Martes, 4 de agosto. Lerma
Salimos de Albacete y llegamos a Lerma a la hora de comer. Un
viaje estupendo ya que no había casi tráfico. Nos alojamos en el hotel La
hacienda de mi señor (ver crítica en Tripadvisor)
Salimos a comer a la Plaza del Mercado, que está al volver la esquina
y piamos unas raiones en una de las muchas terrazas. Esta placita y las calles aledañas
son la zona de tapeo y restaurantes.
Lerma se yergue sobre un cerro a la orilla del río Arlanza y presenta
un interesante conjunto herreriano.
En el siglo XVII Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y
valido de Felipe III, ordenó construir Lerma a su capricho, para convertirlo en
la corte de recreo donde celebrar numerosas fiestas barrocas y tener
entretenido al rey, y así poder gobernar desde esta noble villa.
Gracias a esta transformación urbanística, hoy se conservan el Palacio
Ducal, la Colegiata, cinco conventos, la Plaza Mayor (una de las más grandes de
España), el mirador de los Arcos, pasadizos, un humilladero, etc. Pero también
quedan construcciones de origen medieval, como el Arco de la Cárcel y el puente
sobre el río Arlanza.
El Duque de Lerma es quizá el personaje más conocido en la historia de
Lerma, pero muchos otros pasaron y vivieron en la villa, dejando su impronta:
el Cura Merino (afamado guerrillero de la independencia), José Zorrilla
(archiconocido escritor romántico), Baltasar Merino (insigne botánico jesuita),
Ramón de Santillán (Ministro de Hacienda y primer Gobernador del Banco de
España) o Lope de Vega (a esta villa dedicó su obra La burgalesa de Lerma),
entre otros.
Lerma hoy día es una localidad pequeña y algo destartalada. Además
tiene permitido el tráfico en todo el casco antiguo lo que la hace bastante
incómoda y estropea el entorno. Tiene algunas cosas muy interesantes pero no
está muy cuidada. Destacan los conventos, colegiata y el Palacio Ducal que son
edificios imponentes; el resto, parece bastante abandonado. Da la impresión de
que solo mantienen los edificios importantes y el resto, según se va cerrando o
abandonando, se deja a su suerte sin ningún mantenimiento. En su momento fue
una villa importante adonde acudían personajes relevantes y artistas (Góngora,
Lope de Vega … ), y se celebraban fiestas y banquetes en honor de los Reyes de
España. En Lerma nació el séptimo hijo de Felipe III, la Infanta Margarita, que
fue bautizada con toda pompa y solemnidad en el Convento de las Clarisas.
Tiene una curiosidad, que no sabemos a qué responde, y es que por todo el pavimento de la localidad que es de canto rodado se pueden ver diferentes imágenmes de pollitos amarillos pintados sobre los cantos. Queda muy gracioso, la verdad
Nos dirigimos a la oficina de turismo que abre a las 16:30 y sacamos
una entrada combinada (4€) para visitar el Monasterio de Santa Teresa (actual
ubicación de la oficina de turismo), los pasadizos del duque (pasadizos aéreos
que comunicaban el palacio con las iglesias y conventos) y la Colegiata de San
Pedro.
A continuación visitamos la tumba del cura Merino ubicada en el jardín
del mirador de los arcos que se encuentra entre el monasterio y la colegiata.
Justo al lado de esta, en la puerta principal, se encuentra la casa
natal de Zorrilla y una estatua a tamaño natural en bronce del escritor.
Volvemos hacia la parte alta y llegamos a la plaza Mayor porticada en
la que se encuentra el Palacio Ducal que hoy es el parador de turismo; junto a
él, el Monasterio de San Blas. Nos tomamos un té en el patio del parador y
pasamos el resto de la tarde recorriendo el pueblo.
A las 19:30 nos dirigimos al Monasterio de San Blas (al lado del
palacio) para oír el rezo cantado de las monjas dominicas.
Continuamos visitando los lugares más importantes de la zona medieval:
Monasterios de Santo Domingo, Santa Teresa, la Ascensión, la Madre de Dios, así
como el Arco de la Cárcel (entrada a la zona antigua, o algunas callejas
porticadas.
Terminado el recorrido, cenamos en un sitio muy recomendable, Galoria,
que es un precioso restaurante que se ubica en la casa de D. Ramón de
Santillán, guerrillero con el cura Merino durante la guerra de la
Independencia, ministro de Hacienda y primer gobernador del Banco de España. La
casona, situada en la calle Mayor, es una preciosidad y el restaurante merece
mucho la pena; en verano se puede disfrutar del jardín que es donde hemos
cenado. Un ambiente muy agradable, un sitio muy estiloso, comida riquísima y de
calidad y un servicio y atención excepcional. Muy recomendable. http://www.restaurantegaloria.com/
Miércoles, 5 de agosto. Covarrubias, Sto. Domingo de
Silos y desfiladero de La Yecla
Tras un fabuloso desayuno en el hotel emprendemos ruta hacia
Covarrubias.
Covarrubias es una de las villas-pretendientes para el título de «cuna
de Castilla». Adquirió mucha importancia durante las primeras décadas de la
vida de Castilla gracias a las gestiones de Fernán González y su
hijo, García Fernandez. La hija del primero, Doña Urraca, se
casó varias veces con los reyes de León para terminar de tener el tercer enlace
matrimonial con el rey de Pamplona, convirtiéndose así en la reina de Navarra.
Esto le dio a Castilla mucha más fuerza y le permitió contraponerse al reino de
León.
El segundo, García Fernández, convirtió Covarrubias en el centro
económico del condado de Castilla. Su hija, también Urraca, llegó a ser una de
las mujeres más poderosas de la época, y con ella, Covarrubias – uno de los
centros más importantes de la zona.
La oficina de turismo abre a las 10:00 y se encuentra en el arco de
acceso a la localidad, en el edificio del Archivo del Adelantamiento de
Castilla (cuyos documentos fueron trasladados más tarde al de Simancas) , que
es muy pequeña. Nos sorprende, viniendo de Lerma, que esté todo tan cuidado. Es
un pueblo precioso con casas típicas en las que se ven las vigas de madera que
las sostienen. Está todo superlimpio y cuidado y el tráfico y aparcamiento está
prohibido, salvo residentes, lo que hace de esta villa un lugar muy agradable
para pasear y crea un precioso entorno.
Una curiosidad de Covarrubias son las papeleras que han sido
fabricadas por artesanos locales y son casas y edificios pintorescos de la
zona. Muy bonitas y originales.
En la oficina de turismo dan un mapa con la ruta y los edificios y
lugares más emblemáticos marcados y una breve explicación de ellos:
El archivo
del Adelantado, la Casa de Doña Sancha, Iglesia de Santo Tomás, la Casa del
Obispo Peña, la antigua botica, los cruceros, las murallas...
El pueblo es muy pequeño y se ve en no más de dos horas (además, la
mayoría de lugares no se pueden visitar por dentro, solo contemplarlos desde el
exterior; tan solo está abierta la ex-colegiata de san Cosme y san Damián
(preciosa y gratis) y el torreón de Fernán González (que abre a las 11:15). La
botica debe de ser muy curiosa, pero hay que pillarla casualmente abierta
porque no tiene horario. No ha sido nuestro caso.
Pero sí hemos esperado,tomando un café, para ver la torre que es
bastante cara (6€) La visita es ver el jardín donde hay armas antiguas de
madera y la torre en sí. Es visita guiada pese a ue hay códigos QR para verla
por nuestra cuenta. Nos hemos quedado a la visita guiada que ha resultado
bastante peñazo porque no hay nada más que a torre y las explicaiones duran más
de una hora. Resumiendo: pensábamos ir a Sto. Domingo de Silos a la visita de
la 13:00 pero no ha podido ser así que hemos tenido que esperar a la visita de
las 16:30.
Sto. Domingo, el pueblo, no tiene nada, pero nada; es un pueblo
minúsculo sin ningún encanto. El único aliciente es visitar el monasterio.
Hemos comido en un bar de la plaza bastante normalito y a la hora de
la apertura hemos ido a la entrada del monasterio y resulta que hoy es gratis
por la tarde. Y resulta también que, por el coronavirs, no hay visita guiada,
luego se puede entrar a cualquier hora que esté abierto y se visita libremente.
El monasterio es enorme e imponente pero solo se permite visitar el claustro,
con el ciprés que inmortalizó Gerardo Diego, la botica y una sala de museo. Así
pues, la visita decepciona muchísimo. Y , Además, ni una alusión, ni un
facsímil de las glosas. En este sentido también nos ha decepcionado: la cuna
del castellano y apenas alusión a ello. El monasterio es famoso, en parte, por
eso y no se dice nada. Tantas expectativas y un chasco, al final. Las glosas
son hoy día propiedad del British Museum.
El edificio es un monasterio benedictino que tuvo sus orígenes en el
siglo XII, en honor a su Abad Domingo, fallecido en 1073. Quince años después
de su muerte se construyó un templo semejante al de San Pedro de Arlanza, que
fue sustituido por el actual de estilo neoclásico (1751-1792).
Es uno de los monumentos capitales para la historia del románico,
único en Europa por la importancia de la escultura de sus capiteles, compuestos
de elementos decorativos vegetales y animales, y los ocho relieves en los
machones angulares, de temática bíblica: la Ascensión, la venida del Espíritu
Santo, sepultura y resurrección, descendimiento de la Cruz, la Asunción de
María y el Árbol de Jessé.
La iglesia, levantada aprovechando parte de un templo mozárabe del
siglo X, del que queda algún resto, fue sustituida en el XVIII por la actual,
de corte neoclásico. Nada especial.
Finalizada la visita nos hemos acercado al Desfiladero de la Yecla que
se encuentra a 4 Kms. del pueblo. Se trata de unapasarela volada sobre las
paredes verticales del desfiladero. Es un recorrido muy corto, 600 metros, que
discurre por las paredes sobre el arroyo y las pozas del fondo. Se puede
acceder por unas verjas metálicas que se encuentran al borde de la carretera,
justo antes del túnel o después; se puede entrar por un lado y salor por el
otro o acerlo de ida y vuelta. Se puede dejar el coche en unos espacios junto a
la carretera, habilitados para ello, tanto antes como después del túnel.
Merece la pena la visita.
A media tarde emprendemos el camino hacia Cenicero, el pueblecillo
junto a Logroño donde hemos alquilado un apartamento por Airbnb (https://abnb.me/kdh4Cg1kI8), céntrico,
cómodo, silencioso, luminoso, grande... perfecto.
La carretera de Burgos a Logroño es penosa y a rebosar de camiones así
que este tramo se hace un poco duro y pesado. Sobre las 20:00llegamos a
Cenicero, nos instalamos y salimos a dar una vuelta y picar algo. Pero, para
nuestra sorpresa, no hay ningún sitio con comida, solo bebida. Al fin, unos
parroquianos nos indican que en la piscina se puede tomar algo hasta las 22:30
así que nos acercamos pero solo quedan pichos de tortilla; en fin, menos da una
piedra.
Jueves, 6 de agosto. Logroño capital
Hoy dedicamos el día a conocer la capital de La Rioja, Logroño.
En primer lugar, aparcar en el centro es una odisea porque está casi
todo el centro peatonalizado. Lo dejamos en un parking público en el parque de
la estatua ecuestre de Espartero que se conoce como El Espolón. Luego vemos que
hay un parking gratis frente al Cubo del Ravellín y la puerta de peregrinos
(únicos restos de la muralla y puertas que rodeaban la ciudad)
Lo primero que hacemos es dirigirnos a la oficina de turismo en la que
nos dan muchísima información, no solo de la ciudad sino de todo lo que queremos
visitar estos nueve días.
A las 11:00 en punto se junta un pequeño grupito de 8 personas para
realizar la visita guiada de Logroño que ofrecen gratis al pernoctar dos noches
en la Comunidad. Y que teníamos reservada.
Nos acompaña Pilar que resulta se muy maja, amena, informada y nos
muestra todos los lugares emblemáticos del barrio antiguo con mucha información
y también bastantes chascarrillos.
Comenzamos el recorrido en el lamado Cubo de Revellín que es una torre
defensiva muy baja junto a la puerta de peregrinos.
En el interior hay un pequeño museo con bastante información sobre la
Inquisición que tuvo en Logroño la sede de uno de los tribunales más
importantes; de hecho, aquí tuvo lugar el conocido proceso o Auto de fe contra
las brujas de Zugarramurdi.
De ahí nos dirigimos a la Iglesia de Santiago El Real, Iglesia
Imperial Santa María de Palacio (la vemos desde fuera; lo más relevante es el
cimborrio de aguja), la Iglesia románica de San Bartolomé (la más antigua) con
un pórtico tallado en piedra espectacular, la concatedral...
Resulta muy curiosa la casa en la que vivía la señorita Jacinta
Martínez (soltera y muy, muy rica) con la que dio el braguetazo Espartero,
quien se llamaba de nombre Baldomero; de ahí, el dicho popular “qué más quieres
Baldomero, joven, guapa y con dinero” . Además, en la cueva de esta casa, un
militar y viticultor llamado Luciano Murrieta comenzó a curar el vino en
barricas (como se hacía en Francia, con el fin de conservarlo) y ahí tiene su
origen la tradición de la crianza del vino en La Rioja. Murrieta recibió más
tarde el título de marqués que da nombre a una de las bodegas más
antiguas y con más tradición de la zona: Marqués de Murrieta.
En esta casa la guía nos cuenta también el origen de la expresión “te
las han dado con queso” que está relacionado con el vino, ya que cuando se
estropeba y era difícil de vender porque estaba ácido o malo, se ofrecía antes
un plato de queso que, al ser tan fuerte, distorsionaba y ocultaba el sabor del
vino y así se podía vender; cuando el comprador llegaba a su casa y lo tomaba
sin queso, se daba cuenta del engaño.
También pasamos por un aplacita en la que hay en el suelo, en mármol,
un juego de La Oca que está muy relacionado con el Camino de Santiago ya que
los peregrinos lo inventaron con lo que encontraban y vivían a lo largo del
camino (pozo, puentes, posadas, cárcel o incluso, la muerte)
La visita guiada, que dura una hora y media, termina en la Plaza del
Mercado, delante de la puerta principal de la concatedral. A partir de ahí, damos
una vuelta por nuestra cuenta por alguno de los lugares que no hemos visto
durante la visita como el Mercado de San Blas (plaza de abastos) que es un
edificio muy original, la Iglesia de Santiago El Real y la de San Bartolomé,
que es la más antigua de la ciudad y a la que se accede por un pórtico
impresionante, o el Teatro Bretón de los Herreros.
Comemos en Pasión por ti, un local modernillo en la famosa
calle Laurel. Bien, aunque es mejor comer de pinchos visitando varios de los
muchísimos bares de esta zona (o de la zona de la calle de San Juan) La calle
Laurel (el barrio) era la antigua zona de prostitución de la ciudad y toma su
nombre de las ramas de este arbusto que las prostitutas colocaban en las
ventanas o balcones para indicar a los clientes dónde ofrecían sus servicios.
Tras la comida el calor aprieta bastante y decidimos visitar el Museo
de La Rioja que tiene un diseño arquitectónico espectacular en su interior (nos
ha recordado, salvando las distancias, al MOMA)
Después cruzamos el puente de hierro sobre el Ebro para llegar a la
Casa de las Ciencias que está cerrado hasta las 17:00. Esperamos en un parque
cercano hasta la hora de abrir y, aunque el edificio es bonito y la ubicación,
junto al río, espectacular, no es nada especial; En realidad no tiene nada de
museo ya que es más una sala de exposiciones, eso sí, relacionadas con las
ciencias. Y sin aire acondicionado. Un espanto.
Menos mal que todos los museos e iglesias y otros monumentos son
gratis en Logroño.
Volvemos al centro y descansamos en una terraza a la sombra tomando
una bebida fresca para continuar recorriendo las iglesias que no hemos visto
por la mañana (cierran a las 13:00 y abren a las 18:00) como la concatedral de
Santa Mª de la Redonda (maravillosa) en cuya girola se puede contemplar un
pequeño cuadro de Miguel Ángel (en la pared, dentro de una caja fuerte); y la
Iglesia Imperial Santa María de Palacio (que tiene un precioso cimborrio con
forma de flecha, muy bien conservado, que se puede ver desde el exterior,
aunque sin la función de dar luz ya que hubo que cegarlo por dentro para que no
se hundiera); cuenta también con un retablo impresionante y enorme.
Hace muchísimo calor y decidimos regresar a Cenicero, nuestro
pueblecillo. Compramos provisiones en el Carrefour Express y cenamos
tranquilamente en el apartamento.
Viernes, 7 de agosto San Millán de la Cogolla, Jardín
Botánico de La Rioja y Sto. Domingo de la Calzada
Hoy visitaremos algunos de los monumentos más importantes de La Rioja
y de España: Yuso y Suso, en San Millán de la Cogolla, y la catedral de Santo
Domingo de la Calzada.
Para visitar el Monasterio de Suso es imprescindible reservar por
teléfono (941373082) ya que hay que subir en un microbús y las plazas son
limitadas. Para el de Yuso no hace falta reservar.
Aunque los dos edificios se encuentran en lugares distintos (Suso, que
significa “arriba” y Yuso, que significa “abajo”) y se gestionan de manera
independiente (el monasterio de Suso es propiedad del Estado, desde la desamortización
de Mendizábal, mientras el de Yuso pertenece a los monjes benedictinos
que lo compraron al Estado). Ambos forman parte de la misma tradición, la del
«Monasterio de San Millán», y desde 1997 son Patrimonio de la Humanidad.
Entre otras cosas, son famosos por considerarse la cuna del castellano ya que
en ellos se hallaron las glosas, primeras manifestaciones de castellano escrito
(junto con las glosas silenses encontradas en Santo Domingo de Silos) cuando
aún no existía esta lengua. Hoy se conservan en la Real Academia de la Historia
en Madrid.
Las glosas son anotaciones que, en el siglo XI, hicieron los clérigos
en los márgenes o entrelíneas de textos escritos en latín ya que no se entendía
(no había relación entre la palabra escrita y cómo se pronunciaba) pues el
pueblo hablaba un latín vulgar bastante degenerado (un dialecto del latín) que
luego, en el siglo XIII, será el castellano.
Ayer, cuando nos dijeron en la oficina de turismo que había que
reservar obligatoriamente para visitar Suso, llamamos y reservamos la visita de
primera hora (autobús de las 10:25) así que salimos temprano para estar en San
Millán de la Cogolla a las 09:30. Desde Logroño se tardan unos 30-35 minutos.
Tan pronto salimos que llegamos antes de que abrieran las taquillas y,
al final, pudimos sacar entrada para Suso en el bus de las 09:50 (el primero y
la única para la que no hay que reservar por teléfono)
La visita es guiada (al igual que en Yuso) y la guía nos espera
arriba, en la puerta del monasterio. La duración es de media hora y cuesta 4 €)
El monasterio de Suso es muy anterior al de Yuso y en él se instaló
San Millán y en él también se escribieron las glosas emilianenses. ¿Por qué
surge, entones, Yuso? Cuando muere el santo es enterrado en Suso pero un rey
decide trasladar sus restos al monasterio de Sta. María la Real, en Nájera,
para dar relevancia a ese monasterio. Los bueyes que tiraban del féretro,
cuando llegaron al valle se tumbaron y se negaron a continuar por lo que el rey
lo interpretó como una señal, y en ese lugar se erigió un nuevo monasterio para
albergar los restos del santo. Ese monasterio es Yuso, que con el paso del
tiempo cobró mayor importancia mientras Suso desaparecía
El monasterio de Suso es muy pequeño, pero impresionante. En él se ve
el espléndido sarcófago de una tonelada que albergó los restos del santo y la
cueva donde se recluía 40 días al año en ayuno. Además, en la parte de iglesia
se conserva el altar en piedra más antiguo de Europa.
La parte de convento no se ha conservado y en el atrio se pueden ver
los 7 sarcófagos en piedra de los 7 infantes de Lara, que descansan aquí, pero
sin sus cabezas ya que fueron decapitados. En el lado opuesto, yacen tres de
las reinas de Navarra.
Merece mucho la pena la visita, se respira en él una energía especial.
Finalizada la visita, el microbús baja a los turistas al monasterio de
Yuso. Una vez ahí, sacamos la entrada para la visita de Yuso que, por suerte,
empieza en 10 minutos (hay una a las 10:00 y otra a las 13:30) y cuesta 7€. Por
ahora el plan va de maravilla. Recomendamos coger las primeras visitas ya que
casi no hay gente.
La visita de Yuso no tiene nada que ver con la de Silos (pese a que
ambos son el origen del castellano porque en ambos se encontraron glosas); esta
es extraordinaria. Dura una hora y media. Se recorre prácticamente todo excepto
las dependencias donde viven los monjes y la Hospedería. Es un imprescindible
si se visita La Rioja
Una de las dependencias más impresionantes es la sacristía, una de las
más bonitas de Europa, con techos y paredes decoradas con frescos de colores
brillantes (la pintura se mantiene original con esos colores porque el suelo es
de alabastro que absorbe la humedad.
También es de destacar la colección de cantorales que se guardan en el
monasterio.
Al terminar, nos tomamos un café en una terracita y, ya que vamos con
una hora de adelanto respecto a nuestro plan, decidimos emprender el camino
hacia el Jardín Botánico de La Rioja que se encuentra bastante cerca, en una
localidad cerca de Nájera llamada Azofra, aunque no entraba en el itinerario de
hoy.
La entrada cuesta 6€, que perece caro, pero merece muchísimo la pena.
Es superrecomendable.
Se trata de un jardín muy coqueto, extremadamente cuidado, con
decoración preciosa, muchas especies de plantas, muy, muy bien señalizado y,
para remate, ¡¡¡se visita descalzos!!! (Todo él está recorrido por unos
caminitos de césped fresquito; en la taquilla te dan una bolsa para llevar los
zapatos.
Es muy agradable. Y está muy bien organizado. Un imprescindible en La
Rioja. En principio parece pequeño pero no lo es en absoluto. Se pueden dedicar
2 horas a recorrerlo completo.
Desde el botánico nos dirigimos a Santo Domingo de la Calzada. Al
llegar comemos en un restaurante normalito y después nos tomamos un café en el
Parador, ubicado en el antiguo hospital de peregrinos que fue, a su vez, la
casa de Santo Domingo. Hay que decir que esta localidad debe ser la única en
España que tiene dos paradores: uno el que está frente a la catedral y el otro
en el monasterio de San Francisco, en el otro extremo de la ciudad pero que
ahora, debido al coronavirus, está cerrado.
La historia del santo que da nombre a la ciudad es curiosa: Santo
Domingo se retiró a esta zona como eremita al no poder entrar en ningún
monasterio que es lo que quería (quizá, según apuntan los expertos, porque era
extranjero). Con el tiempo comenzó a ayudar y atender a los peregrinos del
camino de Santiago que pasaban por la zona, a los que hospedaba en su propia
casa; hasta que, lo que fue algo esporádico, se convirtió en algo multitudinario
y se abrió el hospital de peregrinos (con apoyo, por cierto, de Isabel, La
católica).
A continuación, y tras un descanso reparador en los sillones del
parador, visitamos la catedral que es el monumento más importante de la ciudad.
La entrada vale 10 € e incluye el templo, la torre exenta (que está separada
del edificio, como en muchas iglesias de Italia) y el claustro de San
Francisco.
La catedral es interesante y lo más llamativo es el mausoleo del
santo. Los restos se hallan en un arca no muy grande que se puede ver en la
cripta.
Esta es moderna y está decorada con mosaicos de alegres colores. Nos ha
encantado. Sobre el arca se erige sobre 4 columnas un templete (que queda en el
nivel superior) que soporta una escultura del difunto santo yacente a tamaño
real, muy interesante, que se puede ver en el lado derecho de la catedral
rodeada por una reja espectacular.
En esta catedral hay una curiosidad que es la existencia de un
gallinero gótico sobre una puerta en el que hay una gallina y un gallo vivos
(cuidados por los monjes que regentan el albergue de peregrinos). ¿Por qué?
Cuenta la leyenda que en el siglo XIV, una familia alemana, compuesta por un
padre, una madre y el hijo llamado Hugonell, en su peregrinaje hasta Santiago
de Compostela, pararon en una posada del
pueblo. Una de las posaderas se enamoró perdidamente del chico, pero no fue
correspondida y como venganza le guardó en el zurrón una copa de plata para
acusarlo así de robo. La familia inicia el camino a la mañana siguiente y el
joven es detenido por las autoridades y es condenado a la horca.
El chico es ahorcado pero cuando sus padres se acercan a verle en su
lecho mortal, les cuenta que ha sido salvado de la muerte por gracia de Santo
Domingo. Los padres van corriendo a contarles lo sucedido al corregidor, que se
encuentra cenando un plato de aves de corral, y pensando que le estaban tomando
el pelo, les contestó que esa historia era imposible y que su hijo tenía tanta
vida como el gallo y la gallina que estaba a punto de comerse. De repente del
plato del corregidor se pusieron a cacarear las dos aves, como si no hubieran
sido cocinadas. De ahí el dicho: “Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la
gallina después de asada”
En el claustro anexo (cerrado)a la nave se encuentra el museo que es
como todos los museos de catedrales (mucha plata)
A las 17:00 nos acercamos a la oficina de turismo porque hay una
visita guiada gratuita (viernes, sábados y domingo) por la ciudad. Durante más
de una hora recorremos toa ella con un guía-historiador bastante informado,
acabando en el edificio que más interesante nos ha parecido: la cárcel, y que,
si no es con el guía que llevaba la llave, no hubiéramos podido ver ya que está
cerrada. La prisión está ubicada en la Plaza Mayor, al lado del Ayuntamiento,
en el edificio que fue la Casa del Corregidor y está perfectamente conservada.
Son varias celdas alrededor de un pequeño patio y todo es original (incluso los
graffitis y marcas de las paredes). Muy interesante.
Con el final de la visita coincide un diluvio y a todo correr nos
encaminamos a la torre. Las vistas son chulísimas desde el campanario (como
todas, por otro lado) En la planta primera hay una colección de relojes y,
especialmente, de maquinaria de relojes; en la baja, una exposición de
campanas.
Finalizada la subida y bajada de la torre nos encaminamos hacia la
otra punta del pueblo, justo al final de la calle Mayor, al Monasterio de San
Francisco (donde se ubica el segundo parador de Turismo) pare ver el claustro
que es la tercera visita que engloba la entrada combinada dela catedral. La
verdad es que el claustro es feo, triste y soso, pero la parte superior del
mismo alberga varias salas de exposiciones con una homogeneidad sorprendente.
Siguiendo el orden de la visita cada una de las salas alberga lo siguiente:
exposición de puzzles enormes, una sala grande con iconos religiosos, otra con
figuritas chinas de marfil, después una con pinturas modernas, después
otra (muy grande) con papel moneda, la siguiente con una colección inmensa de jarras
de cerveza y finalmente, una colección de pinturas de corridas de toros.
Nos ha encantado por lo
sorprendente y la mezcolanza.
Muy curiosa.
Al salir comienza a diluviar con fuerza y tenemos que esperar bastante
hasta que escampa un poco.
Cogemos el coche y volvemos a Cenicero a descansar por hoy.
Sábado, 8 de agosto. Sierra de Cebollera
Hoy hemos visitado la Sierra de Cebollera, un parque natural en el que
es muy recomendable pasar un día, al sur de Logroño.
Se llega a él por la carretera que va a Soria. Lo más recomendable es
desviarse de esa carretera y llegar a un pueblecillo llamado Villoslada de
Cameros donde está el Cento de Interpretación del parque natural. En él nos han
informado muy bien de todo lo que podemos hacer en un día que es el tiempo que
estaremos aquí. El chico de la información no ha recomendado tres rutas: una
que va a las cascadas de Puente Ra (4,5 kms) y el sendero de la Blanca (2 kms),
un sendero autoguiable de temática natural (flora y fauna)por la misma
carretera desde el centro de interpretación; y el sendero de las Majadas (2
kms), también autoguiable sobre la trashumancia, que sale justo por
detrás de la Venta Piqueras.
Nosotros hemos hecho las tres y son geniales
Desde la izquierda del centro de interpretación sale una carreterita
que lleva a una ermita y es la que hay que seguir para llegar a la Blanca y
después a las cascadas. Nosotros vamos primero a la de las cascadas que están
al final de la carretera, ascendiendo por una pista forestal (transitable sin
problema). Como no es tarde y ayer hubo tormenta, hace fresquito y el calor no
es fuerte, así que es un paseo de 4 kms. muy agradable. La ruta discurre
paralela al río.
Hacemos unas fotos en las cascadas (sin gente apenas) y
volvemos con idea de parar en el Sendero de la Blanca, pero faltan 45 minutos
para las 13:30 y a esa hora tenemos reserva en la Venta Piqueras para comer,
así que volvemos a la carretera de Soria y la seguimos para llegar a la venta
que está justo antes del túnel. La verdad es que este sitio es muy
recomendable. El edificio es rústico y bonito aunque el interior es normalillo,
pero la comida es riquísima: hemos tomado patatas riojanas y caparrones
(alubias típicas de la zona que son pequeñas y oscuras) y flan de café. El menú
vale 13,50€ de lunes a jueves, y 16€, el fin de semana.
Al terminar de comer hemos hecho la Senda de las Majadas pues, aunque
es temprano, no hace mucho calor ya que el sendero transcurre por un bosque
junto al río(igual que el de la Blanca) y también es autoguiado.
De vuelta a Villoslada de Cameros paramos en Lumbreras, un pueblecillo
con encanto, a tomar un café antes de llegar al sendero de la Blanca que es
también muy agradable.
Lumbreras |
A última hora de la tarde, igual que ayer, se empieza a encapotar el
cielo y a oírse truenos; la tormenta llega.
Cuando volvíamos de la ruta a coger el coche hemos encontrado a un
grupito de jóvenes que habían dado marcha a tras en la estrecha carretera y se
habían metido con las ruedas de atrás en una zanja y quedado atrancados y
atravesados en la pista. Domingo, que conocía cómo usar la reductora del
todoterreno que llevaban, se lo ha sacado de la zanja.
Tras la anécdota, emprendemos el viaje de vuelta parando en dos
pueblos con encanto (aunque hay muchos más en esta zona): Villoslada de Cameros
y Aldeanueva de Cameros. Hacemos unas fotos y volvemos a Cenicero con lluvia y
tormenta.
Aldeanueva de Cameros |
Domingo, 9 de agosto. Arnedo, Arnedillo y Calahorra
Hoy bajamos otra vez hacia el sur de La Rioja, a visitar Arnedo y
Arnedillo. Y por la tarde Calahorra.
Salimos temprano ya que tenemos reservada la entrada al castillo a la
10:00 y a las cuevas de los cien pilares, a las 11:30. Es imprescindible hacer
la reserva por teléfono en la oficina de turismo (tlfno: 941380128) Hay que
estar 15 minutos antes de la hora en la puerta de la oficina que está ubicada
en un cine antiguo (Nuevo Cinema). El ticket combinado (castillo y cueva con
guía) vale 7€.
Salimos a las 10 en punto con el guía que es un fanático del arte, la
historia y las tradiciones; la visita dura 3 horas y media. Termina a las
13:15. Una pasada.
Comenzamos por el castillo con una subidita que se clava en el alma. Realmente
no tiene prácticamente nada salvo algún muro y fragmentos de torres (el resto
está restaurado), pero lo venden tan bien que parece la octava maravilla. Se
hace un poco pesado.
A continuación bajamos la montaña para volver a subir por otra para
visitar “la joya de la corona”, la llamada cueva de los cien pilares que es en
realidad el Monasterio rupestre de San Miguel, es decir, que tienen un origen
religioso.
Son bastante interesantes y se visitan bastantes salas y corredores;
en el futuro el recorrido será más largo ya que aún se están habilitando para
poder ser visitadas.
Esta cueva es la más grande de las que se conocen, pero hay que decir
que por toda la zona hay cientos de cuevas y túneles ya que la piedra arenisca,
la predominante aquí, permite trabajarla y tallarla sin gran esfuerzo, y
allí se refugiaron antaño personas de todos sitios; mucha gente vive aún hoy
día en cuevas.
La visita concluye con la visita de una casa cueva, recreada con
objetos de la vida cotidiana cedidos por voluntarios.
Finalmente, por otro lado, hay que decir que Arnedo es conocido como
el pueblo de los zapatos porque marcas muy conocidas de zapatos de calidad se
ubican aquí (Gorila, Callaghan, Pitillo, Fluchos...) además de marcas de
senderismo como Chiruca o Notton. Hay muchísimos outlet y, según nos han dicho,
sepueden conseguir botas y otro calzado de calidad por un tercio de lo que
cuestan en las zapaterías. Lástima que hoy es domingo y está todo cerrado.
Terminada la extenuante visita ponemos rumbo a Arnedillo donde hay un
famoso balneario de aguas termales (45 ºC) en el que hemos quedado con unos
primos que se encuentran pasando unos días en un pueblo cercano. Tomamos un
refrigerio, charlamos un rato y ponemos rumbo a Calahorra donde vamos a comer
en el restaurante de un amigo de un amigo, Chef Nino. Pero el calor y el hambre
aprieta y se ha hecho tarde así, al final, paramos a tomar algo en Arnedo antes
de llegar a Calahorra.
¿Y qué decir de Calahorra? Que es un espanto. No sé por qué nos
habíamos montado una película alrededor del nombre de esta población. Nos imaginábamos
una ciudad con restos romanos, con una judería como la de Córdoba..., en fin,
nos imaginábamos que era monumental e impresionante. Y, la verdad, impresiona,
pero por sucia, destartalada, abandonada, totalmente descuidada...Un horror. No
tiene absolutamente nada salvo alguna casa señorial sin ningún mantenimiento,
cuando no abandonada o derruida, sucia con cristales rotos... un
desastre.
No nos ha gustado absolutamente nada, es más, nos ha parecido
espantosa.
Hay un Museo de la Verdura (ya que, al parecer, lo único bueno de
Calahorra es la producción de exquisitas verduras) pero estaba cerrado el
domingo por la tarde.
A la catedral ni hemos llegado porque lo hemos intentado por varias
calles pero todas estaban valladas porque se habían hundido otras edificaciones
y ahí estaban los restos del desplome. Desastroso todo. Mal ambiente. No merece
la pena, en absoluto, desviarse para ver esta localidad. Nada recomendable.
Cogemos el coche e intentamos quitarnos el mal sabor de boca yendo al
Parador a tomar un café, pero, primero, solo pueden acceder huéspedes al
parking que está cerrado con una barrera, y, segundo, después de dar unas
vueltas alrededor, es imposible aparcar. Esto ha sido el remate de esta
poquísimo acertada visita, así que cogemos el coche y volvemos a Cenicero a
descansar. Hoy hace un calor horrible y, por supuesto, hay tormenta por la
tarde.
Lunes, 10 de agosto Laguardia y Nájera
Hoy comenzamos la última parte del viaje que dedicaremos al turismo
enológico.
No madrugamos mucho porque tenemos un día tranquilo. Comenzamos
visitando Laguardia que nos ha sorprendido muchísimo; es un pueblo precioso,
limpio, bien conservado, todo con casias de piedra...
Nos ha encantado, pero el
problema es que, si quieren promocionar el turismo no lo van a conseguir si
imposibilitan ver los monumentos. Solo
hay visitas organizadas y los tickets de todo hay que sacarlos en la oficina de
turismo; pero cuando lo hemos intentado, ya estaba completa la visita por lo
que no hemos podido ver ninguno de los sitios emblemáticos del pueblo. Si
quieren promocionar el turismo, especialmente en estas circunstancias, debería
haber más facilidades para visitar la localidad y no tener todo cerrado. Y es
que, además, lo que podía estar abierto
(como lo está en otras muchas localidades) como iglesias, aquí está cerrado a
cal y canto. Por ejemplo, la Iglesia de Santa María de los Reyes es famosa por el
maravilloso pórtico (¡recuerdo que el pórtico es la parte de acceso a la
iglesia=exterior!) que para ser preservado aquí, está protegido por unos
portones exteriores que podrían estar abiertos con unas verjas o algo para
poder ser contemplado desde afuera; pero no, solo hay una visita de pago guiada
a la iglesia (lo que está muy bien) pero el pórtico lo tienen oculto. El resto
de iglesias, también cerradas y el museo, imposible de encontrar e imposible
conseguir entrada.
O sea, que el pueblo es francamente precioso pero no se
puede ver nada en él por la mala gestión. En fin, otra visita frustrada. Sí se
puede dar un paseo por un parque exterior a la muralla. Algo normalucho, por
otro lado. Hay un reloj carillón con autómatas en la plaza del Ayuntamiento que
sí se puede ver. Pero el resto, estanque(aljibe), torre, iglesia..., es
imposible si no se ha reservado antes, como ya he dicho.
Menos mal que a las 13:00 teníamos una visita a la bodega Ysios,
diseñada por Calatrava. Ha merecido mushísimo la pena. Es una pasada. El diseño
es espectacular, impresionante. (Igual se cae pronto como la mayoría de las
creaciones de este arquitecto que suelen ser unas cagadas bastante caras; pero
hoy por hoy es impactante y muy bien pensada e integrada en el entorno)
La visita dura 1 hora y ofrecen una explicación de la historia de la
bodega, de cómo trabajan, se visita la sala de barricas (que es más pequeña de
lo que imaginábamos, pero chulísima) y finaliza con una cata de dos vinos
exquisitos (blanco y tinto) acompañados de una pequeña explicación y de un
plato de jamón. Nos ha encantado. Es muy recomendable.
Finalizada la visita volvemos a Laguardia y nos tomamos unos pinchos
en un bar, muy ricos.
Mientras los tomábamos ha ocurrido algo que nos ha llamado la atención
y que ha tenido su gracia: había unos parroquianos maduros en la barra y uno
les ha preguntado a los otros: “¿qué queréis, turista o blanco?” Jajaja, eso
¿qué significa, que asocian el vino tinto de Rioja con el turismo??? En fin,
nos hemos echado unas risas.
Como es imposible encontrar entrada para ver nada, nada más terminar
de comer nos hemos ido a Nájera a visitar el famoso Monasterio de Santa María
la Real que bien merece una parada en la localidad (no hay nada salvo este
monumento). La entrada vale 4€ y se autorecorre con una app o código QR. En
este monasterio se encuentran enterrados muchos reyes e infantes de Navarra. El
retablo es impresionante y el claustro, precioso.
En la misma plaza se encuentra el museo de Nájera. La entrada son 2€ y
es bastante pequeño. Está situado en una antiguo casa solariega y muestra especialmente
restos arqueológicos en tres salas. Tampoco es nada especial, pero ya que se está allí... El monasterio abre a
las 16:00 y el museo a las 17:00.
De todas formas, tenemos la impresión de que no se cuida demasiado lo
monumental aquí en La Rioja. Igual tiene que ver con el coronavirus, o
no.
La verdad es que hoy nos ha sobrado día pues pensábamos estar más
tiempo en Laguardia, pero no se puede ver nada y no facilitan tampoco nada , o
sea, que hemos vuelto temprano a Cenicero. Bueno, así descansamos.
Martes, 11 de agosto. Haro y su comarca (ruta de
pueblos con encanto)
Hoy vamos a la localidad del vino por excelencia, Haro, en la que se encuentra
la gran mayoría de las bodegas conocidas: Cune, Ramón Bilbao, Muga..., y
haremos una ruta por pueblecillos de los alrededores que nos han recomendado.
Salimos no demasiado temprano en dirección al pueblo más alejado para
luego ir visitando el resto según íbamos volviendo: Nuestra ruta, en orden, y
los pueblo que recomendamos encarecidamente han sido: Cuzcurrita de río Tirón,
Sajazarra, Haro, Briñas, San Vicente de Sonsierra y Briones. Todos son
preciosos y merecen una vista, están limpios y cuidados y muy, muy bien
conservados.
Cuzcurrita del río Tirón |
Cuzcurrita es un pueblo coqueto, con un castillito (privado) y un
riachuelo. Damos una vuelta por las callejas del pueblo, nos tomamos un café en
la placeta y seguimos ruta hacia Sajazarra.
Se trata de otro pueblecillo precioso en el que se combina el arte
moderno (que se puede contemplar por las calles o en la iglesia) con la
conservación de lo tradicional. Bien integrado. Es muy curioso el Ayuntamiento
en el que se pueden ver dos ventanas redondas en la parte superior, una en la
fachada y otra en la parte posterior; por la de la fachada asoma la cabeza de
un dragón metálico y por la de detrás asoma la cola. Lo mejor es pasear por sus
callejas.
Desde aquí nos vamos a Haro, amenazando tormenta. En la oficina de
turismo nos dan un plano de la ciudad y nos informan de qué ver en ella; Haro
no tiene prácticamente nada, salvo las bodegas.
Comemos en la plaza de San Martín que está muy cerca de la plaza Mayor
y que es la zona de tapeo. Comemos en una terracita que no está mal, El
Risqueño. Al lado hay otro, Los Caños, nada recomendable (el servicio pésimo:
diez minutos de pie, esperando que nos den mesa, cuando había más de cuatro
vacías; el camarero, pasando y con una parsimonia que cabreaba. Como no nos
atendía, nos sentamos y lo llamamos; ni caso; y cuando se digna acercarse
después de otros 5 minutos, el tipo nos echa la bronca porque no hemos esperado
a que nos diera permiso para sentarnos ¡¡¡ igual es normal, con un montón de
mesas vacía, esperar 25 minutos a que el buen señor nos atienda !!!). En fín,
mejor evitar este sitio. Para remate, el camarero llevaba solo la mascarilla tapándole
la boca y no la nariz. Nos levantamos y lo dejamos allí plantado. Esta es
nuestra crítica en Tripadvisor (no solemos escribir críticas de restaurantes a
no ser que sean especialmente buenos o especialmente malos y hay que evitarlos
a toda costa; es el caso): https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g187512-d4156406-r764499884-Bar_Los_Canos-Haro_La_Rioja.html
De ahí, vamos a dar una vuelta pero comienza un diluvio y ponemos
rumbo al siguiente pueblo: Briñas. Este pueblecito nos ha gustado mucho
también; es muy pequeño pero tiene cositas interesantes como la zona del río
Ebro que pasa junto a él y una placita mona.
Algo recomendable y que no se puede dejar pasar es tomar un café en la
terraza del Palacio Tondón, que hoy se ha reconvertido en hotel de 4 estrellas,
un hotelito muy coqueto que mantiene la fisonomía del palacio, pero por dentro
está restaurado y decorado en plan moderno y muy estiloso. Es un hotel de
diseño con encanto. No se puede pasar por Briñas sin pasar por este hotel. https://palaciotondon.com/. La atención
del personal es fabulosa.
Nos sentamos en la terraza, junto al río, donde se estaba de
maravilla, a tomar un café. El tiempo acompaña porque ha refrescado muchísimo y
corre un airecillo muy agradable, además ha dejado de llover.
Los dos últimos pueblos con encanto que visitamos son San Vicente de
la Sonsierra y Briones.
San Vicente tiene un enclave, como casi todos, en lo alto de una
montaña; la imagen desde la carretera llegando a él es muy chula.
San Vicente de la Sonsierra |
El pueblo tiene una oficina de turismo que solo abre los viernes,
sábados y domingo; pero por las calles hay código QR para poder recorrerlo por
cuenta propia. Como ya hemos dicho, se encuentra en una colina y en la cumbre
se encuentra el castillo y una iglesia que se pueden visitar. Desde arriba hay
unas vistas espectaculares. Tiene rincones encantadores que se aprecian callejeando.
Y a 4 kms de San Vicente se encuentra Briones que también es un pueblo
con encanto. Todo rodeado por murallas y al que se accede por puertas-arcos de
piedra. En el planito que dan en la oficina de información hay una ruta marcada
con una breve explicación de los monumentos más relevantes, aunque lo mejor es
deambular por sus desiertas callejas empedradas.
En la plaza Mayor se encuentra uno de los edificios más
impresionantes, el Palacio del Marqués de San Nicolás del siglo XVIII. Hoy es la sede del Ayuntamiento y de la Casa
Encantada que es un museo etnográfico en el que se ha recreado una casa
tradicional riojana de tres plantas. Es gratis y muy curioso por los objetos “vintage”
que expone.
En la actualidad el Palacio del Marqués de San Nicolás es propiedad de
la Comunidad Autónoma de La Rioja y se considera uno de las construcciones
civiles más interesantes de la Comunidad.
En el lateral de la plaza se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de
la Asunción que es verdaderamente impresionante. Es enorme para un pueblo tan pequeño. Al
entrar hay folletos para recorrerla y también un sistema de monedas para
iluminarla y/o poner música de órgano (20, 50 céntimos o 1€) cada opción. Nosotros
hemos echado 50 céntimos para música y otros 50 para iluminarla, y ha durado
muchísimo. Merece mucho la pena.
El edificio fue construido en sillería, en planta de salón (tres naves a
igual altura, divididas en cinco tramos) con un interior que guarda un
verdadero tesoro artístico con muestras de todos los estilos. Tiene
cabecera ochavada e tres paños, cubierta con crucerías estrelladas de distinto
trazado que configuran arcos apuntados apoyados en pilares cilíndricos
fasciculados con base octogonal y capiteles decorados con motivos vegetales.
Lo más sobresaliente es el retablo,
enorme y muy bien conservado, que constituye la obra clasicista mas monumental de toda
La Rioja. En los laterales hay otros retablos también muy bellos aunque más
pequeños.
Nos ha gustado especialmente este pueblo, aparte de lo bonito que es,
porque todo lo visitable estaba abierto (iglesia, ermita, museo...) para
poderlo visitar.
Terminado el recorrido, empieza a hacer fresco y el cielo amenaza
tormenta así que volvemos a Cenicero. Compramos provisiones y descansamos hasta
mañana que será nuestro último día aquí.
Miércoles, 12 de agosto Monasterio de Valvanera y
bodegas Marqués de Riscal
Hoy es el último día en La Rioja.
Salimos en dirección al Monasterio de Valvanera que se encuentra a
unos 50 kms de Cenicero.
Se localiza en una zona boscosa impresionante, en un valle de la
Sierra de Demanda. El nombre de Valvanera parece derivar de la expresión
latina "Vallis Venaria" que significaría 'Valle de las Venas
de agua' pues por él discurren numerosos riachuelos y arroyos. Es un paraje
poblado de encinas, hayas, robles y grandes extensiones repobladas con pinos;
abundan helechos, la retama, el brezo…Entre la fauna encontramos ciervos,
jabalíes, zorros, rebaños de ovejas, de vacas… Todo en su conjunto conforma un
paisaje de exuberante naturaleza.
El monasterio hoy está regido por monjes del Instituto del Verbo
Encarnado.
También dispone de un hostal de dos estrellas que dispone de 19 habitaciones dobles, 6
triples y 2 cuádruples, todas ellas con baño completo y conexión a internet
WiFi. Acondicionada con accesos para personas con discapacidad física.
Sus instalaciones se complementan con un restaurante de 2 tenedores
con una carta de comida casera, bar y un espléndido salón de huéspedes con TV.
Las vistas desde el comedor son impresionantes.
Se puede visitar libremente la iglesia, el camarín de la Virgen y el
claustro, en el que hay una pequeña exposición.
Algo, que nos recomendaron en la oficina de turismo de Logroño y que nos ha gustado mucho es el llamado Sendero
de Valvaneda, una pequeña rutita que
sale desde la parte de la cafetería por una senda que discurre paralela al río,
atravesando los bosques y cruzando puentes, que llega, antes de emprender la
vuelta, hasta un pequeño embalse. Es muy, muy agradable y no entraña dificultad
ninguna. Son unos 4,5 kms y es muy recomendable.
Finalizado el paseo decidimos comer en el restaurante de la abadía.
Nada recomendable: la comida mala y el servicio caótico; pero las vistas
estupendas.
Recomendamos visitar el monasterio, hacer la ruta del sendero, hacer
unas fotos, tomar un café en la cafetería y comer en otro sitio.
Dejamos aquí la web del Monasterio porque creemos que no es muy
conocido y que merece la pena mucho una visita: https://monasteriodevalvanera.es/
(se sube por carretera de montaña, pero está en muy buenas condiciones y, por
supuesto, asfaltada)
El Santuario de Valvanera está abierto de 5:30h a 22:00h. Los
visitantes tienen libre acceso a la iglesia antigua y al camarín de la Virgen.
También hay visitas guiadas (hay que reservar con antelación)A los grupos
organizados se ofrece la visita guiada desde las 9:30h a las 12:00h y desde las
16:00h a las 18:00h. Las visitas guiadas para grupos tienen un coste de 3 EUR
por persona e incluyen visita a la bodega con explicación sobre la elaboración
del Licor de Valvanera y degustación del mismo.
Volvemos al Cenicero a descansar un rato antes de coger de nuevo el
coche para acercarnos al pequeño pueblo de Elciego donde, entre otras, se
encuentra la famosa bogeda de Marqués de Riscal, cuyo diseño se encargó a Frank
Gery y que recuerda mucho al museo Guggenheim.
La visita hay que reservarla con antelación; nosotros lo hicimos por
internet. El precio es 19€ y la duración es de 90 minutos con una cata al final
de 3 vinos (blanco, crianza y reserva) acompañados de chorizo y salchichón de
la zona. Te ponen una pulserita de un color que corresponde a tu grupo.
El recorrido comienza explicando la filosofía y la historia de la
bogeda para después pasar a la cuestión arquitectónica y las infraestructuras
turísticas (hotel, restaurante con estrellas Michelín, spa...) y de la bodega
(3 edificios diferentes, construidos en diferentes momentos según se iba quedando
pequeño el anterior y se iba ampliando el negocio. El primero es del siglo XIX
y es el más auténtico)
El recorrido de la bodega en sí, comienza en las salas de barricas
modernas, se explica los pasos de fabricación del vino, y se continúa accediendo al edificio más antiguo en
el que se pueden recorrer las antiguas salas de barricas y el impresionante botellero
(que es la colección de vino más importante de Europa ya que conservan una
botella de cada año desde la creación de la bodega, sin faltar ninguno) Esta
parte es la más curiosa y chula de la visita.
Se finaliza en la sala de embotellamiento y almacenes, y finalmente
tiene lugar la cata.
En este viaje hemos visitado las dos bodegas de diseño (Calatrava y F.
Gery) y son muy diferentes, aunque ambas interesantísimas. Muy recomendables.
Esta tarde, el tiempo es horroroso y casi no da tregua la lluvia. La
Rioja nos despide llorando.
Volvemos a Cenicero a recoger todo ya que mañana emprendemos la vuelta
a Albacete.
Jueves, 13 de agosto
Salimos camino de Albacete a las 09:00.
No paramos hasta cerca de Tarancón donde comemos en un restaurante de
carretera. Excepto algunos tramos, no hay mucho tráfico así que sobre las 15:00
llegamos a Albacete.
Fin del viaje de verano de este atípico 2020.