MACEDONIA y BULGARIA (Julio-agosto, 2017)

Sábado, 29 de julio

Este es el primer viaje que empieza desastrosamente. Y el primero en el que he pasado un miedo horroroso en el avión, después de haber recorrido medio mundo con este medio de transporte; de hecho, hemos estado a nada de quedarnos voluntariamente en Madrid y no acceder a la aeronave.
¿Por qué? Por culpa de la espantosa compañía Bulgaria Air: DESACONSEJO A TODO EL MUNDO QUE VUELE CON BULGARIA AIR, ES UN RIESGO Y MUESTRAN UNA GRAN FALTA DE RESPETO POR LOS VIAJEROS (supongo que como todas cuando surge un problema). Ni siquiera en vuelos compartidos con Iberia porque Iberia, si hay problemas como hoy, no quiere saber nada de nada y su respuesta ante los problemas es:"el avión no es de nuestra compañía"
¿Qué ha pasado? Lo siguiente: Nuestro viaje a Sofía y Mecedonia comenzaba desde Sofía a donde volábamos desde Madrid con Bulgaria Air, desde la T4. EL vuelo despegaba a las 18:10 pero el avión que debíamos tomar venía de Bulgaria y ha llegado 2 horas tarde (lo que ya era sospechoso😏) El embarque ha empezado con muchísimo retraso y parecía que íbamos a despegar cuando comenzamos a ver (íbamos en la fila 1) un baile de controladores que entran y salen de la cabina de los pilotos y las azafatas nerviosas. Y el avión sin moverse. Después de 2 horas ( no es exageración, han sido 2 horas de reloj) y sin dar ninguna explicación, el pasaje se ha empezado a poner nervioso y a quejarse, y tanto los coordinadores (una chica borde a más no poder) y otro, además de las azafatas, de muy malas formas seguían sin dar explicaciones y, como si fuéramos imbéciles, solo decían que el comandante estaba intentando solucionar algo y que cuando lo hubiera hecho informarían; a la pregunta de cuál era el problema o qué intentaba solucionar, la respuesta era la misma pero con peores formas. Una verdadera vergüenza. Pero el remate ha venido cuando ha evacuado todo el avión y, SIN EXPLICACIÓN, nos han bajado a todos a la sala de embarque. Y allí, más de lo mismo: Iberia (aunque el vuelo era compartido) decía que no era su avión y no sabía qué problema había; AENA, que reclamáramos por la web; Bulgaria Air, que reclamásemos por la web y que era un problema con la temperatura, que había que esperar a las 9 de la noche a que ¡¡bajara la temperatura!! y ya dirían algo!!! Y allí hemos estado desinformados, hasta que ha llegado una de la compañía (debía de ser la tonta del bote) que nos ha dicho que no había ningún avión en la puerta por la que habíamos bajado ¡¡del avión!! ALUCINANTE. Le decíamos que acabábamos de bajar de él y la muy imbécil seguía diciendo que allí no había ningún avión. La verdad es que ya nos daba la risa, aunque a mí lo que me iba dando era miedo, y no me hacía ninguna gracia el tema. Me planteé cancelar el viaje y quedarnos en Madrid si había que subir a ese avión. Sobre las 21:50. han dicho que ya podíamos embarcar, que salíamos y SIN NINGUNA EXPLICACIÓN!! Nos hemos amotinado todos diciendo que si no salía el comandante a dar explicaciones no embarcábamos. Y ha salido y dado casi la misma explicación que los del principio, o sea, nada claro: que el avión pesaba mucho para despegar con al temperatura que había en el exterior, que habíamos esperado a que bajara🙄, que la opción era esperar o desembarcar a parte del pasaje 😳,  y que teníamos que embarcar en 5 minutos para poder llegar al aeropuerto de Sofía antes de que lo cerraran ya que por la noche lo cierran😱 Ha habido preguntas sobre la seguridad del avión a lo que ha dicho que era seguro, que por qué no iba a serlo (Dios!!  llevábamos allí 4 horas y no despegábamos por el peso  y el calor!!!) Yo he dudado sobre si subir o no, al igual que otros pasajeros. Al final, hemos embarcado todos menos 2 que se han quedado en tierra. Al despegar y apagar las luces creía que me daba un ataque! A mí no me da nada de miedo volar, pero hoy he pasado verdaderamente " terror". Ni volveremos a volar con ellos nunca.
Son las 24:05 y seguimos en el avión; vamos a llegar tardísimo, contando además que en Bulgaria es una hora más!
Varias horas después aterrizamos cansados y cabreados, pero la odisea no había hecho nada más que empezar. Pasamos el control, de pasaportes y llegamos a la cinta de equipajes. Pasa el tiempo y la cinta no se mueve. Dicen algo por megafonía que no entendemos y la gente se echa las manos a la cabeza: resulta que, según ellos, hay huelga y no descargan el equipaje; otra mentira de estos sinvergüenzas de Bulgaria Air. Gente cabreada, gritando y en la oficina de reclamación de equipaje. Al final resulta que, según dicen, todas las maletas se han quedado en Madrid, no ha llegado ni una. Hay que rellenar hojas de reclamación, nadie da información, solo hay una chica en la oficina que parece tonta y tarda muchísimo por lo que la muchedumbre en la puerta se pone nerviosa y grita. En fin, desastroso y con mentiras. Realmente no sabemos si salió el avión después de haber sacado todo el equipaje, o está dentro del mismo, o lo han perdido Dios sepa dónde... Al final a las 4 de la mañana, sin habernos podido ni acercar a la ventanilla del gentío que hay y lo lenta que es la de la oficina, nos lleva un autobús al hotel y la guía se queda para entegar las reclamaciones (al día siguiente nos comenta que la entregó a las 6:30 de la mañana. 
Al fin llegamos al hotel (Hotel City Sofía: Ver crítica en Tripadvisor:


Domingo, 30 de julio

Por si hubiera sido poco lo de ayer, hoy no empieza mejor el día. Cuando nos metimos en la cama estaba amaneciendo. Dimos orden en recepción de que nos llamaran a las 08:00, pero los muy tontos se equivocan y nos llaman a las 07:00 (después de que nos habíamos acostado a las 05:00😠). Y a las 08:00 vuelven a llamar. Yo tenía ganas de asesinar a alguien. Con la luz del día veo un poco más claro que las maletas no van a aparecer. Ojalá me equivoque.
Bajamos a desayunar y salimos para Visitar el Monasterio de Rila a 130 Kms. al sur de la capital.
Nos recoge una furgoneta tipo minibús porque somos un grupito de solo 9 personas más la guía, lo cual es estupendo. Haremos todo el recorrido en este minibús que es cómodo y nuevo.
Paramos a cambiar dinero: leva es la moneda del país y, más o menos, vale medio €.
 Después de recorrer una sinuosa carretera y ascender por el monte, llegamos al monasterio de Rila, el corazón cultural y religioso de Bulgaria, el más grande de los Balcanes (el segundo gran templo de la iglesia ortodoxa) y el monumento religioso más importante para los búlgaros. 
  
Se trata de una imponente construcción rodeada de murallas a la que se accede por dos puertas a un gran patio central en el que se levanta la iglesia, con cinco cúpulas bizantinas, pintada a rayas rojas. El patio está completamente rodeado por los pabellones de las celdas (reconvertidas en alojamiento para tuistas) distribuidas en 4 pisos con sus corredores de doble arcada, una cocina con una chimenea gigante y cuatro capillas.


El exterior de la iglesia y las puertas de acceso al patio están pintadas completamente con unos frescos preciosos y muy coloridos. 
Dentro podemos admirar también pinturas al fresco representado diversos personajes bíblicos, y un iconostasio dorado en donde se encuentran plasmados 36 momentos bíblicos, los huesos del santo y una enorme lámpara en bronce. 
Todo el    recinto, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1983, fue fundado en el año 927 por un monje ermitaño llamado Ivan Rilski, conocido como San Juan de Rila,  que nació en la zona y que huyendo de la degeneración de la sociedad de aquel entonces se fue a vivir a una gruta cercana  (que sirvió en su origen como refugio de ermitaños) en la montaña Rila, a 1100 metros a nivel del mar, rodeado por la belleza de un parque natural que no tiene comparación con ningún otro en Bulgaria. Casi toda la parte de bosque está constituida por árboles milenarios, muchos de ellos únicos de su especie. La historia propia del monasterio cuenta que Rilski vivió santamente en el hueco de un árbol en forma de ataúd. La tumba de Rila es un lugar sagrado y se encuentra en el interior de la iglesia; es visitado por muchos fieles ortodoxos, que forman una cola silenciosa para besar los restos dentro de una urna.

El recinto que se contempla hoy no es antiguo ya que fue destruido en un incendio y solo se conserva del original del siglo XIV una torre; el resto data del siglo XIX.
Damos una vuelta y hacemos unas fotos y a continuación paramos a comer en un restaurante muy agradable al lado del río, en la terraza.
Al terminar no nos queda más remedio que dirigirnos a un centro comercial y algunas tiendas para comprar algo de ropa y aseo pues de las maletas no se sabe nada en absoluto.
Tras las compras continuamos ruta hacia la pequeña ciudad de Melnik, famosa por su producción de vino. Melnik cuenta con el curioso honor de ser una ciudad, a pesar de tener poco más de 200 habitantes. De hecho, es la ciudad más pequeña de Bulgaria y conserva ese estatus por motivos históricos.

Es un lugar pequeño pero agradablemente pintoresco, y un poco aburrido, con casas del Renacimiento búlgaro, de los siglos XVIII-XIX muy bien conservadas. Son más grandes en la planta superior que en la inferior pues esta se dedicaba a bodega y producción de vino y en las superiores se ubicaba la vivienda. 
Esta pequeña  localidad se considera desde 1968 una ciudad-museo pues 96 de sus construcciones son monumentos culturales. A los largo de sus dos escasas callejas se pueden encontrar numerosas mehanas que son una especie de tabernas decoradas de forma tradicional donde se sirven platos típicos búlgaros.
Como se ha hecho un poco tarde con las compras, nos dirigimos nada más llegar a visitar la la casa-museo Kordopoluva que es la casa más grande de toda la zona y que perteneció a un rico comerciante de vinos.

La vivienda es enorme y muy luminosa con un estilo en el que se mezcla lo oriental y lo occidental; abajo visitamos la bodega, la cueva y degustamos una copa del vino local, que sabe raro.
Desde la casa nos dirigimos al hotel donde nos instalamos. Hotel Melnik (Ver crítica en Tripadvisor:

Nos duchamos, descansamos un poco, salimos a  dar un paseo por la única calle de esta "ciudad"  y volvemos al hotel para la cena que es servida en una terraza muy coquetona con bonitas vistas.

Finalmente, algo que llama la atención en Melnik son las llamadas “pirámides” y que se ven desde cualquier punto de la ciudad. Las pirámides de Melnik son un fenómeno natural geológico muy curioso, que de hecho da nombre a la ciudad: en antiguo eslavo, "mel" significaba "arcilla blanca". Las pirámides son enormes estructuras de piedra caliza y arenisca con diferentes formas, todas ellas muy curiosas como obeliscos, pirámides triangulares e incluso alguna hay con forma de espada. Están compuestas precisamente de arcilla relativamente blanda de color claro que los elementos van erosionando, dándoles esa forma tan peculiar y moldeándolas lentamente con el tiempo. Abarcan un área de 50 km2, y en 1960 fueron declaradas Monumento Natural.
Lo segundo que nos ha llamado la atención aquí es la gran cantidad de gatos que vagabundean por la zona. 
En la cena la guía nos dice que parece que han llegado a Sofía las maletas y manda nuestra información para ver si nos las hacen llegar mañana. Ojalá!!

Lunes, 31 de julio

Tras el desayuno que tomamos a las 7:30, salimos en dirección a Macedonia para visitar, en primer lugar, el recinto arqueológico de Stobi, antigua ciudad romana que, según dicen, destaca por su excelente estado de conservación, pero que una vez allí, no es para tanto.
El cruce de frontera (dado que Macedonia no pertenece a la UE) no nos demora en absoluto porque no hay nadie y lls trámites son muy rápidos. Al cruzar para os a cambiar dinero; la moneda de aquí se llama denar y 1€ = 60 denares.
Stobi fue una antigua ciudad de Peonia (los peonios, constituían un pueblo de origen tracio, indoeuropeo) más tarde conquistada por Macedonia, y después convertida en la capital de la provincia romana de Macedonia Salutaris. Su origen se remonta a un primitivo asentamiento del siglo VII a.C. que se convirtió en una ciudad durante el reinado de Filipo V de Macedonia ( siglo II a. C) . La primera mención documental la encontramos en la obra de Livio Ab Urbe Condita, con motivo del triunfo de Filipo V contra los dárdanos en el 97 a. C. Denominada por Livio Stobis vetere urbe la ciudad fue la más extensa de la romana provincia de Macedonia para posteriormente convertirse en la capital de la provincia de Macedonia Secunda y consiguientemente en un importante centro urbano, militar, administrativo y comercial. Su emplazamiento en un cruce de caminos fue, sin lugar a dudas, lo que impulsó su constante desarrollo durante las dominaciones romana y bizantina.
En la ciudad se pueden visitar varios sitios históricos entre los que se encuentra la Basílica del Norte, que tiene un atrio que está hecho principalmente de mármol y que fue construida en el siglo quinto; así como la Basílica Central que está en la calle principal de estas ruinas históricas y que fue construida encima de una sinagoga a principios del siglo V. Lo 
También recomiendo visitar la Vía Sacra, que es una de las más importantes de ella y que está en dirección oriente-occidente, así como la Casa de Peristerius que era un gran complejo residencial para varias familias y en donde había varias tiendas, siendo accesible incluso su patio interior que tiene fuentes y suelos de mosaicos; el Palacio de Teodosio en donde este emperador se quedó por primera vez en la ciudad y que tiene un suelo que está cubierto de bloques de mármol. Las sucesivas excavaciones han sacado a la luz elementos arquitectónicos de gran interés como el teatro, la muralla, canalizaciones de agua, la sinagoga, pavimentos de calles, una edificación bajo la basílica y otra con arcos llamado “Foro Romano”…




Al terminar la visita de las ruinas y con un sol de justicia y un calor de muerte, tomamos el microbús para dirigirnos a la ciudad de Bítola. Durante el trayecto paramos a comer en un restaurante de la carretera pero que resultó estar muy bien. Llegamos a la ciudad y nos instalamos en el hotel Epinal (ver crítica en Tripadvisor:

Por la tarde damos un paseo por la ciudad que resulta ser una localidad muy pequeña y poco turística pero muy animada, sin demasiado que ver. Damos un paseo y en seguida nos llama la atención la enorme cantidad de cafeterías que se encuentran por doquier y especialmente en la calle peatonal, Shirok Sokak, la más céntrica y comercial ¡Podemos decir que en esta localidad se rinde un verdadero culto al café! De hecho una de las rotondas de entrada a la ciudad tiene como adorno una enorme taza de café. Esta costumbre la conservan de los otomanos. Nos cuentan que la gente aquí, a partir de las 9 de la mañana comienzan a llenar las muchísimas cafeterías en cuyas terrazas se sientana. tomar una taza. Recorremos una agradable plaza que es famosa por su Torre del Reloj (allí situada desde hace 200 años) y su estatua de Filipo II, quien fuera rey de Macedonia cuatro siglos antes de Cristo y padre de Alejandro Magno, dos mezquitas en los alrededores, un mercado cubierto que ahora está cerrado y poco más.
recorremos la calle peatonal y volvemos al hotel a cenar. Y ya no salimos. Y seguimos sin maletas!!




Martes, 1 de agosto

Salida hacia Ohrid una pequeña localidad no demasiado turística aún que se asienta a orillas del lago del mismo nombre a 700 metros de altitud y rodeado de montañas. La ciudad antigua ocupa las faldas de un monte que la domina. La ciudad de Ohrid y sus alrededores han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 (por sus valores naturales) y 1980 (por sus valores culturales e históricos), con el nombre de patrimonio natural y cultural de la región de Ohrid (dicen que hay 365 iglesias y capillas en sus orillas)
Llama la atención el agua transparentísima y el paisaje espectacular que constituye el contraste entre estas y el verde de las montañas que lo rodean.
Después del desayuno en Bítola, nos dirigimos hacia el lago para realizar una visita al Monasterio San Naum, fundado en el año 905, uno de los destinos turísticos más visitados del país. Se trata de un monasterio ortodoxo milenario de estilo bizantino que se encuentra a pies del Lago Ohrid. El precio de la entrada para visitarlo es de 2€.
Este monasterio fue construido por el imperio búlgaro en el año 905, ordenado por el mismo Santo Naum, que fue enterrado aquí en el 910.
La puerta de entrada deja paso a un patio con una pequeña iglesia en su interior. La diferencia de Naum respecto a otros monasterios ortodoxos es que una parte de ese patio da a unas vistas inolvidables del cristalino y antiquísimo lago de Ohrid. No obstante resulta un poco chocante la llegada al monasterio repleta de gente en bañador, comiendo etc. ya que está en la misma orilla del lago, lugar lleno de turista disfrutando del baño en esta temporada.
Su interior es interesante pero no te dejan sacar fotos (como en la mayoría): dispone de diferentes naves, con frescos que recuerdan la vida del santo e imágenes originales. Como nota curiosa, decir que por el monasterio hay muchos pavos reales que andan sueltos por el patio. La parte de monasterio, es decir, todo menos la iglesia, se ha convertido en un hotel y hay también tiendas y dos restaurantes.
Muy cerca del mismo se encuentra lo que llaman las fuentes del lago Ohrid, que se pueden visitar en barca. Hay fuentes internas y externas que brotan en el que se considera el río más corto del mundo: 600 metros. Damos un paseo en barca por él, que dado el calor que hacía se agradece bastante. Luego comemos en uno de los restaurantes de la zona, en una especie de terraza flotantes. Bien.
 
Tras la comida emprendemos el camino de regreso a Ohrid pero antes de llegar al hotel nos desviamos un poco para visitar una iglesia muy, muy pequeña que está excavada en la roca, conocida como la iglesia de las doncellas, cerca de la playa del mismo nombre.
Da la casualidad de que cuando llegamos se está celebrando una boda en el exterior, junto al lago, así que cotilleamos un poco y nos dirigimos al hotel que es el Millenium, en el paseo "laguítimo" ( ver crítica en Tripadvisor:

Al llegar nos encontramos las maletas, pero no ha sido la compañía quien nos las ha hecho llegar sino que lo ha tramitado la agencia y han dejado un justificante de entrega de dos días antes. Esto parece una película de Buñuel.
Nos instalamos en la habitación y luego salimos a pasear por la localidad que está animadísima. Nos encontramos con Anabel e Iñaki y cenamos juntos. Volvemos dando otro paseo hasta el hotel que se encuentra algo alejado del centro.


Miércoles, 2 de agosto

Tras el desayuno reqlizamos una visita panorámica de Ohrid visitando los monumentos más famosos de la ciudad. Si bien es cierto que Ohrid no es una ciudad muy grande, es también cierto que tiene muchos lugares interesantes (fue antiguamente capital de Macedonia y es considerada uno de los asentamientos más antiguos de Europa). 

Te aconsejamos perderte por sus callejuelas para descubrir verdaderos tesoros como el anfiteatro, iglesias bizantinas o monasterios.
 Las casas de la ciudad además son muy bonitas, con las paredes blancas, los marcos de la ventanas y de las puertas de color marrón lscuro o negro y con el piso superior mayor que el inferior qu es de piedra. 
Visitamos la iglesia principal de Santa Sofía y san Pantaleón. Subimos al castillo (fortaleza de Samuel) aunque nosotros no entramos ya que solo quedan las murallas y las vistas, que son lo bonito, se ven igual dsede afuera). 
Desde el castillo hay una senda que baja hasta la famosa SANT JOVAN BGOSLOV KANEO, que es la iglesia más bonita, no porque su interior sea especial sino por el enclave en el que se encuentra y que es la foto que aparece en todos los folletos turísticos de Macedonia.
Hay que destacar algo que ya he comentado más arriba: la enorme cantidad de iglesias que hay pues si hay algo que no falta en Ohrid son iglesias. Como ya he dicho, cuentan que llegó a tener 365 (una para cada día del año). Este es el motivo por el que, en el pasado, fuera conocida como la ‘Jerusalén Eslava‘. Hoy quedan muuuchas menos iglesias pero te aseguramos que merecen mucho la pena. Las que nosotros visitamos fueron estas:
CATEDRAL DE SANTA SOFIA: famosa por su galería de arcos pero aún más por los maravillosos frescos del siglo XI, XII y XIII que esconde en su interior. Lo más curioso es que estos frescos fueron descubiertos tras una restauración en los años ’50 (la catedral en el pasado fue convertida en mezquita y los frescos fueron encalados).
IGLESIA DE SAN CLEMENTE Y PANTALEÓN: la historia de esta iglesia es curiosa ya que nació como basilica cristiana, pasó a ser bizantina y hasta llegó a transformarse en mezquita cuando los turcos llegaron a Macedonia. Hoy en día aquí descansan los restos de San Clemente, los que muchos definen como el mismísimo inventor del alfabeto cirílico.
SANT JOVAN BGOSLOV KANEO: sin duda la protagonista de Ohrid. Esta pequeña iglesia representa el rincón más bonito y fotografiado de Ohrid (y puede que de Macedonia ya que aparece en todos los folletos turísticos). Ha sido construida en un pequeño acantilado que da al lago… y como bien se puede imaginar las vistas desde aquí son simplemente inolvidables.
Desde esta capilla se puede seguir bajando por la misma senda hasta llegar al agua donde hay muchas barcas que por 100 denares (1,5€ más o menos) te lleva hasta la plaza.
Merece muchísimo la pena volver en barca(aunque también se pue hacer andando) porque las vistas de Odrid desde el mar son espectaculares y el paseo, muy agradable.

Ya en la plaza, nos sentamos en una terraza a tomar un zumo y desde ahí cogemos un bus para ir a Vevchani donde comemos. Tras la comida nos acercamos a ver las lo que llaman las "fuentes" que resulta ser un nacimiento de agua, y además bastante seco. No merece la pena.
Volvemos a Ohrid y, al fin, podemos descansar un rato en el hotel.
Tras unos minutos de relax, Domingo se queda leyendo pero yo me bajo al lago y paso la tarde bañándome y tomando el sol como los macedonios. Un baño formidable con el agua fresca pero no fría. Genial.
Después hemos tenido una cena con espectáculo de folclore típico. Pues, lo típico para turistas.



Regresamos al hotel dando un paseo.
Desde que estamos por esta zona de Macedonia, estamos sin cobertura de teléfono; no coge ninguna red en manual y en automático "sin servicio". Y la wifi exactamente igual que en el hotel anterior: al llegar al hotel conecta, pero después es absolutamente imposible.

Jueves, 3 de agosto


Salida después del desayuno hacia Tetovo, ciudad bastante congestionada y bastante parecida a las árabes en la que se encuentra una mezquita muy especial: la mezquita colorida que es una pequeña mezquita pintada con frescos de vistosos colores tanto en el interior como en el exterior. Para acceder al interior están prohibidos los pantalones cortos (Incluso por debajo de la rodilla), los tirantes y escotes por lo que es necesario ponerse en pañuelo y una falda larga negra que dan en la entrada. Es bastante coquetona.

La verdad es que ni remitamente nos imaginábamos que hubiera tantísimos musulmanes en el país (casi todos los albaneses)
Volvemos al bus y tardamos una hora en salir de esta ciudad que tiene un tráfico infernal, en dirección al cañón de Matka. Se trata de un pareje natural muy bonito, un desfiladero por el que discurre el río Treska y que se va cerrando cada vez más. Hay una senda excavada en una de las paredes que discurre sobre el río y por la que se puede recorrer casi todo el cañón, y no es muy complicada. Algunos del grupo se decidena  hacer unos kilómetrlos tras la comida.
 Comemos en un restaurante junto al pantano enel  que con los casi 40 grados hace demasiado calor.
También hay justo al lado un pequeño embarcadero desde el que se puede coger una barca a motor que da un paseo por el río de media o de una hora. Nosotros cogimos el de media hora que es suficiente para conocer el lugar, disfrutar de las vistas desde el agua y vivir esa experiencia (el precio son 200 denares por persona (sobre 4€). También se pueden coger una kayak en el mismo sitio (150 denares por persona; hay de una y de dos plazas). Aunque hacía mucho calor también en la barcaza (37 grados) corría una leve brisita y el paseo fue agradable.
 Después entramos a visitar una pequeña iglesia ortodoxa justo al lado del restaurante (construida por uno de los hijos de un rey macedonio) con unos frescos muy bien conservados, del siglo XIV.
Cuando ya nos dirigíamos hacia el bus para seguir la ruta se desata un incendio en la ladera del monte del lado de enfrente del cañón que va hacia arriba y se reaviva poco a poco. Cuando nos vamos vemos llegar un hidroavión, aunque las patrullas dea extinción ya estaban allí.
Continuamos viaje a Skopje, capital del país que es curiosamente una ciudad bilingüe, todo debe estar escrito en macedonio y albanés. Nos alojamos en el hotel Holidays Inn Skopje
Al llegar vemos en la tv, en Mezzo, un conciertazo increíble desde el Campo de Marte, con la torre Eiffel de fondo, en París, que ponía los pelos de punta, ópera y concierto que ha finalizado con La Marsellesa..
Descansamos un poco y pasamos el resto de la tarde haciendo una visita panorámica a la ciudad que comienza por la fortaleza;


a continuación, la mezquita, el bazar (barrio musulmán), la iglesia de san Salvador, el puente de piedra y todo el centro que es atravesado por un río.

Hay muchos y grandes edificios de construcción nueva y no tan nueva como la ópera, filarmónica, teatro, museo nacional que se ubica en unos baños turcos antiguos... El centro no está mal; nos gusta.
Algo que llama mucho la atención son los autobuses: iguales que los de Londres, rojos y de dos pisos.
Volvemos al hotel a cenar y luego salimos a dar una vuelta por los alrededores para ver el ambiente.

LOS PROBLEMAS Y EL CAOS CON LA ESPANTOSA COMPAÑÍS BULGARIA AIR NO TERMINAN NUNCA: AHORA NOS INFORMAN DE QUE EL VUELO DE MAÑANA QUE ERA A LAS 16:10 SE RETRASA A LAS 18:10. Lector, si estás leyendo este relato, NO VIAJES NUNCA CON BULGARIA AIR, ES LA PEOR COMPAÑÍA DEL MUNDO.

Viernes, 4 de agosto
Desayunamos, regular, y nos dirigimos a la oficina de turismo a por un buen mapa, pero a las 09:15 aún no han abierto así que como sabemos lo que queremos visitar y estamos orientados, nos vamos andanso sin él.

 Cruzamos atravesando el puente de piedra (que antiguamente tenía 14 ojos pero que con las sucesivas construciones en las márgenes, ha perdido 4 de ellos.
  Al cruzar el puente se entra en la plaza donde se ubica el hotel de 5* llamado Puente de Piedra y unas fuentes con estatuas de imponente tamaño (la fuente de la maternidad y otra); justo al lado comienzan unas escaleras por las que se accede al Bazar, el barrio musulmán que está dominado por la mezquita que se eleva en la zona más alta. Lo primero que visitamos es el Museo del Bazar, bastante destartalado, sucio y mal conservado, que se ubica en una antigua posada de caravanas. El museo alberga objetos de la vida cotidiana, fragmentos de porcelana, libros, documentos, herramie tas de diversos artesanos... e incluye la recreación de una habitación otomana. La puerta de entrada da paso a un gran patio rodeado por un corredor en dos pisos de medera. Hay que subir por la escalera de la izquierda (según se entra) y en la planta superior está la entrada. No hay madie, ni taquilla (es gratuito), y está bastante oscuro. Lo recorremos en poco tiempo ya que es bastante pequeño.
De ahí nos dirigimos callejeando un poco por el barrio, que se va a nimando según avanza la mañana, al museo etnológico y al histórico que están junto a la mezquita. La entrada a ambos cuesta 100 denares por persona. 
Este museo también está desastroso, sucio, con cristales rotos, todo lleno de polvo, sin iluminación, incluso con trosos de las peredes que se han caído en el suelo. La guía nos dice más tarde que el año ñasado bubo un terremoto y gran ñarte de la colección fue al suelo, los cristales se rompieron y algunas paredes se cayeron también; aunque ya podían haberlo arreglado. Lo más interesante es una colección de trajes regionales con muchísimas piezas.
Desde el museo nos dirigimos a la pequeña iglesia de San Salvador que se encuentra en el patio de una casa muy cerca de la mezquita. La entrada vale 120 denares por personas. A la pequeña iglesia se accede bajando unas escaleras por una de las esquinas del patio y llama la atención el iconostasio que es una lbra fe arte en madera. También la cúpula pintada con una imagen enorme del Salvador es preciosa. Callejeamos un rato y luego nos sentamos en un bar al lado de una pequeña fuente de piedra a tomar un café.
Desde ahí volvemos al hotel recorriendo la margen del río.
Emprendemos sobre la una el camino de regreso a Sofía parando a las afueras de Skpje a comer en un restaurante típico y turístico.
Llegamos a Sofía justo a la hora de la cena que hacemos en el hotel City (una birria) y nos retiramos.
Cena y alojamiento

Sábado, 5 de agosto

Nos levantamos y tras el desayuno emprendemos la visita por la ciudad. Merecen l apena la iglesia de Santo Domingo donde tuvo lugar el atentado contra el rey perpetrado por el partido comunista en el que murieron más de 50 generales, pero el rey llegó tarde y se salvó; la iglesia de San Jorge, la más antigua de la ciudad que data del siglo IV y que es especial por su forma  de rotonda y por las tres capas en que se dispone (algunas teoría dicen que pudo ser unos baños).


A continuación visitamos unos baños públicos ahora cerrados pero ubicados en un edificio precioso (delante de este edificio nos hacemos una foto todo el grupito), el Palacio Real, el Teatro Nacional y la catedral.






Durante el paseo observamos que cuelgan cintas rojas y blancas de los árboles (como pequeñas pulseras trenzadas) y nos explican que el día 1 de marzo la gente cuelga estas cintas para tener buena suerte.
A las 12:00 volvemos al hotel a dejar algunas pwrsonas del grupo y nosotros nos vamos de nuevo en dirección al centro que está bastante cerca de nuestro alojamiento. Tomamos un café en una cafetería moderna justo al lado del hotel, The Coffee Shop, y continuamos hasta la calle peatonal donde nos perdemos entre la gente.
Comemos en la terracita de un local vintage, muy chulo, en esa misma calle, la ensalada típica búlgara que lleva pepino tomate y queso,  y luego regresamos al hotel donde nos espera un coche que nos traslada al aeropuerto. 
Tomamos el avión, no sin recelo, dado que ya hemos comprobado que la compañía con la que volamos Bulgaria Air, no es de segunda sino de tercera. (NO VOLVEREMOS A VOLAR CON ELLA). pero llegamos vivos a Madrid (aunque tres horas tarde). 
Nos penalizan en el parking por la demora y llegamos a Albacete supertarde. 
Creo que este ha sido el peor viaje de todos los que hemos hecho nunca. Además el destino tampoco tenía mucho que ver. En fin, para no repertir.

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