PUGLIA (APULIA, el “tacón de la bota”) 21-28 ENERO, 2024

Domingo, 21        BARI

Salimos temprano de Albacete hacia Valencia. En esta ocasión hemos reservado parking lowcost con https://www.lowcostparking.es/, muy barato y funciona de maravilla,
a unos minutos del aeropuerto.

El vuelo con Ryanair despega, sorprendentemente, a su hora y llegamos bien a Bari. Hemos alquilado un coche en el mismo aeropuerto para toda la estancia con Sicily by car (a través de Booking), unos precios muy ajustados y la recogida rapidísima, así que en un periquete estábamos con nuestro cochecito (porque era minúsculo) saliendo hacia el apartamento que ha resultado estupendo y a unos pasos del centro (Airbnb: https://www.airbnb.es/rooms/694762025925564563?adults=1&children=0&enable_m3_private_room=true&infants=0&location=bari&pets=0&check_in=2024-02-05&check_out=2024-02-10&source_impression_id=p3_1707045835_6XNaCFuT1YhVKIpB&previous_page_section_name=1001&federated_search_id=d42d08a3-2612-4bcb-8e29-d551fbb200cd

Tras descansar un poco nos lanzamos a la calle a tomar contacto con la ciudad. Pese a ser domingo y creer que todo estaría cerrado, nada más lejos de la realidad. Las calles estaban a rebosar de gente y la mayoría de las tiendas abiertas.

Recorrimos toda la arteria principal que va desde nuestro apartamento hasta la entrada a la ciudad vieja: El Corso Cavour, lleno de tiendas y cafeterías.

Al llegar a la plaza del Ferrarese nos adentramos en la ciudad vieja que por la noche está preciosa toda iluminada con faroles amarillas.

Visitamos la basílica de San Nicolas de Bari, curiosísima y con techo muy alto, la cripta con la tumba del santo y también la catedral de San Sabino con su cripta que es la que más nos ha gustado, con sus columnas pintadas.
Luego nos perdemos por las callejuelas que tienen rincones bellísimos.Vemos el castillo por fuera y volvemos a entrar en la ciudad antigua, atravesando el arco Basso, que da acceso a la famosísima calle Orecchette (de las orejitas) donde las mujeres de todas las casas preparan las orechetti de forma artesanal en las puertas y las venden, aunque ya están cerrando casi todos los puestos de esta pasta (los orechetti son un tipo de pasta con forma de oreja, típica de esta zona)

Hace bastante frío. Salimos hacia la parte nueva por el Corso Enmanuelle y volvemos hacia la estación por la Vía Sparano, peatonal y rebosante de gente, tiendas y cafés, aún decorada con las luces navideñas. Aquí están los locales de las grandes marcas internacionales de moda y complementos: Prada, Michael Kors, Versace, Trussardi, Max Mara, Ralph Lauren, etc.

Nos ha sorprendido muchísimo esta ciudad, nos la imaginábamos pequeña y, la verdad, cutrecilla; y es una ciudad grande, moderna y muy bonita, con un comercio espectacular, muy animada y viva.

En la ciudad Vieja es increíble el número de iglesias pero, especialmente, el sinfín de capillitas, vírgenes, santos y hornacinas que decoran sus calles y rincones. Otra cosa que nos ha sorprendido es que las cafeterías son muy pequeñas, apenas hay un mostrados y poco más, casi no hay sitio dentro para sentarse pues todas tienen sus mesas en la calle.

Terminado el paseo volvemos a nuestro barrio y cenamos en una pizzería muy cerca de la casa, Pizza In Forno (ViaNizza, 22), un local muy recomendable y que ha resultado bueno y barato (pizza  bastante grande sobre 6€, aunque una copa de vino cuesta 5€). No es especialmente bonito aunque sí acogedor, pero tienen un horno de leña y hacen unas pizzas impresionantes de buenas.

(https://www.leggimenu.it/menu/pizzainfornobari)

 

Lunes, 22      BARI


Hoy dedicamos el día a recorrer la ciudad. Llegamos dando un paseo por el corso Cavour, en el que se encuentran algunos de los edificios más bellos de la ciudad como el teatro Petruzzelli, la Banca de Italia o la Cámara de Comercio, hasta la plaza Ferrarese donde hay una oficina de turismo. Realmente no es una oficina al uso ya que no dan plano ni nada, sólo una chica nos explica sobre un plano en la pared lo más importante (si no llegamos a tener todo organizado, no nos habría servido de nada semejante explicación). Esto nos parece raro dado lo turística que es esta zona.

Hoy, al ser lunes, los museos están cerrados y, aunque no teníamos programado ninguno, lo que más nos trastorna es la visita a la fortaleza que hemos tenido que dejar para el viernes.

Lo primero que hacemos es visitar el Teatro Margherita, justo detrás de esta oficina. El Teatro Margherita es un teatro modernista transformado en sala de exposiciones de arte contemporáneo. En esta ocasión hemos tenido suerte ya que la exposición era de fotografía -que nos encanta- de Elliott Erwitt (entada reducida para profes y mayores de 65 años: 7,5€. Normal: 10€) Un poco cara, la verdad, aunque las fotos son preciosas al igual que la cúpula pintada del teatro que aún se conserva.

A continuación nos adentramos de nuevo en la ciudad vieja (Bari Vecchia) y volvemos a la Basílica de San Nicola, cerca de la catedral, que fue construida en el siglo XII para guardar las reliquias del santo. Curiosamente, dicen que San Nicola es la inspiración de Santa Claus o Papá Noel. El techo es de madera dorada, impresionante. Bajando una de las dos escaleras que hay al fondo de las naves laterales se llega a la cripta, consagrada en 1089. Lo más espectacular es el “bosque” de 28 columnas de piedra con capiteles románicos y bizantinos que soportan el techo. El acceso a la basílica es gratis, pero hay una parte que es de pago (Museo de Bari, en el patio de la basílica, a la izquierda en dirección al mar) donde están los tesoros del santo. Nosotros no hemos entrado. Horario: lunes a sábado: 11:30 a 13:30 y de 17:00 a 19:00 y domingos de 11:30 a 13:30


Continuamos recorriendo una parte del paseo marítimo, junto al mar, y volvemos a acceder a través de la muralla al casco antiguo. Nos sigue pareciendo una ciudad muy bonita y animada en la que han logrado conservar a la perfección el sabor de la vida tradicional de sus gentes.

Paseamos durante toda la mañana, sin prisas, por toda la zona vieja. Perderse por sus laberínticas calles estrechas, algunas de ellas sin salida, y sus placitas escondidas es lo mejor del centro de Bari.


Visitamos también, otra vez, la Catedral de Bari o de San Sabino, que se encuentra en la Piazza Odegitria y que fue construida entre los siglos XII y XIII sobre los restos de un templo anterior, una antigua catedral de estilo bizantino del siglo XI. Aunque sencilla en su apariencia, de fachada simple y hollada por tres portales, está considerada como una de las mejores demostraciones del románico en la región de Apulia. Además de los restos de San Sabino, en su cripta se guarda un icono de la Virgen Odigitria, y que según nos cuenta la leyenda, llegó hasta Bari en el siglo VII. Tristemente las decoraciones barrocas del interior de la nave se perdieron en la última reforma de la iglesia.


Según hemos leído, la catedral esconde también en la cripta, construida sobre los cimientos romanos y una antigua basílica cristiana, otra zona en el subsuelo (subterráneos) con un curioso museo en el que se pueden contemplar diversos restos arqueológicos, procedentes de distintas épocas, tales como mosaicos de una basílica paleocristiana del siglo V, los vestigios de la siguiente iglesia del siglo IX, tumbas de diferentes épocas y un tramo de una calzada romana. Esto no lo vimos, solo la cripta con la columnata.

Para terminar el paseo volvemos a la Via Arco Basso: la calle de las orecchiette, justo enfrente de la puerta principal del castillo. Esta es la que probablemente sea la calle más famosa de Bari; para acceder a ella, desde el exterior, hay que cruzar un arco, el Arco Basso. Esta calle es famosa porque es aquí donde unas mujeres de Bari preparan pasta fresca (orecchietti) todos los días. En muchos casos, en plena calle aunque en invierno se resguardan en unas habitaciones que dan a ella, pero siempre con las puertas abiertas. Hemos pensado probar esta pasta primero y luego compraremos si nos gusta.


Salimos al Corso Vittorio Enmanuele II, y lo recorremos durante un trecho. Se trata de la gran avenida que la separa la ciudad moderna de la ciudad vieja. En esta calle se levantan grandes edificios como el Palazzo Fizzarotti y otro de los teatros de la ciudad: el Teatro Piccinni

En el mismo Corso, ya llegando al Teatro Margherita se encuentra el sitio donde vamos a comer, Mastro Ciccio, un lugar con muy buena prensa donde probar las orecchietti. La verdad es que estaba lleno, pero es un local de comida rápida, aunque típica de la zona; ofrece paninis y más cosas, servidos en bandejas y boles de cartón. A nosotros no nos ha parecido nada especial y tampoco estaba la comida exquisita ni es tan barato (sobre 10€ el panini o el bol)
Desde ahí hemos continuado paseando y buscando un café agradable para sentarnos un rato, pero es tarea muy complicada: hay muchos cafés, pero son locales muy pequeños que casi todos tienen las mesas en la calle y no apetece mucho sentarse al fresco. Al final hemos encontrado uno que no está mal, con buen café y buenas pastas: Il Caffettaio, en una esquina de la calle Sparano (la calle comercial más importante) en la que, entre tienda y tienda,  se puede ver un precioso palacio modernista, el Palazzo Mincuzzi. hemos dado otro paseo por la zona nueva, comercial, y hemos vuelto al apartamento a ver una película y descansar un rato. Luego hemos ido al súper a por provisiones y hemos dado por finalizada la jornada.

Bari nos ha gustado mucho, es una ciudad vibrante, bonita y animada.

 

Martes, 23      PUTIGNANO - GROTTE DE CASTELLANA - MONOPOLI

 

Hoy comenzamos visitando Putignano, una localidad famosa por sus fiestas de carnaval que duran ¡dos meses! con desfiles los jueves desde diciembre a febrero.


Es un pueblo que, en principio, parece que no tiene nada especial, pero el casco viejo es un interesante entramado de calles diminutas por las que merece la pena callejear un rato. 


Visitamos  la Iglesia de Santa María la Greca, en la plaza principal, un templo del siglo XIV, con fachada barroca; y la Iglesia de San Domenico.

También hemos leído que es interesante el Museo Cívico Príncipe Guglielmo Romanazzi  Carducci de Santo Mauro (9:00-13:00), aunque nosotros no lo vimos.

Muy cerca del pueblo se encuentra la Grotta del Trullo, una cueva kárstica adornada con maravillosas formaciones cristalinas y estalactitas y estalagmitas de alabastro. (Horario: De 10:00 a 12:30, De 14:30 a 17:00. Recorrido: 1 hora) que fue la primera cueva turística abierta en Puglia a la que se baja por una escalera de caracol. Al parecer es bastante interesante, pero nosotros no la visitaremos porque ya vamos a las Grotte de Castellana, muy cerca también y muchísimo más grandes. Así que, terminado el recorrido por el pueblo, cogimos el coche y nos dirigimos a Castellana Grotte, las famosísimas cuevas que se encuentran en la localidad del mismo nombre, a unos pocos kilómetros de Putignano. 

Nosotros habíamos sacado la entrada por internet por si había mucha gente pero resultó que no había casi nadie. En total éramos 10 personas por lo que fue una visita estupenda con un grupito tan pequeño. 

Todas las visitas son guiadas y se puede hacer un recorrido corto de 2 horas, u otro largo de 3 horas. Depende del día del mes se ofrece uno u otro o los dos, y a diferentes horas. El horario se puede consultar en la web y las visitas sólo se ofrecen en inglés o italiano (nosotros cogimos en italiano y no hubo problema ya que se entiende bastante bien la explicación). El precio es 19€ (un poco caro, pero merece mucho la pena) Para nuestra fecha solo se ofrecía el itinerario largo: una ruta de 100 minutos y 3 Km.; así que esa fue la que hicimos, y no nos arrepentimos en absoluto porque es una verdadera maravilla.

La visita comienza bajando una largas escaleras que se adentran en la tierra para llegar a La Tumba, la primera y más grande cueva del sistema subterráneo, único entorno conectado naturalmente con el exterior por un enorme agujero en la parte superior: 100 metros de largo, 50 metros de ancho, 60 metros de profundidad. Se caracteriza por la presencia, en el suelo, de numerosas estalagmitas entre las que destaca un majestuoso grupo en el centro (llamado "Los Cíclopes").

La visita continúa a través de pasillos y otros ambientes muy variados en forma y tamaño. Estalactitas, estalagmitas, cortinas, columnas y cristales preciosos se contemplan a lo largo de todo el recorrido. Los nombres de las diferentes zonas atravesadas, debido a las formas características que adopta la roca, son fruto de la imaginación de los primeros exploradores: la Loba romana, varios Monumentos, el Búho, la Virgen devotamente arrodillada, la Serpiente, el Altar, el Precipicio, el Corredor del Desierto, la Columna volcada (Torre de Pisa), el Corredor Rojo, la Cúpula…


Pero lo mejor del recorrido es la llamada Cueva Blanca, que parece sacada de un cuento. Una verdadera maravilla de estalagmitas y estalactitas. Es impresionante.

Al final del recorrido hay un ascensor para subir a la superficie cómodamente. 

Estas cuevas son las más bonitas que hemos visto hasta ahora y son una visita imprescindible para quien visite la zona. 

Hoy estaba el día un poco nublado pero cuando salimos de la cueva está diluviando así que cogemos el coche y nos dirigimos a Monopoli, un pequeño pueblo en la costa, a 16 kms. de Casellana Grotte donde habíamos reservado para comer.

Lo primero que hacemos es buscar el restaurante llamado Spaghetti d´Italia (Piazza S. Antonio, 23; abiertyo de  11:30 a 16:00),  un local muy acogedor con un dueño súperamable y cuya especialidad es una especie de spaguetis gordos, hechos artesanalmente por ellos. El local tenía buenísimas críticas en Tripadvisor y la verdad es que la elección fue un acierto porque la comida estaba riquísima. Pedimos dos platos de spaguetis con salsas diferentes y ambos eran una delicia. Un sitio muy recomendable para comer en Monopoli.

Afortunadamente, cuando terminamos la comida, ha parado de llover, pero hace mal día y frío. Nuestra idea era ver este pueblo y después ir a Polignano a Mare, pero descartamos este último (lo dejaremos para el viernes) y pasamos el resto de la tarde recorriendo la localidad. 

La zona vieja de Monopoli es muy coqueta y agradable, las calles son empedradas y estrechas, flanquedas de casas blancas con plantas y flores en sus balcones y fachadas. Visitamos la catedral, algunas placitas y algunos palacios (por fuera); pero la zona que más nos gustó fue la del puerto antiguo, al que se accede a través de un arco, un puertecito pequeño y coqueto con muchas barcas de colores y parapetado en tierra por la muralla de la ciudad.



Como el día era bastante desapacible y no mejoraba volvimos temprano a Bari.

 

Miércoles, 24        LECCE - BRINDISI

 

Hoy hemos visitado dos de las ciudades más grandes (aparte de Bari) del sur: Lecce y Brindisi.

Una vez vistas las dos, hemos de decir que Lecce es una maravilla, pero Brindisi no merece mucho la pena, aunque tiene algunas cosas interesantes. Si hay tiempo de sobra se pueden ver las dos, pero si no, es mejor optar por Lecce. Nosotros hemos pensado que deberíamos haber pasado todo el día en Lecce y no ir a Brindisi, pero a posteriori es fácil decirlo. Hemos recorrido las dos.

A Lecce la denominan la ciudad barroca o la Florencia del Sur, y se encuentra a unos  150 Km de Bari.


Lo primero que hacemos al llegar es ir a la oficina de turismo en la Plaza del Duomo donde nos han dado un plano con los monumentos más importantes y la ruta aconsejable para visitarlos. 

Lo más relevante de Lecce son sus iglesias barrocas y algunos edificios del mismo estilo, además de algunas ruinas romanas.

Todos los monumentos, religiosos o no, son de pago y lo más aconsejable es sacar un ticket para los 5 principales que cuesta 11€ (en el plano están señalados estos con un color diferente al resto para identificarlos fácilmente).

Comenzamos la ruta por el antiguo seminario (donde se encuentra la oficina de turismo) y el Museo de Arte Sacro (como todos: mucha plata y casullas).

El seminario ahora se usa como museo y en sus salas se exponen obras de arte moderno. También, en esta ocasión, había en la biblioteca una exposición de libros antiguos, muy interesante.

A continuación entramos a ver la catedral y la cripta, que se encuentra en la misma plaza. Esta plaza tiene una peculiaridad y es que es cerrada y a ella sólo se puede acceder por un lado.

La catedral de Nuestra Señora de la Asunción tiene dos fachadas, una a la plaza principal y otra a otra plaza trasera. Cuenta con tres naves enormes y un campanario de 68 metros y cinco pisos que es el más alto de Europa. La cripta es también impresionante y alberga 92 columnas de piedra sin pintura.

A continuación nos dirigimos al resto de iglesias: la iglesia de San Mateo, con una fachada distintiva: una parte superior cóncava y lisa y una parte inferior convexa decorada con escamas y sillares; a la iglesia  de Santa Clara, edificada sobre un edificio anterior del siglo XV y con una profusa decoración (como curiosidad: el falso techo de la iglesia se realizó en 1738 en papel maché e imita los de madera, que son mucho más caros); y finalmente a la basílica de la Santa Cruz, de la que dicen que es la más recargada de Europa, aunque a nosotros nos han parecido todas extremadamente recargadas. Esta última es la más bonita exteriormente, con una fachada impresionante; lo más llamativo es el enorme rosetón que se puede ver sobre la puerta: una auténtica maravilla.



Tomamos un café y nos encaminamos a la plaza de San Oronzo junto a la que se encuentran las ruinas del teatro y el anfiteatro romanos. La verdad es que el centro histórico de Lecce es un auténtico museo al aire libre.


Cuando terminamos el recorrido es ya hora de comer y mirando en internet damos con un sitio muy chulo llamado El Anticuario, en el casco viejo. Se trata de un local especial y diferente, muy original, repleto de trastos y con una decoración curiosa. Los dueños fueron muy amables y la comida estaba buena, aunque es un poco caro. 

Después de comer cogimos el coche y nos encaminamos a Brindisi.

Conocida como la Puerta de Oriente, desde la antigüedad, este nombre se debe a que Brindisi se convirtió en un importante puerto para las tropas romanas, para los mercaderes venecianos después, y hoy en día su puerto sigue siendo una importante.

En la oficina de turismo nos dan un planito con lo más relevante y la ruta recomendada. Lo primero es visitar, en el mismo edificio donde se encuentra la oficina, la columna original que se erigía en el famoso puerto de la ciudad (esta es la original porque la que hay en el propio puerto es una réplica)

A continuación cruzamos la plaza en la que se encuentra la oficina a un edificio moderno, un teatro, bajo el cual se encuentra la zona arqueológica con numerosas ruinas romanas que se pueden visitar rodeándolas por una pasarela.


Desde aquí nos adentramos en el casco viejo para visitar algunos de los monumentos más relevantes como la pequeña iglesia de San Giovanni Al Sepolcro, una preciosidad del siglo XI que tiene como característica su planta circular. En el interior aún se conservan algunos frescos de las paredes. La entrada es de pago, pero merece la pena.


También visitamos la plaza de la catedral y bajamos al puerto por la enorme escalinata en cuya parte superior se alza la  Colonne Terminali della Via Appia, una columna romana con la que se marcaba el final de esta vía.


En Brindisi hay también dos castillos: el “Castello Rosso”, que recibe su nombre por el particular color rojo de su piedra; es un castillo aragonés que se construyó para defender la ciudad en 1491 sobre una isla frente al puerto. Lo vimos desde el puerto a lo lejos porque había que coger el coche para llegar a él y no nos apetecía mucho.

Por otro lado, en la zona portuaria, se alza el Castillo Suevo que es la segunda fortaleza de Brindisi y que ahora se utiliza para albergar exposiciones.

También en la zona del puerto, en la zona conocida como “Casale”, frente a la ciudad, se encuentra el monumento al marinero de Italia, de 53 metros de altura y con la estatua de la Virgen “Stella del Mare”, sobre el altar. Desde el puerto salen unos barquitos (que van y vienen constantemente) por 1,10€ y te llevan hasta el monumento. Subir a él para contemplar las vistas de Brindisi cuesta 3€.

Volvemos al interior de la ciudad subiendo por la gran escalinata. Damos una vuelta por la zona antigua, con bastante frío, y volvemos a Bari

 

Jueves, 25.       ALBEROBELLO - LOCOROTONDO - MARTINA FRANCA -  CISTERNINO

 

Hoy visitamos la “joya de la corona”, Alberobello (a 55 kilómetros de Bari).

La verdad es que queríamos hacer este viaje por las fotos que habíamos visto en internet de este pueblecito y que nos parecían muy curiosas.

Alberobello es conocido por las curiosas construcciones de sus casas denominadas “trulli”, unas pequeñas casitas cilíndricas en piedra seca, pintadas de blanco, y con tejados negros, cónicos o piramidales .La zona de Alberobello se considera la capital de los trulli ya que hay registrados más de 1500. Esta localidad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. 


Pasamos gran parte de la mañana recorriendo las callejuelas y haciendo fotos. A algunos de los trulli se puede pasar para verlos por dentro. Lo que más nos ha llamado la atención es que la mayoría están habitados y se podía ver a los paisanos limpiando la casa, haciendo las camas, comiendo… Todo el pueblecillo está cuidadísimo y muy limpio. Es una maravilla.


También hemos tenido mucha suerte en visitar Alberobello en esta época ya que estábamos prácticamente solos; en verano debe de ser un horror.


A continuación nos dirigimos a la parte norte de la ciudad moderna para ver la iglesia, que es enorme, y otro de los imprescindibles: el Trullo Sovrano que es el único trullo de dos plantas de la ciudad y está amueblado con piezas originales de principios del siglo XX. Hoy es el museo etnográfico (Horario: Noviembre– marzo: 10:00 – 12:45 / 15:30 – 18:00. Abril – Octubre: 10:00 – 12:45 / 15:30 – 18:30 Precio:2,00€) La chica de la entrada es amabilísima.

Terminado el recorrido cogemos el coche y nos dirigimos a Locorotondo, un precioso pueblecito blanco, de casas encaladas, de un redondo casi perfecto, en lo alto de una loma y rodeado de campos de cereales, olivos y viñas. 

La zona antigua es muy pequeña y se puede visitar todo en una hora, pero merece la pena acercarse porque es un sitio encantador. 


En la oficina de turismo nos dan  un plano con el itinerario recomendado y nos perdemos por sus callejuelas y pequeñas plazas llenas de encanto. Lo más destacable de Locorotondo son sus callecitas, algunas iglesias como la Chiesa Madre di san Giorgio Martire (07:00-21:00), una pequeña capilla rural de 1050 dedicada a San Giorgio que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos ya que sobre ella está construida la actual iglesia neoclásica, de entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, en la que destaca una gran cúpula de 35 metros; o la Chiesa della Madonna della Greca (7.30 a 12.30 y 16.00 a 20.00), del siglo XVII, con una bóveda pintada al fresco. Y la que más nos ha gustado: la pequeña iglesia de San Nicola, muy, muy sencilla pero decorada con unos maravillosos frescos.

También hay que destacar el Palazzo Morelli, con una puerta decorada en piedra tallada impresionante y unos preciosos balcones de forja. Muy coqueto. En general, todo el casco antiguo es muy coqueto.

Palazzo Morelli

Desde aquí nos dirigimos al siguiente pueblo que queremos ver: Martina Franca. Hay que decir que desde la carretera que va a Martina hay unas vistas espectaculares de Locorotondo; merece la pena hacer una parada para contemplarlas y tomar alguna fotografía.

Nada más llegar, aparcamos el coche y nos dirigimos al sitio donde hemos reservado para comer, un local llamado La Pasteria (bottega della pasta), donde sirven pasta fresca casera y que tiene muy buenas críticas en internet. La verdad es que no nos ha defraudado porque la comida estaba riquísima, el servicio y la atención ha sido muy buenos y el precio no ha estado mal.

Tras la comida nos encaminamos al centro de la ciudad para recorrer la que llaman “la vecina elegante de Alberobello”. 


Comenzamos por la Plaza de Roma, donde se ubica el Palazzo Ducale del siglo XVII que, según dicen, posee tres salas cubiertas por completo de coloridos frescos pero el horario es de 17:00-19:00 pero no tenemos tiempo para esperar a que abran, así que sólo lo vemos desde el exterior. 

A partir de aquí nos adentramos en el casco histórico que es un entramado de pequeñas y blancas callejuelas en las que se esconden maravillosas iglesias como la barroca Basílica di San Martino (de 08:00-21:00), la Chiesa di San Domenico (de 07:00-12:00 y 17:00- 20:00) o la original Chiesa di Cristo Re (de 07:00-12:00 y 17:00-20:00). También nos ha gustado bastante esta ciudad.



Para concluir la jornada visitamos otro pueblo del que dicen es de los más bonitos de Italia: Cisternino. Es, sin duda, el que más nos ha gustado hasta ahora.

En toda Puglia los pueblecillos tienen multitud de recovecos, arcos, recodos, escaleras, plazuelas, balconcillos…, pero este se lleva a palma. Es increíble y resulta imprescindible perderse por el entramado de calles blanquísimas de su casco antiguo. Hay tantos rincones preciosos que uno no sabe a dónde apuntar con la cámara. 


No obstante, aunque es verdad que nos ha gustado muchísimo, llama la atención la enorme cantidad de casas en venta o cerradas que hemos visto. No había un alma por las calles; parecía un pueblo fantasma.

Pese a todo es una maravilla que nos recordaba en cierto modo a las medinas árabes mezcladas con localidades famosas de las islas griegas.

Desde Cisternino, ya atardeciendo, hemos regresado a Bari. La verdad es que hoy habíamos previsto llegar también a Ostuni a última hora y conocer también este pueblo que llaman “el pueblo blanco”, pero no ha podido ser. Todo lo que hemos visitado hoy precisaba tiempo para deleitarse y no recorridos rápidos, así que Ostuni queda para otra ocasión.

 

Viernes, 26    BARI - POLIGNANO A MARE - OSTUNI

 

Hoy teníamos pensado recorrer la zona del interior, especialmente tres pueblos: Gravina in Puglia, Matera y Altamura pero lo más importante de Gravina –según hemos leído-  que es Gravina Sotterránea está cerrada hoy y sólo hay visita mañana por lo que cambiamos de planes y hoy visitaremos lo que nos ha quedado en Bari (la fortaleza y la plaza Mercantile) y los dos pueblos, Polignano a Mare y Ostuni.

Así que, tras el desayuno nos acercamos dando un paseo hasta la ciudad vieja de Bari, en cuya entrada se encuentra la Plaza Mercantile que no habíamos visto el primer día. Esta plaza junto con la Ferrarese son las plazas más bonitas. La plaza Mercantiles fue el antiguo centro político de la ciudad medieval, con sus palacios nobles alrededor; en  su centro podemos ver la columna de la justicia, junto a la escultura de un león, llamada la “Colonna Infame”, una columna a la que se ataban y se exponían al escarnio público a los ladrones y deudores.


A continuación cruzamos el casco antiguo para llegar hasta el castillo, la Fortaleza de Bari. Se trata de un castillo normando-suevo del siglo XII que quedó destruido durante la guerra bizantina y se volvió a construir 100 años después. La entrada cuesta 10 € (parece cara, pero merece la pena). 


La fortaleza es grandísima y está excepcionalmente bien conservada (restaurada). No hay apenas mobiliario, pero en sus diferentes salas se pueden ver algunas megaproyecciones multimedia (en las paredes)  muy interesantes. La primera presenta el origen y posterior crecimiento de la ciudad en sus diferentes etapas. 

Y la segunda, que es la que más nos gustó, fue un montaje excepcional en una sala enorme en la que a través de las ventanas que la adornaban se podían ver hologramas que recreaban figuras y momentos de la vida cotidiana en la corte. Impresionante. Parecía que las personas estaban allí mismo. Nos encantó.


Finalizada la visita volvimos al apartamento a recoger el coche para dirigirnos a Polignano a Mare, el que según dicen, es el pueblo más bonito de la zona. Es un antiguo pueblo de pescadores. En esta ciudad nació Domenico Modugno, cantautor de la mítica canción italiana "Volare"

El pueblecillo es coqueto y tiene bonitas vistas de cortados sobre el mar. Nos perdemos un rato por sus callejuelas, muchas de las cuales, en dirección al mar, terminan en terrazas y balcones que ofrecen unas bonitas vistas del entorno. 





A continuación buscamos un sitio para comer y damos con un local bastante típico, bajo un arco, en la plaza: La Pucceria, Bonta sotto l´Arco. Ofrecen pocas cosas pero el precio es ajustado y la comida tiene buena pinta; la especialidad es la puccia (bocadillo italiano) de pulpo con spritz, vino o cerveza. Tomamos el “Aperipolpo”: una puccia dividida en 4 minibocadillos con dos copas de vino (20€)

Después de comer emprendemos rumbo a Ostuni, otro típico pueblo blanco; de hecho, se le conoce como “la ciudad blanca”. Es un pequeño pueblo de casitas encaladas rodeado de olivares que bajan hasta el mar. Hay una oficina de información turística en la plaza en la que nos dan información y un planito.

Aparcamos el coche en la plaza y justo en ese sitio había algo que nos ha llamado mucho la atención en todos los pueblos visitados: hay unos paneles por las calles en los que aparecen las esquelas de los muertos recientes con fotos. Es un poco raro ver esto, pero en Puglia está en todos lados.


El pueblo tiene muchas cuestas y subiendo por ellas siempre se llega a la catedral que está en la parte más alta. Es grandísima y se divisa claramente desde la carretera. Al lado está el palacio Arzobispal




Recorremos durante el resto de la tarde sus calles empedradas y terminamos en un mirador, cerca de la plaza, que nos han indicado en la oficina de turismo, desde el que hay unas vistas preciosas del pueblo. Hacemos unas fotos y volvemos a Bari.

Hoy vamos a cenar fuera, en una pizzería que tiene miles de críticas en Tripadvisor todas ellas sobresalientes: Pizzeria da Donato (muy cerca del apto.) Sólo abre de 19:00 a 24:00.

Ha resultado ser un local exepcional. 100% recomendable. El servicio, la atención, el trato, la rapidez y la comida son de 10. Y precios muy ajustados (las pizzas cuestan de 5 a 8€; el cubierto 2€. Lo más caro es la bebida: cerveza 5€ y copa de vino 6€ (aunque también se puede beber agua y sale muy económico) No obstante, nosotros pedimos el “antipasti completo” (15€), un menú degustación que consta de 15 platillos, fríos y calientes, de cocina típica, a cual más rico.

Recomendamos no perderse una cena en este restaurante porque es de lo mejor; tiene las tres b: bueno, bonito y barato. De hecho, debe de ser muy conocido en la ciudad porque estaba a rebosar, pero aun sin reserva nos han colocado en una mesa en el comedor. Genial.


Sábado, 27        GRAVINA IN PUGLIA - MATERA

 

Hoy vamos a visitar la zona del interior del tacón y algunas de sus localidades.

Comenzamos dirigiéndonos a la más alejada Gravina in Puglia a 56 km de Bari. Observamos durante el trayecto que las carreteras y autovías en esta zona interior son mucho mejores y están mejor conservadas que las de la costa.

Lo primero que hacemos al llegar es dirigirnos a Gravina Sotterranea, uno de los imprescindibles que anuncian como la “ciudad subterránea”. La verdad es que es un poco decepcionante ya que no es una ciudad subterránea sino que se trata de una serie de cuevas bajo las casas donde se guardaban víveres (como muchas que tenemos en los pueblos castellanos)

Habíamos contactado con ellos por mail ya que al tratar de reservar en la web, según los horarios que figuran en ella no coincidía la información con la realidad. En fin, mejor contactar a través del mail que hay en su web. Realmente esta atracción la ha puesto en marcha y la lleva una asociación de la localidad. Al llegar ya sorprende un poco la entrada cutre en un local viejo con una persiana metálica.

A las 10:00 en punto llegó la guía, una joven amabilísima que habla un poco de español y nos conduce al interior de la cueva bajando unas escaleras. Esta primera cueva no es muy grande, aunque la visita continúa saliendo al exterior y atravesando varias calles del casco antiguo para llegar a otra cueva, esta sí, mayor. El tener que salir y luego volver a entrar se debe a que, aunque las cuevas se comunican, la mayoría son privadas y no todos los dueños han dado permiso para que se visiten. En resumen, esta actividad no nos ha resultado nada interesante ya que, como digo, son cuevas vulgares y corrientes donde se guardaba y fabricaba vino, exactamente iguales a las que hay en cualquier pueblo manchego.

Finalizada la visita nos tomamos un café con pastitas en la plaza antes de proseguir con el recorrido. 

Lo más relevante, curioso y desconocido de Gravina es el acueducto sobre el arroyo Gravina, construido por la familia Orsini en 1700. La chica de la visita anterior nos ha indicado el camino para llegar  al mirador desde el que se tienen las mejores vistas, y hacia ahí nos dirigimos. Al llegar resulta que el acueducto está en restauración y cubierto de plástico; aunque las vistas desde el mirador, con el valle, algunas ruinas romanas, el acueducto tapado y una pequeña capilla rupestre en la cima, son muy bonitas. 


Hacemos unas fotos y buscamos cómo llegar a otro de los lugares recomendados: La Casa de Cola Cola (no la Coca-cola), cerca de la catedral. Se trata de una casa que durante la II Guerra fue una cárcel alemana y hoy es un pequeño y muy curioso museo que enseña un joven llamado Marco, la quinta generación de artistas de cola cola, una pieza artesanal típica de Gravina que es realmente un silbato de cerámica con formas y colores diversos. Sus creadores fueron la familia Loglisci, que aún hoy mantienen una tradición de fabricación artesanal. La casa fue ocupada anteriormente por la propia familia.




Compramos un cola cola con forma de gato para la colección y Marco nos regala un lápiz de la casa-museo y nos da un plano en el que nos indica cuál es la joya de Gravina: la mayor iglesia rupestre excavada en la roca de Europa: la Chiesa Rupestre San Michele Delle Grotte, a las afueras del pueblo.

La entrada cuesta 3,5€ y merece mucho la pena. Tiene una columnata tallada en la roca y varios pequeños altares y estatuas.



Finalizada la vista nos dirigimos a Matera, una localidad que no se encuentra propiamente en la región de Apulia sino que pertenece a Basilicata.


Tras aparcar, lo primero que hacemos es buscar el restaurante donde hemos reservado para comer con TheFork: 900 Ristorante Casa Taccardi (20% descuento en comida a la carta. No bebida). El sitio es bonito y la atención buena, aunque la comida tarda bastante en llegar, las verduras salen frías y no es nada del otro mundo. Al final nos ofrecen unos licores muy ricos.

La ciudad antigua de Matera es una verdadera maravilla. Se conoce por los “sassi” y las iglesias rupestres que fueron catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993. Los sassi son cuevas y viviendas excavadas en las rocas, habitadas desde el siglo VIII, aunque realmente han venido siendo ocupadas ininterrumpidamente desde el Paleolítico. En la actualidad, algunas de ellas albergan locales de hostelería y hoteles de lujo.


Pasamos el resto de la tarde recorriendo todo el casco antiguo que es inmenso. Realmente es una de las localidades que más ha merecido la pena. Es realmente maravillosa.

Hay algunos sassi que se pueden visitar por dentro para ver cómo vivía o vive la gente en ellos, pero nosotros no hemos entrado. 



Lo que sí hemos visitado ha sido el complejo de las iglesias rupestres de Madonna delle Virtú y San Nicola dei Greci, una serie de capillas excavadas en la roca que conservan algunos coloridos frescos. Es bastante grande. Primero se visita la Chiesa de la Virtú, que en esta ocasión exponía una fantástica colección de azulejos artesanales que recreaban escenas y lugares emblemáticos de la ciudad; luego se sale al exterior y por unas escaleras se sube a otra capilla más pequeña, también en la roca, que es la de San Nicola. Muy interesante.  



San Nicola

Hay que decir, que según hemos leído en internet, la iglesa más destacada es la Cripta del Peccato Originale, a 7 km al sur de la ciudad, que es considerada la Capilla Sixtina‟ de la ciudad, porque está decorada con frescos benedictinos de los siglos VIII y IX que representan escenas bíblicas. La cripta, que antaño cobijó los rebaños de los pastores, es hoy un prestigioso tesoro del arte sacro italiano, y solo puede visitarse con cita previa. Hemos leído También bastantes críticas en internet sobre el precio excesivo (10€) y sobre que la visita es corta y con audiovisuales; hemos decidido no ir ya que en Matera hay varias iglesias rupestres muy interesantes; tampoco nos ha dado tiempo a más. Quizá en otra escapada.

Vemos atardecer desde uno de los miradores que ofrece unas vistas espectaculares de los sassi y cogemos el coche para ir a Altamura, aunque ya es tarde y finalmente dejamos esta visita para otra ocasión y volvemos a Bari.

Sobre Altamura hemos leído que es bastante interesante. Altamura quiere decir “murallas altas” ya que toda ella fue amurallada para protegerse de saqueos y guardar en su interior las riquezas de los comerciantes que, poco a poco, iban construyendo sus palacios en la ciudad. Lo más característico de Altamura son los llamados “Gnostre”, que significa “claustros” en el dialecto local, pero no la idea de claustro que tenemos nosotros sino que son pequeños callejones que no parecen llevar a ningún lado y que, a veces mediante arcos y pasajes angostos, desembocan en pequeñas plazas cerradas y sin salida.

Una pena no poder ver esta localidad, pero no hay más tiempo. No pensábamos que Matera fuera tan imponente y su visita bien puede ocupar un día completo.

 

Domingo, 28

 

Tras el desayuno recogemos el apartamento y emprendemos el camino al aeropuerto. Dejamos el coche y esperamos nuestro vuelo de vuelta que, también en esta ocasión, sorprendentemente sale a su hora.

Y fin de las vacaciones en Apuglia.

    

CONCLUSIONES:

 

1) Lo que más nos ha gustado y sorprendido ha sido: la ciudad de Bari, Cisternino (como pueblecito coqueto), Alberobello (trulli) y Matera (sassi). El resto está bien, muy bien, pero si se viene a la zona sólo tres o cuatro días, en nuestra opinión, lo mejor son esos cuatro sitios.

2) Conducen como psicópatas. Es muy estresante conducir por aquí ya que, aparte de que las carreteras, calles  y autovías tienen el firme hecho polvo, con enormes socavones, y continuas obras, la gente parece suicida. 

Por un lado, los intermitentes no existen; nadie los usa, ni para salir a una calle, ni para adelantar, ni para acceder o salir de la autovía o carretera. Deberían hacer los coches italianos sin intermitentes.

Por otro lado, las autovías no tienene apenas carril de acelaración por lo que la gente se mete a la autovía a 70 km/hora, sin respetar a los que ya circulan por ella, sin intermitente y a lo loco, sin ceder el paso, por lo que los demás son los que tienen que frenar bruscamente ya que, para remate, los del carril rápido van a toda pastilla, dando las luces, como locos. Para colmo nadie va por su carril sino que en la autovía van haciendo eses pisando continuamente la línea central y casi rozando a los demás. En fin, horroroso.

De los pasos de cebra ya ni hablo. Lo único que respetan son los semáforos, y no todos. La gente entra y sale a las carreteras en cualquier medio de locomoción sin ninguna indicación, a la velocidad que les parece, y sin importarle el resto de conductores. Cada uno a su bola.

 

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