La
India es el país más poblado del mundo ya que cuenta con 1.454 millones de habitantes habiendo superado a China en el 2023. Sólo Delhi tiene más población que España.
Respecto
a la comida, todas son picantes, incluso las que dicen que no pican nada; para
ellos “cero picante” es “bastante picante”. Todo pica.
Uber
funciona de maravilla y es muy barato
Tarjeta
e-SIM de Airalo funciona perfectamente y es más barata que Holafly
Un
entretenimiento de los indios es alimentar a las palomas con maíz; hay millones
por todos sitios.
El
tráfico es caótico, no se respetan señales, ni semáforos, ni pasos de cebra, ni
aceras. Para cruzar una calle lo mejor es no titubear y no hacer contacto
visual. Hay que decir que sólo vimos un incidente durante todo el tiempo que
permanecimos en el país (ninguno con nosotros) Y la misma recomendación vale
para los vendedores callejeros.
Finalmente,
a los templos y mezquitas se entra sin calzado por lo que conviene llevar unos
pinkis o calcetines; y un pañuelo grande para cubrir los hombros y cabeza
(tanto hombres como mujeres en algunos de ellos).
Viernes, 1 de noviembre
El
viaje empieza regular ya que al llegar al aeropuerto la empresa contratada
para recoger el coche no se presenta po rlo que tenemos que improvisar y dejarlo en otra cuyo
representante andaba por allí. El viaje transcurre sin más incidentes; todos los
vuelos salen en punto y la escala en Estambul es breve. Nos espera una
experiencia extraordinaria.
Sábado, 2
DELHI
Tras
el largo viaje llegamos al aeropuerto de Delhi, nuestro primer destino, desde
donde nos trasladamos al hotel Leela Ambiance (Ver crítica en TRipAdvisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g304551-d3510307-r1035348405-The_Leela_Ambience_Convention_Hotel_Delhi-New_Delhi_National_Capital_Territory_.html) para instalarnos y desayunar.
Delhi
es la capital de la India y una de las principales puertas de entrada al país.
Es una metrópolis bulliciosa que combina a la perfección lo antiguo con lo moderno. En medio
de los rascacielos que crecen a gran velocidad encontramos los restos de una
época pasada.
Después
del desayuno visitamos la Vieja Delhi, una ciudad viva y colorida, y también
sucísima.
La
primera visita ha sido Jama Masjid o Mezquita
del Viernes que es una de las mayores mezquitas de la India . Un lugar espectacular.
Fue
construida por el emperador mogol Shah
Jahan (el mismo del Taj Mahal) entre 1644 y 1658, y se dice que
participaron más de 500 artesanos en su edificación.
La
entrada es gratuita pero hay que pagar un suplemento si se quieren tomar fotografías.
Finalizada la visita tomamos en la puerta unos rickshaws con los que damos un paseo por las estrechas y bulliciosas calles de la Vieja Delhi. La primera impresión es de caos absoluto.
A
continuación nos dirigimos a Raj Ghat, un lugar de conmemoración de Mahatma
Gandhi; Se encuentra en un gran jardín y está construido con una gran pieza de
granito; hay un fuego encendido 24 horas. No obstante, hay que decir que su
cadáver no está aquí ya que fue incinerado y sus cenizas esparcidas por varios lugares sagrados del país según fue su deseo. Este monumento se encuentra en el lugar exacto de sucremación el 31 de enero de 1948. La entrada al complejo es gratuita
Por
la tarde descansamos un poco y después nos bajamos a dar un baño a la espectacular piscina del
hotel, pese a que el agua estaba bastante fría. Cene fabulosa y a
dormir.
Domingo, 3 DELHI
Hoy toca visitar Nueva Delhi. En completo contraste con la Vieja Delhi, Nueva Delhi fue
diseñada y construida por los británicos en los años 20: es una ciudad de amplios
bulevares, impresionantes edificios gubernamentales, parques verdes y jardines.
El recorrido nos lleva por la avenida ceremonial, Rajpath, la imponente Puerta
de la India (un crisol de culturas), la Casa del Parlamento y la Residencia
Presidencial.
| Puerta de la India |
Después, visitamos el exótico Templo Sikh Gurudwara Bangla Sahib, uno de los más grandes, bonitos e importantes de Delhi y que incluye una cocina comunal donde se sirven más de 6000 comidas al día para todo aquel que no tenga medios, sin discriminar por creencias o religión.
Este
templo es uno de los monumentos que más nos han impactado porque deja atónito
al visitante tanto por su belleza como por lo que significa en solidaridad y
ayuda a los más necesitados.
El
acceso es libre pero hay que descalzarse a la entrada y cubrirse hombros,
cabeza y brazos tanto hombres como mujeres.
Almorzamos en un restaurante local con todo el grupo y por la tarde los abandonamos y nos vamos por nuestra cuenta.
Cogemos
un Uber, que en las ciudades importantes de India funciona de maravilla, y nos
dirigimos a Qutub Minar, un
sitio arqueológico espectacular, Patrimonio de la Humanidad desde 1993.
El
ticket no se saca en la misma entrada sino al otro lado de la carretera y luego
se cruza esta para acceder al recinto. Aunque hay muchísima gente, sobre todo
indios, no se tarda mucho en entrar porque hay accesos diferentes para
extranjeros y nacionales; también hay precios dierentes: turistas 600 rupias (unos 6€) y nacionales 40 rupias (0,40 cts). Aceptan tarjetas.
Los
monumentos históricos que componen este complejo fueron construidos a partir de
finales del siglo XII y representan las primeras muestras arquitectónicas
indo-islámicas del mundo. Los restos de palacios que quedan están muy bien
conservados y aquí se puede admirar el qutur minar, el minarete de ladrillo más alto
del mundo, con 72,5 mts.
En
la actualidad se sigue especulando sobre el auténtico propósito que llevó
a la construcción de este monumento. Está claro que se pretendía utilizarlo
como minarete de la mezquita de Quwwat-ul-Islam junto
a la que estaba construido. Se cree también que la construcción podría haber
sido una torre de la victoria o una torre de defensa.
Terminada
la visita salimos con idea de coger un Uber, pero se nos acerca un un tipo muy
peculiar y parlanchín que tenía un tuc-tuc estrafalario (aquí en India se le
denomina rickshaw motorizado) y, al final, pactamos que por 20€ nos llevara a
los cuatro juntos en su vehículo a visitar todos los lugares que habíamos
seleccionado. Todavía no entendemos cómo cupimos los cuatro, más él, en el
pequeño carromato, pero nos metimos, nos llevó y nos esperó en la puerta de cada
uno de ellos durante toda la tarde. En algún caso que era gratis el acceso,
entró con nosotros y nos guardó los zapatos en una bolsa que llevaba a tal
efecto. Iba bien preparado. Nos dijo que se llamaba Ali Babá. Lo más gracioso
es que al decirle que éramos españoles nos puso música a toda pastilla en unos
altavoces que llevaba en la parte de atrás. Fue divertidísimo ir, como una
velilla, sorteando coches, motos, autobuses, camionetas y personas, oyendo y
cantando los cinco a pleno pulmón la canción Bella Ciao o el Despacito. Fue de
esos momentos que nunca se olvidan.
Comenzamos el recorrido por la Casa de Adoración Bahá'í, popularmente conocida como Templo del Loto, por su forma de flor. El edificio fue completado en 1986 y ha ganado numerosos premios arquitectónicos; recuerda un poco a la Ópera de Sidney. La entrada es gratis para todos los visitantes tanto extranjeros como indios.
El interior es inmenso. Se entra por una puerta, se cruza el templo y se sale por otra que conduce, atravesando los jardines, a la salida donde nos esperaba Ali Babá.
Al terminar salimos del recinto y continuamos hacia otro de los monumentos imprescindibles: la tumba de Humayun.
La entrada vale
600 rupias para extranjeros y 40 para nacionales y se saca en las taquillas
junto a la entrada. Aceptan tarjeta. A las 17:30 cierra la taquilla y a las
18:30 lo hace todo el complejo.
Es una visita imprescindible. Nos ha gustado muchísimo. Especialmente el edificio de la tumba es impresionante. Nos explicaron que en él se inspira el Taj Mahal; y la verdad es que se parecen muchísimo.
Ya de noche, nos dirigimos, dando botes en el rickshaw, al Templo Akshardham que está espectacularmente iluminado. Desde lejos se veía maravilloso. Ahí nos despedimos de Ali Babá y entramos al recinto del templo que cerraba a las 18:30, pero en el que había un espectáculo de luz y sonido al que pensamos quedarnos. Llegamos pasada un poco la hora, pero el guardia nos dejó entrar.
Y
ahí comenzó uno de los contratiempos más serio que hemos tenido nunca en un
viaje:
Nuestro
amigo se empezó a poner blanco, con dolor horrible, sudoración, se tumbó en el suelo del
dolor. Ráoidamente llegaron los guardias de seguridad del
templo, ambulancia, los cuatro nos subimos a ella a la fuerza (no querían
llevarnos a todos) atravesando los mercados, con la sirena y un altavoz. Una
experiencia inolvidable
Ante
la urgencia, nos trasladaron a un hospital público. Indescriptible. Lección más
que aprendida: nunca hay que ir a un hospital público en la India. Parecía un
dispensario de película de terror y, para remate, muchísimos problemas de
comunicación porque los médicos hablaban un inglés tan raro que no entendíamos
nada (ni con el traductor de Google nos entendimos).
Decidimos, ante este horror, cambiar a uno privado (sin haber hablado aún con el seguro) que incluso los médicos y los guías, nos aconsejaron; pero ante la duda de dónde ir, nos dejaron en una patio a esperar a que el seguro nos diera indicaciones. Por fin, nos dicen del seguro a donde ir y nos recoge otra ambulancia. Los cuatro entramos, otra vez a la fuerza, camino del nuevo hospital cuya apariencia y funcionamiento era mucho mejor (sin tirar cohetes pero más limpio y más cuidado). Y la atención de los médicos, muy buena. Eso sí, al entrar sólo por ser atendido hay que pagar 10000 rupias (100€) y luego pagar por cada prueba (un escáner, 12000 rupias). Alucinante pensar quién puede pagar eso en la India con el nivel de vida que hay.
| Sala de espera (en la calle) del hospital privado |
Hay que decir que los dos guías se portaron excepcionalmente bien (el de Madrid y el local) y llegaron enseguida al hospital para acompañarnos Estuvieron casi toda la noche hasta recibir el alta. Esa es la parte buena de los viajes organizados. Diagnóstico: cólico nefrítico. Medicación y al hotel a descansar. Y mañana a seguir el circuito.
Toda
la vida recordaremos esta experiencia cuando hablemos del viaje de la India.
Lunes, 4
DELHI - SHAPURA - JAIPUR
Tras el desayuno salimos hacia Jaipur. Prácticamente hemos pasado casi todo el día en el bus. Hay que decir que desde Delhi a Jaipur hay algo menos de 300 km. pero tardamos 7 horas en llegar debido a que toda la carretera está en pésimas condiciones por obras.
En nuestro programa figuraba un recorrido por la aldea de Shahpura para conocer la vida rural en la India, pero al
parecer íbamos justos de tiempo y no la hicimos así que el autobús nos dejó en
la parte baja del pueblo (que no vimos), nos recogieron unos jeeps y nos
condujeron hasta un precioso haveli o mansión
tradicional que era también un hotel
y estaba restaurado primorosamente. Allí almorzamos y tuvimos tiempo para
disfrutar del palacete (porque eso es lo que parecía). Precioso.
Posteriormente entramos
y nos colocamos ante el altar para presenciar la ceremonia del Aarti que se realiza la caer la noche (las 18:00).
No está mal, pero hay muchísima gente (nacionales y extranjeros); nada que ver con
esta misma ceremonia en el Ganges, en Benarés.
Al
finalizar el espectáculo nos dirigimos al hotel Golden Tulip (ver crítica en Tripadvisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g304555-d6373525-r1035392595-Hotel_Golden_Tulip_Jaipur-Jaipur_Jaipur_District_Rajasthan.html
)para cenar y descansar.
Martes, 5 JAIPUR
La
primera visita de hoy es el famosísimo Fuerte
de Amber que se encuentra a 11 km de Jaipur. Se trata de un complejo
palaciego que se encuentra dentro del fuerte. El palacio se sitúa dentro
del enorme complejo del fuerte y está repleto de salones, jardines, pabellones
y templos. Las excavaciones arqueológicas han demostrado que el palacio-fortaleza
está levantado sobre las ruinas de un templo al sol del año 955.
Las vistas, según se va llegando al complejo, son espectaculares con el rosa de las
murallas dominando la montaña sobre el lago Maotha. Desde arriba las vistas del
lago son también maravillosas con la pequeña isla de formas geométricas en su
interior en la que los jardines y
huertos aprovechan la humedad para crecer.
En el interior del recinto había muchos hindúes haciéndose fotos vestidos con trajes típicos (álbumes de bodas, publicidad, celebraciones varias...)
Se accede al complejo por una puerta llamada Suraj Pol (pol es la palabra que denomina a una puerta de entrada a un fuerte). A continuación se entra en un gran patio en el que se encuentra el templo de la diosa Shila. En un segundo patio puede verse el edificio dedicado a la Sala de Audiencias públicas, una sala abierta por tres partes, con doble hilera de columnas de piedra arenisca rosa y amplias cornisas.
Hacia
el lado sur se encuentra la gran puerta Ganesh Pol, llamada así por la imagen
del dios-elefante que está en el centro del arco; esta puerta da entrada a las
habitaciones privadas del maharajá. Está decorada ricamente con frescos y
mosaicos. Tiene ventanas de celosía.
Por el lado este se entra a la sala del Consejo Real, muy lujosa, decorada con mármol
blanco y con mosaicos, tanto el techo como las paredes. Hay otra sala (salón de
los espejos) que era la Sala de audiencias, totalmente recubierta de espejos y
vidrieras en la que según se cuenta, una única vela encendida podía alumbrar la
estancia completa.
En el lado oeste del patio del jardín se halla el Palacio del Placer, con puertas de marfil y madera de sándalo. Sobre las paredes de mármol caían cascadas de agua.
La parte más antigua está hacia el sur, en un patio central donde se encuentra el gineceo (la planta baja era para las princesas y la superior para las concubinas).
Finalizada
la visita, que nos lleva prácticamente toda la mañana, nos dirigimos al Jantar Mantar, un observatorio
astronómico y astrológico construido en 1726 y reconocido
como patrimonio mundial por la UNESCO en 2010.
Cuando nos hablaron del observatorio, creíamos que se trataba de un edificio, pero nos sorprendió que realmente es un patio enorme repleto de construcciones que son instrumentos de precisión para estudiar el firmamento, algunos de ellos con más de tres siglos de antigüedad. Es
uno de los observatorios de mayores dimensiones del mundo y que todavía sigue estando en uso. Consta de más de 20 instrumentos astronómicos
que, en su momento, fueron de los más punteros para observar la bóveda celeste.
Entre
los “gnómones” más conocidos está el Samrat Yantra, que es el reloj de sol que
apunta al polo norte más grande del mundo (27 metros de altura)
Finalizada la visita comemos con el grupo y después decidimos recorrer por nuestra cuenta algunos de los monumentos y lugares más emblemáticos de la ciudad de Jaipur.
Nos dirigimos en primer lugar a Palacio de los Vientos (Hawa Mahal), un edificio con una fachada preciosa, repleta de ventanas escondidas por celosías desde donde las damas de la corte cotilleaban la vida de la ciudad sin ser vistas. El nombre le viene dado por el sonido que producía el aire al chocar contra las rendijas de los ventanales y que cumplía una doble función: musical y lograr aclimatar los días de duro calor que se dan en Jaipur.
Su construcción se inició en 1799 por orden del Marahajá Sawai Pratap Singh, un tipo bastante machista y celoso que no quería que ninguna de sus mujeres tuviera contacto con el público, ni fuesen vistas, así que les construyó este espacio repleto de lujos al que se denominaba la «jaula de oro; por tanto, la función del Hawa Mahal, era ser la «carcel» del harén del Maharajá.
Llama
la atención, que detrás de esta fachada tan monumental, el interior se compone
de pasillos, muros, estancias y salones pelados (donde estaba el harén ). Se puede
visitar por dentro pero no merece la pena ya que sólo hay 5 plantas de
habitaciones vacías; lo más espectacular es la fachada.
Este
palacio está en una avenida muy concurrida y extremadamente caótica por cuyas
aceras se extiende el bazar más
importante de la ciudad. Sorteando puestos, vendedores, motos, righshaws, gente,
animales y demás, recorremos la avenida hasta llegar al Palacio de Jaipur, nuestro segundo punto de interés. Este palacio
se encuentra muy cerca del Hawa Mahal y para llegar a él desde la avenida hay
que atravesar dos preciosas puertas.
Realmante se trata de un complejo palaciego que incluye los palacios Chandra Mahal y Mubarak Mahal junto con otras construcciones.
Es un complejo formado por dos grandes patios, varios pabellones y salas y un palacio. El palacio es a día de hoy usado por descendientes de Maharajás y personalidades, pero se pueden visitar varias estancias (obligatoriamente con guía) . Durante nuestra visita había familiares allí y sólo pudimos asomarnos a las dependencias privadas y ver a los descendientes de los Maharajás de lejos.
El precio de la entrada depende de las estancias que se quiera visitar: por 2000 rupias se visita una habitación e incluye el guía y un refresco. Lo mismo, pero recorriendo 4 habitaciones cuesta 4000 rupias. Muy caro.
Si no se quiere visitar el palacio (en nuestro caso no pudimos porque había familiares y, al parecer, embajadores), se compra un ticket por 1000 rupias que da acceso a todas las salas, dependencias, patios y el museo (va sellándose en cada sala), excepto al palacio. Esta es la que hemos elegido y la que compra la mayoría de la gente. Aquí dejo una foto del plano que entregan con el ticket en el que se ve claramente la distribución.
El palacio fue mandado construir por el Maharajá Jai Singh I y se realizó utilizando la piedra rosa característica de esta ciudad. Arquitectónicamente hablando el palacio es una mezcla de la arquitectura tradicional rajastaní, con la mogola que engloba patios, jardines y numerosos edificios que ocupan casi la séptima parte del suelo en la ciudad; está rodeado por una muralla lo que le hacer ser considerado como un palacio fortificado.
En su interior son varias las estancias que se pueden visitar (ver el plano) e incluso hay una sala muy curiosa para nosotros con monturas de elefantes.
Nustra visita al palacio no acabó ahí ya que nos esperaba una enorme sorpresa. Cuando ya dábamos por finalizado el recorrido empezamos a oír música y a llegar al patio elefantes engalanados, camellos, hombres ataviados con trajes típicos, músicos… Nos quedamos a esperar y, al parecer, había venido la familia y varios mandatarios y había un recepción con este increíble espectáculo. Esperamos para verlo hasta que tuvimos que abandonar el recinto para la fiesta privada. Fue una experiencia inolvidable.
No obstante, optamos por subir a un local que nos habían recomendado, Tatoo Café, justo frente al Palacio de los Vientos. Se encuentra en la acera de enfrente (es un portal pequeño pero hay un cartel que lo indica) y se trata de una azotea desde las que hay unas vistas excepcionales del palacio iluminado. Cogimos de casualidad la mejor mesa, justo al lado de la baranda de cristal al frente, nos tomamos unas copas, hicimos unas fotos y volvimos al hotel a descansar.
Hoy
visitaremos la ciudad de Agra. En el trayecto hicimos una parada para visitar Fatehpur Sikri, la ciudad desierta, de
piedra arenisca roja, que fue erigida por el emperador mogol Akbar entre
1571 y 1585 como su capital.
Era
–es- una verdadera ciudad de cuento de hadas y sus “ruinas” continúan en un
estado óptimo. No es difícil imaginar cómo debía de ser la vida de la corte en
los días de su grandeza, aunque sorprendentemente la ciudad se abandonó sin
llegar a ser terminada.
El autobús nos deja en el parking y desde él nos trasladan hasta la entrada de la ciudad en grandes carritos de golf (la moda ecológica actual para cortos desplazamientos de turistas). El precio son 600 rupias yel horario, como todos, desde el alba hasta el atardecer.
Hemos
tenido suerte porque hoy no había mucha gente y la pudimos disfrutar muchísimo, como si fuera una visita privada.
La ciudad es impresionante y se compone de patios y pabellones, residencias del maharajá y de su esposa, caballerizas, templos, puertas. Son muy curiosos los retretes, que parecen caballerizas, en los que había unas cortinas para tapar a la gente.
Llama
la atención el sistema de tuberías para recoger el agua de lluvia, y de pequeños
canales para transportarla a cisternas y a las propias edificaciones para
suplir el calor.
En
el centro hay un estanque con puentecitos y plataforma para espectáculo de
baile.
Volvemos a autobús para continuar la ruta y, al salir de la ciudad, nos vemos envueltos en un atasco monumental que nos retrasa varias hora y provoca que comamos muy tarde y que lleguemos a Agra con el tiempo justo para visitar (muy rápidamente) el Centro de la Madre Teresa de Calcuta. Nos recibe una monja de la orden. Realmente esta visita sólo se hace para que la gente done dinero. Además, como hemos llegado tan tarde debido al atasco, los niños ya están durmiendo y no vemos ese pabellón, sino sólo el de las mujeres. Una visita megarrápida.
Desde aquí nos dirigimos al hotel Clarck Shiraz (bastante cutre en comparación con los antiores; en 2013 estuvimos en él y ya estaba viejo y ahora, sin reformas, más) Ver crítica en TripAdvisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g297683-d455480-r1035545565-Hotel_Clarks_Shiraz-Agra_Agra_District_Uttar_Pradesh.html
Tras
el desayuno salimos con el bus para conocer la joya de la corona: el Taj Mahal.
La idea era salir temprano sin desayunar para ver allí el amanecer, pero decidimos salir más tarde porque iba a haber bastante neblina a esa hora y no lo podríamos contemplar en todo su esplender. Hicimos bien porque llegamos dos horas más tarde y aún la había.
El
bus nos dejó a la puerta del recinto, que es grandísimo, y nos desplazamos luego
en grandes carritos de golf eléctricos hasta las taquillas. La entrada general
para extranjeros cuesta 1300 rupias (aprox. 15€) e incluye el acceso al
mausoleo, mientras que solo el acceso al recinto cuesta 1100 rupias. Los ciudadanos
indios pagan aproximadamente 250 rupias. Nosotros compramos la primera (recinto
y mausoleo, que merece la pena)
El complejo está compuesto por tres edificios y jardines. Nos ha informado el guía de que, en principio, la idea fue levantar otro negro al lado del primero pero al final no se llevó a cabo.
El
Taj Mahal es uno de los edificios más famosos del mundo entero, patrimonio de
la humanidad desde 1983, fue construido por el emperador Sha Jahan en
memoria de su amada esposa Mumtaz Mahal quien le dio catorce hijos
pero falleció en el último parto; sin duda, es el monumento más grande, hermoso
y delicado del mundo dedicado al amor y el más bello ejemplo de tumba, con un estilo
que combina elementos de las arquitecturas islámica,
persa, india e incluso turca. En el mausoleo se pueden ver las
tumbas de Sha Jahan y su esposa Mumtaz, las pantallas que rodean el
cenotafio son de mármol calado con incrustaciones de piedras preciosas.
Nada más que decir de esta maravilla que deja con la boca abierta.
Tras comer en un restaurante local y, casi con el postre en la garganta, partimos hacia el Fuerte Rojo (o Lal Quila), un fuerte-palacio con una impresionante doble muralla de 2,5 kms. que rodea todo el complejo. Desde sus ventanales hay increibles panorámicas sobre el Taj Mahal y el rio Yamuna. Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1983.
El
sitio es una maravilla. Está peor conservado y es más antiguo que el famoso pero
aún así, precioso. Fue construido por la misma familia y es, al igual que el má conocido, un
monumento funerario. La construcción de esta tumba comenzó en 1622 y se completó en 1968 y en ella se encuentran enterrados, Mirza (padre de la emperatriz mogola Nür Jahän quien lo
mandó construir para él) y su esposa Asmat Begum.
Terminada la visita, contratamos un Uber para volver al hotel, pero nos cancelan dos veces el viaje porque hay tal tráfico que es imposible llegar. Así que decidimos dar un paseo por el bazar que está justo al lado del pequeño Taj. Aquí un vídeo de una calle de la ciudad una noche cualquiera.
Viernes, 8
AGRA - BENARÉS
Hoy hemos dedicado el día prácticamente entero a desplazarnos hasta Benarés o Varanasi. Tras el desayuno salimos en autobús hacia Delhi donde tenemos que coger un vuelo a Venarés que es la ciudad más sagrada del hinduismo y un lugar importantísimo de peregrinación. Benarés es una ciudad única que vibra con fuerzas cósmicas más allá del entendimiento (algo que experimentamos en un viaje anterior, pero no ahora; todo ha cambiado y hay un exceso de turismo que hace imposible el recogimiento).
A la hora de la salida de Agra, sufrimos el segundo percance serio del viaje: se ha perdido un pasaporte. Creemos que nos lo habían robado. Tras discutir mucho con el guía que quería que nos quedásemos en Agra (porque aquí los delitos van por distritos obligatoriamente) nos vamos con el grupo (y sin pasaporte) a Delhi.
Al
llegar, nos dejan a los cuatro con nuestro equipaje en el distrito de la Puerta
de la India (el guía local se queda con nosotros) y el resto del grupo se va
a comer
y al aeropuerto.
Nuestros
amigos se van a la Embajada Española para notificar lo ocurrido y pedir un
pasaporte de urgencia y nosotros, con el
guía, a la comisaría a poner la denuncia que hay que presentar en la embajada. Decimos,
obviamente, que nos lo han robado en esa zona.
En
la comisaría todo fue surrealista y vamos a
ahorrar detalles: varios inspectores, mil preguntas, incomunicación, gritos, etc. etc. Nos dicen, tras un buen rato, que van a revisar las cámaras de seguridad de la zona (creíamos que nos tomaban el pelo) y en ese preciso instante... ¡se va la luz! y queda toda la comisaría a oscuras y todos los ordenadores apagados. Parecía todo una película de humor y de horror a partes iguales
Resumiendo: después
de 2 horas allí, el pasaporte aparece entre unas cosas en una maleta. En fin,
salimos del edificio casi corriendo, recogemos en la embajada a nuestros amigos,
pedimos un Uber, y volando llegamos al aeropuerto a tiempo de coger el avión
con todos los compañeros. ¡Una odisea!
Llegamos a Veranasi por la noche y vamos directamente al hotel Rivatas (Ver crítica en TripAdvisor: https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g297685-d3668358-r1035617874-Rivatas_by_Ideal-Varanasi_Varanasi_District_Uttar_Pradesh.html )
Varanasi es una de
las ciudades más antiguas del mundo, con una historia que se remonta a más de
3000 años.
Muy temprano, al amanecer, nos desplazamos hasta al Ganges (río sagrado pero tan contaminado que no vive ningún pez en él), donde los peregrinos hindúes llevan a cabo sus rituales en los Ghats (grandes escaleras) que llevan al río. Recorremos varios Ghats en barca mientras experimentamos la mística espiritualidad de estas aguas santificadas. Es todo un espectáculo ver salir el sol sobre el río mientras se desarollan los rituales.
Por esta zona, especialmente, llaman mucho la atención al visitante occidental, unos personajes llamados sadhus o, lo que es igual,
hombres santos que permanecen, casi inmóviles, sentados en el suelo. Son personas que han
optado por el ascetismo radical que en la India tiene en
torno a cinco millones de fieles. Estos
santones viven en la calle y de la caridad, y han prescindido de cualquier bien
material. Es característico que muchos se pinten la cara (incluso el cuerpo entero) con
ceniza y otros colores y dejan crecer el pelo y las barbas; participan en
los rezos y ceremonias religiosas de las ciudades, y algunos se
autoinfringen duras penitencias como
ayunar de forma prolongada, permanecer de pie durante meses, arrastrar grandes
pesos o atravesar piras de fuego. Su aspecto es tremendamente llamativo para un
occidental que viaje por primera vez a la India, pero no para los hindúes, que
están acostumbrados a verlos en los templos, en las calle o sentados en las
orillas de los ríos. Benarés es uno de los lugares donde más se nota
la presencia de estos hombres
santos; de hecho, aquí es donde más hemos visto.
| Ghat |
A continuación hacemos un
recorrido por esta zona cercana al río con un guía local que nos muestra los puntos
más emblemáticos, incluso visitamos uno de los crematorios más importantes; ahora no
dejan acceder al recinto y se ve todo desde unas terrazas.
| Creamatorio |
Tras el paseo por el Ganges, volvemos al hotel a desayunar y dejamos al grupo para emprender una ruta con un guía y chófer que hemos contratado para el día completo a través de GetYour Guide: “Visita guiada de Veranasi y Sarnath en coche” (Contacto: Golden Triangle of India. Tlf.+917830908031) El precio fue de 190,44€ en total (unos 50 por cabeza que está bastante bien para todo lo que ofrece).
Aunque
esta excursión empezaba al amanecer para ver amanever en el Ganges, acordamos
con el guía hacerla al atardecer y aprovechar la del grupo por la mañana y de ese modo ver tanto el amanecer como el ocaso. Así
lo hicimos.
Tras
recogernos en el hotel partimos hacia Sarnath,
a unos 13 kms de la ciudad, para ver la famosa estupa Dhamek, conocida
como el lugar donde Buda pronunció su primer sermón, en el parque de los
ciervos. Esta estructura mide 43,6 metros y su base circular está adornada con
exquisitos patrones florales e inscripciones que datan del siglo V. La
combinación de construcción de piedra y ladrillo le da un encanto atemporal.
El
sitio arqueológico engloba, además de la estupa Dhamek, otras muchas estupas, así como
un Templo tailandés (un impresionante
ejemplo de la arquitectura tailandesa) o el Mulagandha Kuti Vihar, un templo moderno que cuenta con
hermosos murales la vida de Buda. Finalmente se puede visitar el Museo
Arqueológico de Sarnath que incluye objetos varios, esculturas antiguas e
inscripciones que arrojan luz sobre la rica historia de la región.
Algo que merece mucho la pena aquí es la
imponente estatua
pedestre de Buda, de 26 metros de altura, la más grande de la India. Esta
escultura única fue tallada a partir de 843 bloques de piedra arenisca,
cada uno con un peso aproximado de 1,5 toneladas. Solo el trabajo de tallado
duró más de 11 años. La erección de la estatua se llevó a cabo durante otros 6 años,
de noviembre de 2005 a diciembre de 2011.
Finalizada la visita volvemos a Benarés y -¡cómo no!- visitamos un taller artesano de prendas de seda natural.
Pero el templo que más nos ha gustado, con diferencia, en la ciudad es el que visitamos a continuación: el Templo de la diosa hindú Durga que vive en sus alrededores y que simboliza la maternidad, la destrucción de lo maligno o las ideas falsas del ser humano y la regeneración necesaria del universo.
El
templo está construido junto a un gran
estanque y destaca por su color rojo intenso y dorados.
OJO: El suelo, que hay que pisar delcalzo, está mojado continuamente por lo que hay que tener mucho cuidado con los resbalones. Yo patiné en una escalinata y di con mis huesos en el mármol.
Cerramos el paseo por la ciudad vieja con la visita a la Universidad Hindú, que es enorme y tiene muchísimo ambiente; en los jardines de la Universidad hay una reproducción (conocida como New Vishwanath Temple) del templo Shri Kashi Vishwanath o Templo Dorado, por las cúpulas doradas que lo adornan.
El Kashi Vishwanath es uno de los templos más sagrados del
país y está consagrado al dios Shiva. El interior es majestuoso con
columnas en dos pisos y corredores tallados, todo en mármol blanco.
Cuando salimos del templo ya está anocheciendo y nos apresuramos para llegar a los ghats del Ganges a tiempo para coger una barca y recorrer sus aguas. No dejamos de practicar el ritual de dejar sobre ellas una flor de loto con una velilla como ofrenda al río sagrado.
La vista, desde el río, de la ciudad iluminada con la gente purificándose en la orilla, los fuegos de los crematorios, los palacios y templos es impresionante.
A continuación, desembarcamos y nos dirigimos rápidamente a disgrutar de la ceremonia Aarti, algo imprescindible si se visita esta ciudad. Esta ceremonia se lleva a cabo todos los días al anochecer en las orillas del Ganges. "Aarti" tiene dos significados principales: es un ritual de adoración hindú que involucra la ofrenda de luz a las deidades (en este caso el río sagrado) y, como verbo, significa "remover la oscuridad". La ceremonia, también conocida como "ceremonia de la luz", consiste en agitar lámparas de aceite encendidas, acompañada de cánticos, incienso y flores. Simboliza la purificación y la eliminación de la ignorancia a través de la luz.
La verdad es que, al finalizar nuestro día en Veranasi, no sabríamos con qué quedarnos; quizá únicamente se podría prescindir del Templo de la Madre India (el del mapa de mármol) porque todo lo demás ha sido espectacular.
Domingo, 10 BENARÉS - DELHI
Hoy
se acaba este maravilloso viaje por la India. Volamos a Delhi y allí tomamos
otro vuelo con dirección Madrid donde llegamos el día 11.






