero no vamos a dejar que estos contratiempos nos amarguen el viaje que acaba de empezar. 
 Después de la comisaría nos volvimos al hostel y pasamos la tarde en él, con el ordenador, al igual que el resto de los huéspedes ya que era imposible salir a la calle por el vendaval y la tormenta de arena.
Por la noche salimos a dar una vuelta y picar algo; nos apetecía algo dulce así que fuimos a una cafetería y pedimos un chocolate caliente con alfajores rellenos de dulce de leche, es lo típico de Argentina y están...¡de muerte!, aunque no tienen nada que ver con lo que en España llamamos alfajores. Cuando recogemos el pedido vemos que en vez de chocolate nos han puesto un vaso de espuma de leche y al lado un bombón pinchado en un palito largo; me dirigí al camarero y le dije que habíamos pedido chocolate caliente y me dice que eso es lo que hemos pedido y me explica cómo se toma: hay que meter el bombón en el vaso y agitarlo fuertemente hasta que se derrite. Y está muy rico.

Jueves, 13 de diciembre. Ushuaia. Tierra de Fuego

Salimos del hostel antes de que se levantara Vicent así que le dejamos las llaves sobre su mesa y nos fuimos. Llegamos al aeropuerto donde habíamos quedado con Bruno, del Soltcar para devolver el coche, pero no apareció por lo que al llegar la hora de embarcar decidimos dejar las llaves en la guantera y largarnos, y así lo hicimos tras mandar un sms diciendo dónde estaban las llaves.
El vuelo fue bien, aunque en este no nos dieron nada para comer y estábamos muertos de hambre porque no habíamos desayunado. Al llegar a Ushuaia recibimos un sms de los del coche de Trelew diciendo que habían tenido una complicación con una entrega y que todo estaba correcto.
Desde el aeropuerto a la ciudad no hay bus por lo que solo se puede ir en transfer privado o taxi; tras coger información y mapas en turismo, cogimos un taxi que por 45$ nos dejó en el hostel; el taxista, muy amable, nos fue mostrando todos los sitios emblemáticos por los que pasábamos y dándonos información de la zona.
Llegamos al hostel Oanikenk (ver crítica en Tripadvisor) donde nos recibió muy amablemente José Luis, un salmantino que se ha instalado aquí. La verdad es que la elección ha sido un acierto, aunque el alojamiento no es la octava maravilla, el propietario nos ha dado muchísima información valiosa respecto a qué hacer y cómo es la forma más barata, además nos ha hecho la reserva del barco y de bus al parque sin tener que peregrinar por las agencias y sin ningún recargo.
Tras coger la habitación cuyas vistas eran preciosas, al canal de Beagle, hemos salido a comer algo a la calle principal, San Martín. Al fin, hemos entrado en el famoso bar Ideal y pedido canelones de centolla, que es típica de Ushuaia, y que estaban riquísimos (al igual que en el resto de zonas de Argentina, no nos ha parecido barato, con precios similares a España)
Después de la comida hemos dedicado la tarde a visitar la ciudad, incluidos los museos. Hemos comenzado por la más importante, el Museo del Presidio y Museo Naval, que nos han gustado muchísimo. Merecen la pena. El antiguo presidio ha sido rehabilitado casi por completo, a excepción de un ala que han conservado tal cual estaba cuando se cerró con Perón; la restauración ha sido muy lograda pues se ha creado un espacio muy especial que alberga exposiciones y el Museo Naval así como una perfecta reconstrucción de lo que era la zona del presidio. Hay visita guiada a las 16:30. Muy interesante. La entrada vale para 48 horas. De ahí nos fuimos al museo de los Yámana, pueblo aborigen de la zona. Pequeño, pero curioso. Continuamos con el Museo de la Ciudad de Ushuaia que es interesante y con la entrada, que también vale para 48 horas, se puede visitar la Antigua Casa de la Gobernación que es preciosa. Tomamos un café con alfajor en la cafetería del hotel Albatros, en unos sofás muy, muy cómodos.
Fuimos de ahí a un polirrubro, que es como llaman aquí al super, a comprar algo de comida y en el hostel nos preparamos una sopita caliente. Sin darnos cuenta nos han dado las 11 de la noche porque sorprendentemente a esa hora aún hay luz pues se hace de noche total sobre las 11:30 y el sol sale a las 04:00.




Viernes, 14 de diciembre. Ushuaia


Hemos desayunado mientras conversábamos con José Luis sobre política y modo de vida en Argentina y España. Hoy hemos decidido hacer la travesía por el Canal de Beagle. Al terminar el desayuno nos ha reservado la navegación a las 09:00 con una empresa llamada Canoero, que ha resultado una opción genial pues era un catamarán muy bien acondicionado, muy cómodo, en el que nos han dado cafe y bizcocho gratis, ademas de un diploma de buen navegador, un mapa de Tierra de Fuego en la tienda de souvenirs y un bono para un chocolate caliente gratis en la chocolatería del Turista. Hemos cogido, por 270$, la excursión en barco hasta el faro de Les Eclaireurs, pasando por la isla de los lobos, la de los pájaros y finalizando con un paseo por la isla Bridges.
Nos ha hecho un tiempo fabuloso dado que se esperaban lluvias; estaba nublado pero no hacía nada de viento y la temperatura era agradable por lo que hemos ido casi todo el tiempo en cubierta disfrutando del paisaje al aire libre. Y las fotos desde el barquito son preciosas.
Al volver a tierra hemos buscado un lugar para comer y hemos optado por un pequeño y coqueto restaurante que vimos ayer, ubicado en una casita de madera pintada de azul en la calle principal, llamado El Griego y al que se accede subiendo una escalerita también de madera. El local es mu agradable y está puesto con gusto. Precios normales. Muy rica la ensalada Eiffel, de aguacate, palmito, cuadraditos de tomate, langostinos con aceite de oliva y ajos. El restaurante ha resultado ser de un español, de Benidorm, llamado Carlos que se ha presentado cuando ha visto que éramos españoles y con el que hemos charlado mucho rato. Resulta que lleva aquí 4 meses, es informático, vino a conocer el país tras la muerte de su esposa y un día aquí en Ushuaia preparó una paella y algunas cositas más para unos amigos entre los que ese día se encontraban por casualidad los dueños del restaurante que iba a cerrar justo al día siguiente y al ver la comida tan rica que preparó, le ofrecieron hacerse cargo del mismo; sin pensarlo, aceptó y se quedó aquí. Una historia curiosa de casualidades. Un lugar y un propietario muy recomendables.
Al terminar de comer cogimos un taxi en la calle y subimos al glaciar Martial (lo más económico es el taxi: 45$); el taxista nos dejó en el telesilla que te sube hasta donde comienzan las rutitas por el glaciar. Un paseo muy agradable y unas vistas fabulosas de la laguna de Ushuaia. Una vez arriba anduvimos por allí. Realmente el glaciar está en retroceso y lo que queda son los circos que lo formaron, pero la lengua ha desaparecido por el cambio climático.
Volvimos a bajar en telesilla y desde allí volvimos andando unos 6-8 kms. hasta Ushuaia por la carretera al principio y luego por caminos atravesando bosques espesísimos.
Llegamos hechos polvo y fuimos directos a la tienda de chocolates del Turista a tomarnos el chocolate caliente que nos regalaban con el bono del barco. Riquísimo.
Después nos colocamos en los sofás del hotel Albatros a descansar un poco. Fuimos al super a comprar una sopita y volvimos al albergue.

Sábado, 15 de diciembre. Tierra de Fuego

Hoy hemos pasado el día entero visitando el Parque Nacional de Tierra de Fuego que es verdaderamente impresionante, una maravilla.
Hemos ido en buses pequeños, tipo furgonetas, que son las que hacen el transporte al parque desde Ushuaia por 100$ ida y vuelta. Salen de la ciudad cada hora y vuelven a las 13, 15, 17 y 19 de la tarde. Nos la ha reservado por teléfono José Luis y nos ha recogido en la puerta del hostel, donde también nos ha dejado a la vuelta.
Para llegar al parque también se puede tomar a unos cuantos kms. de la ciudad el tren del Fin del Mundo, que es un trenecito turístico, antiguo, como de juguete y de color rojo que hace un pequeño recorrido por el bosque hasta la entrada del parque. Nosotros no lo hemos cogido porque hemos referido ir en bus. En la entrada del parque, el bus para para sacar la entrada(85$) y coger el mapa para hacer las rutas. Los buses tienen varias paradas a lo largo del parque que van indicadas en el mapa. Nosotros hemos bajado al final, en la zona de la Bahía Pataia (siguiendo los consejos de José Luis) y en esa zona hemos hecho todas las rutas de trecking: la senda de la Baliza, del Turbal, laguna Negra (donde nos hemos comido los bocatas), la Castorera... Un montón de kms. Nos hemos hecho una foto en el km. 0 de la famosa ruta 3, el comienzo de la carretera más austral del planeta.
Sobre las 5 de la tarde, el cielo se ha cerrado y hemos cogido el bus de vuelta. Peli en el hostel. Cena en una pizzería y a dormir.

Domingo, 16 de diciembre

Hoy ha amanecido un día precioso, con mucho sol; pero el tiempo aquí es cambiante e impredecible por lo que ha acabado lloviendo.
Después de desayunar, cosa que hemos hecho tarde, hemos ido a visitar la zona que llaman La Costera, siguiendo las recomendaciones de José Luis, y que se trata de una especie de vía verde que transcurre a lo largo la la costa, bordeándola.
Hemos cogido el bus y le hemos dicho que nos avisara en Playa Larga y ahí nos hemos bajado que es donde comienza la pista. Hemos andado nos 10 kms. en total ida y vuelta. Hemos comido sentados en unos troncos sobre el agua con unas vistas magníficas y hemos regresado porque el cielo se ha puesto muy negro. Ha empezad a llover y nos hemos remojado un poco. Nos hemos dirigido a la parada del bus que ha tardado lo suyo en llegar, quizá por ser domingo, y de ahí nos hemos acerca a un shopping center, Paseo del Fuego, donde hemos mirado alguna tienda, tomado un café y comprado viandas ara la cena. Luego hemos regresado al centro y hecho algunas compras. Al llegar al hostel hemos coincidido con unos huéspedes que acababan de llegar y con los que hemos pasado bastante rato charlando sobre el país; eran de Buenos Aires y nos han dado muchas informaciones sobre qué visitar allí fuera de los circuitos turísticos.
Es interesante la cuestión de los precios en Argentina. Yo siempre digo que el nivel de vida de un país o ciudad lo marca el recio del autobús urbano (aquí el colectivo) y la hamburguesa sencilla de Mc. Donalt. Es una teoría que he inventado yo. Pues bien, el autobús aquí nos ha costado 3,75$, o sea, 0,62€ el viaje, lo cual significa que el resto de precios son exageradamente altos, de hecho, las pizzerías o el precio de una ensalada o del menú del día es más alto incluso que el España. Supongo que se debe a que las zonas que hemos visitado son zonas muy turísticas y los precios se suelen incrementar, y e resto del país será más barato. José Luis nos dijo que la vida aquí es muy barata. Además de muy segura en esta zona pues el índice de paro es el 0%, o sea, pleno empleo.

Lunes, 17 de diciembre. El Calafate

Nos hemos levantado, preparado la maleta, desayunado, contemplado la fabulosa vista de las montañas nevadas pues la noche anterior había caído un buen nevazo; charlado un buen rato con José Luis y en taxi al aeropuerto para volar a El Calafate.
Al llegar nos hemos dirigido al mostrador de Ves Patagonia que es la empresa que recomiendan en todos los foros para el transfer a la ciudad, y no es para menos, el trato genial y el precio idem; hemos sacado ida y vuelta y ellos mismos te deja en el hotel y te recogen el día de regreso a la hora que te indican, también en el hotel. El precio total con pago en cash es de 75$, o sea, 12,5€ por persona. En un pispas estábamos en el hostel Del Glaciar Libertador Hostel & Suites, que es una pasada. Está genial ( Ver crítica en Tripadvisor), uno de los mejores en los que hemos estado. Teníamos una suite privada por 40€. Hay hoteles en España mucho peores que este hostel de Hostelling International.
Era tarde y fuimos a comer a donde nos comentó la chica del albergue, un lugar llamado Casablanca que estaba bien, pero caro. Realmente los precios aquí, al menos en las ciudades en las que nos hemos movido nosotros, son muy altos, en comparación con lo que cuesta el bus. ¿?
Luego nos dedicamos a ver un poco la ciudad que está repleta de tiendas, chulas, y cafeterías, y poco más. Planeamos las excursiones de los próximos días y nos fuimos a dormir pues mañana salimos a las 7 hacia el glaciar Viedma para hace un trekking.

Martes, 18 de diciembre

Hoy ha sido un día desastroso. Ha amanecido gris y lluvioso, además de con frío. Hemos quedado en la puerta de la empresa Patagonia Aventure para salir en bus hacia El Chaltén (= "el monte siempre cubierto de nubes" en el dialecto aborigen) donde se encuentra el glaciar Viedma. Llegamos y nos dejaron una media hora para ver la ciudad que nosotros pasamos tomando unos dulces y chocolate caliente. Otro bus nos trasladó al muelle en el lago Viedma donde embarcamos hacia e glaciar. A mitad de camino el viento empeoró y comenzó un temporal que hacía saltar el barco sobre el agua de forma peligrosa (medio pasaje iba vomitando por la borda, menos mal que yo me tomé la pastilla del mareo con ración doble). Al llegar al glaciar había tanto oleaje que el barquito no se pudo ni acercar a las rocas para que desembarcásemos los que íbamos al trekking por lo que dio una vuelta frente al glaciar, hicimos unas fotos y tuvimos que volver. El siguiente grupo ya no pudo ni tomar el barco. Vuelta a El Chaltén y de ahí al Calafate.

En fin, un desastre porque hemos perdido un día entero y no vamos a poder hacer la caminata sobe el glaciar que era una de las excursiones más interesantes.

Y al llegar otro disgusto porque los de la empresa no devuelven todo el dinero pagado pues, según ellos, cobran lo que se ha hecho y resulta que no se devuelve la parte del transporte porque se ha realizado. ¡Me parece un abuso pues la excursión era el trekking. Es como reservar una excursión a Madrid desde Albacete a ver el Prado, que ese día ocurra algo y no se pueda ver y te cobren el viaje !!! Por otro lado, deberían cerciorarse del tiempo y del viento antes de iniciar el viaje, y suspenderlo antes si las condiciones no son buenas. Resumiendo, que nos han sableado con esta historia unos 1000$ y hemos perdido un día entero además de que esta es una de las escalas del viaje que más nos interesaba.

Miércoles, 19 de diciembre


Después del disgusto de ayer, hoy hemos tenido mucha mejor suerte porque ha sido un día de primavera espléndido con un sol luminoso. Hemos visitado el Perito Moreno y es ...¡¡¡¡ IMPRESIONANTE !!!!!

Hemos hecho una excursión que se llama "excursión alternativa al Perito Moreno" y que es otra opción para visitar el famoso glaciar. Nos han recogido a las 8 en la puerta del albergue y nos hemos dirigido hacia la zona por una carretera de ripio que se sale de la ruta convencional, pasando por una extensa zona de "estancias" (enormes finas de cría de ovejas especialmente) bordeando el lago de Argentina (y posteriormente el brazo Rico que es donde vierte sus aguas el glaciar además de en el canal de los témpanos). La temperatura de agua en ambos es de entre 2 y 6 ºC por lo que si alguien se cae a agua no aguanta vivo más de unos minutos. 

Hemos ido parando para hacer fotos en diferentes lugares hasta llegar al Parque Nacional donde, tras pagar la entrada que son 100$, nos ha dejado el bus para hacer una ruta de una hora más o menos de trekking por la orilla del brazo Rico hasta llegar cerca del glaciar; ahí nos ha recogido y llevado hasta la zona de las pasarelas y balcones desde donde hay unas vistas impresionantes a lo largo de numerosos puntos que dejan sin aliento. Son espectaculares. Hemos estado recorriendo las pasarelas dos horas que se han hecho cortas pues el tiempo acompañaba hoy con un sol radiante e incluso calor y el glaciar lucía en todo su esplendor con un blanco radiante salpicado de azules increíbles. Hemos comido en un banquito con el glaciar enfrente brillando al sol: ha sido una experiencia única y maravillosa. A la hora convenida hemos ido en bus al pequeño embarcadero del brazo Rico donde hemos tomado un catamarán que nos ha llevado hasta muy cerca de la imponente pared de la cara norte del glaciar. ¡MIRAR DESDE ABAJO DEJA SIN HABLA! Hemos estado allí parados un rato y navegado recorriéndola de un lado a otro. Y además hemos asistido a un desprendimiento de un bloque enorme de hielo muy cerca de la embarcación. ¡Ha sido memorable!

Al finalizar e paseo hemos regresado a El Calafate donde estaba lloviendo sin parar. Por cierto, la palabra "calafate" se refiere a un arbusto que crece por la zona y que es resistente a las extremas condiciones climatológicas del lugar.

Después de descansar un poco hemos salido a cenar. Hoy nos hemos dado un homenaje en una parrilla asador llamada Casimiro Biguá donde hacen comida patagónica y el típico cordero asado sobre la brasa pinchado en unos hierros. Hemos tomado la típica vomida gaucha, a saber, vísceras asadas que a nosotros nos gustan y verduras idem. De postre un crepe de mermelada del fruto del ; según la leyenda de los jndios aborígenes, quien prueba este fruto (al natural, en licor, mermelada o cualquier forma) siempre vuelve a Calafate, o sea, que volveremos para hacer la ruta sobre el Viedma que nos ha quedado pendiente.










Jueves, 20 de diciembre

Hoy ha amanecido otro día maravilloso, aunque el tiempo aquí es impredecible y cambiante y en cuestión de minutos se puede pasar de un sol radiante a una tormenta de nieve como nos ha ocurrido esta mañana.
La actividad de hoy ha sido una navegación de todo el día por el lago Argentina y sus brazos para ver los glaciares Upsala y Spegazzini, principalmente, aunque en el recorrido también hemos visto otros varios.
A las 8 nos ha recogido en la puerta de hostel un "colectivito" con un "conductorcito" muy agradable el hombre, la verdad, que nos ha trasladado al puerto de Punta Banderas (llamado así porque fue donde plantó por primera vez F. Pascasio Moreno la bandera argentina) Ahí hemos embarcado en una pequeña nave atracada junto a un estupendo catamarán; al principio hemos pensado que lo nuestro era peor, pero después hemos sabido que el catamarán hacía el mismo recorrido pero llegando además al Perito Moreno, travesía que nosotros hicimos ayer( lo cual significa el doble de Kms.), además su viaje tenía la misma duración, por lo que van más rápido y paran ante los glaciares menos tiempo y finalmente, en el catamarán no se puede salir al exterior; o sea, que al final nuestro barquito era mejor después de todo. La excursión se llama "Ríos de hielo" y nos ha encantado.

Hemos comenzado navegando hacia el glaciar Upsala para lo que hemos tenido que llegar hasta la llamada "barrera de témpanos" donde hemos estado un buen rato haciendo fotos. Al glaciar no nos hemos podido acercar porque los icebergs eran grandes y había tantísimos que ha sido imposible para el capitán traspasarlos y nos hemos conformado con navegar entre ellos. Aunque no hemos llegado hasta la pared del glaciar, desde el barco se veía y es espectacular, inmenso. Hoy es el segundo más grande de Argentina, después del Viedma; hasta no hace mucho era el primero pero está en retroceso peligrosamente (en los últimos años retrocede un km. por año) y por eso se forma la barrera de icebergs de todos los fragmentos que se separan de él.


Hemos continuado con la travesía divisando otros glaciares y unos paisajes impresionantes con montañas nevadas y multitud de icebergs con colores blancos y turquesa y formas extraordinarias flotando en las aguas. Hemos pasado por un glaciar "seco" que es el que no llega hasta el agua sino que termina en la propia montaña. Y al final, uno de los más bonitos, el Spegazzini, que no es tan grande pero es precioso. Hemos tenido mucha suerte con el clima porque, aunque no era muy bueno, el sol casualmente ha salido en las paradas de todos los glaciares y durante la travesía de icebergs. Ha habido de todo: sol, viento, lluvia y nieve.
Sobre las 5 volvimos al puerto y de ahí en el bus a El Calafate. Como era la última noche salimos también a cenar a una pizzería. Antes de la cena estuvimos dando un último paseo por la ciudad visitando unos pasajes de artesanos donde compramos algunas joyas en plata y maderas de la zona.

Viernes, 21 de diciembre. Bariloche

Hoy volamos a Bariloche. Hemos dado un último paseo por el centro, comprado algunas viandas que nos hemos comido sentados en un parquecito al sol, y tomado un café en una terracita.
Lo mejor de hoy ha sido la recogida de la agencia Ves Patagonia: habíamos quedado en que nos recogerían en el hostel a partir de las 14:00; a esa hora estábamos en la puerta, pero no vino nadie hasta las 14:30 hora en que nos avisó la chica del albergue de que el taxista estaba esperando. Le dijimos al taxista que esperábamos el microbús en el que vinimos, pero dijo que venía él. A medio camino lo llaman por teléfono y le dicen que se ha equivocado de pasajeros y que a nosotros nos tenía que recoger el bus así que damos la vuelta al albergue para intercambiarnos; pero al rato contraorden por teléfono y le dicen que nos deje en el control policial de acceso a la ciudad que ya pasará la camioneta a por nosotros; y ahí que nos para. Yo digo que no nos bajamos del taxi para quedarnos ahí, en el campo, en la caseta de la policía, así que me hace hablar con la de la empresa que me ruega que "liberemos al taxista" para que pueda recoger a los otros y que la camioneta ya viene a por nosotros. Y ahí nos quedamos con nuestras maletas y tres policías en una especie de frontera. Y aparece un microbús de la empresa... ¡que pasa de largo!. Yo estaba al borde de ataque de nervios pensando que ya perdíamos el vuelo, pero al final llegó la vagoneta, nos recogió y llegamos a tiempo al avión. La empresa Ves Patagonia es una muy buena opción de transporte y funciona muy bien. En nuestro caso el problema fue la casualidad de que había otros dos viajeros a los que tenía que recoger el remis (taxi) en el mismo sitio y a la misma hora y hubo confusión, aunque la empresa lo solucionó muy bien y rápido.

Tras el traslado al aeropuerto, nos encontramos con dos horas y pico de retraso en todos los vuelos. Llagamos a Bariloche dos horas y media después aunque allí no hubo problema pues nos esperaba el de la empresa de alquiler del coche con un Chevrolet Corsa blanco. Tardamos más de la cuenta en llegar a las cabañas porque, para colmo, hubo un choque tremendo en la carretera nuestra y tardamos una hora en hacer 15 kms. pero al llegar nos encontramos una preciosidad de suite-cabaña con terracita-jardín y vistas maravillosas al lago (Lagos del Sur, ver crítica en Tripadvisor). Carlina, la propietaria, nos recomendó un sitio para cenar, A los bifes, que es un asador patagónico precioso donde nos tomamos una parrillada de carnes y verduras ENORME y muy rica. Los precios, bien.

Sábado, 22 de diciembre. Bariloche

Seguimos pobres, no nos ha tocado la lotería.

Si en el sur de Argentina nos parecía que el clima era imprevisible y cambiante, aquí lo es aun más y en cuestión de minutos el cielo se pone completamente negro, llueve, sale el sol, o todo junto, es decir, hace sol y está cayendo un turbión de agua.


Hemos dedicado la mañana a visitar la ciudad, que es bonita, se parece a Suiza, y programar las excursiones con la información que teníamos y la que nos han dado en la oficina de información turística del parque nacional.


Hemos comido por el centro y después hemos visto el Museo de la Patagonia o Museo del Perito Moreno, que se encuentra en la plaza, un lugar muy coqueto y un edificio muy bello. El museo es interesante, con muchos documentos del famoso personaje que donó tierras de las que le habían sido regaladas por el gobierno para que se convirtieran en parque nacional y fue ese el inicio de la red de parques nacionales en Argentina; el museo presenta además objetos varios, fotos etc. de las primeras tribus de pobladores de Argentina, por ejemplo, los Yamana (en Tierra de Fuego), los Mapuche (de esta zona) o los Aoniken (del sur de Patagonia)


Tras la visita hemos comprado provisiones en La Anónima, tomado un café y,¡¡por fin!! me he podido tomar un café expreso corto y fuerte, que resulta que aquí lo llaman "ristreto". Un paseíto por la orilla del lago y de vuelta a la cabaña porque comienza a llover bastante. El tiempo es frío y lluvioso y según los lugareños algo muy anormal para estas fechas (hoy ha comenzado el verano aquí); y lo peor es que al parecer no va a mejorar durante los días que estaremos aquí en Bariloche, en los que tenemos pensado hacer varias excursiones campestres.

Domingo, 23 de diciembre

Otro día birrioso, el segundo en el viaje, ¿por qué? porque no ha dejado de llover ni un minuto en todo el día; es agobiante y frustrante. La zona es maravillosa, espectacular; lagos preciosos, bosques inmensos, isletas frondosas salpicando los lagos, casitas y cabañas coquetonas de madera, nos recordaba mucho a las zonas de lagos de Europa Central, Alemania, Suiza... Una preciosidad, pero para nuestra desgracia no hemos podido disfrutar a gusto de todo ello porque ha estado diluviando todo el día, apenas podíamos parar, y sacar fotos era complicadísimo porque la cámara se empapaba y nosotros también. La verdad es que en Bariloche hemos y vamos a tener mala suerte con el tiempo pues el pronóstico es frío y lluvia los cuatro días que estamos aquí y a partir del que nos vamos sube la temperatura a 24 - 26 y sol. En fin, ¿qué le vamos a hacer?
Hoy hemos hecho una excursión, casi sin salir del coche, de lo que se conoce como el Circuito Chico. Hemos parado lo primero en Puerto Pañuelo donde hemos sacado los tickets para hacer mañana la excursión en una embarcación por el lago Nahuel Huapi hasta el bosque de arrayanes (el único en el mundo) y a la isla Victoria a ver secuoyas gigantes. Después hemos llegado al telesilla para subir al cerro al que no hemos subido por la lluvia. Luego hemos continuado ruta y hemos parado en el sendero del lago Escondido. Hemos andado como un km. bajo la lluvia. El entorno deja sin habla, parece un paisaje de cuento. De ahí, por un camino de ripio, nos hemos acercado a visitar la "colonia suiza" que es un pequeño pueblecito de artesanos, con casitas de madera, en medio del monte y que fue en tiempos un asentamiento de población suiza, de ahí su nombre. Una preciosidad. Y había una feria de artesanía muy chula y con cosas no muy caras. Hemos tomado un chocolate caliente y hemos seguido camino al cerro Catedral, que es el centro de esquí más importante de Argentina. Chulo pero no hemos salido del coche dentro del cual nos hemos comido los bocatas. Estaba la zona ocupada por grupos de deportistas adolescentes de diferentes equipos. Posteriormente nos hemos enterado de que los que consideramos deportistas al principio, por ir todos con chandal igual, con colores bastante escandalosos, por otro lado, eran alumnos que han terminado la secundaria y estaban de viaje de estudios. Según nos contaron habían concluido 6º de secundaria que equivale a nuestro 2º de bachillerato y en Argentina es tradicional llevar a cabo un viaje de fin de estudios a la ciudad de Bariloche. Por eso veíamos tantos grupos con sus respectivos uniformes por las calles. El hecho de que fueran igual vestidos se debe a que la agencia con la que cada instituto contrata su viaje los prové de chandal, cazadora, zapatos y mochila para que no se pierdan; al concluir el viaje deben devolver los equipos.Hemos bajado del cerro y como el tiempo ha mejorado hemos dado un paseo y tomado un ristreto concubanitos ( palotes gordos y huecos de barquillo rellenos de dulce de leche). Cena y peli en la cabaña para concluir el día.

Es una pena estar en esta zona tan maravillosa y que el tiempo no acompañe.

Lunes, 24 de diciembre

Otro día lluvioso. Hoy hemos hecho una excursión preciosa pero, como ya viene siendo habitual en Bariloche, el tiempo no ha acompañado. A las 10:30 de la mañana hemos embarcado en el Modesta Victoria, una emblemática embarcación de principios del siglo XX que aun hoy, sigue navegando por el lago Nahuel Huapi; la nave fue construida en Holanda, en 1934 por los astilleros Vershure and C°; el barco se tuvo que fabricar y armar en Holanda, luego desarmar y trasladarlo a la República Argentina, y del puerto a San C. de Bariloche, por tren. En esta ciudad se volvió a ensamblar las partes y tardaron un año para botarlo en el lago, debido a los múltiples preparativos que se debieron hacer. El lugar elegido para la botadura fue puerto Moreno, cerca de la estación ferroviaria de la ciudad.
Su primer viaje lo realizó en enero de 1939, con la pompa del caso, y su nombre fue sugerido por el presidente Justo (gran conocedor de la Patagonia), el cual recuerda a la embarcación comandada por el teniente Eduardo O´ Connor.
El barco es un bello trabajo en madera barnizadas, lámparas de bronce y alabastro y bronces.
Pues bien, en esta maravillosa nave partimos navegando por el lago a lo largo de isla Victoria hacia el final de uno de sus brazos donde se encuentra el único bosque de arrayanes del mundo, un árbol (realmente arbusto en la mayoría de los lugares) con un tronco muy especial de color canela con manchas blancas. Especialmente atractivo.
Ahí hicimos una ruta por pasarelas de madera durante 40 minutos que es el tiempo máximo que se le permite a las embarcaciones permanecer atracadas en la zona con el fin de preservarla.
Tras la visita al bosque nos dirigimos en la misma embarcación a la isla Victoria donde se encuentra el vivero y una plantación a aire libre de multitud de árboles exóticos. Ahí se pueden contemplar numerosos ejemplares de secuoyas gigantes que por ser solo de unos 80 años no son tan grandes como las de California que tienen 3000, aunque ya tan jóvenes siguen siendo impresionantes. Comimos y el resto de la tarde lo dedicamos a pasear por algunos senderos y por sus paradisíacas playas de piedra volcánica
Sobre las 18:00 estábamos de vuelta. Nos acercamos a un super a comprar algunas cosas para la cena y nos fuimos a celebrar la Nochebuena. Al poco de llegar a la habitación llamaron a la puerta y era Carlina, la propietaria de las cabañas, que nos felicitaba las fiestas con un gran paquete envuelto en un papel de celofán rojo y espumillón, un regalo, que resultó ser un pan dulce de frutas que aquí se toma en estas fechas (=panetone italiano). Y así transcurrió la primera Nochebuena fuera con una modesta cena (la más modesta en 50 años) que consistió en una sopa de sobre, embutidos de jabalí y quesos, patatas fritas, vino y de postre dos bombones y el pan dulce.

Martes, 25 de diciembre

Hemos preparado bocatas y nos hemos ido de ruta a otra zona del parque Nahual Huapi, la subida al Tronador que es un cerro a cuyos pies hay un glaciar llamado Ventisquero Negro porque el hielo es de ese color debido a los sedimentos que caen de la montaña.
Al salir de San Carlos de Bariloche hacia el parque hemos visto muchísima policía y es porque hemos atravesado las zonas más pobres donde hace unos días se registraron unos violentos altercados al atracar la gente en masa varios supermercados y tiendas.
Al llegar al parque nos encontramos con la sorpresa de que no se cobraba la entrada porque "hoy es feriado", o sea fiesta. Hemos pasado el día paseando por la zona y recorriéndola en coche lo cual ha sido una odisea porque son todo caminos de ripio, o sea, pistas infames. Pero ha merecido la pena porque todas las áreas son espectaculares; hemos llegado hasta la base del cerro y luego por un sendero angosto llamado la Garganta del Diablo hemos llagado hasta la misma base a la que caían numerosas cascadas desde lo alto procedentes del deshielo de los muchos neveros del cerro. Ahí hemos tomado los bocatas.
Luego hemos bajado a ver el glaciar y el lago de icebergs que había ante él. El resto de tarde transcurrió entre paseos y fotos por el parque. Había algunos parajes que recordaban a las playas de Thailandia con bosques que se prolongaban hasta la misma orilla de agua o de pequeñas y solitarias playas paradisíacas.

Miércoles, 26 de diciembre. Buenos Aires

Hemos volado a Buenos Aires. Hemos llegado a la hora en punto pero en llegar al apartamento hemos tardado casi más pues el tráfico de la ciudad es infernal. Al llegar a la calle Maipú 388 nos esperan Natalí y su hermano para darnos las llaves. El apartamento no puede ser mejor ni estar mejor situado, en pleno centro, a dos minutos de la plaza de Mayo, el obelisco, la Casa Rosada... Y los anfitriones muy amables. Tras deshacer las maletas e instalarnos salimos a tomar contacto con la ciudad, buscar un super, hacer algo de compras y acabamos paseando por Puerto Madero que es la zona más cool, chic, de la ciudad, lo más moderno. Se trata de la zona portuaria que han rehabilitado y convertido en un pequeño puerto deportivo, para yates y embarcaciones de recreo y todos los almacenes y muelles se han reconvertido en terrazas, pubs, tiendas o restaurantes puturrús.
Anduvimos por la zona toda la tarde y volvimos a casa a cenar.

Jueves, 27 de diciembre

Buenos Aires es una ciudada que recuerda mucho a Madrid
Lo primero que hemos hecho hoy ha sido volver a Puerto Madero a la oficina de turismo donde nos han dado planos y muchas y buenas informaciones para la visita a la ciudad y nuestra estancia en ella, entre ellas el modo más adecuado para movernos por la ciudad que es el bus. Lo mejor y más cómodo es comprar una tarjeta recargable (no hay bonos diarios o de otro tipo, ni ida y vuelta) que se llama SUBE, que vale 15$ y se adquiere en las oficinas de Correo Argentino. A esa tarjeta se le va recargando el dinero que se quiera, teniendo en cuanta que el billete sencillo vale 60 centavos, aunque depende del trayecto puede ser más caro (el conductor pregunta a dónde vas) Si se opta por comprar el billete sencillo, se puede sacar en el bus, pero solo con monedas y dinero justo pues se adquiren en una máquina que solo admite eso, el conductor no maneja dinero. Es imprtnate saber ue es difícil encontrar monedas en BsAs incluso en los bancos por lo que lo más recomendable para una estancia de varios días es la tarjeta SUBE. Así que nos hemos dirigido directamente a una oficina y hemos comprado una tarjeta y con ella en el bolsillo y nuestros planos hemos buscado una parada de bus para subirnos al nº 29 que nos ha llevado al barrio de Boca donde hemos pasado la mañana recorriendo la zona del famosísimo Caminito, unas pocas calles con casitas de chapa pintadas de colores y patios de vecindad convertidos en centros de artesanía; en muchos de los locales o casas, en balcones y ventanas, hay colocados personajes de cartón piedra a tamaño real. Todos los locales están indicados con alegres y coloridos carteles pintados en madera. El lugar es muy turístico, pero merece la pena. Justo al lado se encuentra el famoso estadio de fútbol del Boca, la bombonera, pero no lo hemos visitado porque no nos gusta el fútbol y no nos interesa en absoluto ver un estadio.
Desde Caminito hemos vuelto a coger (perdón..."agarrar") el bus y hemos ido a comer a un sitio recomendado cerca de la Plaza de Mayo, pero nos ha fallado porque lo han cerrado así que hemos entrado en otro en la calle Defensa, El Filete, que es el restaurante del "Museo de la Ciudad". Y ahí hemos conocido a Paloma y su chico que son los que han inaugurado el local hace un mes; él, argentino y ella, madrileña. El restaurante es un lugar muy agradable, decorado con las tablas pintadas a mano que llevaban los carros de los fileteadores. La atención de los propietarios es inmejorable, la comida esta riquísima y el precio es muy asequible. Un lugar muy recomendable.
Decidimos, al terminar la comida, entrar a ver el Museo de la Ciudad que nos ha sorprendido
Mucho; es una maravilla. Ademas de los fondos tan curiosos que posee se halla ubicado en una antigua casa de españoles que por fuera es muy atractiva pero el interior aun es mejor. Nos ha encantado: una colección de sombreros, zapatos, bolsos y otros objetos de entre los que cabe destacar la enorme y variada colección de juguetes. Y allí hemos conocido a una pareja muy maja con los que hemos pasado la tarde: Xisco, un pintor de Nerpio afincado en Mallorca, y su chica que era maestra. Hemos dado un paseo los cuatro por la plaza de Mayo y alrededores, Avda. de Mayo, Pasaje de la Resistencia (artesanos que hoy estaban de asamblea), el Obelisco, la estación de subte (metro) de Perú por la que circula la línea 1, el único de los trenes con los vagones antiguos originales de madera,... hasta el final de la tarde en que cada pareja ha seguido su ruta. Hemos quedado en llamarnos si vienen a Albacete o vamos por Mallorca. Antes del paseo, mientras ellos comían, nosotros hemos ido a ver la manifestación de las madres de la plaza de Mayo que es cada jueves a las 15:30. La verdad es que impresiona; dan vueltas a la pirámide central dentro de un círculo con pañuelos blancos pintados en el suelo que nos han dicho que simbolizan los pañales de sus hijos desaparecidos y mientras lo hacen van con un megáfono leyendo los nombres de todos los desaparecidos; cuando acaban se retiran. Al atardecer nos dedicamos a recorrer hasta el final toda la calle Defensa, la zona más antigua de BsAs, hasta llegar al bohemio barrio de San Telmo, lleno de tiendas de antigüedades y de ropa de diseñadores independientes tirando a hippies. Hemos entrado a "golismear" un poco en el mercado de San Telmo en el que los puestos de carne y verdura se mezclan con los de antigüedades o trastos, y de ahí hemos llegado a lo que se conoce como la "Calle de la Historieta" en la que encontramos, colocados en diferentes lugares en las aceras, a tamaño real los personajes de cómic argentinos más famosos entre los que destaca...¡Mafalda! que está con cara de buena sentadita en un banco en una esquina y con la que me he hecho una foto.
Hemos llegado paseando hasta la plaza Dorrero que es muy coquetona y estaba a rebosar de gente en las numerosas terrazas que la llenan y de puestos de artesanos. Esta ciudad recuerda muchísimo a Madrid, sus calles, edificios, ambiente, la gente...en concreto esta plazuela a la Plaza de Santa Ana
Viernes, 28 de diciembre

Hoy ha tocado el barrio pijo, requetepijo, Recoleta, y después otro un poco más alternativo, de diseño, Palermo y especialmente Palermo Viejo. Recoleta es la zona señorial y estilosa, el equivalente al barrio de Salamanca en Madrid. Exactamente el mismo ambiente, la gente, los edificios, las cafeterías, las tiendas, todas las grandes firmas, mucamas con uniforme, paseadores de perros, también estilosos (los perros); mucho estilo y mucha clase.
Hemos visitado el famoso cementerio de Recoleta con sus panteones y esculturas monumentales, entre las que destacan las de Domingo Faustino Sarmiento y la de la familia Duarte o sea, la tumba de Evita.
La visita ha continuado en la colindante Basílica de la Virgen del Pilar, que pertenecía al convento de los padres recoletos.
Lo que hoy es el cementerio fue en su día la huerta y el jardín del convento fundado aquí por los frailes de esta orden a los que pertenece la iglesia que hace algunos años fue declarada Monumento Nacional. Hoy día alberga en sus instalaciones, lo que fue el convento antiguo, una colección de objetos e imaginería de arte sacro, manteniendo la estructura de habitaciones y escaleras originales.
Tras la visita hemos comido en el barrio, en "El Sanjuanico", toda una institución en la ciudad, que estaba a rebosar de lugareños y foráneos; entre sus platos, empanadas de muchos sabores deliciosas y baratas.
Hemos paseado hasta la Plaza de las Naciones Unidas, donde se encuentra una sorprendente escultura que casi se puede decir que es a día de hoy el emblema de la ciudad cuyo nombre es "Floralis Genérica", una gigantesca flor metálica de acero inoxidable que se encuentra situada sobre un espejo de agua y sus enormes pétalos se cierran cada noche y abren por la mañana. Pesa 18 toneladas y mide 23 metros de alta y fue regalada a la ciudad por el arquitecto argentino Eduardo Catalano. Personalmente me parece una escultura extraordinaria y muy bella.
Continuamos hacia el Museo de Artes Populares que estaba cerrado por reformas así que nos tomamos un café en la cafetería del mismo y continuamos hacia el Jardín Botánico, que es más bien un parque público con especies diferentes de árboles y plantas con letreros, en que descansamos un poco sentados en un banco bajo un árbol exótico llamado "árbol borracho" porque tiene un tronco curvado.

De ese parque parte la calle Jorge Luis Borges donde se encuentra "el solar" en el que estuvo su casa. No merece la pena ir hasta allí porque no hay nada salvo una placa. Y rematamos la tarde en la Casa-Museo de Eva Perón que es muy interesante y alberga gran número de objetos, ropa, zapatos y sombreros pertenecientes a esta mujer, con los que además se hace un recorrido por su vida antes y después de conocer a Perón
Dimos una vuelta por el barrio de Palermo Viejo, tomamos un zumo en una terraza porque hacía una tarde de verano fabulosa y volvimos al apartamento en bus.
Hicimos por mail la reserva para el traslado del día 3 al aeropuerto y la recogida (gratis) en el apartamento, con la empresa Manuel Tienda León que presta un servicio fabuloso de traslado entre el centro y los aeropuertos, así como entre ellos.

Sábado, 29 de diciembre

Día aciago. Segundo robo. Hemos recorrido prácticamente el mundo y jamás nos han robado y en este país han sido ya dos veces. La segunda esta tarde, paseando por la avenida de Mayo y sin darnos cuenta nos han abierto el bolsillo pequeño de la mochila y nos han mangado el móvil y las gafas de ver. ¡Menudo país! Creo que es el más inseguro para los turistas de todos los que hemos visitado que han sido muchos. Y eso es muy negativo para el turismo porque el mundo es muy grande y hay muchos sitios para ver y mi recomendación es que se puede ir a otro donde no te roben y uno se sienta tranquilo, cosa que no es normal aquí; al parecer la mala prensa va a ser cierta, al menos, con nosotros así es.
Hoy, aunque el día ha acabado con cabreo por el robo del móvil no empezó mal. Estuvimos paseando por el barrio de San Telmo otra vez, tomado un cafelito en una iglesia, La Purísima Concepción, que se ha convertido en galería de anticuarios con cafetería, por la plaza de Dorrero y hemos visitado el Museo Nacional de Historia cuyo edificio es muy bonito pero el museo aún se ve un poco pobre, todavía le falta pues tiene muy pocos fondos.
De ahí hemos cogido el bus para acercarnos a la Casa-Museo de Carlos Gardel, que en realidad era francés y no argentino, hijo de madre soltera francesa que emigró a Argentina con Charles, donde vivió con su madre hasta el día en que murió trágicamente en un accidente de avión que colisionó con otro aparato antes de despegar, en el aeropuerto de Medellín. La madre continuó viviendo es esta casa hasta su fallecimiento. Es una visita muy interesante.
Como era la hora de comer hemos pedido consejo a la chica del museo que nos ha recomendado un sitio que estaba muy bien y cerca de donde nos encontrábamos llamado "Arturito". Tras la comida hemos vuelto al apartamento a descansar y luego hemos salido a dar una vuelta por el centro, a la plaza del Congreso, la calle Mayo... Y no sabemos ni cuándo ni cómo nos han abierto la mochila y quitado el móvil. En fin, al final va a resultar que nos vamos a ir de Argentina con mal sabor de boca. La cuestión es que ya nos había llamado la atención la cantidad ingente de policía que hay por las calles, que todo el mundo llevara la mochila colgada por delante , y que los propios argentinos nos hayan avisado por activa y por pasiva de lo inseguro que es el país, de la cantidad de robos, etc. aunque nosotros, que somos confiados, no hiciéramos mucho caso. En fin, el hecho es que la mala prensa del país parece que tiene su razón de ser.


Domingo, 30 de diciembre. Iguazú

Lo primero que hemos hecho a levantarnos ha sido desayunar e ir pitando a aeropuerto para llegar temprano y tener tiempo antes de embarcar para ver de qué forma solucionábamos lo del robo del móvil especialmente el bloqueo de la tarjeta para que no hagan llamadas a mi costa. Al final hemos llamado por teléfono a mis cuñados y mi sobrino Gabi ha solucionado el asunto por teléfono después de mandarles los datos míos por mail. El bloqueo del terminal por imei ya lo haré yo al llegar para que el móvil quede inservible. Ya más tranquilos después de confirmarnos la anulación de la tarjeta hemos tomado el vuelo a Iguazú donde hemos llegado en punto. Lloviendo aunque en este caso la lluvia se agradece porque hace un calor húmedo espantoso. En el mismo aeropuerto se coge un microbús que lleva al pueblo e incluso te deja en tu hostel. El billete de ida y vuelta con recogida también en el hostel es de 70$ (solo ida 40$). La única forma de llegar es en estos minibuses o en taxi que es más caro.
Al llegar al hostel, Bambú Mini (ver crítica en Tripadvisor) nos ha recibido un chico muy agradable que nos ha dado toda la información necesaria para programar los dos días que estaremos aquí.
Hemos bajado al "centro", que estaba completamente muerto, a comer algo y luego hemos dado un paseo por la zona que nos ha indicado el chico del albergue. Que ha resultado una maravilla, por un camino por la margen del río Iguazú hada llegar a su desembocadura en e Paraná en una zona que llaman " las tres fronteras": el Iguazú separa Brasil de Argentina y el Paraná, en una zona, Argentina de Paraguay; desde el mirador del final del camino hay unas vistas impresionantes de los ríos y de los mojones que marcan los tres países. En la zona de Paraguay, a lo lejos se divisaba Ciudad del Este, que parecía una gran urbe con altos edificios. Había muchísima gente de la localidad paseando, merendando, tomando mate y muchos jóvenes con los altavoces del coche a toda pastilla pasando la tarde. Ha sido muy agradable. ¿Y qué decir de la vegetación exuberante? Impresiona todo tan verde y frondoso, selva, selva. Un buen contraste viniendo de Buenos Aires.
Tras el paseo, anocheciendo, hemos comprado algo en un super y nos hemos sentado tranquilamente en e patio del albergue a picar algo, a leer y a escribir. Mañana nos espera un día emocionante.



Lunes 31 de diciembre

Hoy por fin se ha cumplido uno de nuestros sueños, hemos conocido otro de los lugares del mundo que era imprescindible: las cataratas delIguazú y son... ¡¡IMRESIONANTES!!
Nada que ver con Niágara, que también están bien, pero si aquellas son un montaje turístico estas son naturaleza en estado puro, a lo bestia. En mi vida he visto un paisaje natural tan impactante. Efectivamente, lo que más nos ha gustado del viaje por el país ha sido el parque de los glaciares e Iguazú.
Nos hemos levantado relativamente temprano y hemos cogido el bus al parque. Todo está muy bien organizado y muy, muy cuidado manteniendo el medio natural.

Como ejemplo del interés de Argentina por no interferir demasiado en  el entorno es que de las posibles actividades que ofrece el parque, de este lado solo se llevan a cabo las que son por tierra (muy controlado y prohibida a particulares con vehículo) o por el agua, pero rechazan el paseo en helicóptero, sobrevolando las caídas, por el impacto que este pueda tener sobre el medio natural, especialmente aves y otros animales, y por eso los helicópteros que se ven son todos brasileños.Nada más llegar lo primero que hemos hecho ha sido tomar el trenecito gratuito que te lleve hasta la parte más alta del parque y una de las más espectaculares, la Garganta del Diablo. Ahí hemos comenzado con la excursión que hemos reservado, un paquete que incluye un "paseo ecológico" en un bote hinchable por la parte alta del río con explicaciones del guía y otro llamado " Gran aventura" que se trata de un recorrido, en un camión descubierto, de unos 6 kms. por la selva hasta un embarcadero en el río Iguazú donde se toma una lancha rápida para navegar río arriba otros 6 kms. hasta las cataratas donde la lancha se mete literalmente debajo de ellas hasta desaparecer casi por completo. La experiencia es interesante pero yo creía que me ahogaba, y qué decir de la ropa... salimos empapados, como tras haber caído al agua (para cámaras, documentación y demás te dan unas bolsas verdes impermeables donde se puede meter incluso la ropa y los zapatos, pero a nosotros se nos olvidó esto último y salmos chorreando. Pero estuvo bien.
Entre el paseo del bote, que hicimos al principio por indicación de Cristián que se cercioró de que el nivel del agua era adecuado para la navegación (luego nos enteramos de que el nivel estaba bajado mucho y que el nuestro fue posiblemente el último paseo del día) y la ruta de "la gran aventura", comimos algo de comida rápida en una cafetería de parque.
El resto de tiempo lo dedicamos a recorrer el circuito bajo por las pasarelas. Abandonamos el parque cuando cerraron lo que ocurre a las 6 de la tarde, aunque la subida en tren a la Garganta del Diablo, sendero a la isla y algún otro cierra mucho antes e acceso.
La idea es volver mañana. Hay un precio especial para la visita el segundo día consecutivo, pero hay que sellar el ticket antes de abandonar el parque el primer día y el siguiente se paga solo la mitad.


Martes, 1 de enero

Toda la noche ha estado diluviando. Ha habido momentos en que daba verdadero miedo la fuerza con la que caía el agua, una verdadera tormenta tropical.
La mañana ha sido diferente; la hemos pasado en el albergue charlando con un chico que lleva 7 años viajando por Sudamérica, pero que era de Asturias.
Hacia el mediodía ha parado un poco la lluvia y nos hemos aventurado a ir al parque de las cataratas (¡Nosotros solos en el bus!) y ha sido un acierto porque había muy, muy poca gente y al final ha hecho un día muy agradable.
Al volver al albergue hemos encontrado que casi todos los huéspedes estaban en la cocina preparando la cena. A final se ha formado una tertulia superguay a la que nos hemos ido sumando. Y para crear más ambiente se ha ido la luz (de hecho hemos pasado gran parte de la noche si luz). Hemos conocido gente muy interesante en este viaje, gente que se sale de la que vemos cada día en la vida cotidiana, con un aire diferente y una visión de la vida completamente distinta a la rutina en la que estamos inmersos la mayor parte del año y a la que nos hemos acostumbrado hasta el punto de que incluso se nos olvida que hay un mundo entero fuera de nuestro extremadamente pequeño círculo de vida. Creo que con cada viaje en el que se produce una ruptura con todo lo que lo habitual se crece enormemente como persona, se produce un profundo enriquecimiento en el cambio de perspectiva que lleva consigo el distanciamiento de lo cotidiano. Cada uno de ellos es una experiencia excepcional y diferente y las personas que se encuentra, especialmente en el tipo de viaje que hemos hecho nosotros, son generalmente interesantes, jóvenes, mayores, de cualquier país, de cualquier estilo o forma de pensar, aunque la mayor parte de ellos suelen ser bastante liberales, todas te aportan algo ¡TODAS!,  he observado -esto es una apreciación mía- que son mucho más abiertos y se relacionan más con todo el mundo, los viajeros solitarios y las parejas (quizá por eso)
En la tertulia de hoy estábamos una pareja de Quebec (él bastante mayor que nosotros y ella muchísimo más joven), y tres chicos de BsAs, una pareja y otro solo. Ha sido una noche inolvidable, uno de los mejores ratos del viaje en lo que respecta a la relación con otros viajeros. Ha sido gracioso porque la pareja de BsAs eran perroflautas bastante jóvenes y me figuro que nos verían mayores por lo que en un primer momento se han salido a patio solos a cenar; pero a rato, ha contribuido que se fue la luz, se han sentado con todos nosotros y lo hemos pasado bárbaro, os hemos reído mucho y aprendido mucho también del tipo de vida en Argentina, Canadá y España.
 
Miércoles, 2 de enero. Buenos Aires

Con cierta pena hemos abandonado Iguazú. Nos hemos despedido de Cristian y en dos horas estábamos en BsAs. La tarde la hemos pasado ganduleando. Algunas compras paseo por la calle Florida y alrededores, estuvimos también viendo bailar tango al aire libre lo que es bastante usual, y mañana será otro día. ¡EL ÚLTIMO DE NUESTRO VIAJE!

Jueves, 3 de enero

Tras levantarnos y recoger el apartamento nos hemos ido a dar una vuelta por los alrededores de nuetra casita en esta ciudad que estaban muy, muy animada porque ya son vaciones de verano y  había además rebajas. Hicimos las típicas compras de última hora: unos artículos de piel y alguna tontada más.
Preparamos unos macarrones en el apartamento y nos quedamos viendo la tele hasta la hora en que vino a recogernos el remix de Manuel Tienda León, que fue extremadamente puntual. Justo a la salida del portal llegaba el hermano de Natali para recoger las llaves, Nos despedimos y emprendimos el camino al aeropuerto.
El avión salió puntualísimo y el viaje se nos hizo muy corto porque lo pasamos durmiendo. Guay.
Llegada a Madrid en punto, recogida de equipaje, bus a Atiocha y AVE a Albacete.
Un viaje estupendo de vuelta, y un viaje fabuloso en todos los sentidos.

 


 

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