Este año las
minivacaciones de carnaval nos han llevado a Londres. Es una ciudad inabarcable
y mucho menos para ver en tres días, aunque le hemos sacado bastante partido al
corto periodo que hemos estado en ella y, aunque algunas ya la conocíamos, las
demás se han podido hacer una idea bastante aproximada.
Como ya es
habitual hemos quedado para salir desde la puerta del instituto donde nos
esperaba el bus que nos trasladó hasta la terminal en Barajas de donde salimos
a su hora.
Llegamos al
aeropuerto de Heathrow también en punto
y allí nos debería estar esperando un microbús de Easyjet (Easybus)para ir al
centro, pero este servicio funciona rematadamente mal. Éramos 10 personas y
teníamos la reserva pagada para una hora determinada pero el bus llegó tarde y,
para colmo, había recogido a más personas de la cuenta y no cabíamos, ni
nosotras ni el resto de personas que había también con reserva; casi nos
tuvimos que pegar con el resto para subir unas cuantas aunque cuatro de
nosotras se tuvieron que esperar a otro bus.
Cuando llegamos
todas a la ciudad tomamos unos taxis para llegar al hotel. Por cierto, mi
maleta se perdió y, aunque parezca increíble,
apareció el día que nos volvíamos, o sea, que ni la llegué a abrir.
Prueba irrefutable de que se puede viajar sin nada.
El primer día
compramos los billetes de metro para tres días en Russel Sq. Y nos dirigimos a
la zona centro, el puente de la Tate (la antigua) para ver el M-7 (el edificio
del Servicio de Inteligencia) que sale en la última peli del agenta 007.
Continuamos el
paseo por la margen del río hasta las casas del Parlamento; unas entramos a
visitar la Abadía de Westminster y el resto se fue a tomar café. A continuación
cruzamos el famoso puente sobre el Támesis para contemplar el London Eye y el
famoso Big Ben. Continuamos el paseo hasta Trafalgar Sq. Cogimos el metro y nos
fuimos a ver la zona de Candem donde comimos y pasamos la tarde. Charo nos
invitó a café para celebrar su cumple. La verdad es que el famoso mercado que
antaño se caracterizaba por ser lo más alternativo se ha convertido en una
serie de puestos de chinos con algún artesano. Nada que ver con lo que era hace
unos años. Al caer la noche volvimos al centro para ver el ambiente en Times
Sq. y las calles comerciales. Acabamos en los precisos almacenes Fortnum &
Mason. Fuimos a cenar al Covent Garden, pero pasamos por el restaurante del
famoso chef televisivo Jamie Oliver , y nos
quedamos en él donde comimos, por cierto, de maravilla y no es caro para estar
en Londres. Después algunas nos fuimos a dormir y el resto a tomar cubatas al
bar del hotel.
El segundo día
realizamos una excursión a Greenwich. El día no acompañó porque llovía sin
parar pero aun así tomamos el barco-bus por el Támesis, cómodo y calentito, que
nos llevó a modo de visita turística
Llegamos, vimos el
Cutty Shark, dimos una vuelta por el mercado
y Carmen se fue con una amiga suya; las demás subimos al Museo del
Observatorio Real. Muy interesante. Después quedamos ya todas para comer en un
restaurante moderno al que nos llevó la amiga inglesa. Volvimos en metro a
Londres , dimos una vuelta turística acompañados por ella y después nos fuimos
al barrio chino pues el carnaval de año nuevo es una fiesta magnífica y, aunque
llovía, estaba a rebosar de gente. Dimos una vuelta a empujones por el gentío y
mientras se hacía la hora de la cena dimos una vuelta por el barrio, visitamos la tienda de M&M y tomamos un
café. Cenamos en un chino que nos recomendaron y que no estaba mal, ni bien.
Decente.
El tercer día lo
iniciamos con la visita del Palacio de Buckingham donde nos cayó un buen
nevazo, aunque las fotos salieron por ello bonitas. De ahí nos fuimos a Covent
Gardem donde pasamos el resto de la mañana. Comimos en un pub típico inglés con
una camarera muy agradable que hablaba español y una comida estupenda.
Después nos
encaminamos a la catedral de St. Paul, cruzamos el puente del Calatrava y
visitamos la Tate Modern con sus espectaculares vistas de la city desde la
cafetería. Al salir, nos hicimos unas fotos en El Globe y contemplamos el
skyline por la noche que es
impresionante. Volvimos a cruzar el río y discutimos si ir a la torre de
Londres o volver al centro e ir de compras a Harrod´s que fue lo que decidimos
al final. Pasamos ahí el resto de la tarde. Cenamos en un pub inglés (fish, of
course) en el que un tenor amateur nos deleitó con unas piezas improvisadas.
La última mañana
nos dispersamos. Dos se fueron al
British Museum; otras dos, a una exposición de fotografía, y el resto cogimos le metro y nos dimos una
vuelta por el barrio de Notting Hill y el famosísimo mercado de Portobello que
es una verdadera pasada, con tiendas preciosas con artículos de todo tipo muy,
muy originales y estilosos. Nos habría gustado tener más tiempo para dedicarlo
a callejear por la zona pero había que coger un avión.
Volvimos al hotel
todas puntualmente y en taxis a la parada del bus Easybus que en esta ocasión
fue puntual y cupimos todas. Comimos en el aeropuerto todos los deliciosos
ibéricos que trajeron las hermanas y algunas cosillas ricas más que llevaban
las demás. El vuelo salió a su hora sin problema y el bus nos esperaba en
Madrid. Llegamos a Albacete tarde y cansadas, pero felices de haber podido
realizar otro año más el ya institucionalizado “viaje de las chicas”.
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