Jueves, 6 de diciembre
Este
año hemos pasado el puente de diciembre en Inglaterra visitando las
ciudades de Bristol y Bath. Por trabajo, no hemos podido salir el
miércoles por lo que solo contamos con dos días completos y el jueves
por la tarde. Hemos pensado visitar Bristol el viernes y Bath el sábado.
Bristol
es una ciudad del sudoeste de Inglaterra que se extiende a lo largo del
río Avon y se caracteriza por una próspera historia marítima. El
antiguo puerto central es, actualmente, un centro cultural que los
lugareños llaman Harbourside. El nombre de la ciudad proviene de La
ciudad de Brymoostonnin [equivalente actual: Bridgetown] (en inglés
antiguo, "ciudad en el puente") ya que en este antiguo puerto se
construyó el primer puente que dio nombre a la ciudad.
Hemos
cogido un vuelo desde Alicante que nos viene muy bien desde Albacete y
no nos ha salido mal de precio, unos 115€ i/v, teniendo en cuenta que
estamos en un puente en el que suben los precios bastante, que hemos
elegido un horario muy bueno y que volamos con compañías diferentes a la
ida y la vuelta (Ryanair y Easyjet, respectivamente)
El
trayecto desde Albacete a Alicante se ha desarrollado sin problema ya
que no había nada de tráfico, casi solos por la carretera; parece que el
grueso de la operación salida fue ayer.
Tras
desayunar un espantoso café en el Starbucks del aeropuerto, hemos
despegado con 20 minutos de retraso, lo que para España es muy puntual,
aunque aterrizamos en Bristol con 5 minutos de adelanto.
El
aeropuerto es largo pero el transporte al centro es cómodo y no
demasiado caro: en la puerta de salida está la parada del autobús (hay
uno cada 10 minutos), el Bristol Flyer (bus A1) que cuesta £8 el billete
sencillo (£11 ida y vuelta, compensa) y que hace varias paradas en la
ciudad y como en la estación de trenes Temple Meads y termina en la de
autobuses Bristol Bus & Coach Station; llega y sale de la dársena 8.
Es la mejor opción. Además funciona las 24 horas. Además este recorrido
permite contemplar algunos de los lugares más bonitos de ristol como
la preciosa iglesia gótica de Santa María (St. Mary Redcliffe), las
casitas de colores a orillas del río...
Nosotros
nos bajamos en la de autobuses ya que habíamos reservado en el Hampton
by Hilton City Center (ver crítica en Tripadvisor:
https://www.tripadvisor.com/ShowUserReviews-g186220-d8113360-r645488282-Hampton_by_Hilton_Bristol_City_Centre-Bristol_England.html) que está a
dos minutos andando de esta.
Tras registrarnos y
dejar el equipaje bajamos a pica algo algo. Como andábamos un poco
desorientados y con bastante hambre, comimos en un Burger King al lado
del hotel, pese a que teníamos justo al lado (lo vimos más tarde) el
famoso y espectacular centro comercial Cabot Circus repleto de tiendas y
restaurantes de todo tipo.
Tras la comida nos
lanzamos a explorar la ciudad comenzando por el ya citado Cabot Circus
que estaba animadísimo y muy concurrido a esa hora. En las calles
colindantes había instalado el típico mercado navideño por el que
anduvimos un rato.
Desde ahí bajamos paseando
hasta el canal que era el puerto antiguo, que atraviesa la ciudad, y
llegamos a Castle Park donde se encuentran las ruinas de St. Peter
church. Continuamos el paseo por la orilla norte del Floating Harbour
por Welsh Back y, bordeando Queen Sq., por The Grove, llenas de
restaurantes y bares, algunos de ellos flotantes; que nos condujo hasta
el Pero’s Bridge. Atravesando este puente colgante, flanqueado por dos
esculturas metálicas que parecen las orejas de Shrek, se accede a la
orilla opuesta en la que se encuentra la oficina de turismo a la que
entramos para obtener algunas informaciones útiles. En esa zona hay
bastantes pubs y locales para comer y, cómo no, una noria.
Hicimos
una parada tecnica para merendar y continuamos el paseo internándonos
en el corazón de la ciudad antigua y recorriendo sus calles de preciosas
fachadas, iglesia góticas como la de St Stephan o St. Nicholas o como
el mercado cubierto del mismo nombre en el que se pueden encontrar
chismes de todo tipo y que es igual al de cientos de ciudades con
souvenires, cosas de piel, tiendas hippys, de africanos o de
sudamericanos... Hay también una zona de chiringuitos de comida de
cualquier zona del mundo que está muy bien para comer rápido y barato.
De
regreso al hotel damos una vuelta por otro centro comercial cercano,
The Galleries Shopping Center, y por el mercadillo navideño otra vez.
Descansamos
un poco y bajamos a cenar a una pizzería, Bella Italia, en Cabot
Circus, carísima como todo aquí pero la comida estaba rica.
Viernes, 7 de diciembre
Hoy
ha amanecido lloviendo pero después ha salido el sol y hemos tenido la
suerte de tener un día soleado, aunque con más frío que ayer, y un
tiempo estupendo para recorrer a pie la ciudad ya que habíamos reservado
online un tour gratuito en español (se da una propina al final que, en
nuestro caso, ha sido de £10) con http://apie-rutas.com
para las 10:30 que, durante dos horas, nos ha llevado por los lugares
más famosos de la ciudad: Castle Park y St. Peter´s Church, Bristol
Bridge, King Street, Queen Square, Floating boat, Harbour, Bristol
Cathedral, College Green, Obra de Banksy en park street, Centre
Promenade, St. John´s Gate, Broad Street y St. Nicholas market.
El
lugar de encuentro era St. Peter en Castle Park que está a 2 minutos
del hotel así que hemos tenido tiempo para tomar un cafelito antes de
comenzar. Nuestra acompañante se llamaba Leticia y ha hecho la visita
muy amena e interesante. Prácticamente hemos realizado el mismo
recorrido que ya hicimos nosotros ayer, pero ahora con muchas
explicaciones curiosas más como, por ejemplo, que la zona que bordea el
canal llamado Floating Harbour (y que era el puerto antiguo de la
ciudad) se llama Welth Back porque desde ahí partían los barcos que
transportaban las mercancías a Gales (Welth).
También hemos recorrido la calle Nelson St. en la que se pueden contemplar bastantes graffitis interesantes (Pixel Pancho, obras de Aryz y Stik como el lobo, el Mac Mother and child, Nick Walkee’ s bowler hatted man pouring paint al que llaman Mkchael Jackson...) y hemos visto tambien el famoso “Amante colgado” de Banksy en Collage Green, el parque en el que se encuentra un gran edificio semicircular que es el ayuntamiento, muy cerca de la catedral. Por la tarde queríamos haber visitado Stokes Croft, la zona más moderna y alternativa de la ciudad, al norte, y que alberga un gran número de graffitis en sus fachadas, pero no nos ha dado tiempo. Queda pendiente para una próxima visita.
También hemos recorrido la calle Nelson St. en la que se pueden contemplar bastantes graffitis interesantes (Pixel Pancho, obras de Aryz y Stik como el lobo, el Mac Mother and child, Nick Walkee’ s bowler hatted man pouring paint al que llaman Mkchael Jackson...) y hemos visto tambien el famoso “Amante colgado” de Banksy en Collage Green, el parque en el que se encuentra un gran edificio semicircular que es el ayuntamiento, muy cerca de la catedral. Por la tarde queríamos haber visitado Stokes Croft, la zona más moderna y alternativa de la ciudad, al norte, y que alberga un gran número de graffitis en sus fachadas, pero no nos ha dado tiempo. Queda pendiente para una próxima visita.
Al finalizar el
recorrido hemos entrado a comer a Wetherspoon, una cadena muy, muy
recomendable y barata de comida, en el local que tiene en Corn St. que
es un edificio histórico precioso tanto el exterior como el interior
pero estaba “hasta la bandera” y tras un rato de espera hemos decidido
cambiar de sitio para no perder demasiado tiempo ya que había que
aprovechar las pocas horas de sol y aún queríamos subir al puente
colgante de Clifton.
Finalmente nos decidimos por
el famoso mercado de St. Nicolás y nos sentamos en uno de los puestos de
comida, árabe, de los muchísimos que alberga.
Terminada
la comida buscamos un bus que nos lleve a la parte alta, al barrio de
Clifton, donde se encuentra el punte más famoso de la ciudad.
Se
puede subir en el bus X3 o X4 por £2,5 el billete sencillo; aunque
tiene más cuenta comprar por £5 un billete que es válido para todo el
día, ya que con solo subir y bajar del puente ya se ha amortizado.
Una
vez arriba, hay que andar unos 200 metros hasta llegar al Centro de
Visitantes (gratis) donde se informa de la historia de este puente y se
pueden ver numerosas fotografías desde el momento en que se inció su
construcción. Desde el cento de interpretación lo más recomendable es
cruzar el puente a pie y subir hasta el observatorio situado en una
colina que se eleva junto a él y desde donde hay unas vistas
espectaculares del puente con la ciudad al fondo que merecen mucho la
pena.
Aunque se puede bajar dando un paseo, nosotros optamos por bajamos de nuevo en el bus ya que queremos llegar a tiempo de ver la iglesia gótica más bonita de la ciudad, St. Mary Redcliffe. Esta iglesia, al igual que la catedral, se puede visitar gratis. Cuando llegamos ya estaba anocheciendo y su silueta grisácea contra el cielo era impresionante.
Aunque se puede bajar dando un paseo, nosotros optamos por bajamos de nuevo en el bus ya que queremos llegar a tiempo de ver la iglesia gótica más bonita de la ciudad, St. Mary Redcliffe. Esta iglesia, al igual que la catedral, se puede visitar gratis. Cuando llegamos ya estaba anocheciendo y su silueta grisácea contra el cielo era impresionante.
En
el interior nos recibieron los miembros de esta iglesia muy amablemente
y nos encontramos con una exposición-concurso de árboles de Navidad
realizados de manera artesanal en su mayorí; los visitantes reciben al
entrar una papeleta para que voten el que más les ha gustado (nosotros
votamos por el nº 40 que es un original árbol realizado con una escalera
de alumnio). La iglesia parece más un centro social que un lugar de
culto, nada que ver con el estilo de las católicas; aquí hay gente
hablando, merendando en unas mesas en el interior del templo, niños
jugando, exposiciones, aseos públicos..., es lo característico de estos
templos.
La iglesia está a pocos pasos de la
estación Bristol Temple Meads. Fue construida entre los siglos XII y XV,
y ha sido un lugar de culto cristiano por más de 900 años. Presenta una
altura de 73 metros, 13 metros de ancho y en el exterior destaca su
imponente aguja.
Tras la visita nos sentamos a
tomar unos chocolates calientes y unas tartas en una cefetería y después
damos una vuelta por la zona de los pubs y de marcha que rodea la zona
del Habour.
Volvemos al hotel paseando y compramos unos bocatas del Subway de pollo teriyaki (técnica de cocción de la cocina japonesa en la cual los alimentos son asados (al horno o a la parrilla) en un adobo de salsa dulce) con queso, que están riquísimos.
Volvemos al hotel paseando y compramos unos bocatas del Subway de pollo teriyaki (técnica de cocción de la cocina japonesa en la cual los alimentos son asados (al horno o a la parrilla) en un adobo de salsa dulce) con queso, que están riquísimos.
Sábado, 8 de diciembre
Hoy
hemos visitado la ciudad de Bath, famosa por sus aguas termales, que se
encuentra a 21 kms. de Bristol y que es Patrimonio de la Humanidad de
la UNESCO desde 1987.
Aunque todo el mundo recomienda ir en tren, nosotros habíamos decidido que iríamos en autobús; es cierto que tarda una hora en llegar, pero el treyecto con estos paisajes debe de ser bonito y además tiene paradas en varios pueblos que también nos parece interesante. Además, la estación de autobuses la tenemos al lado del hotel por lo que nos resulta también más cómodo.
Aunque todo el mundo recomienda ir en tren, nosotros habíamos decidido que iríamos en autobús; es cierto que tarda una hora en llegar, pero el treyecto con estos paisajes debe de ser bonito y además tiene paradas en varios pueblos que también nos parece interesante. Además, la estación de autobuses la tenemos al lado del hotel por lo que nos resulta también más cómodo.
Al llegar a la estación nos informan de
que hay dos buses a Bath, el X39 y el 17, pero el X39 es directo y, al
parecer, el otro tarda más; no obstante, el directo hace más de 15
paradas en los 20 kms. El billete de ida y vuelta (que en realidad es un
billete diario) cuesta £7 y se puede comprar en el mismo autobús, como
todos aquí.
Bath es una
pequeña ciudad con aire decadente y señorial al mismo tiempo. Fue
fundada como un complejo termal por los romanos bajo el nombre latino de
Aquae Sulis (“las aguas de Sulis”), en 43 d. C. Los romanos
construyeron el complejo y un templo en las colinas adyacentes en el
valle del río Avon, alrededor de la fuente de las aguas termales. De
hecho, sus baños romanos son hoy día el monumento más conocido y
turístico de la ciudad.
La
estación de autobuses queda al lado del centro y nada más bajar ya
estábamos en una de las calles peatonales más concurridas, St. James
Parade. Como empezaba a llover nos hemos tomado un expreso en Costa Café
hasta que ha parado. El tiempo aquí es sorprendentemente cambiante:
llueve, deja de llover y sale el sol continuamente. Hoy hemos tenido
suerte, igual que ayer, ya que el tiempo ha sido muy bueno todo el día.
Lo
primero que hemos hecho ha sido visitar el lugar más emblemático de la
ciudad: los baños romanos, que es un enorme complejo termal natural muy
bien conservado que estaba
consagrado a la diosa
Sulis Atenea (Sulis era una diosa celta (origen del manantial) la cual
se creía que moraba en la fuente que abastecía de agua las piscinas; los
romanos le añadieron el nombre de Atenea porque les recordaba a esta)
La entrada es un poco cara (£16,50 e incluye una audioguía estupenda) pero merece absolutamente la pena la visita.
Se
trata de un edificio de interés histórico, uno de los más importantes a
nivel turístico de Inglaterra. El complejo está muy bien conservado,
gracias a lo cual se pueden apreciar muy bien los elementos
arquitectónicos presentes en él. Las termas propiamente dichas se sitúan
por debajo del nivel de la calle y los edificios construidos a raíz de
su descubrimiento se pueden dividir en cuatro grupos entre los que están
el «Manantial Sagrado», el Templo Romano, el Baño Romano y la Casa
Museo. Estas estructuras, que se encuentran a nivel de la calle, datan
del siglo XIX.
El primer santuario de aguas
termales erigido en este lugar fue construido por los celtas, que lo
dedicaron a la diosa Sulis, cuyo equivalente romano sería Minerva. No
obstante, el nombre de Sulis siguió usándose tras la conquista romana de
Britania, dato probado debido al nombre de la población de Aquae Sulis
(literalmente, «las aguas de Sulis»). El templo romano fue construido
entre los años 60-70 y el complejo termal durante los siguientes 300
años. Durante la ocupación romana de la isla bajo el reinado del
emperador Claudio, este ordenó a sus ingenieros que trajeran postes de
roble con el fin de proporcionar al complejo una base sólida y que
rodearan la fuente de la que brotaban las aguas termales con un cámara
de piedra irregular recubierta de plomo. El complejo incluía un
caldarium (baño caliente), un tepidarium (baño templado) y un
frigidarium (baño frío). Tras la retirada de los romanos de Britania
durante el siglo V el edificio cayó en desuso y finalmente quedó
enterrado bajo un constante proceso de sedimentación. La Crónica
anglosajona sugiere que los baños originales fueron destruidos durante
el siglo VI.
El museo que alberga el complejo
termal exhibe utensilios de la época romana entre los que se incluyen
los que fueron arrojados al manantial sagrado, seguramente como ofrendas
a la diosa Sulis. Entre los distintos descubrimientos realizados en la
zona, se han encontrado 12 000 monedas romanas, que suponen la mayor
ofrenda votiva de Gran Bretaña y muchas “tablillas” en metal con lo que
se llaman “maldiciones” que eran mensajes escritos por un ciudadano a la
diosa para que castigara a alguien que le había robado o hecho algún
daño . También se puede ver en el museo una cabeza de bronce dorado de
la diosa Sulis Minerva encontrada en 1727.
El
templo del baño se alzaba sobre un podio de más de dos metros de alto y
se accedía al templo subiendo unos escalones. En la entrada había cuatro
grandes columnas acanaladas de estilo corintio que sostenían un friso y
un frontón triangular decorado. En el museo se exhiben algunas partes
del frontón, que medía 7,9 metros de ancho y 2,4 metros de alto.
Destacaba la poderosa imagen central de la cabeza de Gorgona en el
frontón, que miraba desde una altura de 15 metros a los que se acercaban
al templo.
Pero, sin duda, el rincón más destacado
y más espectacular que en las Termas Romanas es el Gran Baño. Se trata
de una piscina rectangular de 1,6 de profundidad llena del agua caliente
que fluye desde el manantial. La piscina se encuentra rodeada de una
galería porticada y el lugar donde se puede apreciar mejor esta piscina
es desde la terraza que rodea el Gran Baño, en la que se ubican diversas
estatuas con figuras romanas, y desde donde se configura un gran
conjunto arquitectónico con la Abadía gótica de Bath al fondo.
Al
terminar la visita hemos encontrado las calles abarrotadas de gente, no
se podía andar. Todo el centro estaba repleto de puestos del mercado
navideño y nos ha costado un buen rato llegar a la oficina de turismo
para coger alguna información. La oficina se encuentra muy cerca del río
y el famoso puente que es una de las imágenes más conocidas de la
ciudad (después de la de los baños). El histórico puente Pulteney es un
curioso puente que cruza el río Avon, y que recuerda al famoso Ponte
Vecchio de Florencia al mostrar una sucesión de tiendas en sus dos
laterales.
Hay que cruzarlo y bajar por una
escalerita de piedra que hay al final, a la ferecha, que lleva hasta un
pequeño mirador desde donde hay unas vistas preciosas de la ciudad.
Volvemos
a cruzar el río Avon en dirección al centro para visitar la Abadía de
San Pedro, más conocida simplemente como Abadía de Bath, que es una
iglesia anglicana, y anteriormente un monasterio benedictino. Fundada en
el siglo VII, reorganizada en el siglo X y reconstruida en los siglos
XII y XVI, es uno de los mayores ejemplos de Gótico perpendicular del
sudoeste de Inglaterra. Se trata de una iglesia de planta cruciforme,
con capacidad para aproximadamente 1.200 personas. Su altura es
impresionante y adornan sus paredes unas preciosas y coloridas
vidrieras. Es un edificio multifuncional y no solo templo (como todos) y
se emplea para servicios religiosos, ceremonias civiles y conferencias.
La entrada es gratis, como en todas las iglesias que hemos visitado en
UK.
Cuando hemos llegado a la Abadía nos dice el de
seguridad que estaba cerrada, pero hemos visto a unas cuantas personas
de aquí en la puerta principal así que nos hemos quedado por allí y
hemos tenido mucha suerte ya que en ese momento han abierto y hemos
podido entrar; al ver que todos se sentaban hemos hecho lo mismo (en la
tercera fila) y hemos asistido sin proponérnoslo a un breve servicio
religioso de 20 minutos para celebrar la Navidad que llaman Shoppers’
Carols.
En unos minutos la iglesia, que es enorme, estaba a rebosar de gente, locales y foráneos. Nos han dado unos folletos con las letras de los villancicos que hemos cantado ente todos. Ha estado muy bien la experiencia.
En unos minutos la iglesia, que es enorme, estaba a rebosar de gente, locales y foráneos. Nos han dado unos folletos con las letras de los villancicos que hemos cantado ente todos. Ha estado muy bien la experiencia.
Finalizada la pequeña celebración
religiosa nos hemos vuelto al puente en cuya calle habíamos visto al
pasar algunas pizzerías que tenían muy buena pinta. Hemos tenido suerte
en esto también ya que en Antica Restaurante quedaba, justo cuando hemos
llegado, una mesita para dos y ahí hemos comido, caro pero muy bien.
Luego nos hemos tomado unos expresos en el Bridge Coffe Shop, una
minipastelería muy coqueta en el puente, con unas ventanucas desde las
que hay unas vistas increíbles del río y la ciudad. Ambos sitios son muy
recomendables; la pizzería no es muy barata, pero el café, en ese sitio
tan especial, vale £1,80, lo mismo que en cualquier cafetería.
El
resto de la tarde lo hemos pasado callejeando por el centro, por los
tenderetes variopintos que adornaban las calles y por el mercadillo
navideño. Al atardecer (sobre las 16:30) hemos cogido de nuevo el bus
para volver a Bristol. Nos ha gustado mucho Bath; es una ciudad
preciosa, muy monumental y, al menos hoy, con muchísima vida.
Hoy toca volver. Tras el desayuno hemos dejado el hotel y cogido el bus que nos ha dejado en el aeropuerto. El vuelo ha salido a las 13:00 y a las 16:30 estábamos en Alicante. Es realmente un viaje muy cómodo desde Albacete.