CÁCERES (Febrero, 2022)

Este año, y todavía en pandemia, el viaje de las chicas (que fue suspendido el año pasado por el COVID) nos ha llevado a Cáceres. Declarada en 1986 Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Cáceres conserva uno de los conjuntos monumentales más impresionantes de España.

Además, este año ha sido también peculiar y diferente ya que hemos alquilado un microbús que, además del traslado de ida y vuelta, ha permanecido con nosotras durante todo el viaje para llevarnos a visitar los pueblos de los alrededores que nos interesan como Mérida, Trujillo, Plasencia o el Monasterio de Yuste.

Viernes, 25 de febrero   Cáceres

Salimos de la plaza de toros de Albacete (el lugar acordado) a las 10:00 en punto ya que todo el mundo ha sido extremadamente puntual (¡se nota las ganas de viaje que tenemos!)
Decidimos parar para comer en Toledo, en un local que nos recomienda el conductor: El Chuletero, un típico restaurante de carretera donde degustamos un menú del día muy barato y rico. Continuamos viaje y caída la tarde llegamos a nuestro hotel en Cáceres, hotel Don Carlos (ver crítica en Tripadvisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g227852-d535603-r838186004-Hotel_Don_Carlos_Caceres-Caceres_Province_of_Caceres_Extremadura.html), un alojamiento muy recomendable, con una atención excelente y a un paso del centro histórico.
Tras acomodarnos en nuestras habitaciones nos lanzamos a la calle a tomar contacto con la ciudad.
En un minuto llegamos a la plaza Mayor en la que hay montada una carpa enorme con música estridente (se nos había olvidado que estamos en carnaval) e impide ver en toda su magnitud la preciosa plaza. Aprovechamos para entrar a la oficina de turismo para pedir información y unos planos de la ciudad. Justo al lado de la oficina hay una pequeña cuesta que lleva a una de las puertas de la muralla que dan acceso a la ciudad fortificada, la Puerta de la Estrella.


Recorremos, con la boca abierta, el casco antiguo;  pasear por él es como viajar atrás en el tiempo a la época medieval.  Es espectacular durante el día, pero por la noche, todo iluminado, es impactante.
Paseamos durante el resto de la tarde sin prisas por la ciudad monumental contemplando la belleza de sus monumentos y sus calles. 

La parte más importante del conjunto histórico se encuentra en el recinto intramuros (la zona que estaba en el interior de la muralla almohade) que se conoce como Ciudad Vieja de Cáceres y que forma un entramado de calles estrechas y plazas, que conservan básicamente la misma estructura desde hace siglos.
 A las 21:00 habíamos reservado para cenar en un local de tapeo muy recomendado en Tripadvisor, La tía Tula, y fue un acierto porque, aunque es un sitio pequeño, la atención y la comida fue estupenda (https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g227852-d8857159-Reviews-Taperia_La_Tia_Tula-Caceres_Province_of_Caceres_Extremadura.html)

Sábado, 26 de febrero   Cáceres

Tras el desayuno nos dirigimos a la Plaza Mayor donde es el punto de encuentro a las 10:00 para realizar el tour “Cáceres fundamental” que tenemos reservado con Los Paraguas Rojos; el precio es de 10 € por persona y la duración 1,5 horas y nos parece una buena manera de tener una visión general de la ciudad. El recorrido ha resultado un acierto ya que nuestra guía, Ana, nos ha perecido genial pues nos ha proporcionado una visita muy completa y muy amena con chascarrillos y nada pesada. La verdad es que es muy recomendable.
Uno de los chascarrillos que más curioso nos ha resultado ha sido la leyenda de la llamada “Casa del mono” y que es el origen del famoso refrán español “si te aburres, cómprate un mono”
Cuenta esta leyenda que en el siglo XV en esa casa vivió un matrimonio que intentaba tener un hijo. Se trataba de Gonzalo de Cáceres y Marina Alonso de los Nidos. A la vuelta de uno de sus largos viajes a América, Gonzalo le trajo a Marina un mono. Como no podían tener un bebé, comenzaron a tratar al animal como si fuera su hijo, e incluso tenía su propio dormitorio y sus juguetes.
Un tiempo más tarde, el matrimonio consiguió tener un hijo y, lógicamente, el mono se vio desplazado por lo que, lleno de celos por falta de atención, tiró por la ventana al niño que murió por la caída.
Según la leyenda, Marina murió después de una profunda depresión y Gonzalo mandó encadenar al mono hasta que muriera de hambre y de sed. Cuentan los vecinos de la zona que de vez en cuando se oye a un bebé llorando en los alrededores de la casa.
El tour recorre los edificios más emblemáticos de la ciudad como los palacios de Toledo-Moctezuma, de los Golfines de Abajo y de Arriba, el de Carvajal, el de Mayoralgo, la Casa de las Veletas, (donde se ubica el Museo de Cáceres); las torres principales de la muralla como la de los Púlpitos, Bujaco (en la misma plaza) o de la Yerba; y templos como la ermita de la Paz, la iglesia de San Francisco Javier o la preciosa concatedral.


Finalizado el recorrido guiado volvemos sobre nuestros pasos para visitar, por nuestra cuenta, el interior de algunos de esos monumentos.
El primero de ellos es la iglesia de San Francisco Javier o de la Preciosa Sangre, situada en una zona más alta que el resto y que destaca con dos torres blancas en la fachada. Esta iglesia apareció en uno de los capítulos de la famosa serie Juego de Tronos y, por dentro, no merece la pena nada en absoluto, salvo por subir a la torre y contemplar las vistas (cosa que no hicimos). La entrada vale 1,5 €.
A continuación nos dirigimos al Museo de la ciudad donde se encuentra uno de los platos fuertes: el aljibe. Pero antes, para reponer fuerzas, nos tomamos un café en el Parador de Turismo, que está construido sobre el antiguo Palacio de Torreorgaz.
Inaugurado en febrero de 1933, el Museo de Cáceres ocupa dos casas-palacio de la Ciudad Monumental: el Palacio de las Veletas, que acoge las secciones de arqueología y etnografía, y la Casa de los Caballos, que alberga la colección de Bellas Artes desde 1992.
Bajo el claustro renacentista del Palacio de la Veletas se encuentra el aljibe hispanomusulmán mejor conservado de España y uno de los mejores del mundo. Este magnífico aljibe es uno de los restos que ha pervivido de la alcazaba militar almohade, ya que el edificio que lo alberga fue reestructurado en el siglo XVI y remodelado en los siglos XVII y XVIII. 


El aljibe, que sigue recogiendo la lluvia que cae en el patio renacentista que lo cubre, es uno de los más grandes de su época, de ahí su espectacularidad, potenciada por la luz dorada que se vierte desde el cenit hacia las cinco naves compuestas por arcos de herradura.
Para entrar al museo había bastante cola y también para acceder al aljibe ya que está todavía restringida la entada por el COVID. La entrada es gratuita para ciudadanos de la UE con documento acreditativo.
Finalizada la visita del museo nos dirigimos a otro de los monumentos de la ciudad que es el Palacio de los Golfines de abajo aunque no podemos entrar porque ya está todo reservado. ¡Una pena! Lo mejor es reservar el día de antes o el mismo día pero temprano ya que solo hay un pase cada hora y se completan los grupos pronto. La visita se realiza con guía.
Con esta visita frustrada nos encaminamos a la concatedral, que merece muchísimo la pena.
La entrada cuesta 5 €, pero pudimos convencer al chico, muy amable, de que nos vendiera una de grupo (que es para 12 personas, pese a que éramos 9) y así sale cada entrada a 3,5 €.
Al templo le fue otorgada la categoría de Concatedral en 1957, compartiendo sede episcopal con la catedral de Coria y fue construida entre los siglos XV al XVI sobre una obra anterior del siglo XIII de maneras mudéjares y techo de madera . Las portadas siguen modelos góticos y en la del Evangelio destaca un pilar con ménsula sosteniendo la Virgen. La torre es de tres cuerpos, el central tiene un medallón con jarrón de azucenas, símbolo de la Virgen. 


Una escalera de caracol muy estrecha, en hierro lleva hasta la altura del coro (donde subimos) y continúa en piedra hasta la torre (aunque este tramo estaba cerrado)
El interior es de planta rectangular de tres naves, con arcos apuntados y bóvedas de crucería. Destaca su retablo, del siglo XVI, de cedro y pino sin policromar dedicado a la Asunción de la Virgen. También hay que destacar la capilla de los Carvajal, con un retablo barroco con San Miguel Arcángel, y la capilla del Cristo Negro, cuya imagen es la protagonista de una de las procesiones más importantes de la Semana Santa Cacereña.
En el exterior, en la esquina destaca la escultura de San Pedro de Alcántara, obra en metal del extremeño Enrique Pérez Comendador que tiene fama de atraer la suerte si le tocan los dedos de los pies, de ahí su brillo. Así que, le tocamos los pies.
De la concatedral nos dirigimos al Palacio de Carvajal, donde se ubica la oficina de turismo,  para ver una pequeña capillita que está en el bajo de la torre redonda e inclinada (según se entra a la oficina, a la derecha) que nos han recomendado y que , que pasa desapercibida y que merece mucho la pena. Además, se puede visitar el patio y el jardín gratis.
Hasta la hora de comer deambulamos por las calles contemplando palacio y casas señoriales por doquier.


Y con este recorrido ha llegado la hora de comer, cosa que hacemos en Mastropiero Gastrobar, un restaurante de diseño muy recomendable. Nos colocan en la terraza interior y la comida resulta genial, igual que la atención. (https://www.mastropierogastrobar.es/)
Como se estaba tan bien en la terraza hemos alargado la tertulia un rato.
 

Después de la comida nos dirigimos hacia un bonito barrio de la ciudad: la judería, que conserva interesantes restos de su pasado. La judería de Cáceres se extiende al sureste del centro histórico, principalmente en lo que hoy conocemos como el barrio de San Antonio de la Quebrada, conformado por una colección de calles intrincadas, una red de callejones y de hermosos rincones que  destacan por su autenticidad, por el encanto y la tranquilidad de sus calles, los pequeños huertos y jardines que crecen entre las casas
Esta pequeña ruta nos remonta al siglo XIII con la presencia de la comunidad judía cacereña en convivencia con la musulmana, tal y como queda relatado en el Fuero de Cáceres de 1229. En el recorrido hemos visitado los elementos más relevantes del pasado judío de la ciudad intramuros conocida como "Judería Vieja" que ha conservado una fisonomía de viviendas populares adaptadas a los desniveles del terreno (Barrio de la Quebrada). 


En su entorno destaca el callejón de Don Álvaro, calle Pereros, el Olivar de la Judería, El Rincón de la Monja y la Ermita de San Antonio donde estaba situada la antigua sinagoga.


Muy cerca se encuentra un lugar muy curioso: la Casa de Ben Yusuf, que bien merece ser visitada. Se encuentra situada en la cuesta del Marqués, junto a la plaza de San Jorge,  es una casa original que data del siglo XII. Se inauguró como museo en el año 1976. En su interior se hallan varias salas que han sido acondicionadas siguiendo un gran rigor histórico para conseguir un ambiente propicio que realmente te haga retroceder en el tiempo y  permite descubrir cómo vivía la sociedad árabe acomodada en Cáceres, a través de la arquitectura y las piezas originales que se han donado al museo. El recorrido discutrre por distintas estancias: zaguán, sala de té, sala de armas, sala de baile, zona de mujeres junto al dormitorio principal…
Además de las habitaciones interiores se pueden ver el aljibe, unas termas romanas, una bodega,  el jardín etc... La entrada vale 2€




Finalizada esta visita, nos encaminamos al Museo de Helga de Alvear, de arte contemporáneo, donde tenemos reservada visita a las 19:00. Merece mucho la pena (la entrada es gratis, pero hay que sacarla online imprescindible)
Este museo es impresionante. Abrió en 2010 y representa la colección privada de arte contemporáneo más completa e internacional de España.
Aparte de que arquitectónicamente es muy original y moderno, las obras en él expuestas son muy interesantes. Un lugar que no se puede dejar de visitar.
 



Al salir del museo hacemos unas compras y nos dirigimos a cenar a la Tapería Márquez (establecimiento especializado en ibéricos) donde, pese a haber reservado, tuvimos un problema ya que nuestra reserva se les había olvidado; no obstante, lo solucionaron dándonos una mesa en otro local del mismo dueño (situado enfrente y que, por suerte para nosotras, estaba aún mejor, mucho más tranquilo). Tomamos tablas de  ibéricos, patés y quesos. Bien, aunque no eran nada especial. Los hemos comido mejores.
 
Domingo, 27 de febrero   Monasterio de Yuste y Plasencia
 
A las 09:00 salimos hacia el Monasterio de Yuste, que será nuestra primera visita de hoy.  La entrada es gratis para profesores en activo y reducida para jubilados (4 €). Se pueden sacar por internet en la web de Patrimonio Nacional.
 
El Monasterio de San Jerónimo de Yuste es conocido sobre todo por ser la última morada del emperador Carlos V el lugar que eligió para descansar y meditar tras un reinado lleno de guerras y conflictos políticos y religiosos. Carlos V decidió abdicar en favor de su hijo, Felipe II, y se trasladó a la Comarca de la Vera a finales de 1556 y residió en el monasterio desde principios de 1557 hasta su muerte, a finales de 1558.








El monasterio tuvo su origen en un pequeño monasterio o cenobio construido en 1407 y en el que vivían inicialmente unos pocos ermitaños. Con el paso del tiempo fue aumentando el número de monjes, que finalmente se acogieron a la Orden de San Jerónimo.
El edificio original sufrió numerosas reformas, inicialmente para ampliar las diferentes dependencias de los monjes y posteriormente para construir la casa palacio que serviría de residencia al emperador.
A comienzos del siglo XIX, durante la invasión francesa, el Monasterio de Yuste fue abandonado por los monjes Jerónimos y sufrió numerosos daños.
Con la desamortización de Mendizábal se subastó el edificio y fue utilizado para tareas agrícolas y ganaderas. El estado de abandono continuó prácticamente hasta mediados del siglo XX.
En 1931 es declarado Monumento Histórico Artístico y en 1949 comenzaron las labores de rehabilitación, intentando respetar en la medida de lo posible la estructura original de los edificios y unos años más tarde volvió a la Orden de San Jerónimo.
 
El recorrido de la visita del recinto pasa por diferentes estancias, aunque no se visitan todas las dependencias del monasterio (por ejemplo las que ocupan los monjes en la actualidad).
Dentro del conjunto arquitectónico destacan: la iglesia del siglo XV, del gótico tardío, con algunas reformas renacentistas; el claustro gótico, de finales del siglo XV; El claustro nuevo (plateresco), del siglo XVI, de estilo renacentista; diferentes estancias y salas monacales; la casa-palacio de Carlos V y los jardines y el estanque, diseñados para el emperador.
 

Está prohibido hacer fotos y vídeo en todo el recinto a excepción de los jardines.
 
Finalizada la visita emprendemos el camino hacia nuestra segunda parada: Plasencia
Lo primero que hacemos es ir a la oficina de turismo que está ubicada en el convento de Santo Domingo, construido en el siglo XV, un edificio impresionante de estilo gótico, con gruesos muros de piedra, techos abovedados y una cuidada decoración. 



La catedral, que es el primer monumento que queremos ver, está cerrada porque están instalando la exposición Las Edades del Hombre, así que damos un paseo por el centro, que hoy domingo está muy animado, y nos dirigimos a comer a Succo, donde tenemos la reserva. No es un establecimiento barato pero tampoco carísimo y comemos de escándalo. Muy recomendable (https://restaurantesucco.es/)



Por la tarde damos una vuelta por la zona monumental recorriendo algunos de los lugares emblemáticos como la Casa del Dean, la catedral nueva y vieja, el barrio de los caballeros con sus mansiones y casas señoriales en piedra, la capilla de las Claras, el Convento de San Vicente Ferrer, el Palacio del Marqués de Mirabel…, pero desgraciadamente todo está cerrado y no podemos hacer ninguna visita al interior de ninguno de ellos. Solo podemos acceder al Parador de Turismo que está situado sobre el Convento de Santo Domingo, construido en el siglo XV, en estilo gótico tardío, y que es una maravilla.
 


El resto de la tarde nos sentamos en un  terracita de la plaza y ahí pasamos el tiempo hasta las 19:00, hora en la que hemos quedado con el chófer para volver a Cáceres.
Descansamos un poco y volvemos al casco antiguo donde tenemos reserva para la cena en Torre de Sande, que es espectacular, trato exquisito, comida espectacular.
El restaurante ocupa el local ubicado en la torre de Sande, una casa señorial del siglo XIV con paredes de piedra cubiertas de enredaderas y con un agradable patio.
 

José Polo y Toño Pérez (de Atrio) abrieron, en diciembre de 2020, Torre de Sande, apenas a dos pasos de sus dos estrellas Michelin, Atrio. En este han recuperado la esencia del Atrio primigenio e incluso objetos de aquel que guardaron con el cambio al nuevo edificio en el que hoy se ubica. Una cubertería de plata, buena parte de la vajilla y piezas de decoración, mantelerías… conforman la seña de identidad del nuevo restaurante que consta de un fantástico comedor dividido en diferentes espacios y alturas y una idílica terraza, rodeada de vegetación.
Torre de Sande recupera los guisos de siempre, los bocados sencillos, el producto apenas tocado, más que con alguna salsa o elaboración, la mayor parte de las veces, terminado en las brasas del Josper que preside su cocina. Aquí se tapea y se hace de una forma memorable, todo ello servido por un excelente equipo de sala, cercano, eficiente y atentísimo.
En palabras de Toño Pérez, “en la carta del nuevo restaurante ha querido rescatar alguno de sus antiguos platos, cuando practicaba una cocina más tradicional:  Aquí guisamos, no hay nada de pincitas, ya hacemos allí todas las gilipolleces del mundo”.

http://www.sarprixextremadura.com/portfolio-item/torredesande/

El restaurante -ni qué decir tiene- no es barato, al contrario, pero merece muchísimo la pena: tomamos los platos que nos recomendarón y que fueron ensaladilla rusa especial de la casa con  lascas de melba, unas tortillas hechas por un lado en sartén al horno con patatas, cebolla, cebollino…  y vieiras asada con caldo de coco y lemon grass, más varios postres de escándalo.
Una experiencia gastronómica memorable.
No obstante, he de decir que en Tripadvisor hay bastantes críticas negativas tanto del local como del chef (al que llaman “endiosado”); además añaden que, cuando está lleno, no saben organizarse y que la comida en muchas ocasiones no llega caliente a la mesa. Mucha gente califica la experiencia como decepcionante. En nuestro caso, nos atendieron bien y rápido, aunque no había mucha gente y, como era invierno, la terraza estaba vacía y solo había clientes en el comedor principal.
 
Lunes, 28 de febrero  Mérida y Trujillo
 
Hoy vamos a dedicar el día a visitar Mérida y Trujillo.

Comenzaremos por Mérida a donde llegamos pronto con la idea de no encontrar mucha gente en los monumentos, especialmente en el teatro. Este consejo es importante ya que más tarde llegan los autobuses de turistas y se hace imposible ver algo con tranquilidad y menos hacer fotos donde no salgan cientos de personas.
Respecto a las entradas, recomiendo sacarlas por internet  en la web del Consorcio Ciudad Monumental de Mérida (https://teatroromanomerida.com/). También se pueden adquirir en las taquillas de los monumentos, pero llevándolas de antemano se ahorra tiempo y colas (especialmente en temporada alta).  Las entradas se pueden adquirir para monumentos concretos o para todo el conjunto arquitectónico; y esta última, que es la que elegimos) con o sin guía. Nosotras la sacamos sin guía. (8,50 € para jubilados y 16,50 normal)

Mérida conserva un importante conjunto monumental que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.
La ciudad fue fundada por el emperador Octavio Augusto en el año 25 a.C. con el nombre de Augusta Emerita y se preservan numerosos restos arqueológicos de la época romana (edificios de espectáculos, mausoleos, viviendas, puentes, acueductos, templos…)
Lo primero que hicimos al llegar fue dirigirnos al teatro y anfiteatro buscando que hubiera pocos turistas (y acertamos, ya que cuando salimos hay una cola enorme). Ambos son construcciones impresionantes que siguen en pie desde el siglo I a.C.
El teatro romano es el elemento más representativo del Conjunto Monumental de Mérida. Se inauguró entre los años 16-15 a. C. y fue el cónsul Marco Agripa el promotor de su construcción.
Durante siglos estuvo soterrado, manteniéndose visible sólo la parte superior del graderío que conformaba siete grandes bloques conocidos popularmente como las Siete Sillas.
El graderío -cavea-, con una capacidad para 6000 espectadores, se construyó, en parte, aprovechando la ladera del cerro de San Albín. Se halla dividido en tres sectores imamedia y summa cavea. La orchestra -en la que se situaba el coro- está rodeada de tres gradas de honor reservadas para las autoridades.


La zona más espectacular del teatro es el frente de la escena, con dos cuerpos de columnas de mármol. Entre ellas, una serie de esculturas completaba la decoración: Ceres, Plutón, Proserpina y estatuas, con togas unas y con corazas otras, que se han interpretado como retratos imperiales.


El resto de monumentos que visitamos y que estaban incluidos en la entrada son:
- El Templo de Diana: se trata de un Templo de Culto Imperial ubicado al fondo de una gran plaza que fue parcialmente nivelada, ya que se evidencian en algunas zonas restos de un criptopórtico. De la plaza se conservan aún lastras de mármol de su pavimentación así como los muros que la delimitaban, también los dos estanques que flanqueaban al edificio. Debió de erigirse aún bajo el poder de Augusto. El templo, de planta rectangular, se alza sobre un alto podio de granito que concluye en molduras. Sobre él asienta la columnata cuyos tambores de granito estuvieron estucados y pintados. Esta columnata rodea todo el templo.




-La casa de Mitreo: vivienda edificada a finales del siglo I e inicios del II d.C. fuera de las murallas de la ciudad. Sin duda, su extensión y la decoración de algunas de sus estancias denotan que sus propietarios fueron personajes de relevancia dentro de la sociedad emeritense, formados en la cultura helenística. Todo el conjunto está articulado en torno a tres patios. El primero de ellos, con acceso desde una escalera, es un atrio tetrástilo con un estanque para recogida de aguas, el impluvium. Parece que esta zona, como otras de la vivienda, tuvo un segundo piso, como se deduce de la presencia de algunos peldaños que aún se conservan. A este atrio dan varias salas, construidas como las del resto de la casa: zócalo de mampostería y el resto del alzado en tapial. Las paredes iban enlucidas y decoradas con pinturas. Una de esas habitaciones conserva el mosaico del Cosmos. En él se representa, con gran colorido y realismo, un abigarrado conjunto de figuras humanas que vienen a representar los distintos componentes del universo conocido, partiendo de los elementos terrenos y marinos hasta llegar a los celestes, pero todos girando alrededor de una figura primordial, la de la Eternidad (Aeternitas).
Desde el atrio se llega a un peristilo con un estanque. A su alrededor se articulan otras tantas dependencias. Girando al oeste, discurriendo por un pasillo que en uno de sus lados tuvo parterres ajardinados y unos hórreos, de los que quedan las huellas de los muretes que los soportaban, desembocamos en un gran peristilo ajardinado, rodeado por un canal, que se surtía del aljibe que podemos ver y que estaba ubicado bajo una enorme habitación. Al Sur podemos contemplar una estancia subterránea, en la que se quiso ver antaño un templo mitraico, pero que, en realidad, es una habitación subterránea donde los propietarios de la vivienda evitaban los rigores del estío.
Al este, algo apartado de la vivienda, se encuentra un conjunto termal, del que se conservan las arquerías de ladrillo (hypocausta) desde las que se irradiaba el calor procedente del horno para calefactar las bañeras. El interior de su cubierta abovedada, que no se conserva, estuvo decorado con pinturas con motivos marinos.

https://www.tripadvisor.ie/LocationPhotoDirectLink-g227871-d3749923-i230856192-Casa_del_Mitreo-Merida_Province_of_Badajoz_Extremadura.html

Columbarios: Desde la Casa del Mitreo, a través de un largo corredor flanqueado por cipreses, se llega a un espacio abierto en el que se muestra los distintos tipos de ritos funerarios y las variadas formas que han tenido los emeritenses de recordar a sus muertos a lo largo de la historia. Al fondo, en una pequeña vaguada, se alzan dos edificios de pequeñas proporciones y que, originalmente, estaban desprovistos de cubierta.
En estos edificios se depositaron las urnas cinerarias de sendas familias, la de los Voconios y la de los Julios.
 
- Alcazaba: Esta gran fortaleza fue erigida en la Mérida musulmana por el emir omeya Abderramán II en el 835 de nuestra era. El encargado de trazarla fue el arquitecto Abd Allah. Para ejecutar esta Alcazaba, la más antigua de la península, éste se inspiró en modelos bizantinos. Todo el perímetro de esta extensa alcazaba estaba rodeado por un gran foso, salvo el lateral que da al Guadiana. A tramos se van distribuyendo 25 torres macizas embutidas en la propia muralla. Las torres albarranas, es decir, que se alzan separadas del cuerpo principal de la fortaleza, se erigieron con posterioridad por la Orden de Santiago.
Sus muros, de 2,70 metros de anchura, nos muestran unos paramentos hechos a base de sillares y otros materiales reutilizados de épocas precedentes. El núcleo de estos muros es de cascajo, tierra y piezas de granito.
Una vez recorridos los lugares emblemáticos, y junto a la alcazaba, se encuentra el famoso puente romano que es una maravilla. La imagen desde la orilla opuesta del puente con la alcazaba al lado es espectacular.


De ahí vamos a comer a El puchero de la nieta, genial. Hay que reservar porque está hasta la bandera y hay siempre muchísima gente esperando. Según Tripadvisor es el 2º mejor restaurante de la ciudad: https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g227871-d13293501-Reviews-El_Puchero_de_la_Nieta-Merida_Province_of_Badajoz_Extremadura.html

Después de la comida salimos hacia Trujillo donde hemos reservado una visita  guiada con la empresa Destino Trujillo, “El Trujillo de las tres culturas” (ya que hay bastante que ver y poco tiempo para ello  pues hay que tener en cuenta que en febrero anochece bastante pronto) Nuestro guía ha sido Rafa y ha estado muy bien, aunque ha ofrecido demasiada información que en tan poco tiempo es difícil de digerir.  El precio de la visita es de 9 € por persona y dura 2 horas. Muy recomendable si no se tiene mucho tiempo.
El tour comienza en la plaza de Trujillo junto a la figura ecuestre del famoso conquistador.



El tour comienza y finaliza bajo los pies de la estatua ecuestre de Francisco Pizarro, conquistador de Perú, en la Plaza Mayor de Trujillo y ahí llegamos a las 17:00.
En la plaza Rafa nos ofrece una larga explicación sobre los personajes más importantes de esta ciudad y otros datos relevantes sobre ella.
En la misma plaza contemplamos el Palacio Del Marqués de la Conquista, construido por la familia Pizarro,  que recibe su nombre debido al marquesado de la Conquista que les fue otorgado después de la Conquista del Perú. Una de las más interesantes cosas que ver en Trujillo, son sus elementos arquitectónicos, destacando el gran balcón con un enorme escudo flanqueado por las armas de Carlos V y el escudo de la familia Pizarro.
A continuación visitamos el Palacio Del Duque de San Carlos (también llamado palacio de los Vargas-Carvajal)​​ de estilo plateresco que a día de hoy se encuentra habitado y conservado por la congregación de monjas Jerónimas.
Otros palacios interesantes son el Palacio de Don Juan Orellana Pizarro que data del siglo XVI, y que el conquistador Juan Pizarro decidió transformar de construcción defensiva a palacio señorial; este palacio recibió a ilustres visitantes, como Miguel de Cervantes, que escribió sobre Trujillo en su última novela, "Los trabajos de Persiles y Segismundo", sin duda inspirado por su estancia en este palacio de nuestra ciudad; o el Palacio de los Escobar, en el que vivió, entre otros, María Escobar, la primera mujer que llevó semillas de trigo y cebada a Perú. Es una de las construcciones conservadas no religiosas más antiguas de Trujillo que data de los siglos XV y XVI




Finalmente visitamos también dos iglesias: La Iglesia de Santa María la Mayor que es el edificio religioso más importante de Trujillo. Su construcción se inició en el siglo XIII, finalizando dos siglos después, de estilos románico y gótico, su retablo, torres e historia son una parte fundamental de la ciudad y sus anécdotas son  innumerables, como que tienen un escudo del Athletic de Bilbao en su fachada. 



Y la Iglesia de San Martín, de estilo gótico y renacentista, pues su construcción se demoró durante más de un siglo. Esta Iglesia cuenta en su interior con numerosos sepulcros de las familias más importantes de Trujillo.
Por último, visitamos La Alcazaba Árabe (más conocida como "El Castillo de Trujillo"). Esta fortaleza, situada en el cerro Cabeza de Zorro, fue construida entre los siglos IX y XII; los restos más antiguos que se conservan son sus dos aljibes árabes, del siglo X. Y concluimos recorriendo su recinto amurallado, que fue escenario en el rodaje de la serie Juego de Tronos. Desde las murallas hay una vista maravillosa de la ciudad.
 

Quiero reseñar una curiosidad que nos ha contado Rafa, el guía, (y que no sé si es verdad o leyenda); según nos dijo, las esculturas ecuestres tienen un significado diferente dependiendo de cómo están las patas del caballo: Cuatro patas en el suelo: el caballero ha muerto de muerte natural o enfermedad. Una pata levantada: el caballero ha muerto a causa de un asunto de guerra. Dos patas levantadas: ha muerto en batalla. Tres patas: muerto caballo y caballero. Curioso
 
Con esto concluyó el recorrido por Trujillo y volvemos a Cáceres donde tenemos la cena reservada en Tapería Yuste que es el restaurante del hotel 4* NH Collection Cáceres Palacio de Oquendo. Es un local muy céntrico, en la plaza de San Juan, de techos abovedados, con un servicio cercano y amable, unas tapas deliciosas, vinos excelentes y con decoración moderna y elegante. Ha sido un acierto este cierre de viaje porque hemos cenado genial.


Hay que decir que las reservas se gestionan desde el hotel.

Martes, 29 de febrero

 A las 10:00 salimos hacia Albacete con una parada para comer en Villarrobledo en un restaurante de carretera con manteles de papel, pero donde degustamos ricos platos típicos a buen precio.

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