ÚBEDA, BAEZA Y JAÉN (Diciembre, 2021)


E
ste año, y ante la imposibilidad de irnos más lejos por problemas de COVID y de familia, hemos hecho una escapada de 5 días a dos ciudades patrimonio de la humanidad desde el año 2003: Úbeda y Baeza.


 Viernes, 3 de diciembre

Salimos de Albacete con buen tiempo sobre las 15:00 y, aunque no hay muchos km. hasta Úbeda, donde tenemos el alojamiento, tardamos bastante ya que la carretera de Jaén está en obras perpetuas desde hace 20 años; y, como añadido, llevamos el sol de frente atardeciendo y a punto estuvimos de tener que parar porque no se veía la carretera con continuos desvíos.
En fin, llegamos sin más problemas sobre las 18:30 y nos instalamos en nuestra encantadora casita rural La casería de Tito (ver crítica en Tripadvisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g580278-d1045143-r823019368-La_Caseria_de_Tito-Ubeda_Province_of_Jaen_Andalucia.html), en una pequeña localidad junto a Úbeda llamada San Bartolomé.




El alojamiento tenía una chimenea en el salón y resultó muy agradable, con el frío que hacía, sentarse en las butacas junto al fuego. Eso hicimos hasta la hora de cenar: fotos y relax.

A las 20:00, siguiendo las indicaciones de Macarena, nuestra anfitriona, nos acercamos a un restaurante cercano, La Recta, donde cenamos de maravilla: muy recomendable, comida riquísima, lugar muy estiloso y trato estupendo. Se puede cenar solo con las tapas que acompañan a la bebida.
https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g2449449-d13826671-Reviews-Restaurante_La_Recta_Aguasblanquillas-Torreperogil_Province_of_Jaen_Andalucia.html

Sábado, 4 de diciembre. BAEZA
 
Tras un espectacular desayuno en nuestra casa rural, emprendemos el camino hacia Baeza que se encuentra a muy poca distancia.
Siendo, como somos, de Albacete, no podemos dejar de mencionar a uno de los hombres más relevantes de la zona, el arquitecto albaceteño (de Alcaraz, concretamente) Andrés Vandelvira que construyó numerosísimos e importantes templos, palacios y monumentos en la provincia de Jaén como la catedral de la capital así como la de Baeza..
En Baeza, casi todo el centro urbano es peatonal y los parking de pago pero hemos encontrado una zona por el Paseo de la Muralla, justo detrás de la catedral, donde hay bastante sitio y unas vistas fabulosas del campo jienense.





Comenzamos por visitar la catedral (6€) a la que se entra por la puerta de la Luna (por el leteral)
La visita es bastante interesante y con el ticket se entrega un código QR para escanearlo con el móvil y descargar en él la audioguía. Las nuevas tecnologías al servicio del turista!!
El lugar que ocupa la Catedral de Baeza, impresionante, cuenta con una historia que se remonta al siglo VII, cuando se convirtió en sede episcopal visigoda, posteriormente transformada en territorio musulmán y devuelta a los reinos cristianos tras la conquista de la ciudad por Fernando III el santo en el año 1227.





Fue en la Edad Media cuando acogió la lápida sepulcral de San Pedro Pascual, martirizado en Granada en el año 1300. Sus restos descansaron sobre la Puerta de Luna, aunque actualmente se encuentran en el interior del templo.
La Puerta de la Luna es uno de los elementos más antiguos del templo, con su característico arco polilobulado del siglo XIII. Sobre él, resalta el rosetón gótico del siglo XIV, uno de los pocos elementos que se mantuvieron tras el hundimiento que sufrió el templo en 1567.
Por ello, la reconstrucción fue encargada a Andrés de Vandelvira, que aportó su maestría para dar a la catedral la riqueza renacentista de la que hace alarde en la actualidad.
La combinación de estilos mudéjar, gótico y renacentista permiten observar el paso del tiempo a través de sus muros, contando su historia desde cada uno de sus estilos arquitectónicos.
Frente a la fachada principal de la catedral se encuentra la plaza de Santa María en cuyo centro se levanta la fuente que fue mandada construir por el Concejo en 1564 como monumento para conmemorar la llegada del agua a la ciudad,  construida por Ginés Martínez y decorada con cariátides y atlantes. 


En un lado se encuentra el seminario de San Felipe Neri (s. XVII) en cuya sobria fachada aún pueden leerse los vítores que los estudiantes escribían con sangre de toro tras aprobar los estudios, y, a la izquierda, el edificio de las casas Consistoriales Altas que posee dos bonitas ventanas ajimezadas entre las que se hallan los escudos de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
Continuamos por una calle lateral del seminario que recibe el mismo nombre hasta llegar a una pequeña iglesia románica, la única que se conserva en la zona sur, la iglesia de la Santa Cruz. . Se edificó en el siglo XIII, por parte de canteros del norte que vinieron a repoblar la zona, tras la conquista de Baeza por parte de Fernando III el Santo.
Actualmente es el único templo que se conserva en Baeza y que muestra características intermedias entre el arte románico y el arte visigodo. Es una joya imprescindible en la ciudad.
Frente a la iglesia se alza uno de los palacios más espectaculares: el Palacio de Jabalquinto con una fachada impresiónante. Es una de las joyas del gótico isabelino. Mandado edificar a finales del siglo XV por el señor de Jabalquinto, Juan Alfonso de Benavides Manrique, (primo segundo de Rey Fernando el Católico). Su fachada es un derroche ornamental de estilo gótico-flamígero con influencias mudéjares.


 
Frente al costado del palacio se puede visitar la antigua universidad baezana en la que el plato fuerte es el aula donde impartió durante siete años clases de francés el poeta Antonio Machado; se trata de un aula sencilla con antiguos pupitres de madera, pero un lugar imprescindible para los amantes de la literatura. Además se puede visitar también el aula magna que es, la verdad, pequeña. La entrada es gratis.
Es una de las cuatro universidades fundadas en el siglo XVI en Andalucía, junto con Granada, Sevilla y Osuna, dentro del grupo de “universidades menores”.

Primeramente, fue el Colegio de Primeras Letras bajo la advocación de la Santísima Trinidad -se representa en el medallón de la fachada-. Su funcionamiento se prolongó hasta que se suprimió en 1824 por Real Decreto.
Más adelante fue Colegio de humanidades e Instituto libre donde Antonio Machado impartió clases, y posteriormente fue Instituto de Enseñanza de Secundaria.

El edificio es un buen ejemplo del manierismo en Baeza, realizado por orden del Administrador y Canónigo Don Pedro Fernández de Córdoba, donde anteriormente estaba el convento franciscano de San León. Sigue la tipología arquitectónica de palacios renacentistas, estructurándose en dos pisos entorno a un gran patio. Las galerías de los dos pisos asoman al patio con bellísimas arquerías de medio punto sobre columnas dóricas y con espejos en sus enjutas.
Terminada esta visita continuamos por la calle Romanones hasta la famosa Plaza del Pópulo, más conocida como Plaza de los leones que data del siglo XVI. En el centro se puede contemplar la fuente de los leones procedente de la ciudad iberorromana de Cástulo, en la que destacan los caballos y los leones de melenas ensortijadas, de cuyas bocas mana el agua a través de caños.
Sobre un pedestal se eleva una figura femenina, que según algunos historiadores, es Imilce, princesa ibera de Cástulo y esposa del general cartaginés Aníbal, vestida a la usanza romana, con túnica y hebilla. La mano derecha está colocada sobre el pecho; la izquierda, mutilada. El conjunto de la plaza con la fuente y una gran puerta de piedra al fondo (la primera con la que contó la ciudad, así como las antiguas carnicerías de fachada de piedra también es una maravilla.





En la misma plaza se puede coger un trenecito turístico (5€, con magafonía) que durante un poco más de media hora te da una vuelta por el centro de la ciudad. Es cómodo, entretenido y no hace frío porque van los vagones protegidos con cristal.


De vuelta del paseíto en tren buscamos un lugar para comer y, aunque está todo llenísimo, encontramos una mesa en un local muy, muy interesante llamado La Barbería. Muy buena comida y atención, y bien de precio. Muy recomendable la muhammara (crema siria de pimientos asados con nueces y zumo de granada, las keftas de cordero segureño y la tarta de mando con chocolate negro y pistachos.


Tras la comida, damos unas vueltas por la ciudad, hacemos unas fotos y ponemos rumbo a Úbeda donde tenemos reservada una visita guiada a la Sinagoga del agua.
Encontramos sitio para aparcar frente a la plaza de toros, que se ha convertido para las Navidades en pista de patinaje sobre hielo. Muy cerca de la plaza nos encontramos con un imponente edificio: el Hospital de  Santiago que se puede visitar de forma gratuita. El Hospital de Santiago está considerado un edificio culmen del arquitecto Andrés de Vandelvira. Se inició en 1562, tal como consta en la escalera, y se terminó en 1575. Don Diego de los Cobos (obispo de Jaén) fue quien ordenó construir este edificio como hospital para pobres enfermos, especialmente de bubas y pequeños tumores, a la vez que para palacio e iglesia-panteón. Por su forma se le ha llegado a llamar "El Escorial de Andalucía". Es una construcción de apariencia austera sin apenas ornamentación, pero con gran volumen. Se estructura en dos plantas y entorno a un gran patio y una capilla central. 


Desde aquí nos dirigimos al centro histórico y damos un paseo por él, especialmente por la calle Real que está muy concurrida. A la hora convenida nos dirigimos a visitar uno de los monumentos más recientes y sorprendentes de la ciudad: la Sinagoga del Agua (5€ la entrada)
 Fue descubierta por casualidad por el empresario Fernando Crespo durante unas obras de carácter inmobiliario en lo que anteriormente era una peluquería de señoras, para transformarlo en lo que sería unos apartamentos turísticos para la ciudad. Pero los muros de la antigua casa, situada en pleno corazón del casco antiguo de Úbeda, guardaban un tesoro oculto durante siglos, una sinagoga judía, que según los primeros estudios la datan anterior al siglo XIV. Tras el descubrimiento de diversos elementos como los arcos de la Sinagoga, la Galería de Mujeres y el Baño Ritual (Mikveh) se desecha el proyecto inicial. Fue en 2007 cuando se inician los trabajos de recuperación los cuales finalizarían en 2010, fecha en la que la sinagoga del Agua abre sus puertas al público.

La Sinagoga del Agua está compuesta por seis espacios únicos del que cabe destacar la sala de baño ritual de purificación o Mikveh, espacio dedicado a los baños rituales de purificación tan común en las costumbres judías. Otro de los espacios, que cabe mencionar y que se podrán ver durante la visita a la Sinagoga del Agua, es la Galería de la Mujeres, lugar que ocupaban éstas durante las ceremonias y ritos ocultas tras celosías. La sala “Del Inquisidor”, con el patio, bodega y hornos se corresponden con las dependencias que conformaban en le Edad Media la casa del rabino.
Finalizada la visita que es muy interesante nos tomamos un café y regresamos a descansar un poco. Cena en La Recta y fin del día.

Domingo, 5 de diciembre. JAÉN
 
Hoy el día lleva algo de retraso debido a que a la hora del desayuno hemos tenido que esperar porque estaba todo el comedor (las 5 mesitas) lleno así que hemos empezado la excursión de hoy tarde y eso se ha notado.
Antes de nada hay que decir que en Jaén son las entradas gratis a casi todos los monumentos, cosa que se agradece. Y otro detalle es que es una ciudad con muchas cuestas.
Hemos llegado sobre mediodía y han empezado los problemas a la hora de aparcar ya que hemos tenido que dar vueltas y más vueltas callejeando por el centro para al final encontrar un hueco al lado del teatro Infanta Leonor que no está muy céntrico.
Hemos tomado un cafelito y nos hemos dirigido a la oficina de turismo principalmente a por un plano de la ciudad ya que los lugares de interés ya los teníamos previstos; no obstante en el mapa había trazado un itinerario recomendado que incluía algunos otros y que, al final, hemos seguido más o menos.
En primer lugar, cerca de la oficina, en la misma calle Maestra, hemos visitado (desde el exterior porque íbamos mal de tiempo) el Palacio del Condestable Iranzo, un edificio impresionante de estilo mudéjar que hoy es propiedad del Ayuntamiento.
Continuando por la misma calle nos dirigimos a las antiguas carnicerías, un edificio del siglo XVIII construido como sede de las carnicerías públicas de la ciudad. Bajo este edificio se encuentran los restos de unos antiguos baños árabes llamados "Del Naranjo". Estos baños se han inaugurado recientemente y se pueden visitar gratis, de hecho los están promocionando bastante pero no merecen la pena ya que solo se conserva de ellos, a día de hoy, un muro y un arco y las galerías de un colegio del siglo pasado que fue edificado sobre ellos.
En frente de las carnicerías, en el centro de la placita, nos encontramos con la monumental Fuente de Los Caños, proyecto atribuido a Francisco del Castillo y que se concluye en 1569, aunque fue reedificada en 1648.
Desde aquí nos dirigimos a uno de los monumentos excepcionales e imprescindibles de la ciudad: los baños árabes que se encuentran bajo el Palacio de Villadonpardo. El palacio es hoy el Museo de Artes y Costumbres Populares y de pintura Naïf.
 

La entrada es gratuita y abre de martes a sábado y festivos: 9.00 a 21.00h. Domingos: 9.00 a 15.00h
La verdad es que queríamos visitarlo todo, pero había que elegir entre el museo  o los baños pues el retraso del desayuno  y el aparcamiento nos han quitado casi dos horas de tiempo y habíamos quedado para comer en el centro con reserva incluida; hemos optado por los baños que son, al parecer, los más grandes mejor conservados de Europa y nos permiten entender con toda claridad cuál era el ritual de lavado que seguía la población musulmana durante la época andalusí.
 Los 450 metros cuadrados se reparten en cuatro estancias cuya funcionalidad viene heredada de las primitivas termas romanas. A su interior se accede actualmente desde los sótanos del palacio. La primera estancia es el vestíbulo (apodyterium o bayt al maslaj). Se trata de una sala espaciosa dedicada principalmente a la preparación para el baño. En ella se pueden observar dos alcobas laterales y sendas “taqas” (hornacinas en la pared para depositar la ropa del cliente). Dentro de esta estancia destaca la conservación de pintura mural de temática arquitectónica, fechada en el siglo XII y recientemente restaurada. La cubierta de este espacio, y de otras tres salas, tiene como denominador común las bóvedas de medio cañón con lucernas estrelladas que permiten la regulación lumínica y ventilación de los espacios.


La segunda sala es la conocida como sala fría (frigidarium o baytal-barid). Es la sala de menor tamaño, estructuralmente similar a la anterior, debido principalmente a que era un espacio que se utilizaba durante poco tiempo, esta sala queda conectada con el vestíbulo y sala templada mediante aperturas adinteladas. Es precisamente la sala templada (tepidarium o baytsl-wastani) la estancia más grande y trascendente de los Hammam. Esta se presenta como un gran espacio cuadrado de 11,30 metros de lado, arquitectónicamente diferente al resto, predomina en ella la armonía de arcos que delimitan un espacio central donde se ubica una gran cúpula de casquete semiesférico. Bajo ella aún se pueden observar elementos de conducción subterránea, responsables de la agradable temperatura del espacio, lo que le asigna a esta sala ser el lugar predilecto para el encuentro social de la clientela.


La última estancia corresponde a la sala caliente (caldarium o bayt al-sajun). Como principal característica destacamos las conducciones subterráneas, en consonancia con el hipocausto romano, que eran las responsables de evaporar el agua derramada sobre el suelo caliente de la estancia propiciando el efecto sauna. En esta sala se pueden encontrar estancias con distintas funcionalidades, entre ellas, un espacio destinado a baños de asiento y la zona del hornillo que calentaba el agua llegada, como la de otros baños árabes descritos por el geógrafo Ibn Al-Himyari, del raudal de la Magdalena.
Creo que esta es una de las visitas más interesantes que se pueden hacer en la capital.

Siguiendo la calle hacia arriba se llega a la Iglesia de la Magdalena, una de las más antiguas de la ciudad, cuyo interior es más bien normalito, pero con un exterior muy interesante. Su origen está en una primitiva mezquita fundada en el siglo VIII por Abderramán II, de la cual aún se conservan las cuatro naves y el patio que tiene como particularidad una alberca a la que no permiten acceder desde el interior del templo pero que se puede ver desde la calle a través de una reja y que recuerda a la fuente del Generalife en pequeñita. La torre conserva parte del minarete original.


Enfrente de esta Iglesia se encontraba la Droguería y Perfumería de Manolo Valderrama (hermano de Juanito)
 
Continuamos la ruta contemplando el exterior de otros edificios monumentales de este barrio que están muy cerca unos de otros como el Convento de Santa Úrsula (cerrado), el Antiguo Hospital de San Juan de Dios (del que se puede visitar el patio/claustro y la capilla) y el Real Convento de Santo Domingo en cuyo interior se expone una colección de fotografías y documentos sobre el bombardeo de la ciudad durante la guerra civil.

Antiguo Hospital San Juan de Dios
 
Finalizada la ruta nos dirigimos al centro donde habíamos quedado a comer en Bocao Vitango, un local moderno tipo industrial que tiene comida rica, no muy cara y buena atención. (puntuación 5 en Tripadvisor:
https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g315916-d21319823-Reviews-Bocao_Vitango-Jaen_Province_of_Jaen_Andalucia.html
Tras la comida, nos dirigimos a la plaza de la catedral y, como está abierta, podemos visitar su interior que merece bastante la pena, especialmente el coro.






Para rematar, damos un último paseo por la ciudad hasta el coche y emprendemos camino hacia Úbeda a donde llegamos ya oscurecido.
Aun así nos da tiempo de recorrerla y de visitar algunos lugares relevantes como el Hospital de Santiago (declarado monumento arquitectónico-nacional en 1917) que está considerado como la obra culmen del maestro de cantería Andrés de Vandelvira (proyectado en 1562 e inaugurado en 1575) y que acoge la reunión del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. Edificado extramuros, como era preceptivo para este tipo de obras de carácter sanitario-asistenciales, fue concebido como un hospital para enfermos de bubas, postillas o tumores pequeños de pus relacionados con enfermedades venéreas, principalmente la sífilis. Posteriormente se amplió la asistencia a otras patologías, combinando este uso sanitario con el culto. El edificio también contaba con dependencias palaciegas para el obispo, ideadas en su día para el fundador, Diego de los Cobos, enterrado en el conjunto monumental.
El conjunto se organiza en dos plantas sobre la base de un gran patio central, con doble arcada, muy singular por su diafanidad y armonía de proporciones. Una espectacular escalera da acceso a la planta superior.
Actualmente se utiliza como palacio de exposiciones y congresos, centro cultural y biblioteca. Es una visita muy, muy recomendable.
El resto de la tarde lo dedicamos a pasear por la ciudad y volvemos a cenar a La Recta.

Lunes, 6 de diciembre ÚBEDA
 
Úbeda es, sin duda, la ciudad más bonita de las que hemos visitado en este viaje.


Llegamos por la mañana y ya estaba llena de turistas y resulta bastante complicado aparcar. Por fin damos con una zona donde hay bastantes plazas de parking libres y gratis, en la Avda. de los miradores, justo detrás de la Sacra Capilla de El Salvador, o sea, en un sitio estupendo. Así pues, la primera visita es a esta capilla cuyo retablo es impresionante (entrada 5 €) así como la puerta y las rejas.





Continuamos por esa misma calle hasta la plaza Primero de Mayo en la que se halla en Ayuntamiento antiguo con un precioso balcón con columnas. En esa misma plaza se sitúa la Iglesia de San Pablo, un templo medieval del siglo XIII, que solo podemos ver por fuera (aunque parece que eso es lo más relevante). Construida sobre una mezquita, la iglesia fue destruida durante las luchas de sucesión del reino de Castilla. Así, su construcción actual es posterior a 1368. Es un bonito edificio de estilo gótico, aunque con añadidos posteriores. La portada principal, de 1511 que se encuentra situada en la nave lateral, es de estilo gótico flamígero.

Iglesia de San Pablo

En el exterior, en la zona del ábside se construyó en el año 1591 una  fuente pública con el escudo de la Villa junto a otros dos, del Alcalde  Mayor y la casa de Austria, gracias a  Juan de Gaviria, corregidor de la Villa. Merece mucho la pena contemplar las dos puertas de acceso. En el año 1926 la iglesia es declarada Monumento Histórico Artístico, por lo tanto catalogada,  como Bien de Interés Cultural. 
Continuamos el paseo por la misma calle hasta llegar a la Casa Mudéjar que se puede visitar gratis y es muy coqueta.



Desde ahí nos dedicamos a recorrer el centro: Plaza de la Aguardentería, Torre del reloj, …; en la plaza de San Pedro se encuentra un bistro, Le Bistro, que nos han recomendado, así que, reservamos para comer ahí ya que todo está bastante lleno hoy.
Realizamos algunas compras por el centro en tiendas de souvenires (paté cerámica…) y a las 13:00 llegamos a la puerta del Palacio de los Vela de los Cobos donde teníamos reservada la visita. El precio es 4,5 € (le reserva se puede hacer online en Semer Turismo, como hicimos nosotras, o arriesgarse a sacarla al llegar en la oficina que está en la acera de enfrente del palacio)
Fue construido a mediados del siglo XVI bajo el proyecto del arquitecto Andrés Vandelvira por orden del regidor de Úbeda Francisco Vela de los Cobos. Del edificio destaca su imponente fachada de piedra compuesta por tres plantas La portada de dos cuerpos presenta en el inferior puerta adintelada entre columnas corintias, y en el superior, balcón jónico con frontón y dos telamones o guerreros que sujetan la heráldica del promotor, don Francisco Vela de los Cobos. En el extremo de la fachada un bellísimo balcón esquinado característico del renacimiento andaluz.


El interior del 
Palacio Vela de los Cobos fue remodelado en el siglo XIX provocando la desaparición del patio central. Alberga una de las mejores colecciones privadas de arte de la ciudad, compuestas por colecciones de porcelanas, cerámicas, ropa antigua y numismática, así como una importante biblioteca y archivo histórico. La biblioteca está dividida en dos salas y presume de ser la segunda más importante de Andalucía con más de diez mil libros y en la que hay hasta incunables.
El palacio es regentado por la familia Sabater desde 1873 que lo adquirió después de un abandono de casi dos siglos, restaurándolo y dándole de nuevo el esplendor que merecía. Durante la visita iban a nuestro lado, cerrando puertas, dos ancianos que creemos que son los dueños que aún viven ahí, en dependencias que no se visitan. El palacio tenía calefacción y toda la pinta de estar habitado. El palacio merece mucho la pena; es una joyita que merece mucho la pena.






De ahí volvemos a Le Bistro a comer, pero este local no nos ha gustado; son lentísimos, el servicio es regular y la comida nada especial.
Tras la comida nos dirigimos al Convento de Sta. María de los Reales Alcázares, otra de las joyas de la ciudad, pero desgraciadamente está cerrado y solo podemos visitar la basílica y el claustro (aun así, merece la pena) por un precio de 4 €
De ahí nos dirigimos  ala iglesia de San Lorenzo donde hemos reservado una visita guiada dentro de un programa llamado “Abierto por obras” (6 €)
Este templo está siendo remodelado , conservado y promocionado por la Fundación Huerta de San Antonio que ha logrado que este lugar (abandonado y medio en ruinas) vuelva a brillar. (nos cuenta la guía,  Lola, una chica estupenda, informada y muy amable) que Joaquín Sabina (oriundo de Úbeda) está apoyando muy activamente este proyecto. 
En las zonas que van restaurando, como en la nave central, se pueden contemplar exposiciones de arte moderno.




La visita dura bastante y nos enseñan y explican absolutamente todo; incluso subimos a las terrazas desde donde hay unas vistas espectaculares de la ciudad. Una visita muy, muy, recomendable.


Desde ahí nos acercamos a la iglesia de Sto. Domingo que nos recomienda Lola para ver el Belén, que se ha montado para Navidad. Está bien, aunque los belenes no me interesan especialmente.
El resto del tiempo lo dedicamos a pasear por la ciudad que, caída la noche, es una verdadera maravilla. Tomamos un café en el Parador y volvemos ala casa rural. 

Hoy cenamos en Torreperogil, aunque nos han recomendado El Riñón, está llenísimo y vamos a la Taberna de Paco Tite, un local de diseño, modernillo, con buena atención, pero nada especial.
 
Martes, 7 de diciembre  CÁSTULO Y JAÉN
 
Hoy vamos a visitar en yacimiento arqueológico de Cástulo, que se encuentra en la localidad de Linares (a unos 5 km. De la ciudad) El acceso está bien señalizado y se llega a un centro de interpretación (con fotos, explicaciones y vídeo) en el que se ofrece un plano de la zona con las posibles rutas para visitarlo.
La verdad es que nos ha defraudado bastante ya que, salvo algunos restos y unos mosaicos bastante bien conservados, no queda realmente nada; simplemente, un paseo agradable por el campo (hay que decir que no somos expertas; quizá para un arqueólogo o un historiador, la visión es totalmente distinta)


Lo que sí que nos ha gustado mucho es el museo de Linares, en el que se encuentran expuestos todos los hallazgos encontrados en el yacimiento. El museo no es muy grande, pero es interesantísimo y el diseño es muy bonito. Además, gratis. Es una joyita desconocida pero que merece mucho la pena.


Comemos, ya que se hace tarde, en un bareto de la Linares que no tiene nada de especial salvo la comida que es muy rica y el precio que es muy barato (la verdad es que habíamos reservado en Jaén, en Dixtinto, y se nos ha olvidado ¡qué desastre!). En el bareto tomamos: 1 vino y 2 cervezas, una fuente enorme de cazón en adobo, y cazuelita de salmorejo con ahumados, otra de salpicón, dos de migas y otra de calamares en salsa. Café. Y todo 17 €. Increíble.
Después de comer continuamos a Jaén donde tenemos reserva para visitar el castillo de Santa Catalina. Es interesante, está bien conservado y tiene unas vistas impresionantes de la ciudad. También bajamos hasta la Cruz Blanca que es un caminito que leva a un promontorio/balcón, mirador en el que es eleva una gran cruz blanca y que es el único sitio desde el que se puede ver la ciudad con la catedral.


En el castillo se encuentra ubicado el Parador de turismo así que nos tomamos un café en la enorme “cafetería” que es un espacio espectacular pues en interior del parador mantiene el aspecto monumental con impresionantes arcos cruzados a 20 metros de altura en este salón principal donde se ubica la cafería.
Ya de noche, volvemos a Torreperogil para intentar hoy cenar en el local que nos han recomendado, El Riñón, un bar de toda la vida, en el que hoy encontramos hueco en la barra. El sitio tiene unas tapas fabulosas y la cena nos cuesta a las dos…12 € e incluye: 2 vinos Rioja, 2 cervezas, una tapa de salpicón, otra de anchoa con bonito, otras dos de huevos con jamón y lomo y 1 ración de croquetas. Y el servicio, rápido y amable. Increíble. La tapa que acompaña a la bebida se puede elegir y hay algunas que son como un plato. ¡¡La puntuación que le damos es de 20 sobre 10!!


Miércoles, 8 de diciembre

Hoy es el día de vuelta. Al final, decidimos volver por la misma carretera ya que esperamos que no esté tan mal.
Partimos tras el desayuno y, al final, hemos acertado. El viaje es bueno y tardamos poco en llegar.
Así termina este puente de diciembre, otra vez atípico por el virus, pero que al final, ha salido bastante bien.
 
 
 
 

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