CIUDAD REAL (Semana Santa, 2021)


Esta Semana Santa continúan perimetradas las CCAA así que las vacaciones se van a limitar a pasar unos días en la provincia de Ciudad Real.

Hemos reservado un hotelito en Almagro y desde ahí nos moveremos a varios lugares cercanos que no conocemos de la provincia de Ciudad Real. 

Hay que decir que hay varios pueblos por los alrededores como Villanueva de los Infantes, Viso del Marqués o las lagunas de Ruidera que son imprescindibles, pero que no visitaremos porque ya lo hemos hecho en viajes anteriores.


Domingo, 28 de marzo  

Ayer tuvo lugar el cambio de hora y estamos ya en el horario de verano por lo que vamos a tener más horas de luz.

Llegamos a Almagro a la hora de la comida. Tras instalarnos en el hotel, Hotel boutique Arte y Descanso  (https://www.arteydescanso.com/hotel-en-almagro.html) , un 2* más que excepcional (ver crítica en Tripadvisor:     https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g562641-d17301204-r793284511-Hotel_Boutique_Arte_y_Descanso-Almagro_Province_of_Ciudad_Real_Castile_La_Manch.html), muy recomendable (muy cerca del nuestro vimos otro que también tenía muy buena pinta y buen precio que se llama QB Hotel), nos dirigimos a la plaza Mayor, que está muy cerca, y tenemos la suerte de encontrar una mesita en una terraza  ya que está todo “hasta la bandera” pues además de ser fiesta hace una temperatura de verano. Comemos de maravilla, un menú degustación de 8 platos que estaban deliciosos (entre los que no podían faltar las famosas berenjenas de Almagro) y un postre que teníamos ganas de probar: mostillo con queso (un dulce como la carne de membrillo pero hecho con mosto, de ahí el nombre); estaba bueno, pero más rica la carne de membrillo.

Con el estómago lleno comenzamos la ruta turística ya que hoy muchos de los lugares de interés están abiertos hasta las 18.00 o 19:00.

Lo primero que hemos recorrido y lo más conocido es la Plaza Mayor. La mayor singularidad de esta plaza se centra en sus lados mayores, donde se levanta un armónico conjunto de viviendas que se disponen sobre soportales en dos alturas, sostenidas por ochenta y cinco columnas de piedra, sobre las que descansan las gruesas zapatas y vigas de madera ue debieron estar pintadas de almagre (rojo);  posteriormente, con motivo de la proclamación del rey Carlos V, en 1788, se pintaron de verde turquesa. Estas edificaciones de modestos materiales tienen su mayor originalidad en el doble piso de galería acristalada, que proporciona un característico sabor y notable originalidad al conjunto por tratarse de un caso singular de la arquitectura castellana. Estas galerías estuvieron inicialmente abiertas, eran de carácter público y se utilizaban para presenciar los espectáculos que tenían lugar en la plaza. Posteriormente, fueron cerradas.

Continuamos dando una vuelta por el casco antiguo que conserva gran número de casas señoriales renacentistas con imponentes fachadas de piedra con escudos. En 1972 el casco histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico. Merece la pena la preciosa Plaza de Santo Domingo en la que se encuentran tres edificios destacados:  el Monasterio de la Concepción Bernarda, la Casa del Capellán de las Bernardas, y los palacios de los Condes de Valparaíso y de los Marqueses de Torremejía. Este último llama mucho la atención y se distingue por su fachada blanca con aleros pintados de azul, su portada con balcón y el gran escudo familiar sobre ella. Callejeamos un rato por las empedradas calles sin tráfico y atravesamos la plaza para dirigirnos, a través de la calle Feria y, posteriormente, Madre de Dios a las afueras del pueblo para visitar el convento y claustro de la Asunción. En la taquilla compramos el bono turístico (muy recomendable si se quiere visitar todo lo imprescindible) ya que vale 7 € y da acceso a todos los lugares principales de la localidad. Este bono se puede comprar en cualquiera de ellos o en la oficina de turismo que está en el Hospital San Juan de Dios.

El Convento de la Asunción de Calatrava data de principios del s. XVI. El primer uso de este edificio fue hospital pero posteriormente pasó a ser un monasterio. Ha sido restaurado en varias ocasiones, siendo la de 1860 una de las más importantes. Es uno de los tres conventos extramuros que había en la ciudad junto al de Santa Domingo y Santa Catalina. La iglesia es de estructura gótica y se puede ver desde el coro ue se visita; y el claustro de planta rectangular es muy vistoso. En general, no está mal aunque tampoco es nada especial y las estancias visitables están vacías y da todo una impresión bastante desangelada.

Desde aquí nos dirigimos, volviendo sobre nuestros pasos, al Patio de Fúcares, que ahora es la sede de la Universidad Popular. Se trata de un edificio del siglo XVI construido por la familia alemana Fugger. El emperador Carlos V tenía mucho que agradecerles ya que le hicieron un préstamo de casi medio millón de florines. Fueron los Fugger (o Fúcares) desde entonces los banqueros de Carlos V y permanecieron en Almagro durante 150 años. Con ellos, además de llegar a Almagro la Banca moderna, llegó también una tradición que aún pervive en la localidad: el encaje de bolillos.

El palacio consta de dos pisos que se distribuyen alrededor de un patio central cuadrado rodeado de columnas. Al segundo piso se accede por una escalera renacentista desde la que, entre ambos pisos se puede acceder a un encantador patio-jardín trasero con una fuente. 

La siguiente visita ha sido el Teatro Hospital de San Juan de Dios, en cuya capilla se ha instalado una sala de exposiciones, el Espacio de Arte Contemporáneo, y la zona de teatro, al aire libre, estaba cerrado. Hace unos años pudimos disfrutar en este recinto de una obra durante el Festival Internacional de Teatro Clásico de verano.

En la misma calle se encuentra el Teatro Municipal que también estaba cerrado hoy.

Las últimas visitas han sido el Museo de Encajes y el Corral de Comedias, ambos en la Plaza Mayor. En ella también, en uno de los extremos, se encuentra al Museo Nacional del Teatro, que hoy está cerrado.

El Museo de Encajes y Blonda está ubicado en una casa tradicional de dos plantas y muestra una gran variedad de trabajos de todo tipo, antiguos y modernos.

Respecto al Corral de Comedias, es el edificio más emblemático de la localidad. Nosotros ya lo hemos visitado en multitud de ocasiones ya que durante muchos años hemos asistido con nuestros alumnos del instituto a representaciones teatrales para estudiantes que tenían lugar cada primavera. Aun así, por supuesto, lo hemos visitado una vez más; incluso esta vez mejor ya que no había nadie.

El corral de Almagro es el único original del mundo que se ha conservado intacto desde el siglo XVII y también el único que permanece activo cuatrocientos años después de su inauguración. Fue construido en 1628 por Leonardo de Oviedo a partir de una remodelación del antiguo Mesón del Toro. En el siglo XVIII, con la prohibición de los corrales, se convierte en el Mesón de la Fruta, conociéndose desde mediados del siglo XIX como la Posada de las Comedias y se cubrieron las antiguas estructuras para aprovechar mejor todas las dependencias, gracias a lo cual se ha conservado intacto. En 1950, el dueño de dicha posada, mientras realizaba unas obras, encontró una baraja española pintada a mano fechada a principios del XVIII. Puso el hallazgo en conocimiento del Ayuntamiento y las autoridades, por éste y otros documentos, decidieron iniciar las obras en busca del corral de comedias perdido y que finalizaron con su inauguración en 1952. El corral fue declarado Monumento Nacional el 4 de marzo de 1955 y en 1972, toda la localidad de Almagro fue declarada Conjunto Histórico-Artístico.

La verdad es que no había mucho tiempo y aun así, hemos podido visitar casi todo lo importante, pero lo hemos recorrido todo bastante rápido así que nos sentamos en una terraza de la plaza a tomar unos refrescos y descansar un rato. 

Cenamos en un local muy recomendable, La posada de Almagro (http://www.laposadadealmagro.com/), que está ubicado en una antigua posada, la Posada de San Bartolomé, de finales del siglo XVI; en la actualidad se han rescatado sus galerías de madera y piedra, las paredes encaladas, su encanto rústico y la solera de sus 400 años, siendo hoy un lugar lleno de sabor donde conviven pasado y presente, un refugio muy especial donde dormir y degustar buena cocina manchega y buen vino. La comida es realmente muy rica y el camarero amabilísimo. La verdad es que nos ha sorprendido que, para ser un pueblo tan turístico, los camareros que nos han atendido en todos los sitios hasta ahora, han sido muy rápidos y amables.

 

 Lunes, 29 de marzo

A causa de la COVID, el hotel no ofrece desayunos así que hemos tenido que ir a la plaza a tomarlo, a un local que nos han recomendado y que tiene desayunos muy variados, ricos y a buen precio, Cafetería Teo (Crítica en TRipadvisor:  https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g562641-d11331381-r793284783-Cafeteria_Teo-Almagro_Province_of_Ciudad_Real_Castile_La_Mancha.html.

Hoy vamos a dedicar la mañana a visitar las Tablas de Daimiel aunque nos han dicho que apenas tienen agua. 

Las Tablas de Daimiel son el último representante de un ecosistema característico de La Mancha denominado tablas fluviales. Se forman por la confluencia del río Cigüela con el Guadiana, que favorecido por la escasez de pendiente en la zona y la interconexión de las aguas superficiales y subterráneas del Acuífero 23 determinan la existencia de una singular cubierta vegetal que permite el desarrollo de un excepcional hábitat para toda la fauna ligada al medio acuático.

Nada más llegar nos encontramos el acceso al Centro de Interpretación y el parking en obras, aunque este último permanece abierto. 

Una chica nos explica que hay tres senderos, amarillo, rojo y azul, pero que el azul no merece la pena porque no tiene nada de agua (la verdad es que, en general, es muy triste el aspecto que ofrecen ya que están prácticamente secas. ¿Cómo se ha permitido saquear los acuíferos de ese modo hasta desecar este paraje singular?) Nos aconseja hacer el sendero amarillo y el rojo, así que eso es lo que hacemos. El amarillo comienza desde la zona de parking del centro de interpretación y es un sendero circular, el llamado “sendero de las islas”, que discurre por pistas y pasarelas de madera y que, en algunas zonas que conservan algo de agua, son muy atractivas. A lo largo del camino se puede entrar en observatorios de madera para contemplar aves. Hacia la. itad de recorrido el terreno se eleva un poco hasta llegar a un observatorio desde el que hay unas vistas privilegiadas de todas las tablas. También es muy curioso el bosque de tarayes que se atraviesa antes de llagar a la bifurcación con el sendero rojo. El taray es la única especie arbórea, en el interior de Las Tablas, capaz de soportar suelos inundados durante cierto tiempo y un determinado grado de salinidad. En el bosque de tarayes de la isla del Pan se encuentran los ejemplares más interesantes.

Casi al final del sendero rojo se encuentra el desvío del sendero rojo que es un camino de ida y vuelta, jalonado de piedras y florecillas que decoran y marcan las márgenes y que lleva hasta la laguna permanente (permanente a base de meterle agua)

Finalmente, las tablas están pobladas por un total de 250 especies de aves especialmente acuáticas. Hoy había una considerable población de cigüeñas y flamencos.

 

Finalizado el recorrido nos dirigimos al Molino de Molemocho, un antiguo molino de trigo, movido por agua y hoy sin gota de ella y, obviamente, en desuso. Al lado del molino hay un bar del mismo nombre en cuya terraza nos tomamos unos refrescos.

Abandonamos las tablas en dirección a un pequeño pueblecito con una plaza e iglesia espectaculares, San Carlos del Valle, al que se conoce como el “Vaticano manchego”.

Plaza Mayor del siglo XVIII que presenta una forma casi rectangular, de 53 metros de largo por 21 de ancho, formada por alineaciones de columnas toscanas que sostienen pisos, galerías de dintel, bases de madera y balaustradas. El conjunto arquitectónico se completa con una iglesia impresionante que se vislumbra desde la carretera varios kilómetros antes de llegar al pueblo.

Se trata de la Iglesia del Santísimo Cristo del Valle que se construyó durante un período que duró 16 años, desde 1723 hasta 1739, y ha sido restaurada en varias ocasiones;  pertenece, pues, al barroco tardío de la provincia, con algún elemento neoclásico. Tiene planta de cruz griega y en su interior puede verse la imagen del Cristo milagroso. El templo fue construido sobre el antiguo santuario de Santa Elena, donde, según la leyenda, apareció este Cristo milagroso al parecer dejado en un pajar por un extraño peregrino.

En la plaza se encuentra el Ayuntamiento de la localidad y en el lateral corto junto a la iglesia se encuentra la Hospedería de Santa Elena en cuyo restaurante habíamos reservado para comer (https://www.hospederiasantaelena.com/restaurante)  El servicio es estupendo, el sitio muy agradable y la comida muy rica. Hay menú del día, llamado también “menú de autor” por 17€ (de lunes a viernes, porque el mismo menú vale 30€ el sábado y domingo) Todo son platos con toques modernos, de cocina de diseño con cocciones a baja temperatura, caramelizaciones, reducciones y demás mandangas. La tarta de mandarina, espectacular. 

De vuelta a Almagro, hacemos una parada en un pequeño pueblo llamado Bolaños de Calatrava para visitar un castillo muy bien conservado que se esconde entre sus calles, el Castillo de Doña Berenguela que es uno de los poquísimos castillos que se encuentran dentro de un casco urbano; desgraciadamente se encuentra cerrado temporalmente por la pandemia y solo podemos verlo desde el exterior. El castillo fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982. 

Se trata de una fortaleza árabe que data de los siglos X-XI, construido para custodiar las vías de comunicación entre Córdoba y Toledo, y destinado a la defensa del territorio fronterizo entre cristianos y musulmanes junto a Calatrava la Vieja (que visitaremos el miércoles)

Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), el castillo pasó a manos cristianas, y el Rey Alfonso VIII lo deja como dote a su hija Berenguela de Castilla, quien poco después, en 1229, donaría la fortaleza a la Orden de Calatrava para la defensa de la villa de los continuos ataques musulmanes. En manos de la orden permaneció hasta el año 1544, pasando luego a convertirse en sede de la Encomienda de Bolaños desde 1537 hasta 1825. A partir de estos momentos cayó en desuso hasta 1864 cuando es subastado y se convierte en un edificio privado que albergó corridas de toros y diversos actos culturales hasta mediados del s. XX cuando lo adquiere la Diputación de Ciudad Real y comienza un magnífico proyecto de restauración que le ha devuelto la silueta y esplendor primitivos.

Tras recorrer el exterior del castillo y hacer unas fotos, damos una vuelta por la localidad y volvemos a Almagro. Cenamos en uno de los baretos de la plaza que “ni fu ni fa”, nada especial.

Volvemos al hotel dando un paseo nocturno por el casco antiguo y haciendo unas fotos de las impresionantes fachadas de piedra de las numerosas casas señoriales que adornan sus calles.


Martes, 30 de marzo

Hoy vamos s recorrer la zona norte de la provincia, más cercana a Cuenca y Toledo.

A unos pocos kms. de Almagro hacemos una parada en la localidad de Torralba de Calatrava donde se conserva un Patio de Comedias muy parecido al de Almagro pero más pequeño. Se encuentra pegado a la iglesia de la Purísima Concepción. Los primeros datos de actividad teatral en este conjunto se remontan al Renacimiento, a 1.578 y en él se han representado obras de teatro y títeres hasta el siglo XIX. Durante e XX fue restaurado y declarado en 2004 Bien de Interés Cultural.

Desgraciadamente hoy estaba cerrado ya que, debido ala COVID solo hay visita algún día de semana Santa. Hemos podido ver un poco del interior a través de unas ventanucas que estaban abiertas, pero poco más. Tendremos que buscar alguna foto en internet.

Continuamos viaje hasta nuestra primera parada, Puerto Lápice que cuenta con varios atractivos entre los que destaca su original plaza.

No podemos disociar Puerto Lápice del gran Don Quijote, ya que Cervantes cita el lugar hasta en 4 ocasiones. De hecho, hay muchas frases del Quijote donde se menciona al hidalgo, por ejemplo: “Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino [a don Quijote] fue la de Puerto Lápice…” (Primera Parte, cap. 2). Fue en esta localidad donde Don Alonso Quijano fue nombrado caballero. Evidentemente, el Quijote está presente en la localidad y por ello encontramos muchas referencias a la novela. En los soportales del Ayuntamiento se puede contemplar una estatua en bronce a tamaño original del famoso escritor en su mesa de escritorio componiendo su novela. Imprescindible hacer una foto.

Lo que primero llama la atención en el pueblo es la Plaza Mayor, una bella plaza manchega con dos alturas de soportales de maderas pintadas de color almagre (rojo). Es el punto de encuentro de los vecinos y visitantes y en ella se celebran las fiestas, bailes y teatros al tener forma de corral de comedias.

Al atravesar su arco de entrada nos encontraremos en un patio de vecinos rodeados de viviendas, tal y como estaban concebidas las antiguas ventas (habitaciones en torno a un patio central común). En su parte oeste desemboca en la antigua posada del Rincón.

A la derecha de la entrada se encuentra un antiguo pozo sobre el que se sitúa un viejo tronco de olivo del que tiempos atrás colgaban la polea, el cubo y la soga junto con un pequeño pilón. En la parte sur de la plaza frente al Ayuntamiento hay unos pequeños jardines en torno a una antigua noria.

Puerto Lápice es un pueblo enclavado en tierras de paso de Castilla a Andalucía y eso explica su forma alargada (ya que surgió a lo largo del camino) y la presencia de ventas o posadas pues era lugar de descanso y aposento para todos aquellos viajeros, que en su caminar, cruzaban estas tierras manchegas. De hecho, en la época de Cervantes no era nada más que un conjunto de ventas y no le fue concedido el título de pueblo hasta mucho más tarde.

Las ventas eran mesones en los que había establos y habitaciones pensadas para pernoctar. Una especie de albergue a la vieja usanza, algo que hoy en día ya no existe, pero se podría traducir en hoteles de carretera, de esos en los que está cerca la estación de servicio en la que poder alimentar al medio de transporte y donde se puede descansar del viaje para, al día siguiente, continuar el camino.

Consta que antaño existió aquí un buen número de ventas de las que hoy se conservan solo tres: “la Posada Dorotea Jiménez” (en la que se alojó Azorín, en la calle Cervantes), “la Posada del Rincón” (en la plaza, de propiedad privada), y la más famosa, la“Venta del Quijote”, en la que dicen que el hidalgo fue armado caballero. 

Esta es la más famosa y está concebida como un homenaje a la obra cervantina. Toda ella en blanco impoluto y añil, cuenta con un gran patio central empedrado y una serie de estancias, al parecer muy logradas, que recrean cómo debieron ser estos establecimientos, aunque la fonda data del siglo XVII. Hoy hay un restaurante y, el resto, salas de exposición sobre el Quijote y tienda de productos manchegos.

Desgraciadamente, también estaba cerrada debido a la pandemia y solo pudimos vislumbrar algo a través de las ranuras y agujeros de las portadas y hacer algunas fotos del exterior.

Continuando por la misma calle se llega a la Iglesia de Ntra. Sra. del Buen Consejo. Esta iglesia es bastante grande y está justo al lado de la Venta, así que resulta imposible no verla. El templo data de 1859 y está dedicada a la patrona del pueblo. Su construcción tiene elementos neorrománicos.

Si continuamos caminando por esta misma calle, encontramos otra pequeña y coqueta iglesia, la ermita de San José. Su aspecto blanco en contraste con algunos detalles azules y un precioso pozo con su abrevadero a juego la convierten en un elemento imprescindible que visitar y fotografiar en Puerto Lápice.

Otro atractivo de este pueblo son los molinos a los que no subimos ya que tenemos pensado visitar a continuación Consuegra y Campo de Criptana, donde se encuentran los molinos más famosos del país; así que volvemos a la plaza y nos tomamos un café antes de seguir viaje al único pueblo de Toledo de nuestro viaje, Consuegra. 

Consuegra es una localidad que llama la atención  desde antes de llegara a ella debido a que está situada a los pies de un cerro y coronada por el castillo de la Muela (el mejor conservado de CLM, que data del siglo XIII) y, junto a él, numerosos molinos de viento.


Nos dirigimos a la parte alta del cerro, al que se puede acceder cómodamente en coche, y entramos al castillo, pero no lo podemos visitar porque hay que reservar visita y no lo habíamos hecho, así que nos encaminamos a recorrer los molinos. Uno de ellos se puede visitar por dentro (1,50 €)

 El conjunto, sobre el cerro Calderico, es muy curioso y especial, y está constituido por doce molinos de viento harineros, uno de loscuales ya existían en el siglo XVI y los otros se construyeron en el XIX.

Dedicamos un buen rato a pasear entre ellos y a hacer las fotos obligadas aunque hacía un viento espantoso; obviamente, el sitio elegido para su construción no pudo ser mejor.

Bajamos al pueblo y buscamos un sitio para comer tarea que fue imposible porque, a causa de la pandemia, los restaurantes que no estaban cerrados solo tenían servicio de terraza (y hacía fresco) o estaban llenos.

Al final decidimos continuar viaje a Campo de Criptana no sin antes llamar para reservar en un restaurante que, según Tripadvisor, es el mejor del pueblo llamado Las Musas (https://restaurantelasmusas.com/). Resultó que el local se encuentra justo al lado de los famosos molinos de viento, en la parte alta del cerro que también se alza junto al pueblo y que nos ha gustado más que el de Consuegra. En uno de ellos, que no hemos visitado, se encuentra el Museo de Sara Montiel, folclórica hija predilecta de esta villa.

El restaurante ha sido todo un acierto, pese a que hemos tenido que esperar un buen rato hasta que nos han dado la mesa. Es un local moderno, lleno de cuadro y decorado con muy buen gusto; la comida es exquisita y los platos podríamos decir que “de autor”. Hay un menú del día por 17€ aunque nosotros hemos preferido comer a la carta probando varios de los platos que ofrecían. Ha resultado un poco caro, pero hemos comido bastante bien. 

Después de la comida hemos dado una vuelta y -cómo no- hacer unas fotos en los molinos.

Por la tarde hemos pasado por Alcázar de San Juan, con idea de visitar la preciosa estación que yo recordaba de mi infancia, cuando viajábamos en tren y hacíamos trasbordo en esta estación; recordaba una enorme sala con las paredes cubiertas de preciosos azulejos que representaban la historia de El Quijote.  Pero no la hemos visto y nos han dicho que ya no existe. ¿Cómo no han mantenido esa preciosa sala de espera? La verdad es que, mirando por internet, he visto en blog que hay viajeros que recientemente hablan de esa sala e incluso ponen fotos de los azulejos; así que creo que el guardia de seguridad de la estación al que le hemos preguntado nos ha engañado o no tiene ni idea de dónde trabaja. 

Un poco decepcionados hemos dado una vuelta por el pueblo, que no tiene nada especial, y hemos puesto rumbo a Almagro.


Miércoles, 31 de marzo

Comenzamos el día dirigiéndonos a Calatrava la Nueva para visitar el famoso castillo - sacro convento, un conjunto monumental en el que se encuentran edificios de distintas épocas, que van desde un momento anterior al siglo XIII, hasta el siglo XVIII, construidos en la cima de un cerro. La verdad es que visto desde abajo es impresionante y parece que va a ser mucho más y que va a estar muy bien conservado, aunque luego arriba la cosa cambia un poco.


Se puede llegar hasta casi la misma puerta de la muralla en coche, subiendo por una escarpada pista que lleva a un parking. No hay problemas de aparcamiento. El monumento abría a las 11 por lo que tuvimos que esperar un rato para entrar y la entrada vale 4€.

La fortaleza debió de ser impresionante en su época por su envergadura, sus dimensiones y su situación, pero ahora está bastante ruinoso en general, a excepción de la iglesia y algunas dependencias, túneles y pasadizos. Desde el parking, una rampa de piedra sube hasta las murallas, muy bien conservadas, y a la puerta del castillo por la que se entra a un gran sala cubierta de piedra y de ahí, a un patio (donde está la oficina y la taquilla) desde el que, a su vez, se accede a buen número de edificios, en varias alturas, siendo el más conocido la Iglesia del siglo XIII. El castillo-convento estuvo habitado ininterrumpidamente desde 1217, siendo la sede de la orden de Calatrava hasta 1804, momento en que fue abandonado definitivamente.

Visitado el castillo emprendemos ruta hacia Ciudad Real que es el plan para hoy.


Llegamos casi a la hora de comer y llamamos a un restaurante que nos han recomendado en el que, por suerte, hay mesa: el  Asador Restaurante San Huberto (http://asadorsanhuberto.es/)

Luego vimos en internet que es el nº 1 en Tripadvisor con 5 estrellas y muchísimas opiniones. La verdad es que es muy recomendable.

Dejamos el coche y nos dirigimos a la oficina de turismo (en el Ayuntamiento) para pedir un plano e información sobre lo más relevante que se puede visitar en un día. El ayuntamiento es un edificio muy peculiar y chocante que preside uno de los frentes de la plaza Mayor. Fue construido el año 1976, y su diseño, no exento de polémica, es obra del arquitecto madrileño Fernando Higueras, quien se inspiró en una arquitectura neogótica, muy similar a los Ayuntamientos típicos de los Países Bajos. La verdad es que no deja indiferente y llama bastante la atención.

Con toda la información para la tarde, nos dirigimos a pie al restaurante que se encuentra en las afueras, Nos sorprendió un poco el sitio en el que se ubica el local ya que es bastante feucha, pero la calidad, la atención y el sabor de la comida lo compensó con creces. Estaba todo riquísimo y fue muy agradable la comida en la terraza ya que el día era fabuloso.

Después de comer, volvemos al centro y para reposar un poco nos sentamos en una terracita de la plaza a tomar un café.

Comenzamos la ruta por la zona antigua y un poco más alejado del centro, visitamos el Museo de Don Quijote (entrada gratis)

A continuación entramos al Museo Municipal y a las 18:00 nos acercamos de nuevo a la plaza para ver el reloj carillón (el más bonito de CLM) con varios autómatas policromados, a tamaño real,  que salen de un balcón de forja en una casa señorial  (la Casa del Arco) y que se puede ver a las 18:00. Los personajes  son: Miguel de Cervantes, que sale en primer lugar y se sitúa en la parte derecha, portando en su mano derecha, un pergamino bajo el brazo izquierdo, y un tintero en su mano izquierda; Sancho Panza, en segundo lugar, quien se sitúa en la parte izquierda, con una jarra de vino en una mano, una ristra de chorizos en la otra, y bajo el brazo, un pan redondo; y Don Quijote, el último en aparecer, llevando la espada con la mano derecha y sosteniendo con la izquierda un libro que aparenta leer. Muy curioso.


Hace bastante calor por lo que nos sentamos en otra terracita a tomar algo fresco antes de dirigirnos a la Iglesia de San Pedro, un templo de estilo gótico, construido entre la segunda mitad del S.XIV y primer tercio del S. XV por los Caballeros de la Flor y Nata de Ciudad Real (Velarde, Céspedes y Treviño) , que abre a las 18:00.

La idea era visitar después la iglesia de Santiago Apóstol, un edificio religioso del románico tardío y el gótico inicial de finales del siglo XIII e inicios del XIV con un espectacular artesonado mudéjar que fue declarado como Bien de Interés Cultural den 1982; pero desgraciadamente no abre hasta la hora de misa (19:30) así que volvemos a recoger nuestro coche y emprendemos el camino de vuelta a Albacete.




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