COFRENTES. Crucero por el Júcar

Normalmente en este blog no incluyo entradas de excursiones, pero hemos hecho una que merece mucho la pena y creo que puede resultar interesante compartirla en el blog.

Se trata de un crucero fluvial por el río Júcar que se realiza en una zona poco conocida en la provincia de Valencia, límite con Albacete, cerca de una localidad llamada Cofrentes que todos conocemos por la central nuclear que alberga junto a ella.

Para ver esta zona y realizar el crucero hay excursiones organizadas en las agencias de viajes que es una opción cómoda y barata (nosotros la hemos hecho con Nautalia por 65 euros, desde Albacete, que incluyen el traslado, el crucero, la comida y una actividad por la tarde que en nuestro caso ha sido la visita de la Cueva de San Juan; en otras agencias ofrecen un paseo en trenecito por la zona). También se puede, obviamente hacer por libre pero, en ese caso, es imprescindible reservar previamente (https://suaventura.com/viajes/los-canones-del-jucar/). El precio del crucero es de 19 euros

Salimos de Albacete a las 08:00 y, tras parar a desayunar, llegamos a Cofrentes a las 09:30. La hora del crucero de nuestro grupo era a las 10:00

El crucero parte del embarcadero que se encuentra bajando desde el pueblo de Cofrentes, en un desvío de la carretera nacional que está bien indicado; una vez tomado el desvío, tras un recorrido de varios kilómetros por un camino estrecho se llega al parking y a una zona de información con aseos; un poco más abajo hay un pequeño pantalán por el que se accede al barco.

http://www.viatgesgirovol.com/spa/item/ART01634.html
La embarcación, adquirida por el Ayuntamiento de Cofrentes, tiene capacidad para 50 personas y cuenta con techo transparente para ver mejor el paisaje; además se pueden elevar los laterales para que entre el aire. Durante el trayecto, el capitán (un hombre bastante peculiar, ofrece explicaciones, opiniones y comentarios variados sobre lo que se ve y lo que no se ve. Sobre lo humano y lo divino.

El recorrido dura 1,5 hora y recorre los 14 kms que discurren entre Cofrentes y Cortes de Pallás, navegando por lo que se conoce como "Los cañones del Júcar" y que es, en realidad, el embalse de Cortes.

Este embalse fue inaugurado en 1983 para almacenar aguas del río Júcar y su capacidad máxima es de 117,76 hm3. Una  característica de este gran lago artificial es la escasa variación del volumen de agua retenido por la presa de Cortes ya que su utilidad principal es la producción de energía eléctrica.  Esto asegura que se realicen itinerarios durante todo el año, siempre siguiendo las condiciones de seguridad y respeto al medio ambiente, exigidas por la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Este precioso itinerario fluvial permite a los pasajeros contemplar parajes de gran belleza y valor medioambiental, entre los que destacan las abruptas montañas que forman parte de la imponente Muela de Cortes, que alcanza los cuatrocientos metros de desnivel con relación a las aguas del río Júcar.

En la Muela de Cortes está ubicada la Reserva Nacional de Caza Mayor, por lo que no resultará difícil observar la presencia, en las escarpadas peñas de la margen derecha del embalse, de cabras montesas o de muflones. También es interesante la visión del Castillo de Chirel de Cortes de Pallás que se encuentra en lo alto de una montaña. Se trata de  una gran fortaleza, hoy en ruinas, que adquirió gran importancia durante el siglo XVIII, cuando tuvieron lugar cruentas batallas que concluyeron con la derrota de los moriscos, que se habían concentrado en la Muela de Cortes. Se observa también la vegetación típica mediterránea que crece en los peñascos más inaccesibles.

Algo que nos ha sorprendido mucho, ya que no lo conocíamos, es que en este embalse se encuentra (¡bajo tierra!) la mayor central hidroeléctrica de Europa. Según nos han explicado, antes se podía visitar, pero no en la actualidad. La entrada y el nombre puede verse justo donde da la vuelta el barco, en la Muela.

El enorme complejo hidroeléctrico de Cortes-La Muela, ubicado en el cañón, inició la construcción de su primera fase en 1983. Entonces, se instaló la presa de Cortes, con una altura de 116 metros y tipo arco-gravedad. El depósito superior ocupa más de un millón de metros cuadrados y supone una reserva energética de 24GWh, capaz de abastecer el consumo diario doméstico de 6,75 millones de personas.  

En 2015 se amplió el complejo con la construcción de la central hidroeléctrica La Muela II; esta nueva instalación convirtió a este complejo en el de mayor potencia instalada de Europa.

Pero lo más curioso e interesante es que, mientras la central de Cortes II se creó a partir de un pozo artificial cilíndrico, las centrales de La Muela I y La Muela II son subterráneas en caverna y para su construcción se excavaron 635.000 m3 y 270.000 m3, respectivamente, es decir, ¡¡están bajo tierra!!. En ambas centrales hidroeléctricas se conecta el embalse inferior con el depósito superior gracias a dos tuberías forzadas que permiten salvar un desnivel de 500 metros.

El complejo supuso una inversión total que superó los 1.200 millones de euros y convirtió a La Muela en la mayor hidroeléctrica de bombeo de Europa.

La verdad es que merece mucho la pena este crucero que nos ha recordado mucho a otro que hicimos en los Arribes del Duero (aunque en aquel la embarcación era eléctrica y sin ruido alguno, lo que hace mucho más agradable el paseo).


Concluida la navegación desembarcamos y nos dirigimos al famoso Balneario de Cofrentes para comer

El Balneario de Hervideros se encuentra enclavado en el Valle de Ayora-Cofrentes, uno de los más bellos parajes de la geografía valenciana. El complejo ocupa una extensión de 2.000.000 de m²  y se encuentra a 400 m. de altitud y a una distancia de 3,5 km. de Cofrentes.

Dispone de 350 plazas en habitaciones de hotel y 70 en casitas, 3 comedores, cafetería, iglesia e instalaciones deportivas. Es casi como un pueblo más de la comarca con los cañones de Muela de Cortes como telón de fondo.

https://www.bookaris.com/hotel_balneario-de-cofrentes_182462_P1.html

El balneario tiene 3 manantiales declarados de utilidad pública que se utilizan para los tratamientos de salud: Hervideros, Fuentemina y El Pilón.  Se trata del Centro Termal que oferta mayor número de tratamientos de toda la Comunitat Valenciana. Las terapias se centran en enfermedades degenerativas, e inflamatorias del aparato locomotor.

Cuando llegamos, hay bastante gente. Muchos están allí hospedados. También hay muchas obras; prácticamente están bien reformando o ampliando los pabellones.

Pasamos al comedor que es enorme y nos asignan una zona. Es buffet libre y la comida está buena. Después de comer tomamos café y damos una vuelta por las instalaciones. El pabellón que más nos ha gustado ha sido el antiguo, el original en el que hay una exposición fotográfica, una parte acristalada en el que se ve cómo corre el agua bajo al tierra y varios grifos y lavabos de mármol. Y una báscula antigua (que no funciona)

A continuación nos dirigimos montaña arriba por una pista asfaltada (pero carretera infernal para un autobús) hacia la Cueva de Don Juan, a 12 km de un pueblo llamado Jalance. El trayecto es bonito  bonito ya que transcurre por  atractivos parajes de singular belleza con bosques de pinos carrascos y madroños.

Al llegar no hay nadie; el centro de recepción de visitantes, donde hay además una pequeña cafetería, una tienda y aseos, está cerrada y tenemos que esperar media hora hasta que llega el guía. El espacio dispone de buenos accesos para todo tipo de vehículos y cuenta con aparcamiento. Desde este hay una escalera o un camino en cuesta que lleva a la caseta de información.

Solo se permiten visitas guiadas y la reserva se tiene que hacer necesariamente online (https://cuevadedonjuan.es) y llevar el justificante el día de la visita. El horario de apertura es de 09:15 a 15:15 y la visita dura unos 45 minutos (aunque depende del guía; la nuestra duró bastante más). El precio de la entrada son 7 euros.

El acceso a la gruta se halla en una oquedad a la que se llega por un camino que discurre por el lateral de un barranco entre exuberante vegetación.

La cueva ha sido acondicionada para facilitar su visita y cuenta con caminos, escalones, barandillas además de una adecuada iluminación a los largo de todo el recorrido y de las amplias salas que la constituyen. Su interior presenta dos tramos claramente diferenciados: el primero, muy seco, muerto y fósil; el segundo, bastante húmedo y en constante crecimiento.

En la Cueva de Don Juan se han encontrado herramientas pertenecientes al periodo Mesolítico La cavidad, de 500 metros de longitud,  guarda en su interior amplias salas con curiosas formas de estalactitas y estalagmitas, creadas caprichosamente por la naturaleza. En la gruta se encontraron importantes restos arqueológicos que indican que fue habitada durante el Mesolítico (8000-6000 a.C.) y, posteriormente, en la Edad de Bronce Valenciano.

La cueva tiene también interés histórico porque fue refugio de los moriscos expulsados. Se cuenta que en las afueras de este histórico enclave hubo una importante disputa por quedarse con el botín que en ella guardaban los moriscos. Don Juan de Córdoba (maese del campo del tercio de Lombardía), Don Juan de Pacheco, (cabo de la caballería y hermano del virrey de Valencia) y Don Juan de Vergara (arrendatario de las rentas señoriales del valle de Cofrentes lucharon por quedarse con este botín. No se sabe quién se lo apropió pero sí que se llamaba Don Juan, lo que dio nombre a la gruta.

La gruta fue, pues, usada como habitáculo en la antigüedad y posteriormente como refugio de pastores y cazadores.

Finalmente, en el interior de la cueva habitan varias colonias de murciélagos.

Es una visita muy interesante y el guía ofrece mucha información sin ser pesado.

Terminada la visita volvemos a Albacete. Una excursión que recomendamos y que sorprenderá como nos ha sorprendido a nosotros, tanto el crucero como la cueva.

 

 

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MENORCA (Abril, 2023. Semana Santa)

Este año hemos aprovechado a Semana Santa para visitar la isla de Menorca que aún no conocíamos.

Viajamos con Ryanair desde Alicante y, como es habitual, el vuelo, en principio se ha retrasado 1 hora y media. Además, para remate, la app de la compañía informa continuamente de que el vuelo va en hora, pero las pantallas del aeropuerto lo desmienten. 

Y para más remate aún, una tormenta espantosa nos impidió aterrizar. Estuvimos dando vueltas a la isla una hora y, al final, nos informaron de que había que volver a Valencia (ni siquiera a Alicante de donde salimos) para poder aterrizar. Poco después, nos dijeron que intentarían hacer una aproximación a Menorca y, finalmente, aterrizamos de forma muy brusca; pero vivos.

Eso significó que llegamos a Mahón después de la 01:00 de la madrugada, con un retraso de casi 3 horas (lo justito para no pagar ninguna indemnización) por lo que la agencia de alquiler de coche estaba cerrada y tuvimos que coger un taxi hasta el hotel (45€) y al día siguiente volver al aeropuerto a recoger el vehículo. Coincidimos con dos chicas que tuvieron el mismo problema e iban a los mismos apartamentos así que, al menos, pudimos compartir los gastos del taxi.

Llegamos al apartamento (Carema Club Resort. Ver crítica en Tripadvisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g10409393-d664535-r888851764-Carema_Club_Resort-Playas_de_Fornells_Menorca_Balearic_Islands.html) bastante tarde y diluviando. 

 

Domingo, 2 de abril


Hoy tenemos que volver a por el coche al aeropuerto. Lo hemos reservado con Record Go, nada recomendable, unos estafadores y sinvergüenzas en toda regla, al final lo barato siempre sale caro (nos cancelaron la reserva que estaba totalmente pagada sabiendo lo que pasó con el avión, según ellos a las 6 horas la cancelan y en esas 6 horas cuentan toda la noche que tienen cerrado; nos precobraron 70 € de gasolina, nos bloquearon 1400€ en la tarjeta por posibles daños (aun llevando un seguro total que habíamos contratado) y, para remate, como habían dado nuestro coche, nos obligaron a  coger un coche más caro y tuvimos que pagar 12€ más por día) Ver crítica en  https://es.trustpilot.com/reviews/644c0f0c9e126059a3e4c73c. En fin, hemos alquilado coches por todo el mundo y es la primera vez que nos encontramos con semejantes estafadores.

Ya superado el disgusto del coche, y aunque sigue lloviendo bastante, seguimos el plan trazado que era visitar hoy la ciudad de Mahón.

Así que nos dirigimos hacia Mahón que se encuentra a pocos Kms, y dejamos el coche en un parking gratuito cerca del puerto. Sobre los aparcamientos hay que decir que si no es temporada alta, aparcar es muy fácil y gratis. En Mahón hay varias zonas de estacionamiento gratuito 

  • Carrer de San Sebastián 83 (cerca del casino a la derecha del puerto); 
  • Sínia des Cuc (mitad del aparcamiento) Camí des Castell, 168
  • Sínia Costabella

  • Borja Moll - Cap de Creus  
  • Francesc Femenías (vía de ronda / Andrea Doria)
  • Catisa (solar de la antigua fábrica de bisutería)
  • Passeig Marítim 
  • Camí d'en Barrotes

Desde el parking vamos dando un paseo hasta la zona céntrica que está muy cerca y nos dirigimos a la oficina de turismo (Moll de Llevant , 2. Tlfno:971 355 952), pero está cerrada por ser domingo (raro teniendo en cuenta que es Semana Santa y hay turismo)

Así que hicimos el recorrido que ya teníamos pensado. Comenzamos por la Iglesia de Santa María (visita gratis) en la Plaza de la Constitución. Exteriormente es grande y sencilla pero en su interior alberga un precioso y enorme órgano, obra de Johan Kyburz, que se inauguró en 1810 y que, a diferencia del resto del mobiliario, pudo ser preservado en la guerra civil.

Girando a la derecha, al salir de la iglesia, nos encontramos con la Plaza del Ayuntamiento donde se puede contemplar la Casa Consistorial, un precioso edificio (antigua Universidad) del 1613, aunque de esa época solo conserva los sótanos y la planta baja, pues el resto fue remodelado en el siglo XVIII.


Desde aquí sale una calle que conduce casi directamente a la Pla des Monestir, donde se encuentra el Museo de Menorca (entrada 4€ y reducida 3€; aunque no pagamos ya que el domingo es gratis). El museo se dedica a la investigación y la difusión de la Prehistoria y la historia de Menorca.

Se ubica en un edificio señorial, el antiguo convento franciscano de Jesús, del siglo XV, aunque la construcción actual es del siglo XVII. El claustro es muy bello y al lado se encuentra la iglesia del convento.


El fondo del museo está constituido por piezas provenientes de las colecciones del antiguo museo y de excavaciones arqueológicas principalmente. A través de la colección de más de 2000 objetos se hace un recorrido desde la prehistoria (cultura talayótica específica de la isla) hasta la actualidad.

En la planta baja ofrece exposiciones temporales, en este caso, sobre los sabores de Menorca (“El gust de Menorca”), un homenaje a la gastronomía desde una vertiente histórica y antropológica, exponiendo elementos que cuentan la historia de su cocina. El itinerario recorre una cocina, una despensa, salas donde se muestran los útiles y los productos de la zona…

El museo merece la pena.

Al salir continuamos el paseo por el centro y visitamos la Iglesia del Carmen, un edificio de estilo neoclásico que es el de mayores dimensiones de la isla. Antiguamente el templo perteneció a la orden carmelita, que también construyó al lado un convento y un claustro que hoy día se ha reconvertido en un mercado/centro comercial donde se ofrecen productos de la tierra y recuerdos; en el patio, rodeado de terrazas, se celebran diferentes actos culturales.

Paramos a tomar un café en un lugar bastante coqueto, alternativo y agradable, Pipet Café, en la placeta en la que se encuentra la puerta de la muralla.

Luego callejeamos un rato recorriendo el centro que es bastante pequeño. Contemplamos el Portal de Sant Roc (puerta de la muralla del s. XVI) y también merece la pena detenerse en el Mercado del pescado (hoy cerrado) y en Casa Mir, una casa con preciosa fachada modernista en una situación privilegiada en la parte alta de la Plaza de España. 

Portal de Sant Roc

Una vez visto lo más importante del caso histórico volvemos a coger el coche para visitar uno de los lugares más interesantes de la ciudad y uno de los que nos ha llamado más la atención en la isla: La fortaleza de La Mola. (abierta de 10:00-20:00. Entrada 8€)

Se trata de una enorme construcción del siglo XIX, situada en la orilla opuesta de la ciudad, en la península d La Mola, justo en la entrada al puerto de Mahón, en frente del castillo de San Felipe, que protege la entrada al puerto desde el otro lado de la boca. El complejo mantiene un estado excelente de conservación y un trazado magnífico. Es una de las mayores fortalezas de Europa.

Se ofrecen vivitas guiadas, pero nosotros hemos optado por visitarla por nuestra cuenta. También se ofrecen pequeños cohecitos eléctricos (como los del golf) para hacer la visita cómodamente ya que el recinto es bastante grande.


Un poco de historia: En los años 40 del siglo XIX, los intereses coloniales de Francia y Gran Bretaña chocaban. La ruta norte-sur francesa (Francia-Argelia) se cruzaba con la británica (Gibraltar-India). Casualmente el punto de cruce era el puerto de Mahón. Ante el temor de que quisieran recuperar Menorca, que en ese momento se encontraba sin fortificaciones, debido a la demolición de la fortaleza de San Felipe por Carlos III (1782), se inició la construcción de la fortaleza de Isabel II, como también se le conoce.

La fortaleza dispone de un amplio y profundo foso con ángulos entrantes con cañoneras. En su parte central, el Hornabeque, reforzaba la defensa de acceso terrestre a la fortaleza. La artillería de los distintos niveles de fuego defendían el foso con los niveles inferiores, y los accesos terrestres de la península y los marítimos con los niveles superiores. 


Cabe destacar la galería aspillerada, un corredor para fusilería de casi medio kilómetro de largo, que defendía el foso y el camino cubierto. La perfecta ejecución de la cantería, escaleras de caracol, gárgolas, escudos y, sobre todo, las bóvedas de arista de las casamatas, han causado la admiración de muchos arquitectos que han visitado la fortaleza.

Para solucionar el problema del abastecimiento de agua en caso de sitio se construyeron una red de cisternas y canales de conducción de las aguas pluviales que eran recogidas en grandes aljibes, siendo previamente drenadas y liberadas de impurezas en varios decantaderos.

Es una visita imprescindible en la isla.

Desde aquí, ya tarde, vamos a comer a un restaurante en el puerto en el que habíamos reservado previamente, Arjau Mao, un local especializado en arroces y donde se pueden pedir individuales; los sirven en pequeñas paelleritas. Muy bien. No es barato, pero los camareros son muy amables, el sitio es acogedor y la comida está buenísima. Y además justo enfrente hay un gran parking exterior donde pudimos aparcar sin problema.

Volvemos a coger el coche ahora para visitar el primer poblado talayólico del viaje: el poblado de Trepucó que, con más de 5.000 metros cuadrados, es uno de los poblados talayóticos más grandes e importantes de Menorca, aunque si lo comparamos con otros poblados como Torre d´en Galmés, Torralba dén Salord o Talatí de Dart , este no merece mucho la pena. Pese a todo, a nosotros nos gustó mucho, quizá porque fue el primero.

El recinto se encuentra a 2 km de Mahón y la visita es gratis; simplemente hay una puerta/verja de madera que el visitante abre y por la que accede al recinto. Hemos de decir que la gran mayoría de los poblados que visitamos estaban desiertos, lo cual resultó bastante agradable. Y casi todos son gratis (excepto Torre d´en Galmés)

Un poco de historia: La prehistoria de Menorca se conoce con el nombre de Menorca Talayótica y es candidata por ello  a Patrimonio Mundial por la UNESCO.

La cultura talayótica es la etapa cultural que se desarrolla en las Islas Baleres durante la Edad de Bronce y la Edad del Hierro.

Debe su nombre a unas construcciones distribuidas por toda la isla llamadas talayot. Eran monumenos megalíticos  semejante a una torre de poca altura, construidos con piedras de gran peso, apiladas unas sobre otras. Los talayotes son como torres de cono truncado que, además de tener una finalidad defensiva, de servir para controlar los alrededores, los talayot eran considerados una especie de símbolo de unión de la comunidad. 

En cada poblado, además se levantaban también las llamadas taulas,  cuyo nombre hace referencia al elemento central del recinto (grandes bloues de piedra en forma de T) que debe su nombre a la similitud que tiene con una mesa, ya que esto es lo que significa en catalán. Las taulas eran el centro religioso, santuarios donde se realizaban, por ejemplo, rituales de fertilidad, sacrificios de animales e incluso ¡roturas de ánforas!

Los poblados talayóticos se encontraban amurallados y en el interior albergaban cuevas y construcciones varias. Más información en https://www.menorca.es/Publicacions/Publicacions.aspx?IDIOMA=1&tipo=RTA

Al entrar al poblado y durante el recorrido, que está bien señalizado, como en todos ellos, hay algunos carteles que indican lo que es cada uno de los monumentos, acompañados de ilustraciones para ver cómo era miles de años atrás cuando se encontraba habitado.

El poblado originalmente se encontraba amurallado, y aún se conservan diferentes restos del asentamiento, como algunos fragmentos de la muralla, dos talayots, el recinto de la taula y los restos de algunas viviendas.


El poblado no es muy grande y se recorre en poco tiempo por lo que queda mucha tarde para visitas; así que decidimos acercarnos a un pueblecito que nos recomendó el taxista que nos llevó al apartamento al llegar. El pueblecillo se llama Benibeca

Cuando se llega por carretera nos encontramos con dos direcciones: Benibeca Nuevo y Benibeca Viejo; hay que ir al Viejo.

Benibeca es un pequeño y coqueto pueblecillo a la orilla del mar, a 5 km de Mahón hacia el sur. Es bonito, muy blanco y cuidado, muchas callejuelas empedradas y casas preciosas, aunque nos produce una rara impresión como si se tratara de una urbanización hecha con mucho estilo -eso sí- pero no de ser un pueblo antiguo. 

Luego hemos sabido que antaño fue una aldea de pescadores pero que en 1964 un aparejador menorquín construyó lo que vemos hoy. Estábamos en lo cierto. Es bonito, pero no antiguo. La verdad es que, de cualquier forma, merece la pena pasar unas horas recorriéndolo y bajar hasta su pequeño puerto. Pasamos una tarde muy agradable paseando por el pueblecillo.

Finalizada la visita emprendemos camino hacia otro lugar bastante recomendado muy cercano a Mahón: Villacarlos (Els Castell, en catalán), que es el municipio más pequeño de la isla y el que se encuentra más al este no solo de Menorca sino de toda España.

El núcleo primitivo data del siglo XVI, aunque hoy conserva más reminiscencias de su pasado británico del siglo XVIII, como el urbanismo militar de calles rectas flanqueadas por casas blancas de arquitectura victoriana. Cabe destacar en la plaza de la Explanada (rectangular y enorme) algunos de los edificios más representativos del periodo colonial como el Ayuntamiento o el Museo Militar, curiosamente pintados de rojo inglés para imitar el color del típico ladrillo británico. 

También cabe destacar la Iglesia del Roser o Castillo de San Felipe (hoy, ruinas)

Pero lo que más nos gustó fue la zona del puerto (puerto pesquero de Cales Font) que es encantador y está a rebosar de bares, chiringuitos, restaurantes y tiendecillas de diseño.


Damos una vuelta y volvemos callejeando hasta el coche.

El tiempo ha cambiado, hace muchísimo viento y frío así que volvemos al apartamento y cenamos en el restaurante del complejo. Bien.

 

Lunes, 3 de abril

 

Hoy teníamos previsto visitar el parque natural de la Albufera, pero nos vemos obligados a cambiar de planes porque la tramontana sopla fortísimo; en vez de ir al parque natural  iremos a Ciudadela, la antigua capital de la isla, justo en el extremo occidental. En el camino se encuentran varios sitios arqueológicos muy, muy interesantes y es recomendable no pasarlos por alto

Salimos hacia la antigua capital de la isla y antes de llegar pasamos por tres sitios arqueológicaos importantes que se encuentran muy cerca unos de otros, en la carretera de Mahón a Ciiudadela: Torretrencada, Torrellafuda y la Naveta de Tudons (el monumento prehistórico más conocido y visitado de la isla,  a 5 minutos de Ciudadela en coche)

Como ya hemos comentado, en la isla hay muchísimos restos de poblados talayóticos a cual más interesante y, aunque no todos presentan el mismo estado de conservación para remontarse a miles de años, están perfectos.

En primer lugar llegamos a Torrellafuda, muy bien indicado, con paneles indicativos y flechas que indican el recorrido. Es pequeño pero merece mucho la pena. Además también hoy estábamos solos con lo que ha sido muy agradable el recorrido pese a  que hacía mucho viento y un día desapacible.


Desde ahí vamos  al  monumentos prehistórico más importantes y conocido de Menorca, y el edificio más antiguo de Europa: La naveta de Tudons (1200-750 a.C.)

Se trata de una enorme estructura funeraria, alargada y chata, construida con técnica ciclópea, es decir, con piedras de dimensiones medianas encajadas en seco, sin mortero. Se utilizó como tumba colectiva. Muy interesante.


Y por último llegamos al poblao de Torretrencada, un poblado que estuvo habitado hasta la época romana. Es el más discreto, alejado y escondido y, la verdad, nos costó un poco encontrarlo, pero sin duda mereció la pena porque es precioso. Está enclavado en un marco idílico. Una de las curiosidades del mismo es que la taula presenta una columna lateral de refuerzo. 


Son muy curiosas una cueva artificial de enterramiento y numerosas sepulturas antropomórficas excavadas en la roca.


Luego seguimos hacia Ciudadela. Dejamos el coche en un parking gratuito a 10 minutos del centro. En la ciudad hay varios:

  • Parking Calle de Madrid: Calle de Madrid, a 10 minutos del Ayuntamiento de Ciudadela.
  • Parking “Plaza de la Paz”: Placa de la Pau, a 8 minutos de la Catedral de Ciudadela.
  • Parking “Ciudadela”.
  • Parking al fondo del puerto.
  • Parking “Plaza Quintana del Mar”.

Todos estos parkings son gratuitos pero, si no es temporada alta, se puede dejar el coche muy cerca del Ayuntamiento, en la calle que llega hasta la zona peatonal (ahí lo dejamos nosotros)

Llegamos a la plaza d´Es Born, donde se ubican el Ayuntamiento y el teatro del mismo nombre. Damos un vistazo rápido pero es tarde y buscamos un restaurante para comer.

Al final hemos visto uno con una terracita muy agradable, Raco Dés Palau, pero no hay sitio fuera y hemos comido dentro: bien pero no barato: 60€ los dos por algo escueto. Pedimos una fritura marinera pequeña (bacalao calamares, sepia y gambas), una ensalada Racó y mejillones de roca a la marinera. Vino y cerveza y café. Tienen un menú especial con caldereta de langosta, pero no estamos por la labor de gastar un dineral (52€/persona, sin bebida) en un plato.

Al terminar de comer nos acercamos a la oficina de turismo que está en el Ayuntamiento por si nos dan información de algo que no sepamos, pero  apenas nos dan información salvo entregar el mapa y decirnos que ahí está marcado lo importante; así que damos un paseo visitando lo emblemático que ya estaba previsto:  Iglesia del Roser (s. XIX), el Palacio de Terrasaura, edificio de Correos, iglesia de San Francisco, un típico molino, molino des Comte, que hoy es un asador; así como algunas fachadas de casas señoriales como Can Olivar, Can Salort o Can Vivó. Ninguno de estos edificios (excepto iglesias y el asador) están abiertos al público por lo que solo se puede ver el exterior.

Ayuntamiento


Terminamos nuestro paseo en Ciudadela bajando hasta el puerto, un puerto pequeño y con mucho encanto, muy fotogénico, con algunos locales de restauración. Lo recorremos  por un camino bordeando el agua hasta el Club Marítimo. Merece la pena. Por la noche debe de ser precioso.


Abandonamos Ciudadela en dirección a la Necrópolis de cala Morellun lugar impresionante formado por un conjunto de  catorce cuevas excavadas artificialmente en la roca de un pequeño barranco que constituye uno de los mayores y más espectaculares cementerios prehistóricos de la isla.

El cementerio estuvo en uso desde el 1700 a.C. hasta el siglo II d.C. Algunas cuevas tienen espacios diferenciados separados por columnas, pilastras o escalones. Otras presentan pequeños patios con balsas delante del portal para impedir el acceso.


La entrada es gratis y hay un itinerario indicado a través del barranco. Tampoco en esta ocasión había mucha gente en el recinto, salvo unas cuantas personas.

Cala Morell

Disfrutamos un poco de las vistas desde el Mirador de la cala Morell y desde ahí nos acercamos a Pont de En Gil, un gran arco de roca sobre el mar formado a través del tiempo por la erosión.

Si se ha visitado la Playa de las Catedrales, esto no dice nada, pero está en un lugar especial, es un paseo agradable llegar allí desde el parking, las vistas son bonitas y si se está por la zona no cuesta nada echar un vistazo. 


Desde aquí, ya atardeciendo, volvemos al hotel parando durante el recorrido en algunas de las calas que son famosas por su belleza como Cala Brut y Cala Blanes. No están mal, pero, quizá por la estación en la que estamos, las aguas ni son tan turquesas ni las calas tan maravillosas. La verdad, nos imaginábamos mucho más bello todo.

 

Martes, 4 de abril

 

Hoy volvemos a Ciudadela para visitar a fondo la ciudad.

Llegando a ella empieza a llover y en unos minutos, el tiempo justo de llegar a la plaza del Ayuntamiento, comienza a diluviar y tenemos que refugiarmos del temporal en un café de la plaza. Como parece que no escampa para callejear, entramos a visitar el Ayuntamiento del que se puede ver el hall y, en la primera planta, la sala gótica.


Como sigue lloviendo, aunque menos, cogemos los paraguas y nos vamos a ver la catedral de Santa María que está abierta (gratis). Se encuentra en pleno centro y es un templo gótico construido entre el XIII y XIV. Es grande pero no muy bonita. En el interior, la capilla más relevante es la capilla barroca de Les Ánimes, del siglo XVIII.

Desde aquí nos dirigimos al Museo de Menorca (martes a sábado: 11:00-14:00 y 18:00- 21:00. Domingo: 11:00 – 14:00. Entrada gratis para jubilados y el resto 5€) que se encuentra ubicado en una preciosa casa nobiliaria del siglo XVII, la Can Saura. En él se puede ver una amplia colección de elementos etnológicos así como un importante fondo de carácter arqueológico.

Museo

Al terminar la visita damos una vuelta por el centro recorriendo las callejuelas del casco antiguo, con sus casas señoriales y sus tiendecitas estilosas. Recorremos la calle Ses Voltes (calle de pórticos con arcos) que va desde la catedral hasta la plaza Nova.

 La idea era comer en un local llamado Ulisses, muy recomendado por blogueros, cerca del típico Mercado del Pescado, pero no nos ha convencido mucho la pinta y hemos buscado otro.

Mercado de Pescado

Empezamos a callejear buscando algún restaurante y damos con un local muy, muy recomendable: Margot (https://www.margotmenorca.com/) Es uno de esos locales modernos, con colores claros, de cocina de fusión y con personal joven, amable y eficiente. Lo único negativo es que los platos son escasos (casi todo lo sirven en tazas como las de duralex de toda la vida), pero lo que hemos comido estaba riquísimo. Y el precio no está mal. Hemos pedido: Alcachofa, espuma de parmesano y bottarga; hummus de aguacate y gambas al ajo en confit; pan tomate y salsa Maldon; ensaimada, verdura confitada, icotta y olive Ttaggiasche y tiramisú. Y cafés. (unos 45€ los dos)


Después de comer damos otra vuelta por el casco antiguo y cogemos el coche para visitar un pueblo que, según nos han comentado, es bonito; se llama Es Migjorn Gran y, la verdad, no  merece  demasiado la pena aunque no está mal. En verano debe de estar muy animado, pero ahora, regular. 

Iglesia de Migjorn Gran

Damos una vuelta rápida y nos dirigimos hacia el sur, a un lugar cercano que, al parecer, merece la pena: La Cova de Coloms, también llamada La Catedral.

Se encuentra ubicada en el barranco de Binigaus, a algo menos de dos kilómetros de Es Migjorn Gran, al sur de Menorca. Conocida como ‘la Catedral’, esta enorme cavidad camuflada entre la maleza pudo ser usada como espacio funerario y mágico-religioso en el periodo post-talayótico, por lo que está catalogada como Bien de Interés Cultural desde 1966. La excursión para descubrirla supone toda una aventura. Para llegar a ella (es complicado aunque está todo bien indicado), tras dejar el coche en una pista estrecha, se debe hacer una ruta campo a través, monte arriba y monte abajo de 1km. El estrecho camino está señalizado con pinturas rojas y amarillas, y de vez en cuando se puede ver la palabra “cova” o “cueva” hasta llegar a ella.

Después de la caminata, merece la pena ver esta oquedad natural. La pequeña entrada, rodeada de vegetación, da paso a una enorme cavidad de 24 metros de altura, 15 de ancho y 110 de largo, que es seguida, al fondo, por un largo y estrecho pasillo de otro tanto de largo. Su nombre, que en español significa “cueva de las Palomas”, se debe a que en el pasado el lugar estaba siempre poblado por estas aves hasta que los cazadores acabaron por ahuyentarlas.


Hoy en día las paredes están cubiertas de musgos y líquenes, debido a la gran humedad del ambiente, y pueden verse algunos murciélagos.

Nos adentramos en la gruta y desde dentro todavía es más impresionante; hay que tener cuidado ya que el suelo es muy resbaladizo en las zonas donde hay piedras debido a la humedad.

Tras la vuelta al coche nos bajamos a la playa de Santo Tomás. Al llegar hay un pequeño parking desde el que sale un sendero que es un tramo de la ruta del Cavalles que llega hasta Son Bou.

Nosotros no lo hicimos entero, solo un trozo. Es muy recomendable. El paseo por el sendero entre árboles desde el parking hasta la playa oyendo solo la naturaleza es muy relajante.

Y desde ahí hemos vuelto hacia el norte para subir al Mirador del Toro (el punto más alto de la isla) donde se encuentra el Santuario de la Virgen del Toro. Desde arriba hay unas vistas espectaculares de toda la isla y el santuario es muy coqueto. 


También hay una cafetería con una terraza espectacular donde nos sentamos a tomar un refresco. Otra visita imprescindible.


Y ya atardeciendo volvemos al apartamento y, como es temprano para cenar y hay luz aún, recorremos con el coche, en plan paseo, toda la zona en la que está el complejo donde nos alojamos. Toda el área es preciosa, con casitas muy acogedoras y cuidadas justo al borde de la costa, y con vistas impresionantes. Merece la pena, si uno se hospeda en esta zona, dedicar un rato a recorrerla despacio.

Luego volvemos al apartamento y cenamos en él.

 

Miércoles, 5 de abril

 

Hoy, por fin, el tiempo ha mejorado claramente y decidimos pasar la mañana visitando el Parque Natural de la  Abufera de Grau: (Reserva de la Biosfera por UNESCO desde 1993) que engloba lo que es la Albufera de Es Grau propiamente dicha, la isla de Colom y el

cabo de Favàritx. 

Es Grau alberga, en su mayor extensión, una laguna con diversas plantas acuáticas, múltitud de aves y gran biodiversidad de especies como el águila pescadora y !hasta tortugas! Nosotro no vimos tortugas ni águilas, pero sí bastantes aves.


Desde la carretera se llega a un parking donde está el centro de interpretación en el que, muy amablemente, dan información de cómo visitar el parque según los intereses de cada uno, el tiempo…y ofrecen un mapa del parque con las rutas. Desde ahí hay que coger otra vez el coche para ir a la entrada del parque donde hay otro parking. La entrada es gratuita.

Para visitar Es Grau se han creado tres rutas diferenciadas, empezando dos de ellas cerca de este Centro de Información y otra en el mismo pueblo de Es Grau. 

Las rutas son básicamente las siguientes:

Itinerario de "Sa Gola" que recorre el canal del mismo nombre y la zona de dunas de la playa de Es Grau.  Tiene una distancia de 1.7 km (45 minutos andando) y es muy sencillo para todo el mundo

Itinerario de Santa Madrona que bordea la ribera suroeste de la albufera con más miradores y  observatorios, especialmente de pájaros, por su proximidad a la laguna. Tiene una distancia de 2.8 km (1  hora andando) y es el mejor recorrido para observar aves acuáticas

Itinerario del mirador de Cala Llimpa que te lleva por la parte sudeste de la laguna. Tiene también una distancia de 1.7 km (45 minutos andando) y es completo a nivel de fauna, flora y paisaje


Nosotros hicimos las tres aunque no completas y finalizamos volviendo por la playa de Grau, que es un enclave precioso, de los que más nos han gustado, hasta el pueblecito del mismo nombre. 



Realmente Grau no es un pueblo sino un núcleo pequeño de veraneo, muy coqueto. Solo hay un pequeño bar abierto, llamado
Lavi, así que nos sentamos en la pequeña terraza a comer. Y el sitio, muy sencillo, fue una sorpresa ya que nos encontramos un servicio excepcional, rápido y atento, y una comida muy rica. Tomamos la ensalada Lavi (exquisita) y paella de mariscos muy sabrosa. Este bar es muy local muy recomendable si se está en la zona.

Con el estómago lleno cogemos el coche de nuevo y nos acercamos a ver el faro de Faváritx, que es el más bonito y fotografiado de la isla con su pintura rayada y enclavado en un entorno agreste rocoso un poco salvaje.

Al llegar hay un parking que queda a unos 2 km del faro. Nosotros dejamos ahí el coche y la caminata con calor se hace bastante dura. Luego vimos que, si no hay mucha gente, se puede llegar en coche hasta el mismo faro donde hay sitio también para aparcar.


Las vistas de los acantilados del norte y la Albufera son espectaculares. Damos una vuelta por el faro, hacemos unas fotos.

NOTA: Nosotros llegamos hasta el mismo faro y pudimos recorrer la zona y contemplar las vistas a nuestro antojo, pero conviene preguntar en la oficina de turismo si se puede acceder a él ya que muchos viajeros denuncian que, después de andar 2 km para llegar se han encontrado el acceso cerrado (muchas de esas críticas son en temporada alta)

Desde aquí nos dirigimos hacia Torre d´en Galmés, el poblado talayótico más importante, grande y mejor conservado de la isla.


Antes de llegar hay un centro de interpretación (una pequeña caseta de madera a la derecha de la carretera. Cierra mucho antes que el poblado, sobre las 15:00) así que estaba cerrado. El poblado se encuentra un poco más adelante, a unos 500 metros. Está bien indicado el camino.


Al llegar nos encontramos un parking y, en la entrada, una taquilla para acceder al recinto. El yacimiento abre todos los días de la semana (el lunes hay entrada libre y está cerrado el centro de interpretación) de 09:00 a 20:30, excepto el martes que es de 09:00 a 15:45. La entrada general cuesta 3€

Enseguida se aprecia que este poblado está mucho más preparado para el turismo que el resto de los que hemos visitado; gran parte de él se puede recorrer por un camino acondicionado para facilitar el acceso a carritos y sillas de ruedas; y también hay numerosas mesas de picnic para sentarse durante la visita y aseos en la entrada. Afortunadamente no había nadie salvo nosotros.



Sin duda este es el poblado que más nos ha gustado y hemos pasado gran parte de la tarde recorriendo el sitio. El estado de conservación es excepcional.


Se encuentra situado en un pequeño cerro y se calcula que durante su máximo esplendor (1300 a.C., época pretalayótica) y la conquista romana) vivieron en él unas 900 personas. Debido a su situación y a que cuenta con tres talayot se cree que ejerció una supremacía estratégica sobre otros poblados de la isla. Además de estos tres talayot, el complejo conserva una taula, varias casas, una sala hipóstila impresionante y un sistema de recogida de aguas formado por cisternas decantadoras donde mediante piedras se filtraba el agua sucia.


Torre d´en Galmés s una visita IMPRESCINDIBLE. 

Y desde aquí nos encaminamos a la famosísima y mítica Cueva d´en Xoroi, conocida en el mundo entero y que, en realidad, es un chiringuito/ discoteca. Llegamos con muchas expectativas para ver el atardecer, pero la decepción fue mayúscula. 

Para empezar, el parking estaba a rebosar ya que para todo el mundo es una visita indispensable en la isla por ser el lugar desde donde ver la mejor puesta de sol (¡esto es falso, en nuestra opinión!).

Bajada a Cueva d´en Xoroi

Pues bien, en la entrada hay una taquilla en la que se pagan 20€ por entrar y tomar una copa. La verdad es que la parte del acceso, con pasadizos de paredes encaladas y barandillas de troncos de madera sobre un acantilado, es bonita, pero al llegar a la primera terraza nos encontramos con que toda la zona de mesas junto al mar la han acotado con carteles de “VIP” y para los no VIP solo han dejado tres minimesas altas con taburete y, por supuesto, en la parte interior. Seguimos avanzando y más de lo mismo hasta llegar a la cueva en sí en la que el ambiente es totalmente discotequero, oscuro y con cables por todos lados.

En fin, salimos y preguntamos dónde nos podemos sentar (por 20€!!!) y la respuesta fue que en ningún sitio. Así que salimos como habíamos entrado y pedimos que nos devolvieran el dinero. Nos lo devolvieron y nos largamos.

Antaño este lugar debía de estar genial, pero ahora es un horror en nuestra opinión. A quien le gusten las discotecas igual le parece una maravilla. También nos ha parecido un sitio para otra franja de edad mucho menor a la nuestra. En fin, hay que verlo para valorar. Se debe visitar, pero quedarse…¡no! Hay otros sitios mucho mejores para ver la puesta de sol.

No sé si se permitirá el acceso solo para hacer fotos, pero siempre hay que pasar por la taquilla.

Abandonamos la cueva bastante decepcionados y nos acercamos a un pueblo llamado Fornells que es el pueblo junto al que se encuentra nuestro apartamento. ¡Y vaya sorpresa! Es un pueblo pequeño, precioso, limpio y cuidadísimo. Es, además, famoso por su caldereta de langosta, especialmente, según dicen, la de Es Cranc (donde había venido el propio rey a tomarla) a un precio obsceno.

Llegamos ya anochecido y nos pareció un lugar encantador, en realidad, el pueblo más bonito y auténtico de Menorca. Es una pequeña localidad marinera cuya vida gira en torno a su puerto (una bahía natural), sus calles estrechas y sus casas encaladas con puertas y ventanas pintadas en vivos colores hacen de él un lugar cautivador. 


En el pueblo hay algunos monumentos importantes como la iglesia de San Antonio Abad, la ermita de Lourdes o la Torre de Fornells; esta torre es el más famoso de todos. Se trata de una torre levantada como elemento defensivo en el siglo XIX y que hoy es un museo. La torre consta de 4 niveles: la cisterna, que servía para acumular agua, el piso de abajo, que era el almacén de comida y armas, el primer piso, en el que las tropas vivían, la terraza, donde se encontraba la artillería y desde el lugar que se vigilaba el contorno menorquín. Aunque el interior no es especialmente llamativo (hay una exposición en la que se puede leer todo sobre la torre), desde su parte superior se obtienen unas vistas excelentes de la zona.

Recorremos el pueblecito y vemos algunos restaurantes acogedores y decidimos venir a cenar aquí mañana que es nuestro último día en la isla.

 

Jueves, 6 de abril

 

Hoy es jueves santo y ese día siempre vemos por televisión la llegada de los legionarios al puerto de Málaga y su traslado hasta la cofradía de Mena para velar al Cristo de Mena, o de la Buena Muerte, que sale en procesión esta noche. Pese a no ser creyentes esto se ha convertido en una tradición por los recuerdos de la infancia que entraña.

Es Paput
Así que estuvimos viendo la tv toda la mañana y salimos a mediodía hacia Mahón para comer en un local muy chulo que habíamos visto llamado Es Paput, un chiringuito de comida rápida frente al puerto, animadísimo y con una terraza enorme. El sitio es desenfadado y agradable, con buenos precios, servicio rápido  y la comida estaba rica. Esta es nuestra opinión pero últimamente se están publicando en TripAdvisor bastantes opiniones negativas; no sabemos si habrá empeorado últimamente el servicio y la comida.

Después de comer decidimos sobre la marcha una excursión que ha resultado de las más interesantes: la Isla del Rey, un pequeño islote en el puerto de Mahón en el que se conserva un singular edificio (un antiguo hospital militar británico) del siglo XVIII y los restos de una basílica paleocristiana del siglo VI, además de ser un espacio natural protegido con una importante flora y fauna autóctonas. Recientemente se ha elegido como emplazamiento para instalar el Centro de Arte Hauser & Wirth. Es, en nuestra opinión, una visita imprescindible. Información en https://www.islahospitalmenorca.org/

Para llegar a ella hay que coger un catamarán (Yellow Catamaran) que sale del muelle 61 (el billete cuesta 7€, ida y vuelta, y se puede sacar en el barco). La entrada a la isla es gratis, pero también se ofrecen visitas guiadas. Toda la información para reservas y horarios en https://menorca.hauserwirth.com/es/reservar/ferry/1

El Yellow Catamarán

Tras un breve trayecto en el barco llegamos a un pequeño embarcadero y ascendemos por unas escaleras que conducen a los lugares más importantes. 

Lo primero que hacemos es visitar el centro de arte moderno, una delegación de las prestigiosas galerías de arte Hauser & Wirth que tiene como finalidad crear espacios donde disfrutar de las obras de arte en contacto con la naturaleza, la gastronomía y la historia de Menorca. El espacio cuenta además con un restaurante donde poder saborear platos de temporada 



A continuación nos dirigimos a los dos recintos importantes: los restos de la basílica paleocristiana, decorada con un mosaico decorado conservado en el museo de Menorca, y el antiguo hospital militar, que fue utilizado hasta los años 60.

El hospital, con forma de U, ocupa la mayor parte del terreno de la isla y está ubicado en su parte más alta. Es muy curioso porque conserva las diferentes salas de consultas médicas con instrumental, material y mobiliario médico, farmacéutico y hospitalario, gran parte donados por familias de médicos importantes de la isla.





El resto del tiempo hasta la salida del ferry de vuelta lo dedicamos a pasear por la isla y contemplar las vistas desde ella.











De vuelta en Mahón, cogemos el coche y nos encaminamos hacia un pintoresco pueblo llamado
Alaior que data de 1304 y que se encuentra en la lista de los pueblos más bonitos de Menorca.

La verdad es que merece la pena perderse por las calles de esta villa. Una de las calles más atractivas es la calle Mayor, donde se puede ver un interesante conjunto de edificios señoriales como Can Salort o Santa Rita (hoy son la sede menorquina de la Universidad de las Islas Baleares).

Otros puntos de interés que hemos recorrido son el convento de San Diego, de principios de XVII, que destaca por su llamativa estética y es uno de los puntos más fotografiados del pueblo. Hoy es un espacio cultural y sala de conciertos  y en su interior alberga un bonito patio que se conoce como Plaza Sa Lluna; la iglesia de San Diego con su impoluta fachada blanca; o la impresionante Parroquia de Santa Eulalia, del siglo XIV, una gran construcción religiosa de estilos combinados barroco y renacentista, y uno de los lugares más interesante que visitar en el pueblo. Subimos también a la ermita de Sant Pere Nou, un pequeño templo con mucho encanto ubicado en una pequeña zona arbolada.



Dejamos Aleior al final de la tarde y ya de vuelta se nos ocurre acercarnos al Faro de Cavallería. Y fue un acierto porque las vistas de la puesta de sol desde el faro son impresionantes. Recomendamos encarecidamente subir hasta el faro para contemplarla. 

Es, sin duda, uno de los mejores sitios para ver atardecer, no solo por el propio ocaso sino por el entorno. Había grupos de jóvenes y mayores sentados en las rocas viendo cómo se sumerge el sol en las aguas del Mediterráneo y brindando por él.



Hoy es nuestra última noche en la isla y vamos al pueblo que más nos ha gustado, Fornells, a cenar. Nos decidimos por un local pequeño y acogedor situado en una calle peatonal muy cerca del puerto llamado La Guapa

No es un local barato, es más bien caro, pero el servicio, la atención y la comida son extraprdinarios. Tomamos un aperitivo de tomate con sobrasada, mejillones de Menorca “La Guapa” y bacalao con alioli de membrillo, boniato y cuixot (el mejor que hemos probado en la vida). Muy recomendable.

 Finalizada la cena, damos una vuelta por el pueblo y el puerto y volvemos al apartamento a preparara la maleta.



Viernes, 7 de abril

 

Salimos por la mañana hacia el aeropuerto, dejamos el coche en la peor agencia de alquiler que hemos conocido nunca, Record Go, y esperamos que salga nuestro vuelo de vuelta.

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