Lunes, 15 de abril
Salimos
de Albacete en dirección a La Carlota (cerca de Écija, donde tenemos el hotel
para dormir esta noche)
El
viaje bien ya que no hay demasiado tráfico para ser Semana Santa. Paramos a
comer en Despeñaperros y sobre las 15:30 estamos ya en el hotel Santa Ana que
es estupendo ver crítica en TripAdvisor: https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g1188729-d1591172-r668843145-Hotel_Santa_Ana-Ecija_Province_of_Seville_Andalucia.html
)
Dejamos
las maletas y bajamos a la terraza del restaurante a tomar un café. Tras un
breve descanso cogemos el coche y nos vamos a pasar la tarde a Écija, la sartén
de Andalucía, que está a 10 kms. Lo que llama la atención antes de llegar es el
curioso skyline ya que esta localidad es famosa por la enorme cantidad de
torres que posee, en concreto, once: Santa María, Los Marroquíes, Las Gemelas o
Santa Cruz, son algunas de ellas. La que más nos ha gustado ha sid la de la
Iglesia de San Juan.
Al
llegar, entrando desde Córdoba, nada más atravesar el río Genil, a la derecha
hay un aparcamiento ya que el pueblo es prácticamente peatonal pues las calles
son tan estrechas e intrincadas que la conducción resulta imposible.
Nos
dirigimos a pie hacia el centro, la Plaza de España, y muy cerca se encuentra
la oficina de turismo donde nos dan un plano y nos informan de lo que podemos
visitar pues aunque hay un museo interesante y muchas iglesias, la mayoría están
hoy cerrados. En la plaza hay un estanque romano del siglo I a. C. Que está
cubierto con cristal y se puede ver desde arriba.
Uno de
los sitios que sí está abierto hasta las 18:30 es el Palacio de los marqueses de
Pañaflor. Este palacio, que necesitó de casi un siglo para ser construido, se
encuentra en la actualidad en un estado bastante deteriorado. Hasta mediados
del siglo pasado fue residencia de la familia Peñaflor y en la actualidad
pertenece al Ayuntamiento de Écija que,junto con Fomento, ha restaurado algunas
dependencias pese a que es tan grande que aún queda mucho por hacer. En
principio no era muy grande pero varias familias de la localidad se unieron
hasta llegar a poseer toda la mazana que convirtieron en el palcio actual.
Nos
llamó mucho la atención la fachada de este edificio con sus largos y curvados
balcones, los cuales se construyeron para que pareciera un único edificio
pese a que eran anexos de edificaciones varias. Nos hubiera encantado verlo en
su plenitud, seguramente engalanado con flores y plantas. En el interior del
palacio nos encontramos un patio central con columnas de mármol y una bonita
fuente con doce caños. Alrededor de esta plaza se distribuyen todas las
habitaciones en dos alturas. Lo más llamativo es la escalera imperial y el
freco barroco de la Virgen (de quien era devota la marquesa) que la adorna. En
la planta superior solo se puede visitar una sala, el despacho del marqués;
pero lo mejor es que desde esta habitación se accede (por una puerta que pone
“sin salida”) por una escalera de caracol a una enorme terraza en el tejado
desde la que hay unas vistas espectaculares e la ciudad.
Desde aquí
nos dirigimos Iglesia de la a Concepción de Nuestra Señora que es barroca,
bonita y grande, y en su interior hay bastante ajetreo porque están dando los
últimos toques a los pasos que desfilaran esta tarde.
Continuamos
visitando varias iglesia más y recorriendo las callejas de esta preciosa
localidad.
Acabamos
en la Plaza de España donde nos sentamos a tomar unas tortillas de camarones
muy ricas y unos vinos.
Nos
quedamos por allí porque han empezado las procesiones y vemos algunos pasos
hasta que empieza a refrescar y volvemos al hotel.
Martes, 16 de abril
Tras el
desayuno emprendemos el camino hacia Portugal. No gay mucho tráfico y en tres
horas estamos en Albufeira en el apartamento que hemos alquilado en una zona
residencial Quinta da Barracuda en Airb&b: L'APPARTEMENT DE LA PLAGE A LUXURY FRONTBEACH APT
(incluímos aquí la crítica que hemos dejado en
Airb&b, ya que no está en Tripadvisor:
Apartamento muy bien. La piscina es genial y la playa
está a un corto paseo, bajando por unas escaleritas. Hay tv por cable pero no
hay ningún canal en español. La vimos a través del Ipad. Detalles: Nos dejó un
huevo de Pascua gigante de chocolate con bombones dentro y galletas, zumo,
agua, café y una botella de vino. Todo limpio, toallas y sábanas perfectas.
Agua con temperatura y presion ok. Calidad sueño perfecta con persianas
automáticas que evitan toda la luz. Todo con mucho detalle. Apartamento muy
bonito y cuidado. Con muchos ambientadores por lo que huele bien. La terraza es
una pasada: grande con mesa y sillas y dos hamacas comodísimas: y las vistas
sobre la piscina con el mar al fondo. La cama de la habitación principal es de
150, no de 160 (queen) ni por supuesto es king como dice el anuncio, pero es
cómoda.
Para ir
a Portugal hay que tener en cuenta varias cuestiones fundamentales: la más
importante es que todas las autovías y autopistas son de peaje, pero no como
los de aquí sino que se paga previamente comprando unas tarjetas (Toll card)
que se pueden comprar previamente online en la Oficina de Correos virtual: https://www.ctt.pt/fepme/app/open/chargingRequest.jspx)
Tenéis
toda la información así como lls mapas para calcular distancias en: http://www.portugaltolls.com/es/web/portal-de-portagens/home
Lo
primero que hay ue hacer es calcular los kms que se van a usar de este tipo de
vías y luego se adquiere la tarjeta por el valor que se desee (5, 10, 20 o 40
€); se incluyen los datos del coche y la matrícula al hacer la solicitud de la
tarjeta y se imprime un documento con una referencia que se debe llevar en la
parte delantera visible a través del cristal (según se indica en el propio
documento). Pero lo que realmente detectan los peajes es la matrícula. Hay
muchísimos y por poco valor, y no se para en ellos (son como arcos con muchas
cámaras que registran todos los vehículos). Según se van a travesando estos
arcos-peaje se va descontando automáticamente el valor de cada uno. Se
puede ver online en la web, entrando en la página y con la referencia nuestra,
el dinero que nos queda y añadir o no según nuestras necesidades.
Esto es
importaste porque si no se hace previamente, al pasar la frontera de Portugal
hay que hacerlo y se puede perder mucho tiempo porque laas colas son bastante
largas.
Nosotros
pasamos por el Puente Internacional que atraviesa el Guadiana desde Huelva; al
cruzar, la carretera se divide: obliga a los extranjeros/turistas a ir hacia la
derecha y el resto, sigue recto; nosotros seguimos ya que llevábamos los peajes
pagados (en caso contrario hay que desviarse y pagar) Nosotros sacamos una
tarjeta de 20€ contando con unos 200 kms. (Desde el puente hasta Albufeira y
desde esta al puente a la vuelta; pensamos movernos por el Algarve por
carreteras secundarias que creemos además que es lo mejor ya que son más
pintorescas.
En
segundo lugar hay que llenar el depósito (si vais con vuestro coche como
nosotros) porque en el país vecino a gasolina y el gasoil son bastante más
caros (por ejemplo, el gasoil en España puede costar 1,20 € y en Portugal
cuesta 1,49 €
Al
llegar al apartamento, no está aún nuestro anfitrión y lo esperamos un rato. Al
fin llega, nos da las llaves y unas explicaciones y nos instalamos. Aunque no
es muy tarde, aquí una hora menos, tenemos ganas de comer con el horario de
España así que bajamos a un pequeño restaurante al lado de la verja del
residencial y comemos ahí. La comida muy rica.
Descansamos
un poco y cogemos el coche para ir a Albufeira (el apartamento está bastante
alejado del centro)
Vamos a
la Oficia de turismo pero ya han cerrado así que damos una vuelta por el centro
histórico y por el paseo que bordea la playa, hasta el puertecito pesquero,
desde cuyos miradores hay unas vistas preciosas. Nos llama mucho la atención la
cantidad de gatos que hay por las calles y en los solares, además, en algunos
lugares hay casas de madera con un cartel que pone ¨
“Colonia
de gatos” con comida, agua y trapos para que puedan dormir, comer y refugiarse.
Y la gente los respeta!! Nos encanta.
Compramos
algo para desayunar en un super y volvemos al apartamento.
Miércoles, 17 de abril
Tras el
desayuno cogemos el coche para acercarnos a la oficina de turismo de Albufeira
para coger información sobre qué visitar en estos días porque ayer estaba
cerrada. Nos dan unos folletos y nos quedamos dando un paseo por el pueblo por
la zona que no vimos ayer. Según se sale a la playa a través de un arco-tunel
giramos a la izquierda y damos un paseo por alí. Como el paseo va descendiendo
hasta la playa, al llegar al final hay unas escaleras automáticas para subir
hasta la parte alta del pueblo. Desde allí hay un mirador con vistas preciosas
de la ciudad y la playa y un café muy agradable donde nos metemos ya que
empieza a llover.
Volvemos paseando al coche y nos dirigimos a Faro donde tenemos pensado pasar el día.
Faro es
una ciudad bastante grande y con un casco antiguo que merece la pena (pese a
que a nosotros no nos ha acompañado el tiempo y ha llovido todo el día por lo
que pasear es un poco desagradable)
El
centro de la ciudad es un pequeño laberinto de calles empedradas que van a dar
a parar a diversas plazas. La mas grande de ellas es el Largo da Sé, muy amplia
y espaciosa y que sirve como entrada a la catedral de Faro, que destaca por su
fachada de piedra en la plaza de casas encaladas. La catedral es del siglo
XIII- reconstruida en el XVIII- y cuenta con una capilla adjunta revestida con
huesos humanos de los monjes de un cercano monasterio que data del siglo XIX y
se inspira en la, más antigua y más impresionante, Capela dos Ossos de la
ciudad de Évora.
Tras un
breve paseo se nos ha hecho la hora de comer y, de entre los muchísimos
restaurantes del centro histórico, no decidimos por uno que nos indica Siri y
que resulta tener muy buenas críticas en Tripadvisor que lo recomienda y además
aparece en la guía Michelín: Faz Gostos,
que tiene una relación calidad-precio fabulosa. El menú del día, riquísimo,
vale 16€, y el servicio y el trato es también muy bueno. Un local muy
recomendable http://fazgostos.com/
Y ha
sido durante la comida cuando el métre nos ha comentado que había un problema
en las gasolineras con el abastecimiento y que no había suministro. Y,
efectivamente, era así.
Al
salir del restaurante comienza a llover bastante así que nos metemos en un café
a esperar; pero como no cesa la lluvia volvemos mojándonos al coche con ka idea
de buscar alguna gasolinera para rellenar el depósito. Misión imposible; todas
están o cerradas o sin servicio (salvo de gas). Nos empezamos a preocupar y
volvemos al apartamento un poco preocupados (aunque teneos aún algo menos de
medio depósito)
A
llegar ha salido un poco el sol, pese al cielo negrísimo, y damos un corto
paseo por la zona, hacemos algo de compra y nos subimos a ver las noticias que
son muy, muy preocupantes: el país está en crisis, la situación es caótica por
una huelga desde el lunes de los transportistas de materias peligrosas, casi el
80% de las gasolineras están cerradas, los aviones están repostando en España y
buses y taxis temen no poder mantener el servicio ante la falta de combustible.
Y, al parecer, esto no tiene visos de arreglo en varios días. Nos están
chafando las vacaciones ya que nuestra idea era coger el coche todos los días e
ir por todas las carreteras secundarias recorriendo toda la zona desde la
frontera hasta el cabo de San Vicente; pero no tenemos gasoil y es posible que
no podamos hacer nada. Para remate se avecina una enorme borrasca que hace
prever tiempo desapacible y fuertes lluvias para los próximos días.
Mañana
decidiremos qué hacer. Igual tenemos que volver a España para llenar el
depósito. ¡¡¡Qué desastre de viaje al Algarve!!!
Jueves, 18 de abril
Hoy ha
amanecido un día estupendo, sol y buena temperatura, y la previsión es solo de
algunas nubes sin lluvia, así que hemos decidido ir al Cabo de San Vicente y
toda la zona por si el tiempo no nos lo permite otro día.
Aún nos
preocupa la cuestión del gasoil: tenemos para ir y volver pero no queremos
quedarnos en la reserva así que si no encontramos combustible (aunque en las
noticias han dicho que ya han llegado a un acuerdo y que la huelga ha finalizado
aunque el suministro se restablecerá poco a poco), mañana iremos a España a
comprar.
Emprendemos
el camino hacia el cabo y al pasar por una gasolinra de un pueblecillo
pequeño...¡sorpresa!, tienen gasoil y podemos llenar el depósito.
El cabo
se encuentra a 90 kms. de Albufeira y, dado que vamos por carreteras
secundarias, tardamos bastante en llegar.
La zona
no es nada del otro mundo, pero está bien. Hacemos algunas paradas para ver los
acantilados y las playas en las que hay cientos se surferos.
El pueblo que hay en el cabo se llama Sagres, como la cerveza y está repleto de jóvenes y de negocios de surf. Hay muy buen ambiente aunque el pueblo no merece la pena.
El pueblo que hay en el cabo se llama Sagres, como la cerveza y está repleto de jóvenes y de negocios de surf. Hay muy buen ambiente aunque el pueblo no merece la pena.
Llegamos
al faro, contemplamos las vistas y damos unas vueltas por allí. Comemos en
Sagres y después de comer nos vamos a Lagos.
Es una
localidad muy animada y como todas: turistas, apartamentos, restaurantes y
souvenires.
Nos
dirigimos a la oficina de turismo para pedir algo de información y vivimos una
experiencia surrealista: entramos y hay un hombre de mediana edad, muy enjuto y
cara de aburrido que nos echa una mirada como diciendo “¿y vosotros ahora qué
queréis?”. Le digo que estaremos por aquí hasta el domingo y que qué podemos
visitar, me mira y me dice ¡puf, estos día fatal, mucha gente y vosotros, dos
más. Nos da un plano y señala la marina y el paseo por donde hemos estado ya.
Le pregunto por los barcos que hacen tour a las grutas y me contesta de mala
gana y con un cierto soniquete como si yo fuera idiota: “aquíii”, y hace una raya
con el boli en la marina. Ya un poco cortada, me despido y me dice: “yo mañana
también seguiré aquí, ¡sufriendo!”.
Al
salir nos dio por reír.
Tomamos
un café y damos un paseo por la ría antes de ir a ver las famosas cuevas de
roca en Ponta da Piedade, que es uno de los lugares más fotografiados del
Algarve.
Si se
llega en coche se puede dejar en el aparcamiento justo donde empieza el
recorrido que está muy bien señalizado (Paseo de las grutas) con grandes
carteles que conducen a unas escaleras que bajan hasta las curiosas formaciones
rocosas que ha formado el mar en las rocas.
También
se puede contratar un tour en barca de una hora más o menos (en la zona de la
ría, a lo largo del paseo hay muchas empresas) que llega hasta las grutas por
el mar e incluso se adentra en alguna de ellas. Nosotros las hemos visto desde
las terrazas sobre el agua que hay bajando las escaleras a pie.
Desde
aquí nos dirigimos a Silves, un pequeño pueblecito que nos han recomendado y
que está en el interior. Conforme uno se acerca al pueblo, todo blanco, se
puede divisar en la parte alta un castillo y una iglesia. La vista desde la
carretera, sobre todo por la tarde-noche es preciosa.
Dejamos
el coche y nos dirigimos hacia la parte alta; la catedral gótica se encuentra
cerrada pero el castillo, por suerte, está abierto La entrada vale 2,80€. Es un
monumento curioso, mezcla de tradición y modernidad (diseño moderno en el
interior). Fue construido entre el siglo VIII y el XIII y es considerado el
mejor conservado de los castillos árabes del país y se convirtió en 1910 en
monumento nacional de Portugal.
Construido
con gres de Silves, el castillo posee la forma de un polígono irregular y presenta
una puerta principal ladeada por dos torres defensivos, tres torreones y siete
tramos; se puede recorrer todo el paseo de ronda.
En el
interior del castillo es posible observar diversos restos de la ocupación
musulmana, concretamente un silo que servía para almacenar cereales y una
cisterna (aljibe) cubierta por bóveda apoyada en cinco arcos redondos.
Damos
una vuelta por el pueblo que, aunque parece fantasma porque no hay
absolutamente nadie, es muy agradable. Las calles son bonitas y está muy cuidado.
Merece la pena visitarlo. Hay muchas casitas bajas pintadas con alegres colores aunque muchas de ellas parecen abandonadas.
Compramos algo para el desayuno en el Lidl y volvemos a Albufeira.
Viernes, 19 de abril
Hoy ha
amanecido también un día estupendo. No nos lo podemos creer ya que las
previsiones eran horribles y en España hace un tiempo infernal y se han
cancelado muchísimas procesiones.
Hemos
decidido volver a Faro porque el otro día no lo pudimos ver bien por la lluvia.
Nada
más llegar nos dirigimos a Marina (paseo marítimo) para ver los paseo en barco
por la Ría de Formosa que son unas marismas donde se avistan muchas aves.
Hay
muchas empresas que realizan estos paseos y preguntamos en varias, pero a
nosotros nos gusta que sea barca sin motor. La mayoría etán alrededor de 15
€/hora de paseo por los canales y avistamiento o 25€ con parada en la Isla
Desierta y/o el faro que duran algo más (barcos de motor de máximo 12
personas). Hay otra opción de ida en ferry hasta la isla por 5€, quedarse allí
y coger otro ferry de vuelta por otros 5€ (en este caso el barco es de hasta
100 personas.
Nosotros,
al final, elegimos una opción (que es la que recomendamos muy encarecidamente)
con una barcos empresa llamada Lands (www.lands.pt) que hace el paseo cada hora,
más o menos, en pequeños (8 personas) solares que son muy cómodos y no hacen
nada de ruido; además, obviamente, son ecológicos y se deslizan con gran
suavidad sobre el agua.
Salimos
a las 12:30 que, al parecer, e muy buena hora ya que la marea está baja y los pájaros
se pueden ver mejor y en mayor número. Hemos tenido suerte porque no hay nadie
más en la excursión y vamos nosotros solos en el barco con el guía.
El
paseo dura una hora y es una maravilla porque como el barco es muy silencioso
puede acercarse muchísimo a las aves y estas ni se inmutan. Vemos muchísimas
especies y las explicaciones de Lauro, un biólogo que es el guía, son muy
interesantes y completas.
Como la
marea ha subido no se puede acceder a la Marina (el puerto) porque hay una
especie de arco así que nos bajamos en un embarcadero en la ciudad vieja.
Comemos
en un restaurante que tiene una terraza con unas vistas preciosas de las
marismas casi sobre el agua, El Castillo, pero no lo recomendamos porque la
comida no es muy buena.
Tras la
comida damos una vuelta y visitamos la catedral (3€). La entrada incluye el
museo (que hoy está cerrado), el patio, la Capilla de los Huesos (que no es la
conocida que se encuentra en la Iglesia del Carmo) y la subida a la torre. Está
bien. La capilla de los Huesos no es realmente una capilla sino un retablo construido
con calaveras y huesos de monje, aunque muy deteriorados.
Lo que
más nos ha gustado y merece muchísimo la pena es subir a la torre que no es muy
alta pero que tiene unas vistas fabulosas de a ciudad y la ría.
Desde aquí nos vamos al museo arqueológico municipal, pero está también cerrado por ser viernes santo (todos lo están hoy)
Así
pues decidimos sentarnos en una cafetería, que nos recomienda Siri, a tomar un
café y unos pastelillos de Belén. Es una cafetería con muy buenas críticas y
muy recomendable por la calidad, el servicio y el precio: Baixa Café.
Empieza
a llover un poco así que damos alguna vuelta más por el casco antiguo y cogemos
el coche para visitar otra localidad que nos ha recomendado el guía de esta
mañana y que está muy cerca de Faro, a 10 kms., llamada Olhao.
Es una
localidad que se encuentra también en la ría y ofrece, igual que Faro,
recorridos en barco por ella (y más baratos). No es tan turística y resulta muy
agradable pasear por su casco antiguo. Lauro nos dio que tenía un mercado que
era muy original y es así. No solo es original el edificio, dos estructuras
semejantes enfrentadas de color rojo, sino todo el entorno. Los mercados son
curiosos por la mañana, según nos han dicho, aunque nosotros hemos ido por la
tarde. Uno de ellos está dedicado casi exclusivamente al pescado (hay una
infinidad de variedades de pescados) y el otro a la carne y las verduras.
A su alrededor, ocupando el pequeño espacio que queda entre ellos y el agua, se han colocado bastantes terrazas y restaurantes. La zona que rodea a estos mercados es, posiblemente, la más agradable para comer en la ciudad. Nos sentamos un rato en una de ellas a tomar un café. Las vistas son preciosas justo en el puerto deportivo.
A su alrededor, ocupando el pequeño espacio que queda entre ellos y el agua, se han colocado bastantes terrazas y restaurantes. La zona que rodea a estos mercados es, posiblemente, la más agradable para comer en la ciudad. Nos sentamos un rato en una de ellas a tomar un café. Las vistas son preciosas justo en el puerto deportivo.
A
continuación recorremos el paseo que discurre paralelo al agua por delante de
las terrazas hasta el embarcadero. Es un lugar muy, muy agradable y merece
mucho a pena. Olhao ha logrado mantener un equilibrio que no tienen otras
localidades del Algarve entre turismo y tradición. Las calles empedradas y
tortuosas del barrio de pescadores con sus casitas unas de colores y otras
encaladas lo hacen muy especial.
De
todos los pueblos que hemos visitado hasta hoy, sin duda, Faro y Olhao son los
más bonitos y los que merecen más la pena. Por ahora nos gusta más el Algarve
del este que el del oeste. Mañana vamos a visitar Tavira que dicen que es la
localidad más bonita de todo el Algarve. Ya veremos.
Atardece
y decidimos volver a Albufeira antes de que se haga de noche.
Sábado, 20 de abril
Hoy ha
amanecido un poco nublado pero al final no ha caído ni una gota y ha hecho
también un buen día. La verdad es que hemos tenido suerte porque, al parecer,
en España el tiempo es horrible.
Hemos
salido no muy temprano para Tavira, que está a 65 kms. de Albufeira pese a que
hemos tardado en llegar más de hora y media porque las carreteras son
espantosas. Aquí, todo lo que no sea ir por autovía (todas de pago) es un
horror; creemos que lo han hecho a propósito para obligar a la gente a pagar.
Los portugueses “se han pasado cien pueblos” con las rotondas: cada 500-1000
mts. hay una ¡sin exagerar! Es verdaderamente desesperante, además de que no se
puede ir a más de 50-60 kms/hora. Una peadilla. Hemos decidido que a la vuelta
nos vendremos por la autovía aunque no sabemos qué pasará si se nos acaba el
saldo de los 20€ de la toll card que compramos.
Bueno,
llegamos a Tavira que, en principio, tiene muy buena pinta. Dejamos el coche y
nos tomamos un café.
Subimos
a la parte alta donde se encuentra el castillo (castillito) y entramos a verlo
(solo se visita el patio que es hoy un jardín en el interior de las murallas y
no sabemos si hay algo más. Solo se ven algunos restos de las murallas, alguna
torre y la entrada. En el jardín estaban preparando una boda que se celebrará,
suponemos, por la tarde. (Luego lo cerrarían para el evento, así que menos mal
que entramos antes de comer)
Bajamos callejeando y llegamos a la plaza donde se encuentra el río Gilão que es el centro del casco histórico y lo cruzamos por un puente muy bonito que es uno de los atractivos de la ciudad: el puente romano. Las vistas son preciosas aunque la marea está baja y hay un grupo de músicos tocando alegres melodías lo que crea un ambiente muy especial.
Damos
unas vueltas y encontramos que todo está cerrado (museos, iglesias...) porque
están almorzando así que decidimos acercarnos a la oficina de turismo, que
encontramos cerrada también. Todo abre a las 15:00 así que lo mejor es ir nosotros
también a comer. Le preguntamos a Siri que nos recomienda varios locales de los
que elegimos el que está más cerca: Casa
Simao, con unas críticas buenísimas en tripadvisor.
Se
trata de una especie de mesón-taberna bastante grande, con manteles de hule a
cuadros y mesas de madera, con comida portuguesa tradicional, muy sencillo y
popular. Estaba hasta la bandera y hay que hacer cola para que te vayan
colocando. No hemos esperado mucho. Los platos son generosos y el servicio es
bueno y rápido, muy rápido. La comida es buena y la relación calidad-precio
está muy bien.
Las
recomendaciones de Siri nunca nos han fallado en este viaje.
Al
terminar de comer nos encaminamos a la oficina de turismo donde una señora
bastante seca y parca en palabras nos da un plano y nos redondea el casco
antiguo (que ya hemos recorrido) y nos dice que los museos “cree” que estarán
abierto. Y adiós. Las oficinas de información turística, aquí en el Algarve,
dejan bastante que desear. Parece que les moleste que los turistas les
pregunten.
Como
los escasos circulitos que ha marcado la señora en el mapa no nos sirven de
nada, iniciamos el recorrido por nuestra cuenta comenzando por el Museo
Municipal. La entrada vale 3€ y está combinada con el Centro de Arte Islámico
(se puede sacar solo el museo).
El
museo es un palacete (Palacio de la Galería) que alberga algunas exposiciones
etnológicas y otras temporales (ahora había una de fotografía sobre
actividades, arquitectura y tradiciones portuguesas). Es pequeñito y se ve muy
rápido.
Desde
aquí nos vamos calle abajo a visitar el Museo de Arte Islámicco que tiene
algunas piezas interesantes (como el famoso vaso de Tavira) y que también es
bastante pequeño.
Subimos
después hacia el castillo donde se encuentra una de las iglesias más bonitas de
Tavira y del Algarve, en la parte alta de la ciudad, la Iglesia de Santa María
do Castello. Es curiosa por la Torre del Reloj, que le aporta un toque
especial. Se construyó en el siglo XIII, aunque después de un terremoto en 1755
sufrió varias remodelaciones. El reloj es gigante.
En
frente hay una plaza (que queda enmarcada por la iglesia y el castillo, muy
acogedora con una terracita muy tranquila donde tomar algo y disfrutar de las
vistas. Nos tomamos un cafelito al sol.
Sabemos
que hay varias igleias muy bonitas con azulejos en las paredes, pero hoy todas
están cerradas (quizá por ser sábado santo)
Damos
otra vueltecita por las callejas del pueblo para hacer algunas fotos (hay
muchos nísperos que contrastan con las blancas fachadas de las casas encaladas)
y cogemos el coche en dirección a Cacela Velha, un pequeño pueblecito que nos
recomendó el guía de ayer. Está a10 kms. de Tavira.
Es muy
pequeño y su situación (un poco en alto, sobre una colina) ofrece unas bonitas
vistas de la ría Formosa.
También resulta curioso que todas las calles tienen nombres de poetas originarios de la localidad. Damos una vuelta por sus dos callecitas y por la fortaleza, admiramos las vistas, sacamos unas fotos y volvemos a Albufeira por la autovía.
Con diferencia, Tavira es el pueblo más bonito del Algarve.
También resulta curioso que todas las calles tienen nombres de poetas originarios de la localidad. Damos una vuelta por sus dos callecitas y por la fortaleza, admiramos las vistas, sacamos unas fotos y volvemos a Albufeira por la autovía.
Con diferencia, Tavira es el pueblo más bonito del Algarve.
Al
llegar al apartamento comprobamos el saldo de la toll card, y aún tenemos casi
15€, un montón!!. ¡¡Podíamos haber ido todos los días por autovía!! Además, las
carreteras no son bonitas tampoco porque van tan alejadas del mar que ni se ve.
Mañana
a las 10:00 emprenderemos el camino de vuelta. La idea es parar, todo el día,
para visitar Carmona (Sevilla) y llegar a dormir al mismo hotel de cuando
veníamos hacia aquí.
Domingo, 21 de abril
Tras el
desayuno avisamos a Nelson, el manager del apartamento, para que viniera a
recoger las llaves y emprendemos le camino hacia Carmona. Hay mucho tráfico
pero llegamos sin problemas en poco tiempo.
Vamos a la oficina de turismo a por un mapa e
información de la localidad y, para nuestra desgracia, por la tarde no abre
casi nada por ser domingo. Queríamos haber visitado la necrópolis y el alcázar,
pero ambos cierran a las 15:00 y ya no nos da tiempo de ir a ambos lugares así que optamos por el segundo
porque está más cerca (de hecho, la oficina de turismo está ubicada en él). La
entrada vale 2 € y se pueden concertar visitas guiadas también.
El Alcázar de la Puerta de Sevilla es
una fortaleza que se encuentra situado en la Plaza de Blas Infante. Se erige sobre
la Puerta de Sevilla, formando así un complejo defensivo casi inexpugnable.
Sufrió durante
los siglos XIV y XV importantes cambios. Fue restaurado entre 1973 y 1975 y sus
dependencias se han habilitado para la celebración de actos culturales y turísticos.
En la actualidad sirve como sede al Centro de Recepción Turística.
Posee varios
elementos a destacar como la Torre del Homenaje que llega hasta la altura del
patio y conserva intactos los sillares almohadillados. La Torre del Oro desde
donde se puede disfrutar de una bonita panorámica de Carmona, varios salones y
un Patio de los Aljibes llamado así porque en el centro del patio hay un aljibe
excavado en la roca con seis lumbreras alrededor
Debido
a su valor histórico fue declarado Monumento histórico-artístico en 1906. Es
una visita muy interesante.
rta de Sevilla, vía de entrada a la ciudad vieja,
comenzamos a recorrer el casco histórico.
Carmona
es un pueblo precioso, muy blanco y
limpio, con calles de adoquines o empedradas en su gran mayoría sin aceras o
aceras mínimas. Recorrer sus calles y plazas es muy agradable pero el
ayuntamiento debería plantearse seriamente prohibir el tráfico en el centro
porque ha sido una pesadilla el continuo paso de coches y motos a toda pastilla
y haciendo (debido al pavimento) un ruido infernal; además de que como las
calles son tan estrechas teníamos que refugiarnos bajo los dinteles de las casa
a cada momento para no ser atropellados. Y así, no se puede disfrutar la visita
de ningún sitio.
Decidimos comer
en el Parador y mientras subíamos (ya que se encuentra en el castillo, en la
parte más alta de la ciudad) nos hemos topado por casualidad con otro local que
tenía muy buena pinta y hemos entrado; nos han dado la última mesita que
quedaba ya que todo estaba lleno o reservado. Se llama Molino
de la Romera (www.molinodelaromera.com) y se
trata de un antiguo molino de aceite de origen musulmán reconvertido en
restaurante tradicional; el local ha sufrido a lo largo de su historia varias
rehabilitaciones que culminaron en el siglo XVIII. Su antigua maquinaria, de
solera y rulos de tracción animal, con torre y prensa de viga, estuvieron en
funcionamiento hasta 1937. Hoy es un restaurante muy original que conserva sus
bóvedas, la chimenea y la torre mirador, y que está decorado con todos los instrumentos,
utensilios y herramientas recuperadas del molino. La comida es riquísima y no
es muy caro. Merece la pena. Se pueden elegir tanto platos tradicionales como
cocina más vanguardista. Nosotros tomamos croquetas de boletus y castañas con
taquitos de jamón, canelón de cordero lechal y salsa maestra, ensaladilla de
gambón y pulpo, y bombones crujientes de foie y queso con su pan para untar. El
canelón, regular. El resto, exquisito.
El sitio se
encuentra muy cerca del parador así que nos acercamos a tomar un café en él. No
es de los paradores más bonitos, pero no está mal. La cafetería tiene una
terraza sobre la vega con buenas vistas y en el interior un patio árabe
descubierto con una fuente en el centro que es muy agradable. Ahí nos sentamos.
Pasamos la tarde
callejeando por el pueblo y viendo sus iglesias. Nos enteramos de que a las
17:00 salía una procesión, De Ntro. Señor Jesucristo de la paz, en su
Resurrección (del Resucitado) y nos
fuimos a verla. Aquí es curioso que las
sillas y tribunas que ponen en las calles para ver los pasos son gratis; así
que nos colocamos en la primera fila de la tribuna justo en la salida del
templo.
Desde ahí nos
quisimos acercar al Convento de Santa Clara, que conserva la única casa
árabe del pueblo, pero, pese a que ponía
el folleto de turismo que cerraba a las 18:00, en la puerta había un papel que
decía que cerraba a las 17:00. Así que no pudimos entrar.
Este concento
fue fundado en 1460, siendo una de las primeras muestras de arquitectura
conventual existente en la ciudad.
Su fundación se
autorizó mediante una bula otorgada por el pontífice Pío II en 1460, a petición
de sus fundadoras doña Teresa y doña Beatriz de Salcedo. Desde sus primeros
años de existencia, gozó de protección del pontificado y la corona, como la
custodia de las llaves de la ciudad de Carmona en periodos de guerra o la
exención de impuestos a los vecinos que estaban al servicio del Convento.
Este convento contó con grandes fuentes de riqueza en el ámbito rural a lo largo de su historia, entre los que destaca el que se produjo a la muerte de de Beatriz Pacheco, duquesa de Arcos, en 1511 ocasionaron ejemplares muestras arquitectónicas de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII, conservadas sin haber sufrido modificaciones importantes que pudieran suponer una deformación considerable de su fisonomía original. La iglesia y el claustro son importantes ejemplos de la arquitectura mudéjar andaluza de principios del siglo XVI.
Este convento contó con grandes fuentes de riqueza en el ámbito rural a lo largo de su historia, entre los que destaca el que se produjo a la muerte de de Beatriz Pacheco, duquesa de Arcos, en 1511 ocasionaron ejemplares muestras arquitectónicas de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII, conservadas sin haber sufrido modificaciones importantes que pudieran suponer una deformación considerable de su fisonomía original. La iglesia y el claustro son importantes ejemplos de la arquitectura mudéjar andaluza de principios del siglo XVI.
Como no pudimos
entrar optamos por sentarnos en la plaza del pueblo un rato, por la que de
nuevo pasó la procesión, antes de emprender el camino hacia Écija donde
dormimos en el hotel Santa Ana, otra vez.
Lunes, 22 de abril
Hoy toca el segundo tramo del camino de vuelta.
Hay tráfico ya que estamos en plena “operación retorno” de Semana Santa, aunque
tampoco es excesivo y no sufrimos muchos atascos y media tarde estábamos ya en
casa.
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