VIETNAM (15 – 23 de noviembre, 2023)

Este mes de noviembre hemos hecho una breve escapada de 9 días, con una pareja de amigos, para conocer un país del sudeste asiático que teníamos muchísimas ganas de visitar: Vietnam. El viaje se ha quedado corto en tiempo y habría que haber dedicado unos 20 días; no obstante, hemos viajado de norte a sur y recorrido los lugares más emblemáticos.

Vietnam forma parte, junto con Laos, Camboya, Birmania y Tailandia, de lo que se conoce como Indochina, y tiene frontera con las dos primeras y con China al norte.

El país tiene la forma de la letra S y la distancia entre los dos puntos más extremos del norte y del sur es de 1650 kms que discurren a los largo de la costa del mar de China.


La zona del norte y del sur nos han parecido muy diferentes: el norte es más caótico, sucio y atrasado frente al centro y el sur más ordenados, limpios y bastante más “occidentalizados” (siempre teniendo en cuenta donde estamos)

Políticamente Vietnam es un país en el que gobierna el partido único, comunista; aunque nada que ver con otros regímenes dictatoriales cercanos como China. Es un comunismo más abierto y tolerante aunque, como en todos estos sistemas, impera la  pobreza para la mayoría y los privilegios para unos pocos. No obstante, como en muchos países nominalmente comunistas con economías de mercado, en Vietnam existe una creciente clase media ansiosa por adoptar los patrones de consumo occidentales. El gobierno aún controla directamente el 40% de la economía mediante sus empresas públicas, pero en 2012 inició un proceso de privatizaciones y captación de inversión extranjera que está haciendo que el país se vaya modernizando y entrando en un sistema capitalista y de libre mercado. Así las cosas, aunque Vietnam se describe a sí mismo un país formalmente socialista (comunista), la forma de pensar de la gente aquí está claramente en sintonía con la defensa y la promoción del capitalismo. Ocurre lo mismo con su política económica, que avanza en dicha dirección.


 Mírcoles, 15 de noviembre

Salimos de la estación de Albacete en tren a las 11:33 y llegamos  a Madrid (Chamartín) a las 13:22. Comemos muy bien en La Pausa, una cadena bastante buena que hay en las estaciones.

De ahí tomemos el cercanías hasta e aeropuerto de Barajas desde el que volamos a las 18:00, con Turkish Airlines, vía Estambul, hasta Hanoi.

 

Jueves, 16 de noviembre         HANOI  

Llegamos, hechos polvo, a Hanoi, capital de Vietnam a las 15:25.

Dado que en estas latitudes cae la noche a las 17:30, antes de ir al hotel hacemos un recorrido por el casco antiguo de la ciudad.

Lo primero que visitamos es la catedral de San José, una construcción imponente aunque un poco siniestra, toda en piedra oscura.

Muy cerca de la catedral (en la calle Nha To, 3) se encuentra la pagoda Da Ba, una de las más bellas de la ciudad, también conocida como "la pagoda de la dama de piedra". Construida bajo la dinastía Ly (1010-1225) y reconstruida varias veces. La historia cuenta que en el siglo XV, durante los trabajos de consolidación, se descubrió una estatua de una dama de piedra. Al verlo como un signo sagrado enviado por la diosa de la tierra, los habitantes decidieron construir una pagoda llamada Ba Da (la dama de piedra) para honrar la piedra y mostrar gratitud a la Diosa. La estatua desapareció en un incendio en 1900 y se ha sustituido por un buda aunque el nombre persiste.

Como curiosidad, en el árbol que hay al entrar al patio, a la izquierda, hay una pequeña estatua de un buda que asoma engullida por el tronco.

Encendemos unos palitos de incienso y, desde aquí ,nos dirigimos a pie hacia una zona preciosa, el lago Hoan Kiem, en cuyo centro, sobre un islote al que se accede mediante un precioso puente, se halla la pagoda Khai Quoc. Originalmente, la pagoda se encontraba en la orilla del río pero, ante la invasión de este, el templo fue trasladado en 1615 al islote Kim Ngu (pez dorado). La pagoda puede ser vista desde una gran distancia gracias a su estupa de ladrillo de 15 metros de altura, decorada con 66 estatuas de Buda Amitabha y compuesta de 11 pisos que representan un escenario en la vida de Buda. Alrededor de esta majestuosa estupa hay estupas más pequeñas de los monjes que han marcado la historia de la pagoda. Alrededor se extiende un jardín encantador y relajante que alberga un árbol Bodhi, árbol sagrado del budismo ofrecido en 1959 por el presidente indio Rajendra Prasad.


Recorremos este precioso escenario que con las luces nocturnas ofrece una visión bellísima y, justo a la salida, tomamos un cyclo para dar un paseo de 45 minutos por las caóticas calles del casco antiguo, viendo los puestos callejeros, de ropa, flores, comida... , un laberinto de calles que atraviesa Hanoi y que data del siglo XIII. Estas estrechas y bulliciosas callejuelas están repletas de puestos y negocios, y son unas 36 calles donde los vendedores ambulantes ofrecen sus productos como lo han hecho durante siglos; cada calle está dedicada a un gremio.

El cyclo es un  tuk-tuk a pedales y, según nos contaron, son vehículo que el ayuntamiento ofrece a los jubilados para que se ganen unos dongs transportando viajeros, especialmente turistas. Es un transporte pintoresco y ecológico que supone un gran esfuerzo físico para el conductor.

Finalizado el paseo nos encaminamos al hotel Babylon  donde nos hospedamos (Ver mi crítica en Tripadvisor: https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g293924-d25269418-r927677234-Babylon_Grand_Hotel_Spa-Hanoi.html ).

Cenamos en un restaurante local cercano y nos retiramos a descansar.


Viernes, 17 de noviembre             HANOI

Hoy hemos contratado una visita de día completo a la ciudad de  Hanoi. 

Antes de salir por la mañana hemos vivido una anécdota graciosa: había hospedadas en nuestro hotel un grupo de indias que estaban, como nosotros, de vacaciones; lo curioso es que les debemos de parecer exóticos porque han querido hacerse fotos con nosotros. Ha sido un momento simpático para empezar el día de buen humor.

Comenzamos visitando el Museo Etnográfico que lejos de ser un simple lugar de exposición,  ofrece sus magníficas colecciones en espacios agradables y acogedores que cubren tres temas principales: la exposición en el edificio del Tambor de Bronce (principal), la exposición exterior y la exposición del sudeste asiático. Las diferentes culturas se ilustran vívidamente en términos de arquitectura, artesanía, música y costumbres tradicionales. 

De hecho, casualmente, son estos tipos de museos los que nosotros solemos visitar los primeros cuando recorremos un país de cultura diferente porque ilustran muy bien sobre los aspectos de la sociedad en la que nos encontramos.

El edificio del Tambor de Bronce (que es el principal, blanco, con forma de tambor, de ahí su nombre) ocupa 2500 m2 y se compone de 2 pisos en los que se exhiben todo tipo de objetos sobre los 54 grupos étnicos vietnamitas.

La museografía está muy bien pensada para que tanto vietnamitas como personas de cualquier otra nacionalidad puedan comprender los usos y costumbres de cada zona del país. Las piezas se vuelven protagonista en sus vitrinas, los paneles informativos son claros y muy visuales y las cartelas aportan el nivel de información necesario para saber qué estamos viendo. Una de las características principales del museo es presentar todo de una manera sencilla para que los visitantes puedan disfrutar de ellos sin ser abrumados por los detalles.

La planta baja alberga en abundancia objetos, imágenes y videos que exponen la sociedad y a las poblaciones vietnamitas según su origen geográfico y además los personajes de grupos específicos como los de Viet, Muong, Tho, Chut... Muchos visitantes no ocultan su entusiasmo al descubrir cómo se hacen los sombreros cónicos vietnamitas, las costumbres funerarias de Muong, las técnicas de tejido Dao o la ceremonia de boda de los Hmong.


Mientras tanto, el primer piso es rico en objetos de la vida cotidiana de otras etnias, como los Tay, Nung, Thai, Lo Lo, Xo dang, Gia Rai... trazando la silueta del país de norte a sur.

A continuación, en el exterior un parque tan espacioso como refrescante, impresiona a los visitantes de todas las edades por su impresionante encanto con viviendas muy originales. Apreciamos diez estilos de casas típicas reconstruidas en tamaño real y acondicionadas por miembros de grupos étnicos minoritarios en su camino a Hanoi. Algunas son más atractivas que otras, en particular la casa sobre pilotes de los Tay, la casa completamente de madera de los Hmong, la casa funeraria de los Gia Rai, la casa comunal de 19 m de altura (nha Rong) de los Ba na, la casa terracota (trinh tuong) de los Ha Nhi...), la larga casa de los E De y, obviamente, la casa con el techo de tejas de los Viet.

Merece mucho la pena. (Horario: 08:30 – 17:30, cerrado los lunes)

Continuamos el recorrido visitando el Templo de la Literatura, construido en el siglo XI en honor a Confucio, que también es conocido como la Academia Imperial o Quoc Tu Giam, y que fue la primera universidad del país. La fama de la dureza de sus exámenes y la rigidez de sus normas fue ampliamente conocida por todo el país, y muchos eran incapaces de superar tan duras pruebas, pero aquellos que lo consiguieron tuvieron el honor de ver esculpidos sus nombres en las losas de piedra que se asientan en cabezas de tortugas dentro del templo; a día de hoy se conservan 82 de las 116 originales. Las cabezas aparecen un poco deterioradas debido  a que en la cultura vietnamita se cree que tocarles la cabeza da buena suerte.

El templo se abre todos los días de 8:00h a 18:00.

El lugar es una maravilla y por ello, como curiosidad, su imagen aparece impresa en una de las caras de los billetes de  10.000 dong.

Buena parte del interior de este recinto se ha perdido ya que originalmente fue bastante más grande, pero todavía se puede recorrer parte de sus principales lugares, algunos de ellos reconstruidos recientemente.

El interior está distribuido en cinco patios o pabellones siendo los dos primeros  zonas tranquilas con árboles antiguos y céspedes recortados;  de uno a otro se va accediendo a través de diferentes puertas decoradas con exquisitas figuras talladas.

Aparte de las edificaciones el recinto alberga varios preciosos estanques. 

Los interiores están repletos de estatuas de distintos personajes que forman parte de su historia y cargadas de elementos simbólicos.

La siguiente parada de nuestra visita es la Pagoda del Pilar Único (Chùa Một Cột), un pequeño templo budista que es un icono de la ciudad desde su construcción en el siglo XI debido  a su belleza. Toda ella es de madera  de apenas 4 metros de alto por 2 de ancho, pero lo que la hace especial y única es que toda la estructura descansa en una columna de piedra de 1,25 metros de diámetro en la que confluyen todos los pilares que la sustentan (una estructura que es única en el mundo) en el centro de un pequeño lago artificial simbolizando una flor de loto flotando ligeramente en un estanque. En 1955 el ejército francés la destruyó y fue reconstruida totalmente; según nos contaron, la columna original era de jade pero tras su destrucción se construyó en piedra). En el interior hay un altar dedicado a Buda. La entrada es gratuita. 

La pagoda del pilar único está justo a la espalda del Mausoleo de Ho Chi Minh  y la famosa Plaza Ba Dinh. La plaza Ba Dinh tiene una parte muy importante en la historia vietnamita, ya que durante siglos fue el teatro del poder; en ella Ho Chi Minh leyó la Proclamación de la Independencia de la República Democrática de Vietnam el 2 de septiembre de 1945 . A su alrededor se pueden ver muchos edificios coloniales antiguos, incluido el antiguo palacio del Gobernador General de Indochina, que ahora es el Palacio Presidencial.  Junto a la plaza se encuentra el  Mausoleo de Ho Chi Minh, que solo vemos desde el exterior ya que hoy está cerrado. Es un enorme edificio de sillares de granito en cuyo interior descansan, dentro de una urna de cristal,  los restos del héroe vietnamita.

Paseamos un rato por el recinto, hacemos unas fotos y nos dirigimos a comer a un restaurante local. Tenemos suerte porque nos quedamos sin sitio  y nos acoplan en una mesa en la terraza. Muy agradable y la comida no está mal. 

Tras la comida nos dirigimos a visitar otro de los monumentos indispensables: la pagoda Tran Quoc que fue construida en el siglo VI y es el templo budista más antiguo de Hanoi y uno de los más antiguos y bellos del mundo. Se ubica en un entorno privilegiado: un islote del  lago Oeste. El entorno es precioso.

La atracción principal de la Pagoda Tran Quoc es el jardín de las pagodas budistas. Lo primero que se ve es la imponente estupa hexagonal de loto, rodeada de muchas hermosas estatuas de Buda. Hay también muchas plantas y árboles entre los que destaca el árbol Bodhi  (un tilo) que  es el más especial porque fue trasplantado de la ciudad natal de Buda y debido a ello es muy respetado por los peregrinos. La gente de Hanoi considera este árbol como el tesoro de la pagoda.

A continuación volvemos al centro de la ciudad, al  teatro Thang Long, justo frente al lago Hoan Kiem, para asistir al espectáculo de marionetas acuáticas que, pese a estar lleno de turistas, merece mucho la pena porque es algo muy original.  La destreza de los que mueven las marionetas es asombrosa y la música y cantos en directo le dan un toque muy especial.

Las marionetas de agua de Hanoi ofrecen un acercamiento a la cultura local a través de la música popular y del arte, todo ello contado con la ayuda de pequeñas historias en las que los títeres son los protagonistas. Este espectáculo lleva representándose desde hace 10 siglos. Las marionetas se fabrican de forma artesanal y en su elaboración se usa madera de higuera porque es liviana y puede flotar en el agua, cosa que es básica en este espectáculo. Una actividad, en nuestra opinión, muy recomendable en la ciudad.





Salimos casi a la hora de cenar cosa que hicimos en un restaurante local cerca del teatro. Desde ahí nos encaminamos, dando un paseo de casi una hora, hasta la archifamosa  calle del tren, una zona por la que un tren de vía única  atraviesa el estrecho casco histórico de la ciudad y que es todo un espectáculo. El barrio, antaño deprimido y marginal,  se ha llenado de pequeñas cafeterías que desaparecen en un momento para dejar pasar el tren. Dejo el link de la mejor dirección para acceder a la calle:    https://maps.app.goo.gl/ckjpb8qHrxtnQ8Ws5?g_st=ic 

El horarios se puede consultar en internet y en una pizarra en el exterior de una de las cafeterías, pero es:

- Todos los días: A las 6 y 6:15 por la mañana, y a las 19:00 y 21:10 por la noche. Los fines de semana el tren tiene más frecuencias: 8:46, 9:17 y 11:25 por las mañanas, y 15:20, 17:30, 18:15, 19:10 y 21:10 por las tardes.

Tras ver pasar el tren en ambas direcciones degustando unos cafés de huevo y agua de coco volvemos al centro en coche (con Gang, una app similar a Uber)

Damos un paseo por el mercado local del fin de semana que está cerca del hotel y nos retiramos a descansar.


Sábado, 18 de noviembre  CRUCERO BAHÍA DE HALONG

Tras el desayuno partimos para conocer uno de los platos fuertes del viaje: la bahía de Halong, patrimonio natural de la Humanidad desde 1994.

Desde Hanoi, por autovía, tardamos 3 horas en llegar, aunque sobre el papel parece que no esté tan lejos (172 kms.).

Al llegar al puerto sacamos los billetes y, tras una corta espera, llega nuestro capitán y nos dirigimos al embarcadero donde nos espera un barco exclusivo para nuestro grupo de 26 personas, por lo que contamos con muchísimo espacio.  Nos acoplamos en las mesas mientras soltamos amarras en dirección a las tranquilas aguas de la bahía y en cuanto nos dan permiso todos salimos al exterior a contemplar las vistas: impresionantes.

La bahía de Halong (literalmente “dragón descendente”) forma parte del golfo de Tonkín, está situada en el Noreste de Vietnam y consta de 1969 islas e islotes que se extienden sobre una superficie total de hasta 1553 km2. Es un bien natural original y único del mundo.

A continuación se sirve a bordo una comida a base de pescado y marisco (nada del otro mundo) para después continuar navegando entre las curiosas formaciones de caliza que conforman este pintoresco paisaje y que invita a hacer fotos sin parar ya que, la verdad, es espectacular.

Tras un buen rato de navegación desembarcamos  en uno de los islotes para visitar dos grandes cuevas con estalactitas y estalagmitas a las que se accede por unas escaleras de 200 escalones que serpentean entre un abrupto y empinado terreno.

Finalizada la visita volvemos al barco que nos trasporta hasta otro islote en el cuya cima hay un mirador con vistas fabulosas de toda la bahía..

Nosotras nos quedamos dándonos un baño en la playa mientras que los chicos ascienden a la cumbre para contemplar las vistas que dejan sin habla. El agua está muy buena, pero la zona está acotada y no se puede nadar a más de unos metros de la orilla.

Pasamos una tarde fantástica. Al atardecer volvemos al barco y emprendemos la vuelta a puerto. Cae la noche y contemplamos absortos cómo se pone el sol desde cubierta. Fantástico. 

Este espectacular enclave natural tiene una parte negativa que es que está siendo destrozado por el turismo de masas (creo que va a suceder aquí algo similar a lo que ocurrió en Tailandia con la famosa playa Maya Bay, que hubo que cerrarla. Nosotros la vimos antes de eso y ya estaba muy, muy deteriorada por los miles y miles de turistas y barcos que la recorrían cada día). Pues bien, en la Bahía de Halong ocurre algo similar; parece una romería de turistas y de cruceros que atracan en sus aguas. Un horror. En breve todo se destruirá si no restringen el acceso. 

En el siguiente vídeo se ve perfectamente esta maravilla natural, pero también la enorme cantidad de barcos en ella:

 


Domingo, 19 de noviembre HOIAN

Hoy nos levantamos a las 04:45 ya que nos recogen a las 05:30 para tomar un vuelo a Danang. Nos dan una bolsa de picnic de desayuno que nos tomamos en el bus y volamos a Danang, donde llegamos temprano para tener tiempo de visitar lo más relevante de la ciudad.

Comenzamos por las Montañas de Mármol, un paraje muy interesante formado por cinco formaciones de roca caliza y mármol que son fácilmente visibles desde lejos debido a su tamaño y elevación, y que deben su nombre a los cinco elementos de la naturaleza, según la filosofía tradicional china: Hoa Son (fuego), Kim Son (metal), Tho Son (tierra), Thuy Son (agua) y Moc Son (madera); todas son visitables excepto la de Madera. Estas formaciones son famosas  por las construcciones religiosas que se han realizado en ellas,  convirtiéndolas en terreno casi sagrado.

Nosotros visitamos la Montaña del Agua, un lugar espectacular. Es la más grande, con 15 hectáreas, y está formada por varias cuevas en las que se han construido santuarios hindúes y budistas, pagodas, jardines y dos espectaculares miradores. Una maravilla.

Para acceder a la montaña hay dos entradas y un ascensor (de pago) que nosotros utilizamos ya que, una vez arriba, hay que subir numerosas escaleras más y puede resultar muy duro; para bajar, es mejor  hacerlo paseando por uno de los preciosos caminos escalonados que discurren entre jardines y esculturas. Hay que comentar que en Vietnam los escalones de la mayoría de monumentos son muy altos; cosa rara teniendo en cuenta que los vietnamitas son bastante bajos.

Ya en la montaña encontramos senderos, escaleras, jardines, puertas, pagodas cuevas que albergan altares en su interior y un sinfín de estatuas de mármol de budas, animales, peces, dioses… por todo el recinto. Destaca un inmenso dragón en uno de los senderos de bajada.

Y la llamada “Puerta del cielo”, una escalera ascendente, complicada, que conduce hasta el mirador de Vong Hai Da, el punto más elevado de la montaña, desde el que se hay unas vistas impresionantes. (OJO: Hay que llevar calzado adecuado porque el último tramo de la subida es muy complicado ya que  no hay escalones y hay que trepar por  grandes rocas).

Puerta del Cielo

La verdad es que todo el espacio es extraordinario y es una visita que merece muchísimo la pena.

Terminado el recorrido tomamos el bus para llegar el Museo  de Escultura Champa que contiene la mejor muestra de este tipo de obras del mundo. El museo fue inaugurado en 1919 y ampliado posteriormente en dos ocasiones (años 30 y en 2020).

La verdad es que este museo nos ha decepcionado un poco ya que el estado de conservación del edificio es deficiente (humedades por todas partes), y hay bastante diferencia entre las zonas nuevas y la parte vieja; no obstante, las esculturas que exhibe son una maravilla.

El museo presenta una gran colección fruto de excavaciones champas realizadas a finales del siglo XIX por arqueólogos franceses, una gran variedad de objetos esculpidos en particular sobre ladrillo, bronce y arenisca, que constituye un panorama de grandes hitos artísticos Champa que datan del siglo VII al XV. Las esculturas que representan monjes, dioses, diosas o incluso animales sagrados resaltan las concepciones mixtas entre el budismo y el brahmanismo, las dos grandes religiones se asocian a esta civilización.

El museo no es muy grande y se recorre en poco tiempo (si no eres un experto) así que nos sentamos en un banco del jardín exterior a tomar una bebida antes de partir hacia la playa de Non Nuoc, que con sus 5 km. de arena es bastante famosa entre los vietnamitas como lugar de vacaciones. La zona está repleta de hoteles y restaurantes.

Damos un paseo por ella y hacemos unas fotos hasta la hora de la comida. Almorzamos en Ann Home, un local muy, muy recomendable tanto por precio como por calidad, limpieza y atención.  https://www.facebook.com/AnnHome.01AnHai3/.  El pescado fresco a la plancha es fabuloso.

Finalizada la comida emprendemos el camino hacia Hoi An, la próxima ciudad de nuestro viaje, que se encuentra a 42 km. de Danang.  Al llegar a Hoi An nos acomodamos en el hotel Aurora Riverside 4* (Ver mi crítica en Tripadvisor:  https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g298082-d648871-r927822859-Aurora_Riverside_Hotel_and_Spa-Hoi_An_Quang_Nam_Province.html )  y, tras descansar un poco, pedimos un coche y nos acercamos a la ciudad antigua que, podemos adelantar,  es lo que más nos ha gustado de Vietnam junto con Halong.

Hoy An es  la ciudad más colorida y pintoresca de Vietnam, conocida en todo el mundo como la ciudad de los farolillos (linternas) de papel.

Antes de la cena paseamos un rato por la orilla del río, recorriendo el mercado nocturno que se monta todas las noches justo a la entrada del casco antiguo y que tiene muy buen ambiente con puestos de comida y souvenirs. Nos adentramos a continuación por  callejuelas del casco antiguo que son preciosas, con tiendas coquetas y restaurantes y cafés muy acogedores.

Hemos vuelto sobre nuestro pasos para llegar a cenar a la hora en que habíamos reservado en un encantador restaurante junto al río, en una terraza llena de farolillos:  Faifoo Central Restaurant (valorado con 5 en Tripadvisor), un local muy agradable con buena comida, excelente atención y muy bien de precio. https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g298082-d26663624-Reviews-Faifoo_Central_Restaurant-Hoi_An_Quang_Nam_Province.html

Después de cenar continuamos recorriendo la zona que no deja de maravillarnos. Al llegar al final del mercado nos damos cuenta de que todo se ha inundado y es imposible pasar por la ribera lo que nos obliga a adentrarnos por calles paralelas para llegar al puente.  Es curioso ver cómo con la marea el río se desborda e inunda todas las calles de alrededor.

Como ha dejado de llover, decidimos coger una típica barquita de madera y dar un paseo por el río (algo que hacen todos los turistas aquí). Es mejor contratar directamente con los barqueros y eso es lo que hemos hecho. Por unos pocos euros hemos conseguido un paseo de 20 minutos además de las típicas linternas con forma de flor de loto que, según marca la tradición, hay que depositar sobre el agua. 

El paseo por el río, con las luces de los miles de farolillos de las orillas iluminando la oscuridad y reflejándose en el cauce, es algo inolvidable. Cuando nos hemos alejado de la orilla hemos depositado nuestras linternas sobre el agua después de pedir un deseo, viendo absortos cómo las tenues lamparillas se alejaban flotando de nosotros.

Al finalizar hemos atravesado el precioso puente An Hoi Bridge (Chùa Cầu Hội An), un puente peatonal que, sin ser maravilloso, es un lugar increíble para contemplar el ir y venir de las barcas y el ajetreo de la gente. En la margen izquierda hay una zona de copas, llena de locales con “mucha marcha” y repletos de gente. Hemos dado otra vuelta por esa zona  y hemos regresado al hotel. La primera impresión de Hoi An no puede haber sido mejor.


Lunes, 20 de noviembre        HOI AN 

Hoy dedicamos la mañana a recorrer la ciudad antigua de Hoi An en una visita guiada (cuando no se tiene mucho tiempo, las visitas guiadas son una muy buena opción para no perderse nada).

Hoi An,  ciudad  declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1999, es conocida en todo el mundo por sus farolillos de papel, introducidos en el siglo XVI por los japoneses (que los heredaron de los chinos mucho antes) y que se hicieron populares entre los lugareños como elementos decorativos y de buena suerte: no en vano, esta ciudad tiene las tiendas de farolillos más vistosas del mundo (tanto es así que en algunas de ellas cobran 1€ por hacerse una foto, dada la enorme cantidad de turistas que las invaden sin comprar nada ,solo para fotografiarse en ellas)

El casco antiguo, lugar donde vietnamitas, japoneses y chinos convivían y comerciaban, se conserva intacto desde su origen ya que, por suerte, no sufrió daños en la guerra. Las casonas o los antiguos almacenes junto al río hoy son en su inmensa mayoría restaurantes, bares, tiendas de artesanías, como las de sus famosos farolillos y sobre todo, muchas, muchísimas sastrerías donde confeccionan en tiempo récord cualquier modelo o traje; no obstante, la ciudad mantiene todo el encanto del pasado.

Lo primero que nos llama la atención es que la ciudad parece totalmente diferente de día que de noche, aunque bella a rabiar en ambos momentos. Todo el centro es peatonal y solo pueden acceder a él bicicletas lo que lo hace muy agradable; además no es muy grande por lo que es fácil recorrerlo a pie.









Nada más llegar nos dirigimos a la zona del río donde hacemos unas fotos preciosas. además sin mucha gente. El puente peatonal An Hoi Bridge (Chùa Cầu Hội An) que vimos anoche es aún más bonito por el día,

Nuestra primera visita debía ser el puente japonés, construido, como su nombre indica, por los japoneses para unir los barrios chino y japonés de la ciudad pero no pudimos verlo porque estaba todo cubierto por restauración, así que nos dirigimos a visitar una casa tradicional: la casa de Tan Ky. La vivienda consta de cuatro habitaciones, todas pequeñas y sin ventanas, pero irradian serenidad y están llenas de hermosas antigüedades. Estas antigüedades están hechas principalmente de madera; además, se pueden admirar magníficas cerámicas. Las cuatro habitaciones que componen la casa tienen cuatro objetivos diferentes. Uno es para los comerciantes, otra es la sala de estar, el patio y el dormitorio. Es posible visitar las tres primeras habitaciones pero no el dormitorio.

A continuación nos dirigimos al Museo de la Medicina Tradicional, inaugurado en el 2019, y ubicado en una casa antigua de arquitectura típica de Hoi An. En él se exhiben unos doscientos objetos originales y una serie de otros objetos reconstruidos  así como documentos relacionados con la medicina tradicional en general y la práctica de esta profesión. Con seis salas de exhibición, el Museo recrea una tienda de medicina tradicional, en que los visitantes pueden observar cada fase de realizar este trabajo tales como la consulta, el diagnóstico así como el proceso de elaborar, exponer, preservar y procesar de algunas hierbas medicinales.

Justo enfrente de este museo se encuentra el Museo de Cultura Popular, también muy interesante. Está ubicado en la casa antigua más grande del casco viejo construida íntegramente con madera, y cuenta con dos patios centrales que sirven como conexión entre las actuales salas de exposición del museo que se organiza en dos pisos y en ellos se exhiben objetos relacionados con las profesiones tradicionales, instrumentos musicales…

Desde ahí nos dirigimos a visitar el edificio más bello y llamativo de la ciudad: Hội quán Quảng Đông, la Asamblea CantonesaSe trata de un lugar construido a fines del siglo XVII y el XVIII por el pueblo chino, dedicada al general Quang Dong, un personaje del siglo III considerado una divinidad por el taoísmo.

El exterior de la asamblea se parece mucho a una pagoda. En su interior hay llamativas estatuas de dragones y, cerámicas, tapices, relieves…, además de un altar con una figura del general chino.

La casa también posee un extraordinario jardín  interior con una llamativa fuente de un dragón, relieves de cerámica y unos coquetos puentecitos.  

Conocido en vietnamita como Phuc Kien, el salón de asambleas de Fujian (ciudad de China continental) se creó como un lugar en el que los residentes chinos de Hoi An provenientes de Fujian tuvieran un lugar propio donde reunirse y socializar. Es el mayor y el más importante de los cinco salones de este tipo que se conservan todavía en la ciudad de Hoi An

Construido alrededor de 1690, originalmente el salón de actos de Fujian se concibió como una pagoda vietnamita dedicada a Buda, que posteriormente se decidió vender a los comerciantes chinos que residían en la ciudad de Hoi An. Estos emprendieron la restauración de la pagoda en un estilo típico Chino de la época que ha perdurado hasta nuestros días, convirtiéndose en todo un icono arquitectónico.

El lugar es impresionante. Una visita imprescindible.

El resto de la mañana lo dedicamos a recorrer la zona pese a que una leve llovizna lo que le aporta un aire, si cabe, más romántico. Es una ciudad cuya belleza impacta. 

Para descansar un poco hacemos una parada en un precioso café muy recomendable: Hoi An Roastery (http://hoianroastery.com/) para degustar algunas de las especialidades cafeteras como el café al huevo o el café salado. Delicatessen.

Damos unas vueltas por las calles y las tiendas deleitándonos con lo que en ellas se ofrecen y lo bien puestas y con gusto que están.

Terminado el recorrido, bajamos al río y hacemos unas fotos.

Desde ahí nos dirigimos dando un paseo y atravesando el mercado a comer a un restaurante junto al río.

Nos detenemos un rato entre los puestos llenos de olores y colores diferentes antes de continuar hacia el restaurante.

El restaurante donde hemos comido es un local que también vamos a recomendar tanto por el entorno y la decoración como por la comida y la atención: Dao Tien Restaurant (http://www.thedaotien.com/)




Terminada la comida partimos hacia otro destino famoso que teníamos muchas ganas de conocer: el Golden Bridge o puente de las manos, que es el puente más fotografiado en Instagram.

El puente dorado se ha convertido en la mayor atracción del parque temático de Sun World Ba Na Hills, enclavado en la cima de una montaña  a la que se accede en el teleférico más largo del mundo ( 5 km.) 

Según nos han informado los propios vietnamitas, este proyecto (el parque) no ha estado exento de polémica ya que ha supuesto la destrucción de un entorno natural con fines turísticos y lucrativos a manos de varias empresas poderosas. En fin…

Al bajar del bus subimos al teleférico y, según ascendíamos, nos íbamos viendo rodeados de una espesísima niebla que, para nuestra desgracia, no se disipó. Al llegar al famoso puente no se veía absolutamente nada salvo un poco los dedos gigantescos. Una pena. ¡con las ganas que teníamos de estar ahí!

El puente es básicamente una estructura peatonal volada de 150 metros de largo por 5 metros de ancho. Lo más impactante son las manos gigantes de piedra que simulan estar elevándolo del suelo, a modo de regalo.

Cruzamos el puente, sin ver nada apenas, y damos una vuelta por el entorno repleto de esculturas de partes del cuerpo para, después, volver a coger otro teleférico que lleva a la cumbre donde se encuentra el parque temático, un complejo a más de mil 500 metros de altura que combina templos budistas, una réplica de una villa francesa (con réplicas de Notre Dame,  del Moulin Rouge o de las fuentes de Versalles), pagodas, estatuas gigantes, templos, una recreación de un parque jurásico, juegos mecánicos y jardines temáticos.

La verdad es que debe de ser precioso, pero no pudimos ver casi nada debido a la densa niebla que lo cubría. Dimos una vuelta, cenamos en un restaurante (buffet libre con comida bastante buena y espectáculo de música en vivo) y volvimos a tomar el teleférico de vuelta al bus.

 


Martes, 21 de noviembre  HUE 

Tras el desayuno a las 06:30  salimos hacia Hue a través de Danang. Llegamos al hermoso valle de Hai Van Pass, límite geográfico y psicológico entre el norte y el sur de Vietnam. El pico del paso de la montaña yace perpetuamente envuelto en nubes, pero nosotros pasamos por el túnel así que no lo vimos.

De camino hacemos una parada en un pequeño pueblo de pescadores dedicados al cultivo de ostras donde visitamos una de las empresas que se dedican a la ostricultura. Nos explican el proceso para provocar la perla y los tipos de perlas que existen. Nos compramos unos colgantes de perlas, tomamos café, hacemos unas fotos y seguimos camino hacia Hue, la última capital imperial de Vietnam. La ciudad era antiguamente conocida como Thah Hoa que significa “paz”.


Al llegar nos dirigimos, en primer lugar, a la Ciudad Imperial, que nos recuerda en cierto modo la de Pekín. La ciudadela tiene una muralla de 10 Km de perímetro y  2 mt. de ancho rodeada con un gran foso.  Al recinto se puede acceder por 10 puertas pero nosotros lo hicimos por la principal, la Puerta de Ngo Mon, que es impresionante y da una pista de las maravillas que alberga el interior el cual se divide en varias áreas.

Nada más traspasar la puerta ya se divisa al fondo el Palacio de Thai Hoa (Palacio de la Armonía Suprema), una imponente sala con 80 columnas talladas y lacadas en color rojo escarlata en la que se celebraban las recepciones oficiales del emperador así como las ceremonias.

Para llegar al palacio se cruza el Puente Trung Dao, o de las Aguas Doradas, que atraviesa un lago artificial repleto de flores de loto. Delante del palacio se extiende la Explanada de los Grandes Saludos, donde los mandarines asistían a las ceremonias de la corte, un gran patio con dos enormes calderos de bronce. A ambos lados del mismo se encuentran las Salas de los Mandarines, unos edificios alargados donde los mandarines se preparaban para las ceremonias.


Puente Trung Dao

Además hay otros muchos templos, residencias, espacios varios, jardines y estanques como, por ejemplo,  el Templo de To Mieu, el Templo Hung Mieu,  la Ciudad Púrpura Prohibida (que está casi destruida y están rehabilitando), la Librería Real o Pabellón de Lectura y la Residencia de Dien Tho (el lugar donde vivían muchas reinas madre) 



Finalizada la visita nos dirigimos a un restaurante para comer: 
Y Thao Garden. Un local muy, muy recomendable y además precioso. Está ubicado en una casa tradicional con unos bellísimos jardines. Se encuentra pagado al recinto de la propia Ciudad Imperial y merece mucho la pena porque, además del maravillosos entorno, los platos estaban exquisitamente presentados y la comida, riquísima. (https://www.tripadvisor.co/ShowUserReviews-g293926-d1121818-r252503185-Y_Thao_Garden-Hue_Thua_Thien_Hue_Province.html) 

Por la tarde tomamos el bus de nuevo para visitar otro punto de interés: el Mausoleo del emperador Tu Duc, a 8 km. de la ciudad, un enorme complejo de 10 hectáreas con un lago incluido. Fue construido antes de que muriese el emperador que se escapaba de la ciudad para disfrutar del lago y alrededores con sus concubinas o para componer poesía o ir de caza ya que es como un parque lleno de lagos, colinas, estructuras rodeadas de exuberantes arboledas, pabellones y palacios. Está rodeado por una pared octogonal de piedra donde hay una zona de templos y otra de tumbas; incluso hay un teatro.

Desde la impresionante puerta de entrada, se bordea el Iago Luu Khiem para llegar a la izquierda a una primera e impresionante escalera que conduce al Palacio de la Modestia. Detras hay un patio alrededor del cual se pueden ver los apartamentos privados imperiales; a la izquierda, el comedor y, a la derecha, el teatro imperial, enteramente de madera. Bordeando el Iago, a continuacidn se llega a la tumba



Una de las zonas más bonitas es la del lago Luu Khiem con una preciosa construcción en madera sobre él , el pabellón Xung Khiem.

El horario de visita de la tumba es de 7:00h – 11.30 y de 13.30h – 17.30h

Desde aquí nos dirigimos hacia la zona del río del Perfume (a dos kms. del mausoleo) junto al que se encuentra la pagoda más famosa y antigua de Hue y uno de los lugares de mayor culto, la Pagoda de Thien Mu (de la Dama Celestial). Esta construcción destaca por su  alta torre octogonal de 7 pisos que evoca las 7 reencarnaciones de Buda. A cada lado hay dos pabellones más pequeños. 

El pabellón de la derecha alberga la estatua de mármol de una tortuga, símbolo de la longevidad, que lleva en su espalda una estela que cuenta la historia de la pagoda. El de la izquierda, una campana gigante de bronce. El complejo es bastante grande, pero se hacía de noche y queríamos dar un paseo por el río por lo que no hemos tenido tiempo de verlo en su totalidad.

Como la pagoda se halla en un montículo junto al muelle, bajamos y tomamos una de las típicas y coloridas barcazas de madera para dar un paseo relajante surcando las aguas del río. Muy agradable y tranquilo.

Para finalizar la visita de Hue  nos acercamos al mercado de  Dong Ba con idea de dar una vuelta por él, pero están cerrando y no podemos verlo en pleno apogeo. Volvemos al centro, cenamos en una pizzería y nos vamos al aeropuerto para tomar el vuelo hasta nuestro próximo destino: Saigón (actual Ho Chi Min)

Al llegar nos vamos directamente al hotel a descansar, en esta ocasión nos hemos hospedado en Hotel Acnos (Ver mi crítica en Tripadvisor: https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g293925-d797239-r927786818-Acnos_Hotel-Ho_Chi_Minh_City.html


 Miércoles, 22 de noviembre      HO CHI MIHN (Saigón)

Tras el desayuno hemos comenzado  un recorrido por la  ciudad (en la que solo vamos a estar un día) que empieza visitando el antiguo Palacio de la Reunificación que antes era conocido como Palacio de la Independencia (desde que Vietnam se independizó de Francia hasta 1975).

Según las crónicas, a las 10:45 del 30 de abril de 1975, un tanque con el número 843 embistió la puerta auxiliar del Palacio de la Independencia (el tanque se puede ver en el jardín) y a las 11:30 del mismo día, una bandera del Frente de Liberación Nacional del Sur de Vietnam ondeaba orgullosamente en la azotea del palacio, poniendo fin a 30 años de guerra. En noviembre de 1975, después de concluidas las negociaciones sobre la unificación del norte y el sur, el Gobierno Revolucionario Provisional cambió su nombre por Palacio de la Reunificación. Hoy en día, el Palacio de la Reunificación es uno de los lugares más fascinantes de Ciudad Ho Chi Minh, debido a su impresionante arquitectura y sus valores históricos

La construcción de este peculiar edificio se inició en 1962 finalizando 4 años después, y se ubicó en el mismo lugar donde se levantaba el Palacio de Norodom del siglo XIX.

Al concebir el palacio, el arquitecto quiso que tuviera un significado cultural, y tanto el interior como el exterior fueron diseñados con características tradicionales y modernas. Por esta razón, el Palacio evidencia una armonía de las características arquitectónicas modernas y orientales. El edificio es un magnífico ejemplo de la arquitectura de 1960: espacioso y abierto, con cámaras amplias y elegantes decoraciones modernas. Fue construido con la forma del carácter chino ¨Cat", que significa buena suerte.

La singular arquitectura del Palacio se aprecia claramente en el sistema de ventilación y las ventanas que dejan entrar luz del sol, que fueron labradas como cortinas de bambú con elegantes secciones, que rodean la parte delantera del segundo piso.


(https://www.vietvisit.com/saigonvisit3es/)

El edificio consta de tres plantas principales, dos entrepisos, dos sótanos y un helipuerto. Hay más de 100 habitaciones, como un camarote, una sala del Consejo del Gabinete, salas de reuniones y de trabajo para el presidente y el vicepresidente, sala para la presentación de credenciales , sala para la recepción de las delegaciones extranjeras… que fueron decoradas de formas diferentes, dependiendo del uso. Dispone también de otros muchos sitios, como un lago semicircular de loto, la zona donde residía el Presidente y su familia, dos corredores que conducen a la sala principal y almacenes.

En la parte superior hay una azotea, que se puede visitar, donde se encuentra el helipuerto.

Lo que más nos ha gustado, sin embargo, han sido los bunkers donde se conservan intactos todo los instrumentos y aparatos de comunicación. Es muy, muy interesante. 

Finalizada la visita del palacio nos dirigimos al Museo de la Guerra que es, en mi opinión, uno de los museos de este tema mejores del mundo. La verdad es que impresiona todo lo que se exhibe en él (testimonios gráficos y físicos) y hay que decir que la visita es muy dura y hay gente que no puede soportar contemplar la evidencia de los horrores que allí se exponen y que se produjeron durante esta guerra.

El recinto consta de un edificio y un gran patio exterior en el que se exponen piezas de artillería, maquinaria de guerra pesada y cosas realmente grandes (tanques, aviones…) que fueron requisadas por el ejército del Vietcong al ejército americano.

El edificio en sí tiene dos plantas. La planta baja se dedica a exponer la situación de preguerra y las reacciones de la prensa y medios internacionales cuando se acercaba en conflicto. En ella se pueden ver artículos, fotos y carteles de medio mundo mostrando el apoyo a los líderes comunistas de Vietnam.

La planta primera es la más impactante, especialmente las salas dedicadas al “uso del Agente Naranja” y sus consecuencias en la población y las “atrocidades americanas en la guerra”

El “agente naranja” era un potente herbicida, y un arma química muy cancerígena, que usó el ejército americano para eliminar la vegetación en zonas de selva y poder entrar mejor a combatir, lanzando, en 10 años, más de 44 millones de litros del herbicida que comportaron atroces consecuencias en la población y en sus descendientes; de hecho, se estiman entre 2 y 5 millones de afectados directos, entre población vietnamita y el propio ejército americano.

Esta sala es espantosa y no deja a nadie indiferente.

Justo enfrente se encuentra la segunda sala más perturbadora del museo que recoge  las atrocidades cometidas por el ejército americano contra el pueblo vietnamita Expone documentos, armas, etc, pero especialmente fotografías. Lo más increíble de todo es que, la mayoría de las fotos las tomaron fotoperiodistas americanos que iban con las tropas de EEUU.

Las imágenes son durísimas y más si se leen los pies de foto. Impactante.

Hay una parte bastante dantesca dedicada a la matanza de My Lai, en la que el ejército americano masacró a un pueblo entero de 500 personas que eran campesinos. También hay una parte dentro de esta exposición dedicada a otras salvajadas que cometió el propio ejército de Vietnam del Sur.


Por supuesto, en esta sala,  se puede ver la famosísima fotografía que el fotorreporteros Nick Ut tomó cuando se encontraba en una carretera con su cámara y vió aproximarse corriendo a Phan Thị Kim Phúc, quemada y sin ropa, tras el ataque de EEUU a un grupo de civiles sobre el que arrojó una bomba de napalm. Esta instantánea, que le valió el premio Pulitzer, es una de las fotos de guerra más conocidas en el mundo. (¨La niña del napalm¨)

 

En la segunda planta se puede ver una colección de objetos donados por asociaciones americanas de veteranos, desde medallas hasta uniformes y muchas otras cosas. No es muy interesante.

La verdad es que cuando abandonamos el museo nos sentíamos bastante mal y, para olvidar un poco todo este horror, dimos un paseo por el centro de la ciudad contemplando algunos de sus edificios más interesantes, casi todos de la época colonial en la zona francesa, como la catedral de Notre Dam (réplica de la de París), el edificio de Correos (que aún continúa en funcionamiento), el Hotel de Ville (Ayuntamiento), la calle Dong Khoi  (la antigua Rue Catinat) o la Casa de la Ópera, frente a la que una pareja de recién casados se hacía el reportaje fotográfico de boda. Todos espectaculares.


Edificio de Correos

La Ópera


Ayuntamiento


Nguyen Hue Music Fountain

Finalizado el recorrido nos dirigimos a un restaurante para comer, bastante bien, por cierto. Su nombre es Star Anise (https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g293925-d11616048-Reviews-Star_Anise_Saigon-Ho_Chi_Minh_City.html) No es muy grande y tiene planta superior. La comida es vietnamita y riquísima.

El resto de la tarde lo pasamos haciendo compras en el famoso Mercado Central Ben Thanh Market, el paraíso de las falsificaciones, hasta la hora de recogida para trasladarnos al aeropuerto y embarcar rumbo a Madrid, vía Estambul.




 Jueves, 23 de noviembre 

Llegamos a Estambul a las 05:35 y despagamos hacia Madrid a las 07:55 donde llegamos puntualmente a las 10:25.

Como nuestro tren hacia Albacete no salía hasta las 17:00, aprovechamos la mañana para, después de tomar un buen café, visitar un lugar que teníamos ganas de conocer: La Ópera Galllery (https://www.operagallery.com/ , una galería internacional de arte moderno (de exposición y venta) que ha inaugurado su sede en España en mayo de este año. Se ubica en el barrio de Salamanca en una casa antigua de 3 plantas y cuenta con 7 salas de techos altísimos y 1000 m2 de superficie total. En la planta baja destaca la moderna escalera de caracol que da acceso a la planta superior.

La galería, fundada en 1994 por Gilles Dyan, tiene como objetivo exponer y vender  obras de maestros y artistas contemporáneos en casi todos los medios (pintura, dibujo, escultura, instalación, fotografía y video) y actualmente cuenta con sedes en ciudades clave para el mundo del arte como París y Singapur (las dos primeras), Nueva York, Miami, Miami Bal Harbour, Aspen, Londres, Mónaco, Ginebra, Dubai, Beirut, Hong Kong o Seúl.

En esta ocasión se exponían obras de diversos artistas bajo el lema “Colours”, que profundiza en la esencia del color, yendo más allá de su mera presencia física para explorar su profundo impacto con obras, entre otros, de Miquel Barceló, Amoako Boafo, Marc Chagall, Sam Francis, Juan Genovés, Joan Miró, Pablo Picasso, Antonio Saura, Turi Simeti, Pierre Soulages, Frank Stella, Hiroshi Sugimoto o Antoni Tàpies.

Nos ha gustado muchísimo. Merece la pena una visita, y además las chicas que la atienden, tanto en recepción como en la primera planta, son encantadoras.

Tras la visita damos una vuelta por el barrio y nos dirigimos a Chamartín para comer en un restaurante frente a la estación donde habíamos reservado; se trata de un local muy agradable llamado Machico  https://www.machicorestaurante.com/ ucon terraza cubierta y con buenos platos a muy buen precio (Menú del día 14,20)

A las 17:00 tomamos el tren que nos lleva de regreso a casa donde llegamos puntualmente.

 

                                               Resumen del viaje: ¡NO CABE MEJORÍA!

 

A continuación incluyo algunas notas sobre Vietnam que considero interesantes para los viajeros:

- El tráfico es absolutamente caótico. No se respeten ninguna de las señalizaciones, incluso pueden circular en dirección contraria incluso en autovías. Hay millones de motos (por ejemplo, en Hanoi hay 10 millones de personas, 8 millones de motos y 2 de coches) y lo más chocante es que las aceras no son para los peatones sino para aparcar las motos; las personas circulan por la calzada.

Cruzar una calle o avenida es un deporte de riesgo; no  obstante, el truco es “no mirar” y “no correr” ya que son ellos te esquivan. Por otro lado, Hacen sonar el claxon continuamente como forma de aviso; el que pita es el que pasa. Por ello no es nada recomendable alquilar un vehículo y conducir, al menos en las ciudades.

- Para moverse por las ciudades se utiliza una app, similar a Uber, llamada GANG que funciona de maravilla. Es la que hemos usado nosotros cada vez que queríamos desplazarnos.

- Hay algunas delicias culinarias que no se deben dejar de probar como el típico “café al huevo”, muy parecido al “frappé” pero hecho con la yema del huevo batida. Es riquísimo. O el “salted coffee”, un café con regusto salado.

- Finalmente hay que destacar que Vietnam es un reconocido productor de seda. Este tejido es magnífico y pueden confeccionar cualquier prenda en unas pocas horas (incluso las llevan al hotel) y resulta muy económico.


  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS