Viernes, 5 de febrero
En esta ocasión, el viaje de las chicas nos lleva a la ciudad eterna, Roma.
Volamos con Ryanair desde
Valencia y despegamos con algo de retraso, aunque no llegamos demasiado tarde.
Nos trasladan al hotel elegido que es el Boutique Nazionale (ver crítica en
Tripadvisor. https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g187791-d2270395-r364788584-Hotel_Boutique_Nazionale-Rome_Lazio.html#SHOW_USER_REVIEW)
y que es excepcional: limpio, moderno y muy bien situado, a unos minutos de la
Fontana de Trevi y en una zona muy animada repleta de tiendas, restaurantes y locales de diseño.
Tras instalarnos bajamos a cenar
a un restaurante que nos recomienda el recepcionista, Da Trani, en Vía Génova,
y que resulta ser un acierto. Cenamos de maravilla y los camareros son muy
simpáticos, excesivamente simpáticos. Incluso
Nani echa unos bailes con uno de
ellos.
Sábado, 6 de febrero
Hoy tenemos contratada una excursión de todo el día (6 horas para ver
lo más emblemático de la ciudad con guía. La reservamos vía web con Civitatis
cuyos servicios ya habíamos utilizado en otros países.
Esta visita guiada es la mejor forma de ahorrar dinero y conocer lo
más importante de Roma y el Vaticano en un solo día. Como ventaja adicional
respecto a ver estos lugares por libre tenemos que al hacer la visita guiada
nos saltamos las interminables colas de los Museos Vaticanos, el Coliseo, el
Foro Romano y el Palatino.
A la hora convenida nos
encontramos con el grupo en una calle cerca de la ciudad de El Vaticano,que
será la primera parada. El Vaticano es el estado independiente más pequeño del
mundo, por el número de habitantes y por la extensión de su territorio. Su
superficie es de apenas 44 hectáreas; su frontera está delimitada por murallas y, en la Plaza San Pedro, por la
franja de travertino que une las dos alas de la columnata.
Comenzamos entrando a los Museos Vaticanos que recorremos durante un
buen rato. Los orígenes de estos museos se remontan a 1503, año en que el
recién nombrado Papa Julio II donó su colección privada. Desde ese momento
tanto familias particulares como otros papas han ido aumentando la colección de
los museos hasta convertirla en una de las más grandes del mundo.
Actualmente los Museos Vaticanos reciben más de 6 millones de
visitantes anuales, aunque sin duda, una de las razones de esto es que constituyen
la puerta de entrada a la Capilla Sixtina.
Otro de los atractivos de los museos es sin duda la escalera doble de
caracol, una joya arquitactónica, por la que bajamos posteriormente.
La Escalera de Bramante es una escalera de doble hélice. Un dosel situado por encima proporciona la luz necesaria para iluminar las escaleras. La escalera se encuentra al final del recorrido al museo y todos los visitantes pasan por esta vía.
La escalera que se exhibe no es la inicial. La escalera de doble hélice en el lugar fue diseñada por Giuseppe Momo en 1932, inspirada por la escalera de caracol revolucionaria diseñada por Donato Bramante en 1512 para el Papa Julio II que quería conectar el Palacio Belvedere de Inocencio VIII a la ciudad. La escalera original de Bramante, en el vecino Museo Pio-Clementino, no está generalmente abierta al público, aunque giras especializadas se realizan.
La escalera Bramante de granito cuenta con columnas dóricas. La escalera fue construida para permitir que el Papa Julio II pudiera entrar en su residencia privada cuando aún estaba en su carruaje.
La visita continúa dando una vuelta por los jardines que son espectaculares. Hacemos unas fotos y volvemos a entrar en el edificio. Se suponía que en ese punto debíamos visitar la Basílica de San Pedro pero, para nuestra desgracia, está cerrada al público hoy porque el Papa iba a recibir a no sé quién y además este fin de semana se va a canonizar a un devoto al parecer importante; ahora nos explicamos que todo el recinto esté especialmente concurrido y haya enormes colas por todas partes (colas que nosotras saltamos). Según nos dice la guía en ocasiones cierran sin avisar (raro!!) Recorremos sus galería repletas de obras de arte de todos los puntos del globo y de todas las épocas y rematamos
La Escalera de Bramante es una escalera de doble hélice. Un dosel situado por encima proporciona la luz necesaria para iluminar las escaleras. La escalera se encuentra al final del recorrido al museo y todos los visitantes pasan por esta vía.
La escalera que se exhibe no es la inicial. La escalera de doble hélice en el lugar fue diseñada por Giuseppe Momo en 1932, inspirada por la escalera de caracol revolucionaria diseñada por Donato Bramante en 1512 para el Papa Julio II que quería conectar el Palacio Belvedere de Inocencio VIII a la ciudad. La escalera original de Bramante, en el vecino Museo Pio-Clementino, no está generalmente abierta al público, aunque giras especializadas se realizan.
La escalera Bramante de granito cuenta con columnas dóricas. La escalera fue construida para permitir que el Papa Julio II pudiera entrar en su residencia privada cuando aún estaba en su carruaje.
La visita continúa dando una vuelta por los jardines que son espectaculares. Hacemos unas fotos y volvemos a entrar en el edificio. Se suponía que en ese punto debíamos visitar la Basílica de San Pedro pero, para nuestra desgracia, está cerrada al público hoy porque el Papa iba a recibir a no sé quién y además este fin de semana se va a canonizar a un devoto al parecer importante; ahora nos explicamos que todo el recinto esté especialmente concurrido y haya enormes colas por todas partes (colas que nosotras saltamos). Según nos dice la guía en ocasiones cierran sin avisar (raro!!) Recorremos sus galería repletas de obras de arte de todos los puntos del globo y de todas las épocas y rematamos
Para concluir paseando por los jardines donde se puede admirar La
pigna, una gran escultura de bronce en
forma de piña que fue descubierta en el Renacimiento en el lugar en el que, en
época imperial, estaba el Campo de Marte. Ahora ahí se localiza el barrio de la
Piña, cuyo nombre le viene del hallazgo de la escultura. Volvemos a acceder al
interior y continuamos recorriendo las
galerías y patios adornados por estatuas,
pinturas y esculturas impresionantes (El Apolo de Belvedere, La
Academia, Laoconte devorando a sus hijos, la Artemisa de Éfeso, la alegoría del
Nilo, Augusto de Prima Porta, Mitra y la galería de los animales o el
famosísimo cuadro La escuela de Atenas entre otros)
Y para rematar la visita entramos a la Capilla Sixtina pintada por
Miguel Ángel. Una de las funciones principales de la Capilla Sixtina es la de
sede del cónclave del Colegio cardenalicio, en el que se elige al papa. Durante
el cónclave, se instala una chimenea en el tejado de la capilla, y el humo, al
ser visto desde la plaza de San Pedro, actúa como una señal. Si sale humo
blanco (fumata bianca), formado al quemarse en una estufa las papeletas de la
elección, significa que el cónclave ha finalizado y que se ha elegido a un
nuevo papa.
Finalizada la visita nos dan tiempo libre para comer hasta las cuatro,
hora en la que dará comienzo la visita al Coliseo. Nos dirigimos a esa zona y
elegimos para el almuerzo una terracita muy cerca del famoso monumento.
A la hora en punto nos encontramos con el grupo y, en primer lugar, accedemos al Coliseo.
A la hora en punto nos encontramos con el grupo y, en primer lugar, accedemos al Coliseo.
La construcción del Coliseo comenzó en el año 72 bajo el régimen de
Vespasiano y terminó en el año 80 durante el mandato del emperador Tito. Tras
la finalización de la construcción el Coliseo se convirtió en el mayor
anfiteatro romano, con unas dimensiones de 188 metros de longitud, 156 metros
de anchura y 57 metros de altura. Este coloso permitía a más de 50.000 personas
disfrutar de sus espectáculos preferidos. Las muestras de animales exóticos,
ejecuciones de prisioneros, recreaciones de batallas y las peleas de
gladiadores acompañaron durante años al pueblo romano. El nombre original
“Anfiteatro Flavio” fue sustituido por el de Coliseo debido a la gran estatua
de Nerón que se encontraba situada en la entrada de la Domus Aurea, "El
Coloso de Nerón". El Coliseo permaneció en activo durante más de 500 años.
Los últimos juegos de la historia fueron celebrados en el siglo VI.
A partir del siglo VI el Coliseo sufrió saqueos, terremotos e incluso
bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Con un gran instinto de
supervivencia, el Coliseo fue utilizado durante décadas como almacén, iglesia,
cementerio e incluso como castillo para la nobleza.
Actualmente el Coliseo es, junto con el Vaticano, el mayor atractivo
turístico de Roma. Cada año lo visitan 6 millones de turistas. El 7 de julio de
2007 el Coliseo se convirtió en una de las Siete Maravillas del Mundo
Moderno.
Tras esta primera visita continuamos en el Foro Romano y el Palatino. Las explicaciones del guía están bien, pero el de la mañana era mejor. Además de la explicación histórica, explican también historias de engaño y lujuria.
El Foro Romano era la zona en la que se desarrollaba la vida pública y religiosa en la antigua Roma. El Foro es, junto con el Coliseo, la mayor muestra de grandeza del Imperio Romano que se puede ver en la actualidad. Como curiosidad, el área en el que se encuentra el Foro fue en sus inicios una zona pantanosa. En el siglo VI a.C. el área fue drenada mediante la Cloaca Máxima, uno de los primeros sistemas de alcantarillado del mundo.
Ahora el grupo se disuelve y una parte se va a tomar algo caliente y
la otra nos vamos a ver la basílica de Santa María in Cosmedin, donde se encuentra la famosísima Boca de la
Verdad. La iglesia se construyó en el siglo VI sobre los restos del Templum
Herculis Pompeiani en el Foro Boario y de las Statio annonae, uno de los
centros de distribución de comida de la antigua Roma. Lo más interesante de
esta pequeña iglesia (aparte obviamente de la Bocca) son las catacumbas que
afortunadamente pudimos visitar. Se accede a ellas por unas empinadas y
estrechas escaleras y albergan un altar oculto al final de estas justo en la
entrada. En el libro El último catón de Matilde Asensi los protagonistas deben
superar una prueba iniciática en las catacumbas de esta iglesia. Naturalmente,
todo es ficticio.
La Bocca della Veritá es una
antigua máscara de mármol pavonazzetto, colocado en la pared del pronaos de la
Iglesia de Santa Maria in Cosmedin en Roma el año 1632. La escultura, datable
alrededor del siglo I, tiene un diámetro de 1,75 metros y representa un rostro
masculino con barba en el cual los ojos, la nariz y la boca están perforados y
huecos.
Tampoco se tiene certeza acerca de su utilidad antigua: si era una
fuente o parte de un impluvium o incluso una cloaca o alcantarilla (hipótesis
surgida a raíz de su cercanía a la Cloaca Máxima) que es lo más probable.
Para los cazadores de mitos, os interesará saber lo que cuenta la
leyenda. Ésta dice que aquel que visita la Bocca della Verità, debe introducir
la mano derecha y decir alguna verdad ante los presentes. En caso de que el
orador mienta, perdería la mano de un bocado de la efigie de mármol. La leyenda
de la Bocca della Verità se alimentó gracias a los antiguos sacerdotes. Estos
ponían escorpiones en la dichosa boca para perpetrar el mito y para descubrir
si sus esposas les eran fieles o no.
A continuación todas emprendemos un paseo nocturno por la ciudad
cruzando el río en dirección al Trastevere donde tenemos pensado cenar.
Lo primero que hacemos es entrar a una cafetería a tomar algo caliente y unas pastas porque el frío arrecia. Repuestas las fuerzas nos dirigimos a visitar la emblemática iglesia de Santa María in Trastevere que, casualmente, está abierta a esta hora porque hay un evento religioso; nos quedamos un rato a ver qué sucede y quiénes son las personas que poco a poco van llenando el templo. No nos enteramos de mucho. Volvemos al barrio y buscamos un sitio para cenar.
Lo primero que hacemos es entrar a una cafetería a tomar algo caliente y unas pastas porque el frío arrecia. Repuestas las fuerzas nos dirigimos a visitar la emblemática iglesia de Santa María in Trastevere que, casualmente, está abierta a esta hora porque hay un evento religioso; nos quedamos un rato a ver qué sucede y quiénes son las personas que poco a poco van llenando el templo. No nos enteramos de mucho. Volvemos al barrio y buscamos un sitio para cenar.
Domingo, 7 de febrero
Hoy tenemos como proyecto visitar la Basílica del San Pedro y asistir
al ángelus y a la a la bendición “orbi et orbe” a las 12:00 en la plaza.
Después de desayunar nos dirigimos paseando a la Fontana de Trevi que
coge de camino. La acaban de abrir al público después de muchos mese cerrada
por restauración y la verdad es que resplandece con todo el esplendor de
antaño. Está preciosa. Para cumplir con la tradición, echamos unas monedas a
ella y así nos aseguramos que volveremos a Roma.
Continuamos ruta hasta el río que atravesamos por el puente del
castillo de Sant´Angelo, una maravilla y unas vistas impresionantes.
Llegamos tras este maravilloso paseo a la plaza que presenta grandes
medidas de seguridad. Las colas son inmensas pero están los accesos tan bien
organizados que no se tarde mucho en llegar a ella; vamos avanzando y pronto
elegimos un lugar relativamente cerca de la ventana por la que se asoma el
Papa.
Cuando el movimiento comienza en ella un clamor recorre la plaza y la muchedumbre estalla en gritos y aplausos cuando el Pontífice aparece. La verdad es que impresiona aunque no se sea creyente, como impacta estar en un campo de fútbol lleno viendo un partido aunque se odie este deporte. Hacemos una parada en una cafetería para tomar unos helados y unos cafés y seguimos la ruta callejeando hasta llegar al barrio judío donde, según las guías, hay muy buenos restaurantes. Después de dar una vuelta rápida, ya que es tarde, elegimos para comer un sitio de nombre emblemático dado el barrio, Su Ghetto, donde probamos varios platos típicos exquisitos, incluidas por supuesto las alcachofas que son la especialidad. Un local muy recomendable.
Cuando el movimiento comienza en ella un clamor recorre la plaza y la muchedumbre estalla en gritos y aplausos cuando el Pontífice aparece. La verdad es que impresiona aunque no se sea creyente, como impacta estar en un campo de fútbol lleno viendo un partido aunque se odie este deporte. Hacemos una parada en una cafetería para tomar unos helados y unos cafés y seguimos la ruta callejeando hasta llegar al barrio judío donde, según las guías, hay muy buenos restaurantes. Después de dar una vuelta rápida, ya que es tarde, elegimos para comer un sitio de nombre emblemático dado el barrio, Su Ghetto, donde probamos varios platos típicos exquisitos, incluidas por supuesto las alcachofas que son la especialidad. Un local muy recomendable.
Con las barrigas llenas tenemos fuerza para continuar el paseo que nos
devuelve a la zona en concreto a la zona
de Plaza de España para visitar el Panteón de Agripa.
El Panteón de Agripa o Panteón de Roma es un templo de planta circular erigido en Roma por Adriano, entre los años 118 y 125 d. C. completamente construido sobre las ruinas del templo erigido en el 27 a. C. por Agripa, destruido por un incendio en el año 80,1 dedicado a todos los dioses (la palabra panteón, de origen griego significa «templo de todos los dioses»). En la ciudad, es conocido popularmente como La Rotonda (la Rotonna), de ahí el nombre de la plaza en que se encuentra.
El Panteón de Agripa o Panteón de Roma es un templo de planta circular erigido en Roma por Adriano, entre los años 118 y 125 d. C. completamente construido sobre las ruinas del templo erigido en el 27 a. C. por Agripa, destruido por un incendio en el año 80,1 dedicado a todos los dioses (la palabra panteón, de origen griego significa «templo de todos los dioses»). En la ciudad, es conocido popularmente como La Rotonda (la Rotonna), de ahí el nombre de la plaza en que se encuentra.
Damos un paseo por los alrededores, nos tomamos unos helados en la
famosísima heladería Giolitti y pasamos un buen rato deleitándonos con el ambiente
de la Plaza Navona.
Nos hacemos unas fotos. Hace bastante frío y aire. Decidimos que hoy cenaremos en el hotel así que compramos por el centro algunos manjares y volvemos hacia el hotel pasando por la Fontana de Trevi que de noche es aun más bella si cabe. Hay que destacar que entre esos manjares adquirimos una pequeña tripa de 500 gr. de auténtica mortadela italiana marca La Toda por la que pagamos la friolera de 60 € (obviamente por error y una tomadura de pelo pues el precio es desorbitado y el embutido estaba bueno pero no era nada especial)
Lunes, 8 de febrero
Nos hacemos unas fotos. Hace bastante frío y aire. Decidimos que hoy cenaremos en el hotel así que compramos por el centro algunos manjares y volvemos hacia el hotel pasando por la Fontana de Trevi que de noche es aun más bella si cabe. Hay que destacar que entre esos manjares adquirimos una pequeña tripa de 500 gr. de auténtica mortadela italiana marca La Toda por la que pagamos la friolera de 60 € (obviamente por error y una tomadura de pelo pues el precio es desorbitado y el embutido estaba bueno pero no era nada especial)
Lunes, 8 de febrero
El día comienza dirigiéndonos hacia el museo del Ara Pacis (pasando de
nuevo por la Fontana de Trevi)
Tras contemplar este monumento nos dirigimos hacia el Vaticano para
visitar la Basílica ya que el día de la visita guiada estaba cerrada y ayer
pensamos que habría demasiada gente; hoy por fin entramos a verla. Había unas
colas enormes para contemplar las momias de los fieles que iban a canonizar ese
día y que estaban allí expuestas. Nosotras no teníamos interés por ese
espectáculo y recorrimos sin demasiados turistas el resto del templo que es
impresionante. En la entrada se encuentra la famosísima Piedad del maestro
Miguel Ángel.
Desde aquí subimos por la Vía del Corso hasta la plaza del Popolo y
subimos por las escaleras laterales que conducen a la parte alta del monte
Pincio donde hay un balcón-mirador para contemplar desde allí las maravillosas
vistas de Roma.
El tiempo acompaña e incluso hace calor. Por arriba tomamos la calle que lleva hasta la iglesia de la Trinidad del Monte pero está cerrada. Esta iglesia es la que se encuentra justo arriba de la plaza de España, donde finaliza la escalinata. Por desgracia la plaza estaba cerrada ya que se están llevando a cabo importantes trabajos de restauración y conservación de ella así que bajamos, no por la escalinata sino por un acceso improvisado para ello que discurre paralelo a las escaleras. La vista desde abajo tampoco es especial pues está todo el recinto cerrado con tablones y plásticos.
Buscamos un lugar para comer y nuestros pies (y la guía) nos conducen hasta Peroni, un local muy típico y popular. Está a rebosar e incluso nos tenemos que sentar en mesa y salas separadas. Es una pizzería al parecer muy conocida y concurrida y a esa hora está llena de trabajadores que hacen el descanso para comer. La comida está rica y el servicio es bastante bueno, aunque algunos camareros son bastante antipáticos.
El tiempo acompaña e incluso hace calor. Por arriba tomamos la calle que lleva hasta la iglesia de la Trinidad del Monte pero está cerrada. Esta iglesia es la que se encuentra justo arriba de la plaza de España, donde finaliza la escalinata. Por desgracia la plaza estaba cerrada ya que se están llevando a cabo importantes trabajos de restauración y conservación de ella así que bajamos, no por la escalinata sino por un acceso improvisado para ello que discurre paralelo a las escaleras. La vista desde abajo tampoco es especial pues está todo el recinto cerrado con tablones y plásticos.
Buscamos un lugar para comer y nuestros pies (y la guía) nos conducen hasta Peroni, un local muy típico y popular. Está a rebosar e incluso nos tenemos que sentar en mesa y salas separadas. Es una pizzería al parecer muy conocida y concurrida y a esa hora está llena de trabajadores que hacen el descanso para comer. La comida está rica y el servicio es bastante bueno, aunque algunos camareros son bastante antipáticos.
Concluida la comida encaminamos nuestros pasos hasta la iglesia de San
Ignacio de Loyola, que es una joya arquitectónica y que está decorada con unos
frescos espectaculares. Tiene el
certificado de excelencia de TripAdvisior.
Es definitivamente una de las más impresionantes de Roma. La Chiesa di
Sant’Ignazio es una iglesia barroca, de cruz latina, ubicada en el centro de
Roma, en la plaza homónima. Se caracteriza por su profusa decoración interior
y, de forma muy particular, por el ejemplar empleo de la perspectiva en sus
frescos. La bóveda de la nave principal está decorada con un fresco títulado
“La Gloria de San Ignacio”, pintado por Andrea Pozzo en 1685. El punto de vista
empleado por el artista da la sensación de estar mirando una escena celestial
desde abajo.
Absolutamente todas las figuras de la impresionante pintura están ejecutadas para dar una sensación de realismo y profundidad que a mí particularmente me dejó boquiabierta. Pero esa no es la única característica curiosa de este singular templo. De hecho, esta chiesa es conocida principalmente por poseer una cúpula falsa. Al mirar hacia ella cualquiera podría argumentar que la cúpula se encuentra ahí, claramente visible. Vamos, que tiene hasta un rayo de sol que entra por el tragaluz y todo; pues bien, se trata de una ilusión óptica. La cúpula que vemos es en realidad una pintura en perspectiva realizada sobre un techo plano. Este método de engaño visual se conoce como trampantojo y se sigue empleando hasta nuestros días.
Absolutamente todas las figuras de la impresionante pintura están ejecutadas para dar una sensación de realismo y profundidad que a mí particularmente me dejó boquiabierta. Pero esa no es la única característica curiosa de este singular templo. De hecho, esta chiesa es conocida principalmente por poseer una cúpula falsa. Al mirar hacia ella cualquiera podría argumentar que la cúpula se encuentra ahí, claramente visible. Vamos, que tiene hasta un rayo de sol que entra por el tragaluz y todo; pues bien, se trata de una ilusión óptica. La cúpula que vemos es en realidad una pintura en perspectiva realizada sobre un techo plano. Este método de engaño visual se conoce como trampantojo y se sigue empleando hasta nuestros días.
Pasamos el resto de la tarde recorriendo el centro, callejeando y
haciendo algunas compras.
Al llegar al hotel veo varias llamadas en el móvil. Malas noticias de
casa. Mi hermano está en el hospital pendiente de operación. Una caída.
Gestiono un billete de avión y al amanecer despego rumbo a Madrid. El resto del
grupo se queda.
Martes, 9 de febrero
Hoy el día ha transcurrido recorriendo especialmente una serie de templos
emblemáticos que no pueden dejarse de visitar en esta ciudad.
El día comienza encaminando nuestros pasos hacia la plaza de Santa María La Maggiore donde se
encuentra la impresionante basílica del
mismo nombre, cerca de la estación de Termini. Se trata de una antigua basílica
católica considerada la más grande de las iglesias dedicadas a la Virgen María
en Roma siendo una de las cuatro basílicas mayores de la ciudad. El campanario
medieval es el más alto de Roma, de unos 75 metros.
Edificada sobre un templo pagano que rendía culto a la diosa Cibeles,
la Basílica de Santa María la Mayor fue construida a mediados del siglo IV bajo
las órdenes del Papa Liberio. Según la leyenda, la Virgen apareció ante el Papa
indicándole las instrucciones para la construcción de la iglesia, y la forma de
la planta fue diseñada por una milagrosa nevada.
Con el paso de los años la basílica ha tenido nombres muy variados,
como Santa María de las Nieves (debido a la nevada que indicó la forma de la
iglesia), Santa María Liberiana (debido al Papa Liberio), Santa María del
Pesebre (al recibir una reliquia del Santo Pesebre), y por último fue llamada
Santa María la Mayor, ya que es la mayor de las 26 iglesias de Roma dedicadas a
la Virgen María.
En el interior, la basílica muestra estilos arquitectónicos muy
variados, desde el paleocristiano hasta el barroco. El edificio completo fue
restaurado y reformado durante el siglo XVIII, por lo que la fachada y una gran
parte de la decoración interior procede de este periodo. A pesar de esto, la
iglesia conserva el campanario, algunos mosaicos y suelos de mármol del periodo
medieval y algunas columnas jónicas procedentes de otros edificios de la
antigua Roma, además de los espléndidos mosaicos del siglo V.
La decoración del techo se conserva desde el periodo del Renacimiento,
mientras que las cúpulas y las capillas pertenecen a la época Barroca.
Una acertada mezcla de estilos
Probablemente lo más llamativo de la Basílica de Santa María la Mayor
sean las diferentes partes que contiene pertenecientes a periodos tan variados
de la historia. Al igual que si estuviera formada por retales, la iglesia
resume las etapas más importantes por las que pasó el arte cristiano en Roma
Continuamos dirigiéndonos hacia
la plaza de la República, donde se encuentran las termas de Diocleciano para
visitar la Santa María de los Ángeles
(Santa Maria degli Angeli e dei Martiri), diseñada por Miguel Ángel y única iglesia renacentista de Roma. La
iglesia, situada junto a la Plaza, es una de las más especiales de la ciudad
debido a su aspecto exterior derruido que contrasta con un amplio y
espectacular interior.
El terreno en el que se encuentra la Basílica de Santa María de los
Ángeles estaba ocupado por las Termas de Diocleciano, una impresionante demostración
de la grandeza del imperio romano hasta que, en un intento por conquistar Roma,
los Godos cortaron el suministro de agua de todos los acueductos de la ciudad,
por lo que las termas quedaron en el abandono.
Las termas se transformaron en un lugar peligroso repleto de bandidos,
bodegas y prostitución hasta que, durante el Renacimiento, los terrenos fueron
adquiridos por el cardenal francés Giovanni du Bellay que los transformó en una
preciosa villa rodeada de jardines.
Un sacerdote siciliano propuso la construcción de una iglesia sobre
las Termas de Diocleciano, con el fin de dedicarla al recuerdo de todos los
esclavos cristianos que fallecieron durante la construcción de las termas. Tras
varias decenas de años, los esfuerzos del sacerdote se vieron recompensados en
1560, cuando el Pontífice Pio IV encargó a Miguel Ángel que transformara parte
de las termas en una iglesia.
El interior de Santa María de los Ángeles resulta sorprendente tras
contemplar su aspecto exterior derruido. Con unas dimensiones impresionantes,
el templo posee una rica decoración en la que destacan los grandes frescos de
las paredes y las enormes columnas de mármol de diferentes colores.
En el suelo se puede ver la línea Meridiana trazada por Francesco
Bianchini en 1703, que indicaba el mediodía y la llegada de los solsticios y
los equinoccios, además de funcionar como calendario.
La iglesia cuenta con un órgano monumental de reciente adquisición
que, con sus 5.400 tubos, es capaz de dejar embelesados a los visitantes que
tienen la suerte de escucharlo en la inmensidad del templo
No muy lejos de las maravillas anteriores se encuentra otro templo
que no pueden dejar de visitarse: la
Basílica de San Clemente, conocida como Basílica de San Clemente Romano o
San Clemente de Letrán. La basílica de San Clemente es un complejo de edificios
en Roma (Italia) centrados alrededor de una iglesia católica dedicada al papa
Clemente I. El lugar es notable por ser un registro arqueológico de la historia
religiosa, política y arquitectónica de Roma de principios de la era cristiana
hasta la Edad Media. San Clemente I fue el tercer sucesor de San Pedro. Murió
aproximadamente en el año 97 después de Cristo. Su fiesta litúrgica se celebra
el 23 de noviembre, fecha que nos transmite el martirologio del siglo V, de
origen itálico, conocido también como Martirologio Geronimiano. Dedicada a la
figura de San Clemente I Papa (88-97 d.C.), la iglesia fue fundada poco antes
del 385 d.C. sobre edificios romanos. Sede de concilios en los años 417 y 499,
sufrió varias restauraciones en los siglos VIII y IX, antes de ser destruida
por el saqueo de 1084. Lo más interesante son las dos basílicas. La inferior,
Descubierta en 1857, constituye una auténtica pinacoteca a la que se accede por
la sacristía.
En el nártex se encuentran dos bellos frescos del siglo XI:
- Un Milagro de san Clemente.
- La Traslación de su cuerpo del Vaticano a la basílica (arriba), y en
la nave central, la Ascensión (del siglo IX) y la Leyenda de san Alecio.
Otra serie de frescos (datados en hacia el siglo XI) ilustra la
pintoresca historia de san Clemente perseguido por los servidores del pagano
Sisinnius, prefecto de Roma: estos últimos, ciegos por un mandato divino, atan
una columna, que han tomado por el Papa, y tratan de arrastrarla. Las floridas
expresiones que el prefecto emplea para animarles, y que pueden leerse en el
muro en una especie de dibujo animado, constituyen uno de los primeros
testimonios de la lengua vulgar. La Iglesia superior exteriormente ha
conservado su aspecto medieval, con el vestíbulo, el porche y el atrio. En su
interior reproduce, en dimensiones reducidas, la planta de la iglesia inferior.
En medio de la nave central, el cancel, del siglo XII, está constituido en
parte de elementos que pertenecían a la antigua iglesia: el ciborio del siglo
VI y el candelabro pascual del XII. Un grandioso mosaico de comienzos del XII,
El triunfo de la cruz, decora el ábside.
De camino entramos a la iglesia de San Pietro in Víncoli para admirar el famoso y espectacular Moises de Miguel Ángel,
Finalizada esta visita reponemos fuerzas con unas cervezas en una encantadora terracita. El tiempo
acompaña.
El último templo que incluye la ruta que hemos diseñado es San Juan de Letrán. La Archibasílica
del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista, más conocida
como Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral de la diócesis de Roma,
donde se encuentra la sede episcopal del obispo de Roma (el Papa). Está
dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de San
Juan, por estar dedicada a los dos santos principales que llevan este nombre.
Junto al palacio anexo y algunos otros edificios cercanos, goza del
estatus de extraterritorialidad dentro del Estado italiano, por lo que es
propiedad de la Santa Sede. En ella se hallan sepultados 22 Papas. La basílica
es una de las iglesias que se deben de visitar en el peregrinaje de las siete
iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria en Año Santo. Es una de
las basílicas mayores que se caracterizan por
tener una puerta santa y un altar papal; las otras tres basílicas
mayores, son San Pedro del Vaticano, San
Pablo Extramuros y Santa María la Mayor
San Juan de Letrán es la iglesia más antigua del mundo. Por eso recibe
el título de Cabeza y Madre de todas las iglesias. Cuando cesaron las
persecuciones, a comienzos del siglo IV, el emperador Constantino cedió al Papa
el Palacio de Letrán (preexistente a la iglesia), para que fuera su residencia
oficial. Letrán fue la sede central de la Iglesia Católica durante más de 1.000
años, hasta el siglo XIV en que los Papas se trasladaron al Vaticano. Es la
catedral de Roma. Fundada por Constantino en el siglo IV, tiene cinco naves que
fueron remodeladas por Borromini entre 1646 y 1649. En el crucero hallamos el
tabernáculo que cobija el altar, donde sólo puede oficiar misa el papa, como
obispo de Roma. En el ábside encontramos la típica decoración de mármoles y
piedras preciosas que caracteriza el gótico romano, aunque se trate de una
reconstrucción del siglo XIX. El hermoso claustro fue realizado en el año 1230
por la familia Vassalletto, destacando sus columnas en espiral y los mosaicos
en mármol de colores.
Fruto de un famoso concurso en el que participaron veintitrés
arquitectos, el proyecto de Galilei para la fachada de San Juan de Letrán,
contemporáneo de la Fontana de Trevi, constituye otro magnífico ejemplo de
clasicismo barroco, o mejor, de arquitectura de la Arcadia, como denominó S.
Benedetti a un conjunto de obras que surgen en Roma alrededor del papa Clemente
XII y de teóricos como L. Pascoli o G. G. Bottari.