SEVILLA (Puente de diciembre, 2015)

Este puente de la Inmaculada hemos decidido pasarlo en Sevilla ciudad a la que hace tiempo deseábamos volver y hemos celebrado allí nuestro aniversario que es el día 7 de diciembre.
Como ya venimos haciendo bastantes años, hemos reservado, en vez de hotel, un apartamento, que nos resulta más cómodo; muy céntrico, justo al lado del palacio de Las Dueñas y la plaza del Metropol, que todo el mundo conoce como la plaza de las setas por la enorme estructura moderna que han construido en el centro, talando toda la plaza,  y que no ha estado libre de polémica. El apartamento estaba genial por situación, estética y comodidad. (Ver crítica en AirBnB)














Viernes, 4 de diciembre
Salimos de Albacete después de comer y descansar un poco, en AVE hasta Madrid y de ahí hasta Sevilla donde llegamos sin novedad. En el tren, por supuesto y como siempre, da igual que sea AVE o no AVE, los auriculares no funcionaban.
Desde la estación de Santa Justa cogimos un taxi que en 15 minutos nos dejó en la puerta de la que será nuestra casa durante estos días.
Una vez instalados, siguiendo las indicaciones que nos dio nuestro anfitrión, nos dirigimos dando un corto paseo a la plaza del Cristo de Burgos y buscamos un local de tapas llamado los Coloniales, muy recomendable, pero que que por desgracia estaba llenísimo y con lista de espera así que, dada la hora y que teníamos bastante hambre, decidimos buscar otro, aunque este tuviera una pinta estupenda. Justo al lado está Los Claveles con un ambiente menos popular, muchísimo más pijo, con media de edad de la clientela más bien clásica sobre 50-60, pero que tampoco estaba mal. Nos obstante, nos decantamos por un local que se encuentra justo donde empieza la plaza, en el lado opuesto a Los Coloniales (la plaza es un rectángulo muy alargado) que se llama El Pequeño Almirante y que tenía una pegatina de excelencia del Tripadvisor en la puerta. La verdad es que se trata de un sitio bastante normalito estéticamente, parece una cafetería, pero que resultó estar muy bien tanto por el servicio como por la comida sin ser tan típico ni tener tanto carácter como el primero. Cenamos unas tapas ricas y presentadas como platos de diseño por un precio bastante correcto y volvimos paseando al apartamento.

Sábado, 5 de diciembre
Hoy salimos un poco tarde y desayunamos en una cafetería antes de llegar a El Salvador, una iglesia impresionante y muy emblemática en la ciudad. En la puerta se compra la entrada que no es barata para ser una iglesia, pero se puede adquirir un ticket combinado para visitar también la catedral, incluida la subida la Giralda, por 9€ (si se quiere también audioguía vale 2,5€ que se pagan aparte, y ofrecen gratis una segunda). Es muy recomendable comprar aquí la entrada ya que en la catedral hay unas colas enormes y de este modo se pasa directamente (hemos ahorrado mucho tiempo)

Al salir de El Salvador hemos estado callejeando un rato por el centro y recorrido la famosísima calle Sierpes, que estaba a rebosar de gente, hasta la plaza del Ayuntamiento y la plaza Nueva.Siguiendo la Avenida de la Constitución llagamos hasta la catedral en la que, como he dicho, había una cola enorme para sacar la entrada pero nosotros hemos pasado directamente. Nos han comentado un dato curioso: hasta que se construyó san Pedro de Roma, esta era la catedral católica más grande del mundo.
Desde el interior se accede a La Giralda cuya subida la constituyen 35 tramos de rampas pues no hay ni un escalón, y la verdad es que cansa mucho menos la subida. 

Las vistas de Sevilla desde arriba son espectaculares. Al bajar dimos otras cuantas vueltas por el interior recorriendo algunas capillas más, nos fotografiamos en el túmulo de Cristobal Colon y salimos al Patio de los Naranjos, una autentica preciosidad con la catedral y la girarda como telón de fondo.
Terminada la visita nos sentamos a comer en el restaurante Las Escobas, en una terracita muy agadable de la callejuela que sube desde la salida del patio de los Naranjos llamada Álvarez Quintero. El tiempo contribuye al placer del momento pues el día es muy soleado y la temperatura debe estar rondando los 24°C.





Como nos quedaba tiempo después de la comida, nos acercamos a visitar el Archivo de Indias que es un edificio renacentista impresionante. En su interior, aparte de los archivos en sí y algunos objetos expuestos en vitrinas, casi todo tiene que ver con la fragata Mercedes cuyo tesoro no estuvo exento de polémica por la disputa entre nuestro país y la empresa americana que recuperó la fragata. Al final ganamos y la mayoría de su cargamento se encuentra en Cartagena. Muy interesante la exposición que incluye una proyección muy didáctica.
Al salir nos dirigimos a Los Alcázares, que están a un paso, y después de hacer un rato de cola, cuando llegamos a la taquilla nos dicen que iban a cerrar pronto así que decidimos volver al día siguiente y dedicar el resto de la tarde a pasear por el barrio de Santa Cruz. Callejeamos durante bastante tiempo hasta que fuimos a parar a la iglesia de Santa Mª la Blanca en cuya placeta nos tomamos un café y una tortita con chocolate. De ahí vamos a ver la famosa plaza de Santa Cruz, en cuyo centro se alza una cruz de forja muy coqueta y trabajada; en un lateral una placa recuerda que ahí estaban los restos de Murillo. 
Como ha es tarde y estamos cansados, decidimos Volvemos a descansar un rato al apartamento y durante el camino de vuelta, otra sorpresa: la salida del trono de una Virgen de una iglesia, San Nicolás, en procesión.
Ya tarde bajamos a cenar a la Alameda de Hércules y nos tomamos una tapas muy ricas en un local que se llama Avanti con la guaracha, muy recomendable y a muy buen precio, con unas tapas grandes y ricas y un trato muy bueno. Después del picoteo recorremos la Alameda, que a esta hora está llenísima de gente sentada en las numerosas terrazas que la flanquean, y volvemos a casa en un pis-pas gracias a Google Maps.

Domingo, 6 de diciembre
Sobre las 10:00 comenzamos la ruta de hoy. El plan es visitar la zona oeste cercana, bajar al río y volver al centro haciendo un círculo.
Comenzamos por acercarnos al palacio de Las Dueñas porque me hace ilusión hacerme una foto en la puerta desde la que se ve el jardín donde paseaba la duquesa de Alba con su perrito Flopy o Flupy o algo así. Me caía bien Cayetana, siempre hacía lo que le daba la gana sin importarle lo que la gente pensara de ella.
Cuando estábamos sacando unas fotos en la verja llamaron nuestros amigos de Málaga, Nekane y Pepe, para decir que venían en el tren a pasar el día con nosotros. Genial.
Desde el palacio nos dirigimos a la basílica de la Macarena. Aquí hay tanta devoción por ella que no podemos irnos sin verla al natural. Muy bonita figura. 
 
Desde ahí, bordeando el Hospital de las Cinco Llagas, espectacular pero cerrado, bajamos hasta el río con intención de dar un corto paseo por la senda que han construido en la ribera y subir a ver el Cristo del Gran Poder, pero nos equivocamos de calle y vamos a parar al puente de Calatrava que está mucho más lejos. La senda es muy agradable, pero el camino ha sido demasiado largo.

No obstante, logramos llegar a la iglesia y vemos el famoso Cristo. Como era ya tarde, pues el tren de Nekane llegaba a la una, suprimimos la visita del Monasterio La Cartuja para volver al centro y nos acoplamos en una terracita a esperar. Nada más sentarnos nos percatamos de que habíamos perdido la guía; se me debió caer y no me di cuenta. Una pena porque era una guía muy buena (la guía-plano de ediciones B)
Nekane y yo en la puerta del hotel en el que nos hospedamos en el vieje de 3º de BUP
Comemos juntos en Casa Robles y la tertulia se prolonga bastante. Pasamos el resto de la tarde callejeando por el barrio de Santa Cruz y entramos a visitar el Hospital de los Venerables que es gratis el domingo de 16:00 a 18:00.
Para rematar nos tomamos unas bebidas en una placita frente a Sta. Mª la Blanca donde estaban cantando un grupos de personas entre los que había tunos, camareros, clientes... Nos hemos enterado de que el día de la inmaculada hay en Sevilla un festival de tunas y vienen de toda España para cantarle a la Virgen ese día en la plaza de San Francisco que es donde se reúnen; eso explica por qué hemos visto durante estos días tantísimos tunos. Nekane y Pepe se fueron desde ahí a la estación y nosotros volvimos a Santa Cruz y pasamos el resto de la noche paseando por sus encantadoras callejuelas iluminadas y llenas de tasquitas, bodegas, tiendas de artesanía y bares de tapas. Una maravilla.
 














Cuando nos cansamos volvimos a casa atravesando el centro que está a rebosar de gente y por el que casi no se puede andar. Es increíble el gentío.
De camino compramos en la plaza de las Setas, llamada así por la inmensa construcción con forma de seta que han edificado en ella, unas napolitanas para cenar.

Lunes, 7 de diciembre
Hoy intentaremos ver lo que nos ha quedado, aunque hemos recorrido casi todo ya.
Comenzamos por Los Alcázares pero antes de llegar pasamos por la plaza de San Salvador y vemos que en una iglesia contigua (que resultó ser  la misma pero a la que se accede por otra puerta) hay un besamanos de la Virgen y entramos. Entre besar a la Virgen, visita ayer a la Macarena y al Cristo del Gran Poder y esta tarde que iremos a La Esperanza de Triana, creo que nos hemos ganado la salvación. Hay que comentar un dato muy útil: desde la iglesia de la Virgen del besamanos, que realmente es un ala de la de El Salvador, se puede contemplar perfectamente esta, pues están separadas  por una barandilla solamente; es decir, que si solo se quiere ver la iglesia de El Salvador, y está abierta la otra, se puede acceder por la segunda sin hacer una cola interminable ni pagar entrada y se ve exactamente lo mismo.
Nuestro primer objetivo hoy era visitar los Alcázares, pero al llegar la cola es IM-PRE-SIO-NAN-TE; esperamos un poco pero al ver que no avanza (y teniendo en cuenta que los dos hemos visitados ya el sitio) optamos por seguir dando un paseo hasta el parque de Mª Luisa y la Plaza de España. Recorremos la zona pasando por el famoso, exclusivo y carísimo hotel Alfonso XII y la antigua tabacalera, hoy reconvertida en edificios de la Universidad. Accedemos al parque y entramos a la plaza por la Puerta de Aragón. La zona está llena de gente; la mayoría turistas como nosotros. 
 
El día acompaña pues está un poco nublado y la temperatura es más alta y sin resol. Como todo el mundo sabe, esta plaza es una de las más bonitas de España. Su arquitecto fue Anibal González y se construyó como edificio principal de la Expo Iberoamericana de 1929. Está diseñada como un semicírculo de dos brazos, de ladrillo caravista, con una fuente central y un canal sobre el que discurre un amplio paseo. En las paredes del paseo se puede contemplar lo que más atrae a los turistas, a saber, una serie de 48 bancos que representan a cuarenta y seis provincias españolas peninsulares (todas excepto Sevilla) y los dos archipiélagos (Canarias y Baleares), con su escudo, un mapa y un paño de azulejo pisano con hechos históricos destacados de la provincia o archipiélago representado, colocados en orden alfabético. Estos bancos se distribuyen en cuatro tramos, y al principio y final de cada uno de ellos, se sitúa un paño de azulejo pisano relativo a la provincia de Sevilla. Los bancos tienen, también, a los lados, dos pequeñas torres con anaqueles que han sido usados en alguna ocasión para colocar libros. Todo esto realizado en preciosos azulejos de cerámica sevillana.
Intentamos hacer unas fotos en el banco de Albacete, pero está lleno de gente, de esa gente que ocupa el sitio de la foto que todo el mundo quiere hacer como si solo estuvieran ellos, y aunque ven que hay personas esperando permanecen en el mismo punto  sin inmutarse por la desesperación de los desafortunados que han llegado detrás; o sea, que no se largan y desistimos. Vamos al banco de Málaga donde los turistas  se sientan, hacen su fotos y dejan el sitio libre para los siguientes, lo normal. Me hago unas fotos y seguimos el paseo.
El resto de la mañana discurre recorriendo el famoso parque de Mª Luisa. En su interior se ubican el Museo Arqueológico y el de Artes Populares que suele ser uno de los que más me gustan con sus trastos variopintos. Este está muy bien resuelto y, además de muchos objetos relacionados con la vivienda y la forma antigua de vida tradicional, expone una colección muy interesante de utensilios de diferentes oficios presentados a lo largo de varios pasillos con diferentes habitáculos en cada uno de los cuales se recrea una labor. La entrada hoy lunes era además gratis.
Al salir continuamos el paseo por el parque hasta la salida por el Costurero de la Reina, que es una pequeña construcción muy coqueta de estilo mudéjar que alberga hoy una oficina de turismo.
Desde ahí discurre un paseo que, bordeando el río, llega hasta la Torre del Oro, nuestra siguiente parada. Antes de llegar nos zampamos unas hamburguesas en Burguer Good, un local muy parecido a los Burguers King con el que nos topamos por el camino.
A continuación seguimos la ruta hasta la Torre del Oro. Subimos para ver desde arriba las vistas del Guadalquivir que no están mal pero que no son ni de lejos las mejores. La verdad es que no merece la pena la entrada a la Torre. De hecho, desde el puente de San Telmo, justo al lado de la torre, son mucho mejores. Desde ahí hemos hechos unas fotos muy bonitas.

Cruzamos el puente y llegamos al famoso y popular barrio de Triana para conocerlo y visitar la famosa Virgen de la Esperanza de Triana, pero solo vemos la puerta porque está cerrada hasta las 17:30 y siendo ahora las 15:45 no vamos a esperar tanto tiempo para ver una estatua. Damos una vuelta por el barrio y nos tomamos un cafelito, aunque la impresión no es muy buena, no nos gusta mucho la zona; la verdad es que me esperaba algo más especial pero realmente no tiene nada; se trata de un barrio vulgar y corriente sin mucho encanto. Nada que ver con el de Santa Cruz.

Tras un rato por allí. Cruzamos el puente de Triana, desde el que hay también unas vistas preciosas de la ciudad, y nos volvemos a casita a descansar atravesando todo el centro por el que casi no se puede andar del gentío que colapsa sus calles.
Por la noche, para despedirnos de esta ciudad, nos acercamos a la Alameda de Hércules cuyo ambiente nos había gustado mucho el día que cenamos por allí y nos tomamos unas tapas y unos vinos en un local llamado Karpanta, muy recomendable y a buen precio. La verdad es que nos han sorprendido mucho los precios en esta ciudad, especialmente los restaurantes y bares que son bastante baratos.
Después de la cena damos una vuelta por la alameda y volvemos a casa a ver el famoso debate a cuatro bandas: Soraya Sáenz de Santamaría, Albert Ribera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. Quedó en tablas y fue lo de siempre: vender su moto y "tú más".

Martes, 8 de diciembre de 2015
De vuelta a Albacete, el balance del viaje es muy positivo.
Nos ha encantado Sevilla. Es una ciudad que tiene un ambiente increíble con cientos de placitas acogedoras y coquetonas, cada una con sus pequeñas -o grandes- iglesias, encantadores rincones, callejuelas preciosas y sobre todo, es una ciudad viva, vivísima. Es un lugar muy cuidado que ha mantenido el sabor auténtico y tradicional; nos ha sorprendido mucho el centro que, además de enorme, se ha conservado como hace años, sin apenas tráfico, peatonalizado en gran parte y sin un solo edificio alto en él. Todas las casas han conservado las fachadas aunque algunas por dentro se hayan reconvertido en apartamentos modernos. Muchas de ellas permanecen con las puertas abiertas para que los paseantes podamos admirar sus preciosos patios andaluces. Llama la atención la enorme cantidad de hotelitos con encanto que se han  abierto en estas casas (y también apartamentos turísticos); en este sentido la oferta es  inmensa y variada.  Paseando por el casco histórico, que ya digo que es enorme, uno tiene la impresión de estar andando por un pueblo con sus casas bajas, calles tranquilas, estrechas, sinuosas, sus arbolitos de naranjas..., una gozada a cualquier hora del día o de la noche. La vida es tranquila, relajada, la gente es amable. Lo mejor: el barrio de Santa Cruz, aunque cualquier zona es agradable. Nos ha gustado mucho.

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BILBAO (17-21 de agosto, 2015)



Lunes, 17 de agosto

Llegamos a la estación tras un viaje bastante cómodo con transbordo en Madrid. Cogimos un taxi y en breve nos encontrábamos en la puerta de nuestro hotel, en plena Gran Vía. Habíamos reservado en el hotel NH Villa de Bilbao (ver crítica en Tripadvisor: https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g187454-d232760-r303825535-NH_Collection_Villa_de_Bilbao Bilbao_Province_of_Vizcaya_Basque_Country.html#CHECK_RATES_CONT) , una oferta por internet de habitación doble y desayuno a mitad de precio, tan barata que creíamos que nos iban a alojar en el sótano. Cuando llegamos no nos podíamos creer la habitación tan estupenda que nos dieron. El viaje empezaba muy bien.
Dejamos las maletas y bajamos a dar una vuelta por el barrio para situarnos. Estábamos muy cerca de una zona de marcha con muchos locales de pintxos, pero tras el viaje decidimos cenar en un local que había frente al hotel, Bykaina, con buen servicio y buena comida; y además con una decoración curiosa y ecléctica, entre mesón típico, decoración vintage y cuadros vanguardista. Es un sitio recomendable.

Martes, 18 de agosto

Nos levantamos no demasiado pronto y nos dirigimos al plato fuerte del viaje, el Guggenheim y en concreto la exposición de Jeff Koon que me encanta (sí, el exmarido de la Cicciolina, la actriz porno)
Nos dirigimos al museo dando un agradable paseo por toda la zona nueva. Llegamos y casi no había cola por lo que entramos bastante pronto. Fue muy emocionante poder ver al natural todas esas esculturas y pinturas frikis, frikis que dan su carácter al artista. Su estilo kitsch tan carácterístico no deja indiferente a nadie; o se le odia o se le ama. Mi caso es el segundo. Pasamos toda la mañana recorriendo las salas y haciéndonos fotos con los tulipanes, los perritos globo, la langosta, Michael Jackson y el chimpancé, popeye… y mirando los enormes cuadros y figuras, autorretratos, del autor “follándose”- con perdón- a su mujer. Es tan, tan friki que me encanta. El colmo habría sido que la exposición hubiera raído mi escultura favorita, “El abrazo”, en la que se pueden ver los torsos de la pantera rosa abrazando a una rubia desnuda. Es excepcional.
 Para concluir la mañana en el museo, visitamos unas salas en las que había una muestra temporal sobre la Historia de grafiti con especial atención a Jean-Michael Basquiat, uno de los artistas más rompedores del siglo XX; en su obra combina el dibujo y la pintura con imagen y texto y en cierto modo fue el precursos del grafiti en NY; junto a varias fotos del artista en su estudio de la ciudad de los rascacielos podían contemplarse otras muy interesantes de, por ejemplo, vagones de metro grafitados por él. Como el grafiti, o arte callejero, también me gusta y NY es mi ciudad preferida, no podía haber habido mejor colofón a la visita de Guggenheim.




Abandonamos el museo bastante tarde y lo primero que hicimos fue sentarnos en una terracita cercana a comer y reponer fuerzas para seguir la ruta. Preparamos con nuestro mapa el treyecto que íbamos a seguir para no perdernos nada de la ciudad.

Nos dirigimos por la margen de la ría hasta el puente de Calatrava (que ya aburre porque todo lo que hace es exactamente igual) en dirección al Ayuntamiento. Desde el puente percibimos algo raro: no sabemos muy bien qué pasa en la ciudad pero se oye mucho escándalo y de repente observamos grupos de personas cada vez más numerosos  que se dirigen igual que nosotros hacia el centro; también en poco tiempo la ría se llena de barcos y barcas que navegan en la misma dirección tocando las sirenas. Desde nuestra privilegiada atalaya se divisa una muchedumbre impactante que parece una enorme mancha roja. Preguntamos y nos enteramos de que el Bilbao (el equipo de fútbol) ha ganado la Copa o la Liga, o algo importantísimo (sobra decir que no solo no nos gusta el fútbol en absoluto sino que además evitamos leer nada sobre él, ver imágenes u oír comentarios. En casa se cambia de canal cuando se habla de fútbol o de futbolistas): no obstante, la ciudad estaba animada y contentísima con el triunfo y daba gusto ver el ambiente y a la gente así (la pena es que fuera por ese motivo) De cualquier modo fue curioso.
Una vez que la muchedumbre se dispersó pudimos llegar a la puerta del ayuntamiento y hacernos unas fotos en su fachada y con la famosa escultura de Chillida que adorna el jardín de enfrente. Nos dirigimos hacia el centro y paramos en el famoso y emblemático café Bilbao, que parece árabe con mezcla de principio de siglo, a tomar un idem.
A continuación, siguiendo las indicaciones de nuestra pequeña guía buscamos el funicular de Artxanda que asciende al famoso monte del mismo nombre; en principio se construyó para dar fácil y rápido acceso a los vecinos de los barrios altos, pero ahora se ha convertido en una de las atracciones turísticas de la ciudad. El viaje dura 15 minutos y las vistas son espectaculares. Al llegar hay que tomar un ascensor para salir a la calle.

 
Desde arriba se divisa todo Bilbao y tuvimos mucha suerte porque no había nada de neblina y las vistas eran impresionantes. Tras dar un paseo por el monte bajamos utilizando el mismo medio de transporte. Decidimos patear la ciudad en su parte nueva, la Gran Vía (cuyo nombre es Don Diego López de Haro) estaba a rebosar de gente, con un ruido infernal,  porque había un desfile de…¡los futbolistas! que recorrían la emblemática avenida saludando a los enfervorecidos seguidores desde el piso superior de un autobús. No se podía andar y menos ver nada por lo que decidimos abandonar esta zona y perdernos por calles menos concurridas. Pasamos el resto de la tarde paseando por el centro y, la verdad, sintiéndonos felices contagiados  por la alegría de la gente. Recorrimos las calles, limpísimas, de esta tranquila ciudad deteniéndonos para fotografiar los bonitos edificios que flanquean sus calles. Visitamos lo que era la Alhóndiga, un antiguo almacén de vino reconvertido en centro de ocio y cultura; su nombre hoy es Azkuna Zentroa (centro Azkuna). Fue construido durante la primera década del siglo XX siguiendo el proyecto de Ricardo Bastida, ocupando toda una manzana en pleno centro de la ciudad. Su construcción fue novedosa por el empleo de hormigón armado para arquitectura pública. Se inauguró como centro cultural en 2010 tras permanecer cerrado varias décadas. 

El exterior se caracteriza por la imponente monumentalidad con torreones en las esquinas y el interior sorprende por su originalidad. Presenta una configuración diáfana en la que se une el indudable atractivo de la posibilidad de experimentar la totalidad del espacio correspondiente a una manzana del ensanche, con el rigor geométrico que la estructura posee, el cual propicia notables percepciones del espacio por ella modulado. Los pórticos de hormigón armado (La Alhóndiga fue uno de los primeros edificios realizados con esta técnica en Vizcaya), presentan una reiterativa modulación que se altera ligeramente en las zonas en que diversas necesidades de tipo funcional lo demandan. Las calles de circulación por el interior de las plantas baja y sótano, asociadas en vertical a grandes huecos de los forjados superiores para propiciar la iluminación del conjunto, crean zonas de ruptura de la trama estructural.
Terminado el recorrido y bastante cansados volvemos al hotel y bajamos a la zona de marcha, que está justo en la calle paralela, a tomar unos pintxos y unos vinitos. El sitio es un local típico a tope de gente, con una larga barra repleta de platos que muestran una inmensa variedad de esta tapa norteña. Elegimos unos cuantos, a cual más rico, y nos vamos a dormir.

Miércoles, 19 de agosto

Hoy hemos decidido hacer una excursión en barco por la ría, con auriculares para la explicación (turistas totales!!). Desde el embarcadero que está en la margen opuesta al ayuntamiento están las taquillas de Bilboats y se pueden elegir diferentes excursiones (de mayor o menos duración); nosotros escogemos la más larga de 4 horas que llega hasta el mar (Getxo) pasando por los antiguos muelles industriales y localidades importantes como Barakaldo. 

 
No es una excursión impactante pero a nosotros nos gustó mucho, en especial toda la zona antigua de industria metalúrgica, los muelles y fábricas de hierro y acero, hoy desmanteladas (donde parece que quieren construir una zona moderna y vanguardista, como en otras ciudades europeas) Contemplar estos edificios produce una extraña sensación.

Terminado el recorrido comemos y por la tarde nos dirigimos al barrio antiguo que visitaremos mañana con mayor profundidad. Admiramos la fachada del teatro y callejeamos un poco terminando en la Plaza Nueva (que es como la plaza Mayor de Madrid o Salamanca en mucho más pequeño) o Plaza Barria en una de cuyas terracitas cenamos. Es una plaza de estilo neoclásico, cuadrada y cerrada. Su construcción duró 65 años (desde 1786 hasta 1851). La idea de su construcción responde al espíritu neoclásico del Bilbao de fines del XVIII que quiso sustituir el recinto existente por un entorno funcional, cómodo, higiénico y bello. Y sí que lo es.
Volvemos caminando ya de noche hacia el hotel, recorriendo las calles iluminadas que aportan a la ciudad un aire bastante señorial. Decididamente Bilbao es una ciudad preciosa y agradable; y la gente, muy amable y educada.



Jueves, 20 de agosto

Vamos a la oficina de turismo donde nos informaron de que hay unas visitas guiadas por el casco viejo por muy poco dinero (4,50 €), dirigidas por guías oficiales. Para participar no hace falta reservar, solo hay que presentarse en la oficina de turismo 10 minutos antes de que comience. Mientras hacemos tiempo, pues llegamos muy pronto, nos tomamos un café en la plaza del teatro, en el Café del Teatro, muy agradable.
La visita resultó muy interesante para descubrir el Bilbao medieval, con sus calles empedradas, cantones, plazas y rincones con encanto. Recorrimos todo el barrio antiguo, sus murallas, la catedral gótica de Santiago, la plaza Nueva, la emblemática iglesia de San Antón y las antiquísimas ruinas sobre las que se asienta, o el bullicioso Mercado de la Ribera. No entramos a ninguno de estos lugares durante la visita por lo que al terminar con el guía volvimos a hacer la ruta por nuestra cuenta visitando todos estos enclaves y algún otro palacete que no vimos con anterioridad: la biblioteca, el museo de gigantes y cabezudos…

Seguimos la ruta por la zona moderna y visitamos el Museo de Bellas Artes, un edificio moderno y funcional al lado del parque de Doña Casilda de Iturrízar, que conserva ejemplos relevantes de arte antiguo, moderno y contemporáneo; tienen especial interés las muestras de pintura de las escuelas española y flamenca y cuenta con una enorme presencia de artistas vascos.
Al salir, ya tarde, comemos en una pizzería de diseño (con comida italiana y también platos de cocina moderna) que hay cerca del museo y que es muy, muy recomendable; se llama La Fontana Trattoria.
Finalizada la comida decidimos ir a dar un paseo por la margen del río hasta Getxo. Cogemos un tranvía que nos lleva hasta el puente Hierro Vizcaya, también llamado Puente Palacio o simplemente Puente Colgante, que es un transbordador de peaje para personas y vehículos que une las dos márgenes de la ría del Nervión). Fue construido entre 1887 y 1893 y fue el primero de su tipología en el mundo. Tiene 61 metros de altura y 160 de longitud y es el puente transbordador en funcionamiento más antiguo del mundo. También se le conoce como Puente de Portugalete ya que se encuentra en esta localidad que a través de él se une al barrio Las Arenas de Getxo. Visto de cerca impresiona. Nos tomamos un café en una terracita justo bajo él, contemplando el ir y venir de la barquilla colgante.
Desde aquí continuamos paseando hasta la zona costera del barrio de Getxo, conocido por las mansiones señoriales que se reparten a lo largo del paseo marítimo y en las cercanías de la playa.
Pasamos la tarde recorriendo la zona y tomándonos un piscolabis en la terraza de un hotelito puturrú a pie de la famosa playa. Vemos atardecer desde aquí y cogemos el tranvía para volver al centro.
Bajamos a cenar unos pinxos a la tasca que ya conocemos y donde sabemos que está todo riquísimo y el servicio es amable y rápido. Con ello nos despedimos de esta ciudad que merece mucho la pena visitar.

Viernes, 21 de agosto

Nos levantamos, desayunamos y nos dirigimos en taxi a la estación para tomar el tren de regreso a Albacete.
El viaje es rápido y agradable y por la tarde merendábamos en casa. FIN

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MÉJICO (Julio, 2015)


Hoy, 23 de julio, día en que ha nacido nuestro sobrino-nieto Álvaro, emprendemos viaje a Méjico, en concreto a Yucatán, a Playa del Carmen. 
Salimos de Albacete sobre las 19:30 en dirección a Madrid desde donde mañana sale nuestro vuelo. No hay apenas tráfico y en dos horas y media llegamos a nuestro Hotel SHS en el que pasaremos la noche y dejaremos el coche (han vuelto a poner la oferta Aparca y vuela con la habitación, traslado, desayuno y parking gratis hasta 30 días por setenta y pocos €)

Viernes, 24 de julio

Tras desayunar nos llevan al aeropuerto y tomamos el avión con retraso. Antes de salir, como siempre, cambiamos 50€ por si hay algún gasto al llegar. Es importante el asunto del cambio: en Barajas cambiamos a 14,30; en el aeropuerto de Cancún estaba el cambio a 13,60; en Playa del Carmen cambiamos a 17,30 y el cambio oscilaba entre 17,10 y 17,40. 
Aterrizamos a la hora en punto y tras los tediosos trámites salimos del aeropuerto en dirección al hotel cuya primera impresión no es muy buena (ver crítica en Tripadvisor)
Tras acomodarnos en la habitación 2832 de la segunda planta sin ascensor, picamos algo de fruta y vamos a dar un paseo hasta lo que llaman el "club de playa", o sea, la zona de playa del hotel, pero tras andar, al menos, 4 kms. damos la vuelta sin llegar pues estamos cansadísimos. Cenamos en el restaurante bufet y nos vamos a dormir.

Sábado, 25 de julio

Desayunamos temprano, muy bueno y variado el desayuno, de hecho, lo mejor del hotel, para ir a Playa del Carmen a recoger el coche que hemos alquilado para toda la estancia y después de intentar, como siempre, colarnos otro seguro superior y más caro, y de hacer todos los trámites y papeleos, nos dicen que no hay el modelo de coche pequeño, sencillo y económico que habíamos reservado y nos dan uno grande por el mismo precio. Al principio no nos hizo gracia, pero luego estuvo muy bien. Tenía hasta alarma. El alquiler lo hemos hecho con Thrifty (30€/día), que junto con Dollar y Tulumrentacar son las más baratas.
El primer contacto con las carreteras de Méjico han sido lo que aquí llaman "topes" y que son reductores de velocidad a lo bestia; en el primero casi salimos volando y además si se pasan a más de 10kms. hora te destrozan el coche. Hay de muchos tipos y en absolutamente todas las localidades grandes o pequeñas. Los de las urbanizaciones como Playacar, donde estábamos, son espantosos, hueco rectangular, elevación rectangular y otra vez hueco; en otros casos de trata de bandas sonoras, pequeños badenes simples o dobles..., y en algunos lugares usan maromas que hacen la misma función; en cualquier caso hay que ir a 10 kms./ hora si no se quiere destrozar las ruedas.
Con nuestro cochazo, lo primero que hacemos es dirigirnos a un centro comercial a por protector solar biodegradable ya que en muchos parajes naturales como Xel-Ha, cenotes, Sian Ka' An, etc. solo permiten este tipo de productos que no dañan el medioambiente. Perpetrados con nuestro protector solar nos vamos al parque natural de Xel-Ha cuya entrada cuesta 89 dólares todo el día. Te ponen en la taquilla un brazalete y ya tienes TI, Todo incluido: la comida y bebida, equipo de snorkel y muchas actividades, otras de pago. Snorkeleamos durante un buen rato por las lagunas y luego subimos en un trenecito a la zona alta para bajar el río con flotadores gigantes (llantas), actividad que es bastante cansada porque no te arrastra la corriente sino que hay que remar. 

Comemos en La cocina del pueblo, cocina mejicana buenísima, y descansamos un rato para continuar el resto de la tarde paseando por el parque que tiene senderos y cortas rutas para andar. A última hora nos tomamos un zumo a la sombra y emprendemos el camino de regreso. Para esta visita, y otras acuáticas, habíamos comprado por 12€ en España unas cámaras acuáticas de carrete, de usar y tirar, pero es innecesario  porque a lo largo de todo el parque hay puntos en los que te puedes tomar fotos y se recogen al salir del parque en formato digital.
Volvemos al hotel. Habíamos reservado para la noche la cena en el restaurante del club de playa. A las 21:45 nos lleva un bus al club que resulta ser algo bastante demodé y la cena regular. Nada del otro mundo. Nos vamos temprano a dormir.

Domingo, 26 de julio

Desayunamos un café con leche y unos croissanes y a las 6:30 nos recogen para ir a visitar Sian Ka' an, reserva de la biosfera de la Unesco, cuyo nombre en maya significa Puerta del Cielo, cuya principal característica es la planitud de su relieve y cuya superficie está constituida principalmente por piedra caliza, la misma que impide la formación de corrientes superficiales de agua y favorece el afloramiento de unos pozos conocidos como cenotes en México. Frente a la costa de Sian Ka'an, en el Mar Caribe , se ubica un complejo de arrecifes coralinos que constituyen el segundo más amplio en su tipo, después de la Gran Barrera de Arrecifes, al oriente de la costa de Australia.

En la costa de esta Reserva de la Biosfera se localizan amplias playas de arena blanca, pequeñas bahías y manglares, entre otros sistemas ecológicos. Cada uno de estos espacios alberga distintos tipos de fauna. El clima es cálido subhúmedo, y la época de lluvias se presenta durante el verano. Debido a su ubicación frente a las costas del Caribe, Sian Ka'an está expuesta a los huracanes que tienen lugar en el mar Caribe entre los meses de junio y noviembre. Debido al deficiente drenaje natural de la zona, en la época de lluvias buena parte de su superficie permanece anegada en el verano. Se pueden encontrar 4 tipos de manglares que son el mangle rojo, mangle negro, mangle blanco y mangle gris. Un ecosistema muy peculiar en los humedales de Sian Ka'an es el de los llamados petenes, unas masas de árboles que pueden medir hasta treinta metros de altura y que se levantan entre las hierbas de los pantanos. Estas formaciones vegetales son casi únicas en el mundo, pues fuera de la península de Yucatán, no existen más que en el estado norteamericano de Florida, donde se les conoce como hammocks, y en Cuba, donde se les llama cayos de monte. En su mayoría tienen forma oval o circular y su tamaño varía desde unas decenas de metros hasta casi dos kilómetros de diámetro. Se generan debido a la presencia de manantiales de agua dulce, que brotan en medio de los pantanos de agua salobre y permiten el crecimiento negros de grandes árboles.
Hay 23 yacimientos arqueológicos en la reserva, incluyendo a Muyil y Tampak, entre otros. (Wikipedia)
Contratamos nuestra excursión con ITour (http://www.itourmexico.com/) (porque es la única empresa que hace todo el recorrido pero sin ir a Punta Alen en jeep (como las demás) durante dos horas por una pista infernal y unos caminos espantosos, sino que van en furgonetas solo hasta Boca Paila que está muy cerca y desde allí en lancha rápida, a través de lagunas y manglares hasta Punta Allen (donde ofrecen un piscolabis). Nuestra excursión se llama Sian Ka'an Deluxe y cuesta 115 dólares por persona con la recogida en el hotel de Playa del Carmen (sin recogida y yendo al punto de encuentro por cuenta del cliente son 110 dólares). El punto de encuentro es la oficina de ITours en Tulum, que es igual que un albergue de juventud y con el mismo ambiente hippy y alternativo, gestionado por gente muy joven y muy preparada (nuestra guía hablaba perfectamente español, inglés, francés e italiano). Nos llevan desde Tulum hasta un embarcadero semiescondido, en Boca Paila, en una laguna y desde ahí comienza un fabuloso recorrido en lancha atravesando lagunas y manglares hasta Punta Allen (2 horas). Las lanchas son de 6 personas y algunas son de tres asientos de plástico cómodos a cada lado, pero otras llevan solo tres asientos y una tabla muy incómoda (que fue la que nos tocó a nosotros y que no era en absoluto deluxe). Durante el recorrido pasamos y rodeamos la Isla de los Pájaros en la que se pueden avistar muchas especies como pelícanos, cormoranes, fragatas... Al llegar a Punta Allen hay que pagar una tasa gubernamental de 35 pesos  para entrar al parque que no va incluida en la excursión. En un pequeño restaurante tomamos un snack de bebida y tortillas con picadillo de tomate y cebolla antes de subimos a otra lancha para el avistamiento de delfines y tortugas ya en mar abierto. 


A continuación nos dirigimos al arrecife de coral (el segundo más grande del mundo) y durante un rato hacemos snorkel en la zona, para decir la verdad impone un poco estar en medio del mar con las gafas y el tubo que agobian un poco. Desde ahí nos llevan a una playa paradisiaca, la típica imagen del Caribe, aguas transparentes, color turquesa, arena blanca, temperatura ideal... y terminamos la excursión con un baño espectacular y relajante.
Volvemos en las lanchas de nuevo a Punta Allen, donde degustamos el almuerzo que va incluido en la excursión y que es bastante cutre, por cierto. Terminada la comida regresamos en las lanchas, a toda pastilla por los manglares, al embarcadero donde nos espera una furgoneta que nos lleva directamente a nuestro hotel. La excursión (quitando lo incómodo de la lancha y el calor horrible) merece mucho la pena y es muy recomendable.
Llegamos al hotel hechos polvo y descansamos hasta la hora de la cena que hoy hemos tomado en el restaurante mejicano. Bien.

Lunes, 27 de julio

Hoy no tenemos prisa y nos hemos permitido levantarnos un poco más tarde y desayunar muy relajados para partir hacia la zona noroeste de la península de Yucatán. 
Tomamos desde Playa del Carmen la autopista, que aquí llaman carretera de cuota, y partimos en dirección a Valladolid donde al llegar nos dirigimos hacia el norte dirección Río Lagartos, para visitar las ruinas de Ek Balam, un antiguo poblado maya menos turístico: Ek Balam, es un sitio arqueológico maya en Yucatán, México. Está localizado a 30 km al norte de la ciudad de Valladolid, a 2 km del poblado maya de Ek Balam. En maya yucateco, Éek' Báalam significa "Jaguar negro" (Ek, negro; Balam, jaguar). Desde el año 300 a. C. hasta la llegada de los españoles.
El asentamiento humano en Ek Balam llegó a tener unos 12 km2, que incluía un espacio central sagrado de 1 km2, donde residía la élite.
Esta pequeña zona central estaba protegida por tres murallas. Fue una capital maya muy rica llamada Talol que, había sido fundada por Éek'Báalam (jaguar oscuro) o Coch CalBalam. Dominó una región muy poblada. En los primeros años del siglo XI, una irrupción extranjera posiblemente de los itzáes sometió los centros de poder de Ek Balam y Yaxuná.

La mayor parte de los edificios son de finales del periodo clásico. La entrada a este sitio protegido por dos murallas comienza con un magnífico arco maya, en el interior encontramos las edificaciones del centro ceremonial, el palacio oval y un juego de pelota maya de buen tamaño y una pirámide grande. La zona principal es la amurallada.
La entrada cuesta 119 pesos por personas, bastante caro para lo que se ofrece.
Al entrar a la derecha sale un sendero desde el que se accede a un cenote en el que se puede uno dar un baño. Se ofrecen para llegar a él, de pago, bicicletas y también hay bicicarros en el que te llevan sin esfuerzo. La zona no es muy extensa y se puede recorrer sin problema a pie.
Terminada la visita y con un calor de muerte volvemos a Valladolid que resulta ser una ciudad pequeña muy agradable. Tenemos suerte y encontramos un hueco para aparcar casi en la misma plaza, en el parque Francisco Cantón. 
Como ya es tarde y los estómagos necesitan combustible buscamos un sitio para comer y damos con El mesòn del Marqués, una antigua mansión reconvertida en restaurante con corredores, una decoración muy cuidada y un bonito, agradable y coqueto patio central con una fuente: en resumen,  un lugar fantástico con comida muy rica. Pedimos un plato regional, cochinita Pibil, una especialidad de la casa, caldo del marqués, y de postre crema de coco. 409 pesos, unos 27€, a los que hay que sumarle la propina que es el 10%, o sea unos 3€ más. 

No es excesivamente barato: aperitivo gentileza de la casa, los dos platos, 1 postre y 2 cafés malísimos. 
A continuación nos dedicamos a recorrer Valladolid bajo un calor de justicia. La ciudad es conocida actualmente como “La Capital del Oriente Maya”, título merecido no sólo por la belleza arquitectónica de sus edificaciones coloniales ancestrales como el Convento de San Bernardino de Siena, el Palacio Municipal, la Iglesia de San Servacio, el Ex Telar de la Aurora, el Museo de San Roque, así como otros no menos importantes. También por su ubicación estratégica en el centro de toda la región oriente siendo la cuidad más cosmopolita de la región. 
Comenzamos la visita por el famoso cenote Zaci que tiene de particular que está situado dentro de la ciudad. A él se accede bajando por unas escaleras talladas en la piedra. Aunque no se ve muy limpio, y el agua parece muy turbia, hay bastante gente bañándose dentro. Para salir se toman otras escaleras que lo rodean por el lado contrario y por las que se accede inevitablemente a un restaurante desde cuya terraza hay una vista excepcional del cenote.
En unos de los lados del parque se ubica el ayuntamiento y justo al lado está la oficina de información turística. Nos acercamos a la oficina de turismo a por un plano y algo de información (se encuentra justo al lado del Ayuntamiento, en unos de los lados que rodean al parque central, el izquierdo saliendo de la catedral) pasamos por esta y tomamos la calle principal (calle 41) que se encuentra repleta de comercios y restaurante. Nos detenemos en la casona de Valladolid, antigua casa señorial, que en otro tiempo fuera lugar de reunión de la clase alta de la ciudad y donde antaño se celebraban numerosas fiestas. En el interior hay un patio muy agradable y una capilla muy curiosa y coqueta que merece la pena visitar. También una tienda de artesanía de la zona y un restaurante en una especie de terraza elevada sobre el patio. Hacemos un descanso y nos sentamos en ella a tomar una limonada que por estas tierras es típica y la hacen riquísima (2€ las dos).
A continuación seguimos por la Calzada de los frailes, que nos han indicado en la oficina de turismo y que sale a la izquierda y conduce al convento de San Bernardino de Siena, una de las joyas de la ciudad, fundado en 1552 por la Orden Franciscana y ubicado en el barrio de Sisal, al sureste de la plaza principal de la ciudad. Entre sus muros estuvo preso el famoso pirata Lorencillos.
 
En su fachada sobresale la portería con arcos de medio punto y a los lados dos capillas; el acceso principal al templo es de arco de medio punto y, arriba de éste, hay una ventana coral y un escudo franciscano; rematan la sobria fachada dos espadañas.
En su interior, lo más interesante es su retablo principal en madera pintada en oro, y algunos nichos con esculturas; todo adornado con motivos vegetales, de estilo barroco. 
El claustro presenta dos niveles; en el pasillo de la planta baja se encuentran resto de una vieja noria que da sobre la boca de un cenote.  En este convento, Fray Bernardino de Valladolid inició una de las primeras obras científicas mexicanas, el "Catálogo Botánico", con nombres en latín y castellano, dibujos y explicación sobre las virtudes curativas, los usos domésticos e industriales de cada planta.
En una cámara podemos admirar lo que queda aún de una serie de grandes murales pintados a mano, que representan una procesión de santos que debieron cubrir todas las paredes. Sólo pueden apreciarse tres de ellos que se están perdiendo a causa de la humedad.

Para irrigar tan gran extensión se precisaba de una noria que lanzara por los sólidos acueductos el suficiente líquido extraído por los hombres o  por bestias. La noria se edificó en una pequeña elevación de la bóveda' por la parte norte del convento. Su solidez ha permitido su supervivencia ante la inclemencia del clima y el abandono que sufrio durante largo tiempo. La noria tiene forma rectangular y como "techos" tiene dos gruesos arcos de piedra que se cruzan en el centro de la boca del pozo. Se conservan las escalinatas que por cuatro partes hacían llegar hasta el promontorio. En uno de los pilastrones está tallada en la piedra una lacónica impresión: "Año 1613", que señala su terminación.
A corta distancia de la noria, hacía el oriente, hay otra "boca:' del cenote Sis-Há, que es un brocal desde donde puede admirarse la imponente profundidad de las aguas.
Los patios enormes que encerrados en una gruesa muralla circundan todo el Convento de San Bernardino se erigió sobre el cenote Sis-Há; que junto con el del barrio de Santana fué la principal fuente de abastecimiento de agua de los Cupules.
La calle en sí por la que se llega hasta el barrio de Sisal en que se ubica el convento es preciosa, toda llena de negocios artesanales de todo tipo (chocolate, madera, tequila...), con las casas pintadas de colores. Llegamos al convento que se encuentra al final, en una gran plaza. El edificio, al exterior, es sencillo y austero, sin adornos; el interior es exactamente igual, una construcción muy colonial, de muros lisos y anchos sin decoración tallada en la pared, simplemente decorado con alguna cenefa de pintura muy sencilla. El claustro da más impresión de ser una prisión que un convento y todo el conjunto, la verdad, es un poco tenebroso. Sería un decorado perfecto para una película de terror. Interesante.
El recinto cuenta con algunas dependencias austeras que muestra cómo eran las celdas, con alguna escueta pieza de mobiliario. Lo más interesante es el jardín donde encontramos un cenote propiedad del convento, cubierto con una estructura de piedra con arcos, de cuyo fondo extrajeron gran parte de las piezas que hoy se exponen en el pequeño museo que alberga el edificio. Por la parte más alejada de la entrada, accedemos a otro jardín más cuidado, que en este caso se trata de un pequeño jardín botánico realizado por unos estudiantes de turismo, en el que principalmente hay plataneras y palmas de coco, gallinas y pavos. Una iglesia sencilla pero con el gran retablo pintado completa la estructura.
Volvemos al centro, donde dejamos el coche por la mañana, no sin antes entrar al parque central y hacernos unas fotos en los curiosos bancos en forma de S que lo adornan.
Tomamos la salida en dirección a nuestro hotel, Gran Mayab (Antiguo Real Mayab. Ver crítica en tripadvisor) y llegamos a él sin ningún problema gracias a Google Maps. Al llegar cenamos un plato de frutas, vemos una peli de catástrofes en la tv y a dormir porque mañana madrugamos para visitar la joya de la corona, la antigua ciudad maya de Chichén Itzá.
La señora que regenta el hotel nos dice que internet va un poco lento porque ayer hubo lluvia y una tormenta fortísima con relámpagos que estropeo varios aparatos de comunicaciones.

Martes, 28 de julio

Nos levantamos temprano para llegar pronto a Chichén Itzá. (en maya: (Chichén) Boca del pozo; de los (Itzá) brujos de agua )
La zona arqueológica de Chichén Itzá fue inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988. El 7 de julio de 2007, el Templo de Kukulcán, ubicado en Chichén Itzá, fue reconocido como una de las Las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Fue fundada hacia el año 525 d.C., durante "la primera bajada o bajada pequeña del oriente que refieren las crónicas", por los chanes de Bacalar (que después se llamaron itzá) y más tarde aún cocomes.
Habiendo establecido los chanes la capital de su gobierno en Chichén Itzá continuaron su trayecto de oriente a poniente en la península de Yucatán, al cabo del cual fundarían también otras ciudades importantes como Ek Balam, Izamal, Motul, T'Hó, la actual Mérida de Yucatán y Champotón.
En el siglo ix, Chichén se convirtió en uno de los más importantes centros políticos de las tierras del Mayab. Desde el año 900 hasta el 1500, la ciudad se había consolidado como principal centro de poder en la península yucateca

A las 8 de la mañana aparcamos en la misma puerta y nos dirigimos a la taquilla. Entramos después de discutir con una chica bastante inepta que habían puesto y que no sabía ni cómo se hacia el cobro con tarjeta (en un monumento Patrimonio de la Humanidad que recibe cada día miles de sitantes!!!!!) Además no nos acepta la tarjeta de profesor internacional porque, según ella, deben ser los profesores mejicanos, cuando en los foros hay bastantes que la han utilizado y ayer mismo, en una caseta de información turística del gobierno, nos dijeron que sí valía. Bueno.
En la entrada hay guías oficiales que muestran las ruinas en un recorrido de 2 o 2,5 horas por 650 pesos, pero nosotros dijimos que solo éramos dos y nos ofrecieron un precio de 450 que al final logramos dejar en 400. Nos acompañó un guía genial, maya de sangre pura. Nos explicó muchísimas cosas sobre los edificios del complejo (todos reconstruidos) y sobre la cultura, origen, creencias, visión del mundo y modo de vida maya. Algo que nos llamó mucho la atención fue el concepto de casa que es totalmente diferente al nuestro: para los mayas, la casa es un reflejo de la persona en el mundo y así las construyen: el corazón es el fuego, los troncos que la sujetan, el esqueleto; las lianas con que atan los troncos, las venas; el barro la carne y se pinta por fuera con cal que es la piel. Curioso.
Vimos todo el recinto, el gran cenote sagrado, la casa maya, los templos, el juego de pelota, el edificio de las columnas, el observatorio y, cómo no, la gran pirámide de Kukulkán. Cuando visité Méjico, en el año 90, se podía entrar en todos los edificios, subir a la pirámide y pasar al interior para acceder al santa santorum; ahora todo está rodeado por cuerdas que impiden el paso. Dimos una vuelta por los puestos y compramos algunos recuerdos.
Finalizada la visita fuimos a un pueblo cercano llamado Piste donde comimos en el hotel Chichén Itzá. De nuevo puedo degustar la sopa típica de la zona, sopa de lima, que está riquísima.
Por la tarde teníamos pensado hacer la Ruta de los cenotes de Cuzamá y hacia allí nos dirigimos. Se trata de una zona no muy turística y alejada de la carretera en la que han organizado una tuta turística por tres cenotes aunque la mayor curiosidad y originalidad (dado que aquí hay cenotes por todas partes) es que la ruta se hace en lo que se llaman" trucks", un invento que consiste en rústicos carromatos de madera que se deslizan por raíles y van tirados por caballos; el recorrido se hace en parte sobre trucks y en parte en motocarros. Actualmente para ser más cómodo se ha modificado con asientos; originalmente era utilizado en la época de las haciendas para transportar la planta del henequén del campo a la casa de maquinas y procesarlo. Recorrer la selva con el truck es toda una aventura rústica, tradicional y divertida.
La ruta parte de Cuzamá; llegar allí no es fácil y hay que tomar carreteras secundarias que, no obstante, están en muy buen estado. El mejor camino es ir por la carretera federal 180 de Valladolid a Mérida y desviarse a la izquierda en dirección a Xocchel, de ahí a Hokabá, luego a Homún y de este último a Cuzamá. Hay que cruzar el pueblo (nosotros tuvimos que preguntar a un policía en la plaza) y salir en dirección a un parador de las afueras. El lugar se reconoce enseguida porque hay una gran explanada con aparcamiento y algunos chiringuitos para beber algo o comprar alguna chuchería. De ahí mismo salen los raíles que te conducen a otra zona donde se toma un motocarro que te lleve de nuevo a otro truck y en este se hace un circuito por tres cenotes, muy interesantes y bonitos. La ruta dura unas dos horas y el conductor de truck te deja media hora en cada cenote para tomar un baño. 

Los cenotes que se visitan son:
Cenote Chelentún. Es el primer cenote del recorrido; el acceso es fácil con escaleras de madera tipo rústico que descienden alrededor de 20 metros entre plantas y árboles; el agua es de color azul intenso muy clara y este es el único que tiene una parte baja. La bóveda del cenote es de tipo tunel y al final es donde es más profundo.
Cenote Chacsinicché. El segundo cenote en el recorrido; actualmente de tipo cántaro, aunque con el tiempo es probable que se convierta en el tipo de paredes verticales, ya que las ráices de los árboles aumentarán en tamaño y número sobre su frágil bóveda y la romperán. Tiene unas cómodas escaleras de madera que bajan alrededor de 20 metros y llegan al nivel del agua; impresiona el color azul índigo del agua, así como su transparencia.
Cenote Bolonchojol. El último cenote y el de más difícil acceso; para entrar se descienden mediante unas escaleras de madera y totalmente verticales unos 15 metros, dándole un toque extremo; su bóveda completa, solo permite el paso de los rayos del sol por pequeños hoyos, haciendo que el agua tome colores desde azul turquesa hasta verde esmeralda, dándole una hermosa y mística vista. Este cenote está catalogado como uno de los más bonitos de Yucatán.
Nosotros solo vimos dos porque a medio paseo se desató una tremenda tormenta tropical que nos puso como una sopa; parecía que se hundía el mundo pero igual que vino se fue. En una hora ya no llovía y la carretera estaba bien para conducir. Volvimos directamente al hotel. Un baño en la piscina, cena, espectáculo del hotel y a dormir.

Miércoles, 29 de julio

Hoy nos levantamos y desayunamos tranquilamente. La primera idea era subir desde Valladolid hasta Río Lagartos, en el norte, para ver flamencos pero al final decidimos que son muchos kilómetros de ida y vuelta hasta Playa del Carmen y optamos por suspender esta excursión y cambiar la ruta. Así, decidimos volver pero no por la carretera federal directa, sino por otra que no es de pago y se desvía a Tulum pasando por la zona arqueológica de Coba. Así que visitaremos ambos yacimientos, Coba y Tulum.
En una hora más o menos llegamos al primer destino: la antigua ciudad maya de Coba que se encuentra en un enclave privilegiado, envuelta en el verde profundo de la selva tropical, elevada entre dos lagunas. 
El posible significado de Cobá podría ser de cob ‘lo que tiene humedad’ o musgo y á o ‘agua’, es decir ‘agua con musgo’ o ‘humedad de agua’, otra posibilidad que no se descarta es que signifique ‘agua turbia’, por la proximidad a unos pequeños lagos con un color muy turbio. En su apogeo tuvo una población de unos 50 000 habitantes y una extensión de ochenta kilómetros cuadrados. La mayor parte de la ciudad fue construida a mediados del período Clásico de la civilización maya, entre los años 500 y 900 de nuestra era y poseía varios templos, entre los cuales sobrevive la pirámide del Nohoch Mul de 42 metros de altura.
La mayor parte de las inscripciones del lugar datan del siglo VII y numerosas evidencias indican que la construcción y reparación de los edificios continuó hasta el siglo XIV. Es muy curiosa una estela enorme de piedra con caracteres mayas.
Para entrara al recinto se pagan 120 pesos y se puede pagar, cosa rara, con tarjeta de crédito.
En la entrada hay algún edificio pero para ver el observatorio y la gran pirámide que es lo más interesante, hay que andar 6 Kms. o se puede alquilar una bicicleta (45 pesos) o, la opción que elegimos, tomar una bicicarro en la que te llevan por todos los monumentos, dejándote tiempo para verlos, fotografiarlos e incluso subir a la pirámide, por 120. Recomendamos coger este medio porque el calor es sofocante y la zona es muy amplia.
Al salir nos compramos un coco fresco. Exquisito: primero bebemos el agua que es dulce y agradable y luego el tendero nos lo abrió y nos comimos la pulpa. Un verdadero placer.
Finalizada la visita nos dirigimos a Tulum,  la única zona arqueológica que se asienta a la orilla del mar y que es el sitio más fotogénico y fotografiado de la región y quizá del país entero. Tulum fue una fortaleza maya que vivió sus momentos de gloria al final del período clásico (cerca del año 1000 d.C.). La más icónica de sus estructuras, llamada “El Castillo”, se encuentra al borde de un acantilado desde donde se aprecian las aguas color turquesa del mar, aunque en esta ocasión el agua estaba bastante turbia por una insólita invasión de algas. Desde el desvío de la carretera se accede a un enorme aparcamiento donde hay una pequeña caseta informativa que explica las diferentes opciones para visitar las ruinas y dan un mapa. Nosotros optamos por tomar un pequeño trenecito que lleva hasta la zona arqueolígica que está como a un Km. o dos de la entrada. El paseo es agradable pero tomamos el tren porque el calor era insoportable. Al llegar a la entrada del yacimiento, hacia la izquierda se va a las taquillas y hacia la derecha sale un sendero que conduce a la famosa y paradisiaca Playa Paraíso. La entrada se puede pagar con tarjeta de crédito. 
Dimos una vuelta por allí y volvimos en el tren a la primera entrada donde hay tiendas y restaurantes. Comemos en Salciccium, un local grande, moderno y agradable, con aire acondicionado, regentado por un catalán. Es un local muy recomendable, especializado en salchichas artesanas de muchos tipos, hechas por ellos mismos. Las mejores  son la alchicha de res con pepinillos y cebolla caramelizada y encurtida,  y el chorizo yucateco con salsa chimichurri; lo acompañamos con limonada natural y cerveza, y todo por 340 pesos, algo más de 20 €. Muy recomendable, con buena música, fresquito y limpio.
Tras la comida volvimos al hotel donde pasamos el resto de la tarde descansando.

Jueves, 30 de julio

Hoy es nuestro penúltimo día en la Rivera Mayahttps://ssl.gstatic.com/ui/v1/icons/mail/images/cleardot.gif que aprovechamos para conocer mejor el hotel y la zona donde estamos, o sea, Playa del Carmen.
Después del desayuno nos acercamos un rato al Club de playa en el bus gratuito del hotel. Pasamos la mañana tumbados en las hamacas, leyendo y tomando unos refrescos.
El agua de la playa sigue turbia y los operarios se dedican infatigablemente a retirar algas de la orilla con rastrillos. Una pena porque no hay ni rastro de las cristalinas y turquesas aguas caribeñas.
Después de comer descansamos un rato y nos vamos al pueblo a devolver el coche y a dar un paseo por la famosa 5ª Avenida que es el principal centro de comercio de la ciudad de Playa del Carmen. Se trata de una calle peatonal paralela a la playa donde se concentran restaurantes, tiendas, galerías de arte y artesanías. La calle estaba repleta de gente, muy animada y con un ambiente increíble.

Volvemos en taxi al hotel para cenar y ver el espectáculo de la noche.

Viernes, 31 de julio

Hoy es nuestro último día, Pasamos la mañana en la piscina.
Comemos temprano y a las 13:30 nos recogen para ir al aeropuerto. El avión despega con retraso pero llegamos a Madrid a su hora. Recogemos el coche y el día 1 a las 14:00 estábamos de vuelta en casa.


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