VIAJE A LA ALCARRIA (Diciembre, 2020)

Siguiendo los pasos de Cela hemos decidido recorrer la comarca de la Alcarria durante el puente de diciembre de este año horríbilis 2020; si bien, don Camilo lo realizó a pie, en burro, carro o cualquier medio que encontraba a mano, nosotros lo vamos a hacer en nuestro confortable coche con calefacción.

Para empezar - o, mejor dicho, seguir- con los percances y sinsabores de este año, cuando decidimos emprender este miniviaje (dado que Castilla La Mancha está perimetrada y no se puede salir de la Comunidad) se anuncia un temporal para los cuatro días. No obstante, mantenemos nuestros planes; si el tiempo se pone muy mal, siempre podemos cancelar y volver o quedarnos en el hotel leyendo.

En fin, pese a las inclemencias anunciadas, salimos el viernes de Albacete con dirección a Pastrana donde llegamos nevando.Hemos reservado habitación en un pequeño hotelito, Hotel Palaterna, con muy buenas críticas en Tripadvisor, en Pastrana para desde allí movernos por la zona (Ver crítica en Tripadvisor: https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g1437557-d1467207-r778590157-Hotel_Palaterna-Pastrana_Province_of_Guadalajara_Castile_La_Mancha.html

Está perfectamente situado, justo frente a la famosa fuente de los caños y a un paso de la calle Mayor y la Plaza de la Hora.

Nos acomodamos en el hotel que mantenía unas extremas medidas de seguridad frente por la COVID  y salimos a picar algo. 

Dimos con un bar muy, muy recomendable, a dos pasos del hotel, en la calle Mayor, llamado César (comida riquísima, mucha variedad, muy atentos y amables los dueños y una atención excepcional) Vercríticas en Tripadvisor: https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g1437557-d1453938-Reviews-Restaurante_Cesar-Pastrana_Province_of_Guadalajara_Castile_La_Mancha.html

 

 

Sábado, 5 de diciembre

TORIJA - HITA - CÍVICA - BRIHUEGA

El día amanece con una espesísima niebla y los tejados y calles cubiertos de hielo, por lo que nos tememos lo peor. 

Bajamos a desayunar mientras decidimos hasta qué hora esperar para salir a carretera. Tomamos una tostada especial de pan cateto con aceite, miel de la Alcarria y canela, que es la especialidad de la casa y, al terminar, el dueño del hotel nos informa de que ha llamado por teléfono una señora que estaba junto a nosotros en el desayuno para decir que la niebla solo estaba en el valle del pueblo y que nada más subir unos metros había un sol radiante, así que nos hemos puesto en camino y efectivamente el día era espléndido; hemos tenido muchísima suerte con el tiempo porque ni ha llovido, ni nevado.

Nos hemos encaminado hacia nuestra primera parada de hoy: la pequeña localidad de Torija, la puerta de la Alcarria y pueblo en el que se inicia el viaje de Cela. 

Hoy Torija es conocida por su precioso y excepcionalmente bien conservado castillo que, con su singular arquitectura, presenta una belleza poco frecuente en estas fortalezas militares. Sus altas murallas fueron diseñadas para dificultar la escala de los asaltantes, y sus muros no son muy gruesos, lo que indica que fue construido antes de que se popularizase el uso de la artillería. Singular es su gran torre principal, casi independiente del resto, que serviría como reducto de última resistencia.

En el interior de su espectacular Torre del Homenaje se encuentra enclavado el Museo del Viaje a la Alcarria, primer museo dedicado a un libro, en el que figuran numerosos objetos personales y mapas utilizados en su recorrido por tierras alcarreñas por el Premio Nobel Camilo José Cela. 

En la actualidad, el castillo de Torija es sede del Centro de Interpretación Turística de la Provincia de Guadalajara. Desgraciadamente el castillo se encuentra cerrado hace meses y solo hemos podido verlo desde el exterior. Es impresionante. (Teléfono: 949 32 03 17)

Después de dar unas vueltecitas por el pueblo, cogemos el coche hacia Hita donde tenemos reservada una visita guiada a las 12:00 (es preciso reservar ya que los grupos son solo de 6 personas. El precio son 3€)

Plaza Mayor de Hita

Hita se encuentra a una media hora de Torija y es una localidad muy pequeña sobre una loma; el enclave es excepcional y las vistas desde arriba son espectaculares. La villa perteneció a los Mendoza. Uno de ellos, el Marqués de Santillana, ordenó construir las murallas que la rodeaban; hoy día solo quedan restos de ella y alguna de las puertas que daban acceso a ella.

Aparcamos en la plaza del Arcipreste y subimos andando hasta la Casa del Arcipreste que es una casa de tres plantas construidas sobre las ruinas de una casona que llamaban Casa del Arcipreste y que se cree que es en la que habitó el autor del Libro de Buen Amor. 

Es un edificio multiusos dedicado a la cultura. En la planta baja se encuentra la oficina de turismo de Hita y un conjunto de salas dedicadas a museo. En la primera planta encontramos un salón de actos, salas dedicadas a museo, un despacho recreado y numerosos ejemplares de la obra alguna copia del original.

Tras visitar el museo, salimos con el guía a recorrer el pueblo. Visitamos algunas ruinas de iglesias (bombardeadas en la guerra) y la única que se salvó, la de San Juan que es muy curiosa:

Se trata de una iglesia gótico mudéjar del siglo XIV de trazas modestas que llama la atención por el espigado campanario herreriano del siglo XVI. Tiene tres naves, un ábside poligonal y goza de una situación privilegiada en la parte más alta de la villa. Tras décadas de abandono (desde finales del siglo XIX hasta después de la Guerra Civil) fue profundamente restaurada en el siglo XX.

Son muy destacables los bellos artesonados mudéjares de casetones hexagonales (s. XVI) de la Capilla de la Virgen, el suelo con lápidas de la nobleza de Hita de los siglos XV al XVII, la pila bautismal románica con el árbol de la vida esculpido, el escudo gótico de alabastro de la puerta de poniente o la talla gótica de la Virgen de la Cuesta, patrona del pueblo.  

A continuación ascendemos al cerro que hay tras el pueblo para visitar un “bodego” (palabra con la se designan las casas-cueva) que se ha conservado tal cual estaba cuando tenía habitantes. La visita termina en una antigua bodega que perteneció a Dña. Bellida, la judía más rica de Hita que fue expulsada a Portugal pero volvió convertida al cristianismo y pudo recuperar sus bienes.

Terminada la visita, nos tomamos un café y emprendemos camino hacia Cívica, un curioso lugar que se encuentra a 11 kms. de Brihuega. 

Cela paró aquí durante su viaje y dijo de él que “debía de ser parecido al Tíbet”. Realmente, es curioso pero no sabríamos decir si merece mucho la pena. Se trata de una pared de toba caliza en la que hay talladas escalinatas, balaustradas, cámaras, estancias, fuentes...; hoy no se puede acceder porque se encuentran en una finca privada, pero se puede contemplar desde el exterior y hacer unas fotos. Parece ser que fue obra de un sacerdote al le entregaron estas tierras en herencia y después de cada misa se iba pico pala, pico pala, a excavar en la roca este poblado excavado en una pared vertical. Hoy se encuentra abandonado y muy deteriorado.

Tras esta breve parada y las fotos de rigor, volvemos a Brihuega y buscamos un sitio para comer. Siguiendo las indicaciones de Tripadvisor elegimos un Asador llamado El Tolmo (http://asadoreltolmo.com/, muy concurrido y recomendable: comida rica y servicio bueno y rápido.

A continuación subimos a la parte alta donde se encuentra la Real Fábrica de Paños, un edificio circular que se quiere transformar en Hospedería pero que a día de hoy está restaurado aunque vacío. En el exterior se pueden visitar los jardines que son agradables y están muy cuidados. Construidos sobre terrazas, desde ellos hay unas vistas espectaculares de la villa. La entrada a la Fábrica y los jardines cuesta 2€.

Real Fábrica de Paños

Pasamos por la iglesia de San Miguel construida en el S XIII con estilo mudéjar toledano; está cerrada y  ahora en ella no se realizan actos litúrgicos, sino actividades culturales y continuamos hacia el Castillo de la Peña Bermeja que tiene su origen en la época de los reyes taifas de Toledo que venían hasta aquí a pasar los veranos. El rey Taifa Al Mamun lo cedió a Alfonso VI y éste a su vez lo cedió al clero. Estuvo en sus manos hasta la desamortización de Mendizábal y a partir de ese momento pasó a manos municipales y por eso hay tumbas en su interior, ya que sirvió de cementerio municipal. Entrada 2 € El horario del Castillo de la Peña Bermeja es de lunes a domingo de 10:00 a 20:00. 

En el interior se puede visitar la sala noble y la capilla gótico mudéjar cuyas paredes guardan una joya. Unas cintas rojas se entrecruzan formando polígonos con forma de estrella decorando las paredes. Son mudéjares del S. XIII y son de las pocas que se pueden ver en España. Una escalera de caracol en madera conduce a la parte alta del castillo desde donde se disfrutan unas vistas maravillosas.

Justo al lado al lado del Castillo de Peña Bermeja se encuentra una Iglesia de estilo cisterciense del S.XII, es la Iglesia Santa María de la Peña que no visitamos. Justo frente a la iglesia se puede ver una de las fuentes más bonitas: la Fuente de Santa María, en una explanada llamada el Prado de Santa María. Está rodeada de árboles centenarios y los muros del castillo de la Peña Bermeja . La imagen es de cuento medieval.

Fuente de Santa María

Tanto la Fábrica como el castillo tienen horario de visita así que una vez vistos dedicamos el resto de la tarde a pasear por el pueblo. Comenzamos el recorrido en el Arco de la Guía, junto al castillo. Hay una curiosidad relacionada con este arco : El padre del escritor Víctor Hugo fue un general francés que luchó aquí en Brihuega a principios de 1800 durante la Guerra de Independencia; ordenó abrir este arco con el único fin de asaltar y conquistar el castillo de la Piedra Bermeja. 

Ascendemos hasta llegar a la Plaza del Coso donde se encuentra la Oficina de Turismo y las Cuevas Árabes. Todo el subsuelo de Brihuela está recorrido por 8 kms de túneles que fueron excavados bajo las casas particulares, por lo que no se pueden visitar; sí hay una parte accesible a los turistas a la que se entra por un lateral de la carnicería que hay en la Plaza del Coso: son la llamadas cuevas árabes, que no son realmente cuevas puesto que no son naturales y posiblemente tampoco sean de origen árabe. El recorrido está perfectamente señalizado y se recorren sin guía. Para verlas hay que ir a la Carnicería Hermanos Gutiérrez (justo al lado, en la misma plaza. Tlfno: 949280049) donde se pagan 2 € y te abren la verja; el recorrido de la cueva termina en el almacén de la carnicería. Es muy curioso y por 2€ merece la pena pasar.

Terminado el recorrido de la cueva continuamos hacia arriba hasta una placita en la que se puede ver una de las fuentes más conocida, la fuente de los doce caños, también llamada fuente Blanquina. La leyenda cuenta que las chicas solteras que bebían de esta fuente encontraban novio. A espaldas de la fuente se encuentra el antiguo lavadero municipal.

Iglesia de San Felipe

Continuamos calle arriba hacia la Puerta de la Cadena y girando a la derecha antes de llegar a ella encontramos la iglesia de San Felipe, una preciosa iglesia de estilo románico de transición que está abierta todo el día y se puede visitar; por dentro es muy bonita con unos altos muros de arcada longitudinales. Lo mejor es que su torre del campanario está separada de la nave, la razón es que se utilizó uno de los torreones de la muralla. También llama la atención la fachada y el rosetón de la parte alta.

Desde ahí volvemos sobre nuestros pasos hasta la calle Mayor donde hemos aparcado y tomamos el camino de regreso a Pastrana.

Picamos unas croquetas caseras y un caldito en un bar de la calle Mayor, La Comarca, y nos retiramos a descansar.

 

Domingo, 6 de diciembre

CÓRCOLES – ALCOCER – DURÓN - EMBALSE DE ENTREPEÑAS – TRILLO - CIFUENTES

Hoy ha amanecido un día maravilloso, frío pero soleado.

Tras el desayuno hemos salido hacia Córcoles, un pequeño municipio donde se encuentra el Monasterio cisterciense de Sta. María Monsalud que data de 1141. La entrada es gratuita pero hay que reservar por internet porque el grupo es muy reducido.

 https://ventaenlinea.castillalamancha.es/ventaenlinea/publico/reserva/monasteriomonsalud

Al llegar, la guía estaba esperando y durante casi una hora nos ha hecho un recorrido por todas las dependencias (escriptorium, refectorium..., el claustro y la iglesia.

Hoy, el monasterio se encuentra muy deteriorado, casi ruinas, pero se puede vislumbrar lo que fue en sus años de esplendor, uno de los más importantes de Castilla. La Iglesia, típicamente cisterciense, presenta crucero con magníficas bóvedas de crucería y capiteles en nave central, y al exterior una portada románica.  Es construcción de los siglos XIII-XV. Del claustro, levantado en el siglo XVI, se conservan tres crujías, pues la cuarta se hundió a principios del XX. En el ala de levante, se encuentra la Sala Capitular, del siglo XIII, cuya estructura se basa en dos columnas centrales que soportan las bóvedas, de gruesos nervios. El Convento, del siglo XVI, posee una portada de trazado renacentista con escudos de la Orden del Císter de Castilla. Aislada, delante del monasterio, la portería, con portada enmarcada por pilastras, remate de hornacina, escudo y tallas de S. Benito, S. Bernardo y Dios Padre. La bodega, de varias galerías, conserva los huecos de las tinajas, pero no las hemos podido visitar ya que permanecen cerradas con motivo de la pandemia


 Terminada la visita nos trasladamos al cercano pueblo de Alcocer para ver la famosa “catedral de la Alcarria”. Antes de nada nos tomamos un café caliente con magdalenas en un bar de la plaza para quitarnos el frío del cuerpo.

Dado que se acerca la Navidad, el pueblo ya tenía todas sus calles decoradas con unos adornos baratos y muy "resultones" : en todas las rejas había unos paquetitos de vivos colores con lazos (eran de corcho blanco, en realidad pero daban el pego y que daban preciosos) Además, en algunas placitas había figuras navideñas de animales hechas con troncos y sarmientos.

El nombre de "Alcocer" proviene del árabe Al-qusar que debió ser una pequeña fortaleza de la Marca Media musulmana de Al-Andalus. El rey castellano Alfonso X, El Sabio, dejó a su amante Doña Mayor Guillén de Guzmán, con la que había tenido como hija a Beatriz de Castilla, quien llegó a ser reina consorte de Portugal, las localidades de Millana, Alcocer, Salmerón  y Valdeolivas.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Alcocer (apodada "La Catedral de La Arcarria"por su calidad y enormes dimensiones) ha merecido la categoría de Monumento Histórico-Artístico desde los años 40 del siglo XX. Es un edificio cuya construcción data principalmente de los siglos XIII y XIV con ampliaciones postreras del siglo XVI. Es un templo de grandes dimensiones, de tres naves con un estilo de transición del estilo románico al gótico que lo convierten en un edificio excepcional en la arquitectura religiosa medieval guadalajareña.

La catedral de La Alcarria
 Desgraciadamente solo hemos visto el exterior a que únicamente abre de 13:00 a 14:00 (solo domingos) y aun faltaba mucho tiempo para esa hora. Cogemos el coche y nos dirigimos a la siguiente parada que es la pequeña villa de Durón.

Es una localidad muy pequeña y el interés está en dar un paseo por el pueblo para ver las casonas de los siglos XVI y XVIII que aún se conservan, algunas con los escudos nobiliarios en las fachadas. O la picota, a la entrada de la villa, del siglo XVI, rematada por un collarino y cuatro ménsulas. El edificio que acoge el Ayuntamiento también es muy hermoso por los soportales de su planta baja, apoyados en columnas y pilares, y su alero con modillones de madera. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985. En cuanto a las fuentes, destacar una de estilo barroco con un caño en forma de cabeza humana hecha durante el reinado de Carlos III y otra neoclásica, la fuente Redonda, del siglo XVIII en la Plaza Mayor.

Hoy, la verdad, no hay un alma y parece un pueblo fantasma.

Continuamos viaje en dirección al embalse de Entrepeñas que es mucho más grande de lo que imaginábamos. Tras bordearlo por una carretera buena pero con muchas curvas, nos desviamos hacia Trillo, localidad conocida por la central nuclear que alberga y que sigue en funcionamiento; de sus dos enormes chimeneas ascendían dos impresionantes columnas de humo. La verdad, da un poco yuyu. Dejando atrás la central y unos kilómetros más adelante se llega al coqueto pueblecito de Trillo, junto al río. Desde la carretera se divisan a lo lejos, tras las dos chimeneas de la central, las conocidas como Tetas de Viana (dos cerros iguales coronados de blanco)

Lo más destacable de la pequeña población de Trillo es la zona junto al río y el puente que lo atraviesa.

 

La Casa de los Molinos es probablemente el edificio más antiguo del pueblo, citado varias veces en documentos medievales como edificio de molienda y de sierra, y cerca de él la cascada del Cifuentes (la zona más fotografiada) que es el último tramo del río antes de su salto al Tajo y que constituye un paraje natural  de singular belleza. Con motivo de la Navidad estaba instalado un enorme Belén en una isleta entre las cascadas, muy curioso y mono. 


Damos un paseo por la zona y emprendemos el camino en dirección a Cifuentes, localidad que se encuentra a 12 kms y donde hemos pensad comer. El pueblo sorprende porque es muy monumental  aunque hoy está completamente vacío, quizá porque hace bastante frío pese a que luce el sol.

Nada más aparcar, preguntamos a una paisana dónde se podía comer, ya que parecía estar todo cerrado. Nos encaminó a un restaurante llamado Casa de los Gallos, que es muy recomendable (http://www.casadelosgallos.com/). No es que sea especialmente barato, pero la comida estaba muy buena (el vino, no tanto) y el lugar es muy bonito ya que está ubicado en una de las casas señoriales más antiguas de Cifuentes que se ha reconvertido en restaurante.

Tienen un menú especial de fin de semana con entrantes (croquetas buenísimas, queso de cabra curado al horno con mermeladas caseras y langostinos), plato principal de entrecot, bacalao o lubina) y postres caseros; pan vino y cafe, por 28 €. 

Terminada la comida iniciamos el recorrido por la localidad que albergó al escritor e infante Don Juan Manuel. Además, fue cuna de la aguerrida y notoria princesa de Éboli. 

Sobre la cima del cerro bajo el que se extiende se contempla el Castillo, construido en 1324 por el infante Don Juan Manuel sobre una alcazaba musulmana del siglo XI. Hace demasiado frío y decidimos no subir el monte y contemplarlo desde abajo.

El monumento más relevante de la villa es la Iglesia de El Salvador, de estilo gótico incipiente, que fue edificada entre 1261 y 1268 a instancias de Doña Mayor Guillén de Guzmán. La Portada de Santiago, en la fachada oeste, es el elemento más destacable que ver en Cifuentes. La arquivolta anterior representa a los doce apóstoles, tallados por parejas, y a los ángeles. Por su parte, la externa muestra la lucha entre el pecado-martirio y las virtudes. De esta sobresale la talla que representa a una diablesa pariendo a un rey con corona y cetro. También resulta interesantes el rosetón gótico que corona la portada.

Portada de Santiago (Iglesia del Salvador)

Junto a este templo se levanta el Convento Sto Domingo (hoy es la sede del Centro de Arte de Cifuentes) y enfrente se halla el curioso edificio la Casa de los Gallos, donde hemos comido. Debe su nombre a los gallos de hierro forjado que adornaban el balcón principal. Es la vivienda nobiliaria mejor conservada de la villa, cuya fachada luce un gran escudo escoltado por dos leones rampantes.

Iglesia del Salvador

Desde la casa, una escalinata desciende hasta la Plaza Mayor, un espacio porticado y triangular que posee construcciones típicas alcarreñas. En ella se edificó el Palacio de los Condes de Cifuentes, destruido en la Guerra de Sucesión. También acoge el Ayuntamiento, que muestra en su fachada un escudo de los Silva procedente de la Puerta de la Fuente. Es feucha en comparación con los edificios que hay junto a ella.

Al final de la calle del Remedio se ubica la Ermita del Remedio, capilla de un antiguo hospital del siglo XVI. De este templo destaca la portada gótica isabelina y la arcada anexa. Junto a ella resisten los restos del Convento de San Francisco, con una portada exenta como único elemento de valor artístico.

Algunos blogueros hablan de un lugar que se puede visitar, pero que no hemos visto, llamado los manantiales, donde se encuentra el Molino de la Balsa, un edificio cedido al municipio por una señora local a finales del siglo XIII. Frente a los Manantiales se sitúa el Convento de Belén, que alberga el sepulcro de su fundador, Don Fernando de Silva.

Como se ha levantado bastante viento y el frío penetra en los huesos, decidimos coger el coche y emprender la vuelta a Pastrana donde llegamos aún con luz y tiempo para descansar un poco.

 

Lunes, 7 de diciembre     

PASTRANA - AUÑÓN

Palacio Ducal

Nuestro último día en La Alcarria lo vamos a dedicar a visitar Pastrana.

Salimos tras el desayuno y comenzamos por la calle La Palma, una calle de no más de 50 metros, muy interesante desde el punto de vista histórico. Aquí se agolpan casi uno tras otro, varios edificios de gran valor, aunque ciertamente, algunos en muy mal estado. 

En la esquina con General Cayuela despunta la que fue la siniestra Casa de la Inquisición. Aunque bastante reformada, posee una elegante balconada sobre enormes piedras esquineras.

En el número 7 descubrimos un enorme arco de medio punto en torno a la puerta de la conocida como Casa del Caballero Calatravo. Esta casona se encuentra muy deteriorada, pero es una magnífica muestra de arquitectura popular medieval.

Aunque no se conserva apenas información sobre ella, su posesión se atribuye a un caballero de la Orden de Calatrava. Debido a que, en uno de los cuarteles del escudo de armas, situado sobre la puerta, aparece la Cruz de Calatrava.

Casi al lado encontramos otro caserón que se cree que fue una sinagoga. Sobre todo, por un pequeño y preciosa ornamentación situada en su fachada.

En este pequeño fragmento de estuco aparece una estrella de David, que bien pudo haber sido elaborada por aquellos artesanos mudéjares que llegaron en tiempos de los Príncipes de Éboli.

Un poco más allá se halla el Arco de San Francisco junto con parte de la muralla que a finales del siglo XIV construyó la Orden de Calatrava en torno a la villa. 

Continuando por la izquierda del Palacio de los Burgo se llega al Colegio Sanbuenaventura, un imponente edificio renacentista, que fue mandado construir por el arzobispo Don Pedro González de Mendoza en 1628, con destino a Colegio y albergue de los niños que debían participar con sus cantos en las ceremonias religiosas a celebrar en la Colegiata.

Rodeando el colegio y siguiendo unos metros por la carretera se llega a la Plaza del Deán, un palacio del siglo XVII en sus finales, que fue construido como hospital de San Miguel y para servir de residencia al clérigo que presidia la Iglesia Colegiata. Al lado se levanta el Convento de San Francisco, fundado en 1460 y construido en diferentes épocas. Lo más antiguo de lo que hoy se conserva son los cuatro muros de cal y canto y la espadaña de la iglesia.

Casa de Moratín

Bajando por la misma calle, se llega a la Casa de Moratín, que realmente perteneció a su abuela pero que el escritor frecuentaba durante las vacaciones y donde se cree que escribió El sí de las Niñas. 

Un poco más abajo se llega al Albaicín, el barrió que habitaron antaño los árabes y donde hoy se encuentra la plaza de toros. 

Volvemos por la calle Princesa de Éboli hasta la Plaza de la Hora que es la plaza Mayor conocida por este nombre peculiar que hace alusión a la hora que se le permitía a la princesa salir al balcón enrejado para tomar el aire durante su encarcelamiento en el Palacio Ducal que se encuentra en dicha plaza.

A las 11:15 habíamos reservado para la visita a la Colegiata (5 €/persona), uno de los monumentos más importantes de la localidad. Se trata de un edificio imponente, levantado originariamente hacia el siglo XIV como Iglesia Parroquial de la Villa Calatrava. Recibió añadidos y detalles, como la portada norte que fue construida en estilo gótico de finales del S. XV, y finalmente la gran ampliación de las naves y el crucero en la primera mitad del siglo XVII, promovida por el Arzobispo Fray Pedro González de Mendoza, hijo de los primeros duques de Pastrana. Su interior alberga el magnífico Museo Parroquial, muy denso en contenido, destacando la colección de tapices góticos de Alfonso V de Portugal que son de los mejores de Europa junto con los de Zamora.

Colegiata

El párroco hace de guía y nos explica todo con gran lujo de detalles. 

La iglesia está bien, pero lo verdaderamente espectacular son los cinco tapices enormes, asombrosamente bien conservados y con un colorido espectacular. Merecen muchísimo la pena.

 

La visita incluye también bajar a la cripta donde se halla enterrada la princesa de Éboli y se cree que el Marqués de Santillana.

Sarcófago de la Princesa de Éboli (Cripta de la Colegiata)

Sarcófago con los restos del Marqués de Santillana

Para concluir, el párroco nos muestra el órgano y nos deleita con la interpretación de unos villancicos.

Desde la Colegiata volvemos por la calle Mayor a la Plaza de la Hora para visitar el Palacio Ducal, conocido por ser el lugar donde fue encerrada la princesa y donde murió. La entrada cuesta 4€ y es necesario reservar previamente (igual que en la Colegiata) ya que solo pueden entrar 6 personas. Teléfono: 949 37 06 72


Debemos decir era lo que más deseábamos visitar y que ha resultado una gran decepción; desde el exterior parece un edificio renacentista impresionante, pero solo tiene la fachada y tres artesonados. El resto es completamente moderno y ha sido comprado por la Universidad de Alcalá. Ahora es de su propiedad y funciona para cursos, conferencias... y como Casa de la Cultura del pueblo.

Lo único que se conserva son, como hemos señalado, los artesonados de madera de la capilla, la sala junto a la habitación de la princesa y el salón principal. También algún zócalo de azulejos. Nada más; el resto,  un edificio totalmente moderno.

El palacio fue proyectado por Cavarrubias quien diseñó todo: aposentos, patio de columnas, jardines, artesonados..., pero que no llegó a realizarse (salvo la fachada y alguna habitación)

Vista de la Plaza de la Hora (desde el balcón-reja del aposento de la Princesa de Éboli

 El Palacio fue declarado Monumentos Nacional en 1941.

 Terminada la visita, nos dirigimos a El Cenador de las Monjas, un restaurante ubicado en el convento de las monjas, donde habíamos reservado para comer.

 https://www.cenadordelasmonjas.es/

El sitio está bien, muy bien conservado y decorado, con una chimenea, y la atención es también muy buena. La comida no está mal, y el vino desdice bastante. Los aperitivos, muy ricos, y lo más recomendable es el postre: sopa de romero con helado de lavanda. Exquisito. El precio, caro. 

Al terminar de comer volvemos a por el coche para hacer una pequeña ruta por algunos pueblecillos, pero nos encontramos a unos amigos y nos quedamos charlando con ellos. Cuando nos separamos, emprendimos viaje hacia Auñón, que no merece la pena y decidimos abortar el resto de las visitas (Tendilla y Horche), de todas formas hemos preguntado en Turismo y, al parecer, no hay mucho que ver en ellos.

Nos retiramos a descansar un rato antes de salir a picar algo. Damos una última vueltecita por el pueblo buscando algún local nuevo para picar algo y encontramos un mesón que está muy bien: Mesón Castilla (https://www.restaurantecastilla.com/) que solo tiene un tenedor, pero la comida estaba toda deliciosa.

Martes, 8 de diciembre

Hoy habíamos pensado parar en el viaje de vuelta en una zona llamada “Ruta de las caras” que se encuentra en el paraje  conocido como “La Península” a tan sólo 3 ó 4 kilómetros de Buendía, donde se unen arte y naturaleza. En el año 1992, el reparador de fachadas Eulogio Reguillo y el ceramista Jorge Juan Maldonado  comenzaron a tallar con pico, cortafríos y otras herramientas esculturas en la piedra arenisca. Algunas de ellas están inspiradas en dioses de la India, Budas, cruces templarias e incluso en el director de orquesta y pianista Beethoven.  En la actualidad la Ruta de Las Caras cuenta con 18 esculturas de distintas dimensiones que van desde los 70 centímetros hasta los 4 metros de altura, que se van encontrando a lo largo del recorrido circular de aproximadamente un kilometro y medio, y que permite disfrutar, junto con las impresionantes esculturas, de la naturaleza y de las bellas vistas del entorno del pantano de Buendía. El acceso es gratuito.

No obstante, teníamos que desviarnos bastante de nuestro camino y, al final, decidimos no visitarlas y llegar a Albacete para comer.





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