Hemos decidido pasar el cambio de siglo y de milenio bien lejos de España, en concreto, en China. La verdad es que no nos habíamos planteado algo así (de hecho, íbamos a irnos a Canarias) pero a última hora hemos encontrado un chollo de viaje y estas oportunidades no pueden perderse: por 150.000 pts. siete días en el país visitando Shanghái y Pekín, incluida media pensión, visitas y traslados (en avión entre las ciudades)
27 de diciembre, 2000
El primer día salimos de
Barajas en vuelo a Shanghái con China Eastern Airlines y pasamos todo un día de
viaje. Pese a la larga duración, resulta cómodo y agradable.
28 de diciembre, 2000
Llegamos a Shanghái y nos
hospedamos en la planta 23 del hotel Radisson, habitación 2304 que tiene unas
vistas increíbles de la ciudad.
Tras coger la habitación nos vamos a comer nuestra primera comida asiática de verdad en el restaurante Pacífico donde no hay cubiertos, así que hacemos nuestros primeros pinitos con los palillos.
Tras coger la habitación nos vamos a comer nuestra primera comida asiática de verdad en el restaurante Pacífico donde no hay cubiertos, así que hacemos nuestros primeros pinitos con los palillos.
Por la tarde damos un paseo
por la ciudad recorriendo la parte nueva y el barrio francés al otro lado del río
Huangpo; damos una vuelta por el malecón, un paseo junto al río, para hacernos
una foto frente al cambiante horizonte de Pudong (con su altísimo pirulí
llamado La Perla de Oriente, que es el edificio de la Tv)
Terminamos recorriendo la comercial y luminosa calle Nanjing que, pese a que es tarde, está a rebosar de gente entrando y saliendo de todos los comercios y locales que aún siguen abiertos. Esta calle es la principal arteria comercial de Shanghái y unos de los centros comerciales más activos de China. La calle se extiende 10 kilómetros y tiene dos secciones: Nanjing Dong Lu (Este) y Nanjing Xi Lu (Oeste). La sección peatonal encabezada en su extremo este por el Peace Hotel del Bund, conduce al oeste al Parque de Pueblo con numerosos edificios europeos de estilo años treinta. Todos los grandes almacenes se concentraban aquí antes de 1949. Uno de ellos, Shanghái No. 1 Department Store (en su origen, The Sun Department Store) es el mayor distrito de grandes almacenes y está delante de la pasarela elevada en la unión entre Nanjing y Xizang Lu, justo al noreste del parque Renmin. Este almacén acoge 100.000 visitantes diariamente con sus exóticos escaparates. Otro aspecto de Nanjing Lu son los innumerables salones de belleza, donde los clientes son expuestos en los escaparates para el entretenimiento de la gente en la calle.
Terminamos recorriendo la comercial y luminosa calle Nanjing que, pese a que es tarde, está a rebosar de gente entrando y saliendo de todos los comercios y locales que aún siguen abiertos. Esta calle es la principal arteria comercial de Shanghái y unos de los centros comerciales más activos de China. La calle se extiende 10 kilómetros y tiene dos secciones: Nanjing Dong Lu (Este) y Nanjing Xi Lu (Oeste). La sección peatonal encabezada en su extremo este por el Peace Hotel del Bund, conduce al oeste al Parque de Pueblo con numerosos edificios europeos de estilo años treinta. Todos los grandes almacenes se concentraban aquí antes de 1949. Uno de ellos, Shanghái No. 1 Department Store (en su origen, The Sun Department Store) es el mayor distrito de grandes almacenes y está delante de la pasarela elevada en la unión entre Nanjing y Xizang Lu, justo al noreste del parque Renmin. Este almacén acoge 100.000 visitantes diariamente con sus exóticos escaparates. Otro aspecto de Nanjing Lu son los innumerables salones de belleza, donde los clientes son expuestos en los escaparates para el entretenimiento de la gente en la calle.
La Calle Nanjing Xi Lu termina en el Parque de Pueblo. Más al oeste, es la Calle Nanjing Xi Lu más exclusiva, antiguamente conocida como calle del Pozo Burbujeante por el pozo que hay cerca del templo Jing’an. En este tramo se hallan algunos hotels más prestigiosos y históricos de Shanghái, incluyendo el Park Hotel y Pacific Hotel. El Park Hotel, fue la construcción más alta de Shanghái cuando se construyó en 1934 y era famoso por su comida soberbia y sus bailes. El Pacific Hotel, a pocos metros al este del parque todavía merece ser visitado por su impresionante y ostentosa fachada, sus fabulosos relieves del vestíbulo y un interior con bellas molduras. En este área también se encuentran complejos comerciales y mansiones lujosos como el Shanghái Center con tiendas de lujo, restaurantes y pisos residenciales.
Terminado nuestro recorrido volvemos a descansar al hotel.
29 de diciembre, 2000
El recorrido de hoy comienza en el Templo del Buda de Jade,
donde se pueden contemplar las figuras más preciosas y delicadas que hemos
visto nunca. Su contemplación deja embelesado al visitante. Es, sin duda, una
visita indispensable y unos de los templos más bonitos de la ciudad. En
la actualidad es el templo budista más
célebre de Shanghái y acoge a una orden de monjes con ideología Zen.
El origen del Templo del Buda Jade se remonta al año 1882 cuando el
moje budista Huigen tras una peregrinación por el Tibet trajo desde la
actual Myammar 2 estatuas de buda hechas en jade, donadas por rico comerciante
chino (Chen Jun-Pu) oriundo de Shanghái. Tras la su destrucción del templo en
1911 sus emplazamiento fue movido hasta el actual localización, construyéndose
el nuevo templo entre los años 1918-1928.
El templo destaca por su rica y refinada arquitectura, típica de los
templos budistas chinos. El complejo está formado por un patio principal y a su
lado diferentes salones y cámaras. El Gran Salón, la Cámara de los Cuatro Reyes
Celestiales y la Torre del Buda de Jade conforman la estructura principal del
templo y en los laterales se encuentran diferentes salones entre los que
destaca el Salón del Buda Reclinado.
El Gran Salón o gran sala destaca por sus cantidad de estatuas de
Buda. De ellas las más importantes son las Tres Estatuas de Oro (Buda,
Amitabha y Bhaisajyaguru) que se encuentra en la parte central
del salón. En los laterales de la sala se encuentran las estatuas de los
18 Arhats (seguidores originales de Buda que alcanzaron el Nirvana) y
las estatuas de Guanyin y Sudhana (personajes clásicos de
la literatura budista china) y su 52 maestros.
Con 2 pisos de altura, la Torre del Buda de Jade aloja la famosa
Estatua de Jade que da nombre al templo. Con sus 2 m de altura y 200 kg de
peso, la estatua este hecha enteramente de jade y piedras valiosas. Es
impresionante su delicadeza y su color, y de él emana una luz especial.
Localizada en uno de los laterales del templo en su interior se aloja
la segunda estatua de jade del templo, una representación de buda reclinado de
1 m de largo y decorado con piedras preciosas.
Otro elemento importante del complejo del templo es el comedor o
restaurante vegetariano. El lugar es famosos por sus ricas sopas de noodles,
aunque también se puede degustar solo un té con pastas.
Desde ahí nos dirigimos a la Ciudad Antigua de Shanghái,
o Barrio Antiguo, conocido por los locales como Nanshi (ciudad del sur), que es
una zona fascinante con una atmósfera antigua y viejos templos. Su forma
circular todavía refleja la huella de la vieja ciudad amurallada, levantada en
el siglo XVI para defenderse del saqueo de los piratas japoneses. Encontramos
jardines encantadores que son un remanso de paz, callejuelas para perderse,
mercadillos de antigüedades y lugares para comer que esconden agradables
sorpresas.
La Old City, la parte más antigua de Shanghái cuenta con más de 600
años de historia y todavía mantiene su típica fisionomía propia de los hutongs
o barrios antiguos de cualquier ciudad china.
Recorremos toda la zona empezando
por Shanghái Old Street, también
conocida como Xiao Dong Men, con sus 500 m de longitud donde se ubican
todo tipo de tiendas de artesanía, pintura y joyas, alguna de ellas con más de
200 años de antigüedad. En toda la calle destacan sus espectaculares edificios
de madera de plantas y su refinada decoración. Entramos a una tienda muy
antigua en la que se vendían pinturas primorosas hechas a mano con tinta y
delicados colores; compramos dos pinturas y continuamos el paseo.
Continuamos recorriendo el Bazar del Jardín del Mandarín Yu (Bazar
Yuyuan), 11 callejuelas por donde
diariamente pasan más de 100.000 personas visitando su abigarrado paisaje de
tiendas de todos los tipos. Uno de los mercados de la ciudad más entretenidos
para el turista y una visita muy aconsejable. Es un mercado popular, atiborrado
de artículos de uso cotidiano y pequeños animales. Tiene restaurantes
económicos así que no es un mal lugar para comer barato. Bastante turístico
también.
Es un sitio ideal para comprar recuerdos y tonterías baratísimos; así
que, compramos un montón de ellas.
Su historia se refiere a que antiguamente la ciudad de Shanghái giraba en
torno al Templo de los Dioses de la Ciudad, o Chenghuang Miao,
construido en época Song (siglo XI) para proteger y salvaguardar las estatuas
de los dioses locales. Este es uno de los templos más queridos por la gente
local que está dedicado a las 3 deidades más importantes de Shanghái. Entramos
al Templo a echar un vistazo
Visitamos después el Jardín Yuyuan, situado al lado del antiguo Templo,
que es una de las mayores atracciones de toda la ciudad y visita obligada
en cualquier itinerario, que es un jardín chino de estilo clásico con más de
600 años de historia.
En el centro de la ciudad antigua y en el mismo recinto del jardín se encuentra la Huxinting Tea House (la casa de té más antigua de la ciudad, fundada en el año 1855, también conocida como el Mid-Lake Pavilion Teahouse), justo enfrente de la salida principal del Jardín del Mandarín Yu. Se trata de un pabellón pentagonal de dos plantas en medio de un estanque rectangular, unida a tierra por un camino en zigzag llamado Puente de las Nueve Curvas, realizado para proteger la Casa de los malos espíritus, que según la creencia solo pueden caminar en línea recta. Es un icono en China y un lugar bellísimo.
Después de la comida nos
trasladamos al aeropuerto para tomar un vuelo a Pekín a donde llegamos ya de
noche.
Nos hospedamos en el hotel Kumlum, precioso, en la planta 15, una habitación enorme y con unas vistas espectaculares. Cenamos en el hotel y nos retiramos a descansar.
Nos hospedamos en el hotel Kumlum, precioso, en la planta 15, una habitación enorme y con unas vistas espectaculares. Cenamos en el hotel y nos retiramos a descansar.
30 de diciembre, 2000
Hoy comenzamos desayunando en
el maravilloso restaurante giratorio del hotel (una especie de platillo volante
enorme que lo culmina) seguimos con la comida rara como una sopa gelatinosa con
sabor a maíz que, al parecer, todos toman aquí como desayuno.
Hoy visitamos la famosa Plaza de Tian´anmen (Plaza de la Puerta Celestial) donde se encuentra el Memorial de Mao Tse Tung (al que no entramos). Esta plaza es la más importante de toda China, además de la más grande que existe en el mundo. Construida en 1949 tras la proclamación de la República Popular de China, la plaza cuenta con unas dimensiones colosales de 880 por 500 metros.
A lo largo de los años la plaza ha sido escenario de diferentes acontecimientos históricos entre los que
destacan las Protestas de 1989, que terminaron con la muerte de cientos de
manifestantes y la declaración de la Ley Marcial en Pekín.
El edificio más importante de la plaza y del que ésta toma su nombre es la Puerta de Tian'anmen, ubicada al norte de la plaza y que da acceso a la Ciudad Prohibida. Desde esta puerta, conocida como La Puerta de la Paz Celestial, Mao Zedong proclamó la fundación de la República Popular de China en 1949
En la parte sur de la plaza se encuentra la Torre Qianmen (también llamada Zhengyangmen), que acoge un museo
de la historia de Beijing.
En los lados este y oeste la plaza se encuentra flanqueada por dos
imponentes edificios: el Museo Nacional
de China y el Gran Palacio del
Pueblo (sede del Gobierno).
En el centro de la plaza se alza el Monumento a los Héroes del Pueblo, un obelisco de granito de 38 metros de altura que presenta algunas inscripciones de los más destacados líderes comunistas chinos.
En el centro de la plaza se alza el Monumento a los Héroes del Pueblo, un obelisco de granito de 38 metros de altura que presenta algunas inscripciones de los más destacados líderes comunistas chinos.
El centro de la Plaza de Tian'anmen se encuentra ocupado por el
Mausoleo de Mao Zedong, el edificio en el que yace el cuerpo embalsamado del líder comunista, fundador de la República
Popular China.
A continuación accedemos al recinto de La Ciudad Prohibida o Palacio Imperial, un
majestuoso complejo
arquitectónico desde el cual gobernaron los 24 emperadores chinos que se sucedieron durante más de de 500 años desde principios del siglo
XV.
El acceso se hace a través de cinco puentes de gran belleza que cruzan
el foso que rodea el Palacio Imperial. El
Palacio y sus dependencias estuvieron reservados para la corte y sus
súbditos desde su construcción en el año 1420, hasta 1949, por lo que se
le conoce como La Ciudad Prohibida. Cubre
un área de 720.000 metros cuadrados (aproximadamente 75 campos de fútbol) con
más de 70 palacios con más de 9000 habitaciones y edificaciones de diferentes
tamaños. Catalogado como uno de los cinco palacios más grandes del mundo, fue
construido a principios del siglo XV durante la dinastía Ming. En ella
intervinieron durante 15 años, 1.000.000 de obreros de los que más de 100.000
eran artesanos especialistas.
Todo el recinto está catalogado por la UNESCO como una de las estructuras de madera antigua más
grandes del mundo y fue declarada Patrimonio
de la Humanidad en 1987.
El aspecto más atractivo de la Ciudad Prohibida es su diseño arquitectónico imperial con vigas de madera, cubiertas de tejas vidriadas de color amarillo y pisos bajos de piedra verde y blanca, con variedad de magníficos murales y esculturas, conformando la estética típica de esa zona, con techos a dos aguas y galerías cubiertas de arcos redondeados. Es curioso ver que la mayoría de los palacios y dependencias están casi vacías ya que todo el mobiliario, enseres y multitud de objetos que decoraban los aposentos fueron llevados a Taiwan por Chang Kai-shek (líder nacionalista) durante el curso de la Guerra Civil en China.
Nada más entrar uno se halla en un gran patio de 30.000 metros
cuadrados donde el emperador hacía las grandes ceremonias públicas desde el
palacete que se eleva en su centro, el Salón
de la Suprema Armonía (o pequeño palacio); una muestra de este tipo de ceremonias se nos
presenta en la película El
Último Emperador, que fue rodada en la Ciudad Prohibida.
Construido en el año 1406, el Salón de la Suprema Armonia tiene su emplazamiento sobre una
terraza de mármol blanco de tres niveles, con las balaustradas decoradas con
numerosos relieves. Es una de las construcciones más llamativas e impresionantes
y en ella se rodó la escena más famosa de la película El último emperador.
Uno de los rincones más sorprendentes y bellos que podemos encontrar
en la Ciudad Prohibida es
la gran escalinata de mármol.
Situada en la parte posterior del
Salón de la Armonía Preservada, se trata de una escalinata de mármol en
cuya parte central se han esculpido las figuras de nueve dragones.
Finalmente, frente a la salida de la Puerta del Poder Divino te encontrarás una colina conocida como el parque Jingshan, una colina artificial de sólo 47 metros de altitud. Si subes a lo alto de la misma podrás tener las mejores vistas panorámicas de la Ciudad Prohibida. La colina es conocida popularmente como Feng Shui. No subimos hoy ya que es una de las visitas programadas del último día.
Finalmente, frente a la salida de la Puerta del Poder Divino te encontrarás una colina conocida como el parque Jingshan, una colina artificial de sólo 47 metros de altitud. Si subes a lo alto de la misma podrás tener las mejores vistas panorámicas de la Ciudad Prohibida. La colina es conocida popularmente como Feng Shui. No subimos hoy ya que es una de las visitas programadas del último día.
CURIOSIDAD: La Ciudad Prohibida posee una gran armonía numérica
basada en los números impares, especialmente el nueve. La ciudad posee 9.999
estancias y las puertas de uso imperial están decoradas con 81 tachuelas (9x9).
Finalizada la visita nos
dirigimos a otro lugar emblemático: El Palacio de Verano, dominado
por el Lago Kunming, que ocupa una tercera parte del terreno. Nosotros lo hemos
visto helado ya que hace bastante frío, pero en verano debe de ser espectacular.
En torno a la calma y la tranquilidad transmitida por el lago se suceden
infinidad de templos, palacios y jardines que conforman un completo placer para
los sentidos.
Entre ellos los más relevantes son la Torre de la fragancia de Buda, El Jardín de la Virtud y de la Armonía (un edificio de tres plantas utilizado como teatro), la Calle Suzhou (una recreación de una calle comercial que fue construida bajo las órdenes del emperador Quianlong, formada por pequeñas tiendas que ofrecen algunos productos tradicionales y otros más turísticos), el Jardín del Gusto Armonioso (preciosas edificaciones chinas se reflejan en el agua rodeadas de naturaleza) o la Gran Galería (un enorme corredor cubierto que recorre 728 metros del Palacio formado por vigas de madera decoradas con más de 14.000 pinturas que muestran escenas de la historia y la mitología china).
Entre ellos los más relevantes son la Torre de la fragancia de Buda, El Jardín de la Virtud y de la Armonía (un edificio de tres plantas utilizado como teatro), la Calle Suzhou (una recreación de una calle comercial que fue construida bajo las órdenes del emperador Quianlong, formada por pequeñas tiendas que ofrecen algunos productos tradicionales y otros más turísticos), el Jardín del Gusto Armonioso (preciosas edificaciones chinas se reflejan en el agua rodeadas de naturaleza) o la Gran Galería (un enorme corredor cubierto que recorre 728 metros del Palacio formado por vigas de madera decoradas con más de 14.000 pinturas que muestran escenas de la historia y la mitología china).
Llegada la hora de comer nos
dirigimos a un restaurante bastante famoso en la ciudad a probar el afamado
pato laqueado de Pekín, que resulta ser un manjar exquisito. De primer plato
nos ponen una sopa muy rica y, para acompañar el pato, que sirven fileteado, verduras
y otras delicatesen locales.
Por la noche toca ver un
espectáculo: la ópera china.
Asistimos a una representación en el teatro Liyuan, enfocado especialmente al
turismo por lo que todos los que estábamos allí éramos extranjeros. La función,
básicamente, es un horror para los occidentales cuyo oído no está acostumbrado
a esto y cuyo concepto de melodía es muy diferente. Baste decir que se salió el
80% del público (todos turistas); nosotros no lo hicimos por respeto, pero
terminamos con dolor de cabeza.
Se trata de una puesta en
escena muy curiosa. La música proviene de un instrumento que suena como
desafinado y chirriante (violín pequeño con 2 cuerdas) y de tambores (percusión);
y la voz, que a nosotros nos parecían chillidos estridentes. Repito: es un
espectáculo muy curioso que debe perderse si se está en la ciudad, de hecho, en
2010 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y
Cultura (UNESCO) declaró la Ópera de Beijing como Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad.
En síntesis, los actores, con la cara maquillada en distintos colores y formas, llevan botas altas y trajes vistosos de seda con dibujos bordados e hilos dorados. Con todo tipo de armas en las manos, tales como espadas, alabardas, sables o lanzas, una docena de actores representan a miles y miles de soldados y unas simples vueltas en la escena significa que han recorrido miles de kilómetros, cruzado ríos y subido a montañas. Esta forma artística se caracteriza por sus medios escénicos completos, la coreografía y la repetición de melodías y tonos. En realidad, la Ópera de Beijing es un conjunto de disciplinas artísticas como la literatura, la música, el baile, la pintura, las artes marciales o las acrobacias. La mímica aplicada en la coreografía se inspira en alusiones, gestos y otros movimientos que expresan acciones como montar un caballo o coger un barco.
31 de diciembre, 2000
Hoy se ha visto cumplido
uno de nuestros deseos ya que vamos a conocer uno de los lugares que siempre
hemos considerado imprescindibles de visitar: la Gran Muralla China.
Antes de emprender el
camino en bus hacia la muralla visitamos un templo precioso llamado el Templo
del Cielo, o Tian Tan, que es uno de los mayores recintos sagrados de China. Fue construido
durante el reinado de la dinastía Ming y era el lugar en el que el emperador realizaba sacrificios para dar
las gracias al Cielo por los frutos obtenidos y rogaba por las futuras
cosechas.
El templo se encuentra ubicado en un parque muy agradable que había muchos ciudadanos chinos practicando tai chi, jugando a las cartas y dando clases
de baile.
El complejo cuenta con una superficie de 273
hectáreas a lo largo de las cuáles se ubican diferentes edificaciones que fueron dedicadas a rendir
homenaje al Dios del Cielo. Entre los edificios más importantes destacan
Qinian Dian: El Templo de las Rogativas por las Buenas Cosechas es un
llamativo edificio circular de color azul que simboliza el Cielo. Es el templo
que viene a la cabeza al pensar en el Templo del Cielo; el Altar circular:
Construido con losas de mármol distribuidas en nueve círculos concéntricos, el
lugar en el que el emperador realizaba los sacrificios compone la parte más
importante del templo; la Bóveda Imperial del Cielo: El pabellón que se
utilizaba para guardar los elementos ceremoniales está rodeado por el Muro del
Eco, un panel que produce sorprendentes efectos sonoros; y el Salón de la
Abstinencia: El edificio en el que el emperador pasaba la noche anterior a
los rituales es una pequeña reproducción de la Ciudad Prohibida.
Finalizada la visita cogemos un autobús que nos lleva a una de las puertas de acceso a la famosísima muralla (según los astronautas es lo único que se ve nítidamente desde la Luna)
Recorrer la muralla es una
experiencia increíble, con algo de vértigo en algunas zonas por lo empinado del
muro.
La Gran Muralla China
es una antigua fortificación china construida y reconstruida entre el siglo
V a. C. y el siglo XVI (Edad Moderna) para proteger la frontera norte
del Imperio chino de los ataques de Mongolia y Manchuria. Aunque, a pesar de la
imponente construcción y de los intentos de los soldados de repeler los
ataques, la muralla fue atravesada por los mongoles en el siglo XIII y
posteriormente por los manchúes, en el siglo XVII. La imponente construcción realiza
una sinuosa travesía a través de montañas, desiertos y llanuras de la geografía
china. Contando sus ramificaciones y construcciones secundarias, se calcula que
tiene sobre unos 21 200 kilómetros de largo, aunque hoy solo se conserva
un 30 % de ella y la mayor parte son solo ruinas. En promedio,
mide de 6 a 7 metros de alto y de 4 a 5 metros de ancho.
La muralla es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987; y desde
2007 se encuentra en la lista de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.
La Gran Muralla está hermanada con la muralla romana de Lugo, también designada
Patrimonio de la Humanidad.
Es una experiencia extraordinaria recorrerla contemplando desde la
altura la extensión de terreno que se extiende a ambos lados y los kilómetros
de pared que se prolongan hacia delante y hacia atrás subiendo y bajando las
colinas y montañas.
Hoy es el último día del milenio. Dedicamos la tarde a arreglarnos para tal evento. El fin de siglo y de milenio lo pasamos en el restaurante Shin Ioan del hotel, celebrando una cena de gala con música en vivo. Cuando llega el momento de tomar la uvas, nos traen para ello unas frutas como ciruelas de grandes que saben a uva. Bueno, logramos respetar un poco la tradición y esperemos que este nuevo siglo nos traiga suerte.
El año nuevo comienza con
un desayuno en el restaurante panorámico giratorio.
Hoy es nuestro último día
en la ciudad y vamos a visitar algunos de los lugares más importantes que nos
quedan.
Comenzamos por el Templo
de los Lamas, el templo budista tibetano más importante que existe fuera del Tíbet. Fue construido
durante el siglo XVII como palacio para el príncipe Yongzhen, en 1744 el Templo
de los Lamas se convirtió en un importante monasterio para los monjes lamas. En
la actualidad el monasterio es el refugio espiritual para un grupo de monjes
mongoles dedicados al estudio de la astronomía y la medicina.
Se trata de un atractivo complejo formado por varios edificios tradicionales con tejados dorados. En los patios que se encuentran entre los edificios se pueden ver enormes quemadores de incienso en los que los fieles colocan cientos de varillas que producen un penetrante olor.
Uno de los mayores edificios, el Falun Dian, acoge una estatua de bronce de seis metros de Tsongkapa,
fundador de la Secta del Bonete Amarillo.
La mayor de las edificaciones centrales, el Pabellón Wanfu Ge, aloja la más valiosa de las posesiones del
templo, una impresionante estatua de
Maitreya, el Buda futuro. La escultura, de 18 metros de altura, fue tallada
a partir de una única pieza de madera de sándalo y por su enorme tamaño aparece
en el Libro Guiness de los récords.
Desde el templo nos
dirigimos al El Parque Jingshan, más conocido como la Colina
del Carbón, uno de los jardines imperiales mejor conservados de
Pekín, desde donde se pueden
disfrutar unas las mejores vistas de la Ciudad Prohibida. La colina fue
construida de un modo casual, ya que se
formó gracias a la acumulación de la tierra que se sacó para la construcción
del foso del palacio. Tras su construcción el parque fue destinado al
uso imperial, pero en 1928 abrió sus puertas al público. El ascenso es costoso ya que los senderos son muy
empinados, pero merece la pena el esfuerzo por las increíbles vistas.
Camuflados entre el verde paisaje se pueden divisar varios pabellones entre los que destaca el coqueto Pabellón Wancheng Ting, situado en la parte superior de la colina. Es desde este punto desde donde se obtienen las mejores vistas de la Ciudad Prohibida.
En la parte inferior del parque se encuentra marcado el lugar en el que el último emperador Ming
se ahorcó colgándose de una falsa acacia.
Rematamos nuestro último
día en Pekín recorriendo las callejas (hutong) de la zona vieja de la ciudad
que contrasta de manera sorprendente con el skyline del barrio nuevo que se
puede divisar al fondo. Se denomina hutons a los callejones que componen el
casco antiguo de las ciudades chinas. En Pekín aún quedan muchas calles
tradicionales. En el año 2000 aún se conservan 4.500 callejuelas del
viejo Pekín, pero gran parte de estas quedarán
arrasadas por los planes de renovación de la ciudad debido a los Juegos
Olímpicos del 2008. Así que es una suerte poder visitarlos. La gente es muy
amable y nos invita a pasar a alguno de ellos para mostrarnos su casa
(diminutos cubículos donde parece imposible que se pueda vivir)
Construidos durante las dinastías Yuan, Ming y Qing, los hutongs de
Pekín están repletos de viviendas
ubicadas en torno a un patio cuadrado en las que los habitantes llevan
una vida tradicional anclada en el
pasado. El Hutong, por propia definición, es un ‘callejón estrecho’ y,
durante siglos, fue el elemento fundamental del urbanismo histórico chino y,
por lo tanto, de la arquitectura tradicional. Las ciudades chinas se
organizaban en torno al ‘Siheyuan’, agrupaciones de casas agrupadas con un gran
patio central en la que se ubicaban los elementos comunes (cocinas, sanitarios,
etc). La mayoría de las viviendas no
disponen de cuarto de baño, por lo que es muy común encontrar a sus
habitantes dirigiéndose a los baños comunitarios o bien lavando la ropa en las
zonas comunes del barrio.
Nos ha encantado este paseo
por el Pekín profundo que no sabemos si seguirá existiendo por mucho tiempo.
Volvemos al hotel para preparar las maletas y despedirnos de esta ciudad.
Volvemos al hotel para preparar las maletas y despedirnos de esta ciudad.
2 de enero, 2001
Hoy decimos adiós a China.
Nos dirigimos al aeropuerto
internacional donde tomamos el vuelo que nos llevará de vuelta a Madrid en unas 13 horas.
Nos ha gustado muchísimo
este país. Volveremos.