ALSACIA y SELVA NEGRA (Mayo, 2025)


Sábado, 3 de mayo         FRANKFURT 

El día 3 de mayo, tras llegar a Madrid y dejar el vehículo, nos dirigimos a la T4 para salir en vuelo directo a Frankfurt  ciudad a la que llegamos, sorprendentemente, con 20 minutos de antelación.

Desde la Edad Media, Fráncfort se encuentra entre los centros urbanos más importantes de Alemania. Su nombre, Fráncfort del Meno, aparece mencionado por primera vez en el año 794 pero se le conoce comúnmente como Fráncfort, en español Frankfurt, capital del estado de Hesse.

Como este viaje es un circuito organizado y va apretado de tiempo desde el mismo aeropuerto, sin pasar por el hotel, nos dirigimos al casco antiguo donde nos dan tiempo libre para dar una vuelta y comer,  ya que la visita guiada está programada para la tarde.

Damos un paseo rápido por la zona que está llenísima de autóctonos y turistas y nos alejamos un poco buscando un restaurante donde comer más tranquilos. Miramos en internet y elegimos uno que no está muy alejado, con terraza, y muy buenas críticas, Conrad’s Restaurant, especializado en comida alemana y fundamentalmente salchichas que es lo que buscábamos ya que en esta ciudad es el plato estrella.

La verdad es que el sitio fue un acierto. Nos colocamos en una terraza estupenda y pedimos una bandeja enorme de salchichas variadas, chucrut y puré de patatas para los cuatro por 49€. Comimos estupendamente.; el único “pero” que se le puede poner al local es que la camarera era bastante antipática, aunque después comprobamos que la gente por aquí no es muy amable, al menos con los turistas. Salvo esto, es un lugar muy recomendable. (https://conrads-restaurant.de/)

En nuestra primera comida en el país pudimos comprobar algo importante:  las propinas no están incluidas en la carta, ni en la cuenta, ni son obligatorias legalmente, pero los camareros te lo recuerdan mil veces antes de abandonar el local para que las dejes, aunque  si no se quiere dejar no te persiguen como en otros países. Nos ha sucedido lo mismo en cada sitio donde hemos tomado algo. Te dan la matraca con esto muchísimo.

Después de comer dimos unas vueltas por la zona que estaba muy concurrida  con cientos de jóvenes tomando aperol que, al parecer, es la bebida de moda por aquí. Entramos en un local más tranquilo y nos tomamos un café y unas tartas típicas.

A continuación nos dirigimos al punto donde habíamos quedado con el grupo para iniciar la visita guiada por la ciudad; especialmente recorremos el casco histórico con sus principales avenidas y monumentos y vemos  algunos de los edificios más destacados.

Lo primero que visitamos es la iglesia de San Pablo, en la Paulsplatz que es la plaza pública más grande del casco antiguo. El templo fue construido en 1780 como iglesia luterana pero ha experimentado varias transformaciones a lo largo del tiempo debido a los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el primer edificio del casco antiguo en ser reconstruido y se reinauguró en el centenario del Parlamento de Francfurt, en 1948. Debido a las restricciones con los costos, el interior fue alterado de forma drástica.

Esta iglesia de arenisca roja, con una curiosa forma oval y líneas sencillas, es el mayor símbolo de la democracia alemana, ya que en 1848 albergó  la sede de la Asamble Nacional (1848-49), el primer parlamento alemán elegido libremente, donde se redactaron los borradores en los que se basa la ley actual

Desde entonces  se utiliza  como centro de exposiciones y eventos y se considera un símbolo de paz y reconciliación. Junto a la iglesia se encuentra el Einheitsdenkmal o Monumento a la Unidad, un obelisco de tres caras, con relieves y una figura femenina hecha de bronce en su extremo superior.

Desde ahí nos dirigimos a la  colegiata de San Bartolomé, más conocida como "catedral de Francfurt” que tiene la distinción de ser una catedral imperial (Kaiserdom, iglesia mayor imperial) desde el siglo XVIII por su importancia en el Sacro Imperio Romano Germánico ya que en ella se coronaban los reyes y emperadores desde el 1356.

En 1867 casi toda la iglesia gótica fue destruida por un incendio y reconstruida en 1880. Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, fue nuevamente asolada y reconstruida entre 1950 y 1953.


El interior es precioso y en él se conserva el único elemento de la iglesia original, el Altar de la Dormición de Santa María, en la Capilla del mismo nombre, que representa la muerte de la Virgen. En el exterior destaca la torre gótica que fue añadida en el siglo XV. El diseño actual con una espira es del siglo XIX, tras la reconstrucción después del incendio. 

El casco histórico o alstadt (ciudad vieja) de la ciudad de Frankfurt no es muy grande y todos los monumentos se encuentran a poca distancia unos de otros. Justo al lado de la catedral se encuentra el barrio más antiguo de la ciudad, que ha sido totalmente rehabilitado. Se extiende alrededor de la plaza Dom-Romer, una pequeña y encantadora plazuela con casitas de colores pastel desde donde se puede sacar una de las fotos más bonitas y típicas de la ciudad con la catedral al fondo.

Desde aquí nos dirigimos a la plaza del ayuntamiento, la plaza Römerberg, recorriendo la estrecha calle que las une y que luce flanqueda de preciosas casas típicas.


La plaza Römerberg es la más grande y bonita de la ciudad y se encuentra rodeada de algunos de los edifcios más emblemáticos y antiguos de Frankfurt (como el Römer) y de casas tradicionales con el típico entramado de madera, llamado oszteile.

El Römer o ayuntamiento  es un imponente  edificio del siglo XV que se ha ido ampliando hasta el XX. La parte más antigua formado por tres construcciones con un llamativo tejado triangular de color rosa.  El edificio central se conoce como Zum Römer; el edifico de la izquierda se llama Alt-Limpurg y el de la derecha Löwenstein. Como curiosidad cabe destacar que este lugar ha mantenido su función administrativa durante 600 años.

Finalizamos el recorrido en la plaza donde lo comenzamos, la Paulsplatz, también rodeada de edificios góticos. En una de las esquinas llama la atención un paso elevado de piedra que une los edificios de ambos lados.


A continuación volvemos al bus y realizamos un recorrido panorámico por la zona más moderna; cruzamos el río Meno (afluente del Rin que atraviesa la ciudad), la preciosa fachada de la estación Central, una de las más grandes de Europa, el distrito financiero en el que se encuentra la sede del Banco Central Europeo o la La Torre Commerzbank , el segundo edificio más alto de la UE.

A continuación nos trasladamos al hotel Mercure Hotel Frankfurt Airport Langen, para instalarnos y cenar. Poca variedad en el bufet (Ver crítica en Tripadvisor:  https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g227879-d234671-r1030792909-Mercure_Hotel_Frankfurt_Airport_Langen-Langen_Hesse.html)

 

 

Domingo, 4        HEIDELBERG - BADEN BADEN – ESTRASBURGO

 

Tras el desayuno salimos hacia Heidelberg, una pequeña ciudad bañada por el río Néckar, un afluente del Rhin y una de las poquísimas que quedaron intactas en el II Guerra Mundial.

El paisaje que la rodea es muy bonito, todo verde y rodeado de montañas, de hecho la ciudad tiene forma alargada y se extiende entre el río y las colinas. En una de ellas,  se puede divisar un edificio blanco que antiguamente fue un hotel que la emperatriz de Austria, Isabel de Baviera, conocida como Sisí, visitaba frecuentemente para poder respirar aire puro ya que sufría problemas pulmonares.


Comenzamos con una visita panorámica a pie por la ciudad con un guía lo­cal. El casco antiguo no es muy grande y todo está muy cerca. Casi todo él es atravesado por la calle más importante y arteria principal, la Hauptstraße, una de las más largas de Europa (2 kms.) A lo largo de ella se encuentran todos los monumentos y plazas más importantes.

plaza Kornmark
Una de las plazas más coquetas y que más nos ha gustado es la plaza Kornmark (plaza del grano), desde la que hay unas vistas espectaculares del castillo y donde se encuentra la calle para subir hasta él (hay un teleférico también). El castillo que se alza sobre la ciudad data del 1300  pero hoy día está casi en ruinas; no obstante se puede visitar alguna sala restaurada como una de las farmacias más antiguas de Europa y una bodega. Nosotros no subimos.

En el centro de la plaza Kornmark hay una pequeña fuente con una escultura barroca muy bonita de la Virgen María tallada por el artista Peter van den Branden en 1718, que junto con el Palacio Graimberg  son lo más llamativo de este  lugar en el que antiguamente se erigía una pequeña ermita perteneciente a un  hospital del siglo XVI cuyas marcas de contorno se pueden ver dibujadas en el suelo.

Hotel Ritter
Continuando por la Hauptstrasse se llega a la plaza más famosa de la ciudad, la Marktplatz o Plaza del Mercado, que debe su nombre a que en ella se celebraba el mercado durante la Edad Media. Esta plaza es el corazón del casco antiguo y en ella se pueden ver algunos de los edificios principales como el Ayuntamiento (donde está la oficina de turismo), la impresionante fachada del hotel zum Ritter St Georg, el más antiguo de la ciudad, o la Iglesia del Espíritu Santo, espectacular, con un exterior llamativo en tonos rojos y unos curiosos tejadillos para puestos adosados que la rodean por completo a pie de calle; en el interior, destacan los altos arcos ojivales sostenidos por  columnas de tonos rosados. En la entrada hay un muñeco playmobil gigante. En el centro de la plaza se alza la fuente de Hércules.

La ciudad de Heidelberg es conocida por su ambiente universitario y en ella se encuentra la universidad más antigua del país (1386) y una de las mejores y más prestigiosas. Es una ciudad universitaria por excelencia que cuenta con 40000 alumnos y 12 facultades. El 30% son estudiantes extranjeros que vienen de todo el mundo. La universidad es pública y para acceder a ella sólo se exige un buen expediente, de ahí su prestigio y nivel. Su lema es “abierta a todo el mundo”. Como curiosidad, de ella han salido 11 premios Nobel.

El edificio de la universidad vieja se encuentra en la plaza del mismo nombre. Como curiosidad, en la parte trasera del mismo, en una estrecha callejuela se puede visitar la antigua “cárcel de estudiantes”; se encuentra en la última planta y se trata de unas celdas donde se recluía durante días a los estudiantes que cometían faltas menores. Al final se convirtió en tradición y todo estudiante que se preciara debía pasar por ellas en algún momento.

Muy cerca de la universidad merece la pena hacer una visita a la Iglesia de los Jesuitas (con el interior todo blanco con algún dorado, incluido el órgano que es totalmente de este color), una iglesia construida entre los años 1712-1759 con una torre alta neobarroca que se le agregó en la segunda mitad del siglo XIX. Actualmente, la iglesia alberga también un museo de arte sacro, donde se pueden ver vestimentas históricas, vasijas litúrgicas y pinturas.

Finaliza nuestro recorrido en el Puente Antiguo o de  Carlos Teodoro desde donde se disfrutan unas bonitas vistas del entorno. Este puente conecta la ciudad vieja con la otra orilla del río. Fue construido en el siglo XVIII por orden del príncipe que le da nombre y a él se accede por la rückentor (Puerta del Puente) flanqueada por dos torreones redondos gemelos rematados con cúpulas. 

Justo al lado de la puerta se puede ver la estatua en bronce de un mono sujetando  un plato/espejo con las manos. Es hoy día una de las atracciones de la ciudad (pese a que se colocó aquí en 1979). Según se cuenta, hay que tocar el plato para tener prosperidad, y los pies para volver a la ciudad, Ni qué decir tiene que el plato y los pies del mono están relucientes.

Tras comer en un restaurante local, salimos hacia Baden-Baden, una de las estaciones termales más lujosas de Europa, a 1 hora más o menos de Heidelberg.

La ciudad no está mal pero tampoco nos ha gustado excesivamente (aunque no ha habido mucho tiempo para recorrerla)

El autobús nos ha dejado en la  Festspielhaus Baden-Baden (Casa de los Festivales de Baden-Baden) ya que no se puede acceder a la ciudad en transporte porque es totalmente peatonal.

Este edificio es bastante reciente (1998) y fue concebida desde sus inicios como una institución cultural privada, siendo el primer teatro de ópera europeo que no se financia a través del Estado. Tiene una capacidad de 2.500 espectadores y es la más grande de Alemania.

A continuación damos un paseo hasta el Casino que tiene una fachada muy bonita. Se puede entrar al hall que merece la pena, pero más allá no hemos podido porque había un concierto y a la zona de juego tampoco es posible entrar de visita. Tras el casino se extiende un parque muy grande que en época de mejor tiempo debe de ser bastante agradable.


Desde ahí bajamos a la zona de las termas. Baden-Baden es famosa por sus aguas termales que han sido utilizadas con fines terapéuticos desde la época romana, cuando se construyeron las primeras instalaciones de baño en la ciudad. Merece la pena dar un paseo por los alrededores ya que los edificios son muy elegantes. Lamentablemente no hay tiempo para entrar y darnos unos baños.

Desde aquí, ya atardeciendo nos dirigimos a la ciudad de Estrasburgo donde nos alojamos en el hotel ibis Styles Strasbourg Nord Palais des Congrès (Ver crítica en Tripadvisor:  https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g1079304-d280962-r1035198112-Ibis_Styles_Strasbourg_Nord_Palais_Des_Congres-Schiltigheim_Strasbourg_Bas_Rhin.html)

 

LUNES, 5             ESTRASBURGO

 

Estrasburgo es, sin duda, una de las ciudades más her­mosas de Europa y la que más nos ha gustado de este circuito. Declarada ciudad Patri­monio de la Humanidad por la Unesco, es sede de varias organizaciones importantes europeas y, destaca por tener un precioso centro histórico. 

Antes de iniciar el recorrido por el casco histórico hemos realizado en el bus una visita panorámica por los barrios más modernos y más alejados del centro, barrios repletos de construcciones modernas y espectaculares, construidas por grandes arquitectos,  incluso una iglesia ortodoxa muy bonita regalada por Putin.

En esta zona se encuentra también la sede del Parlamento Europeo.  Es un edificio inmenso, con mucho cristal de líneas curvas y es impresionante luciendo en su fachada todas las banderas de Europa; una institución que no sirve prácticamente para nada salvo para colocar a algunos gandules y caraduras, pero ahí está costándonos una millonada. Tan mona.



En la zona también hay otros edificios importantes como el llamado “periscopio” (muy original y cuyo nombre se debe a su forma), el tribunal de derechos humanos (otra institución de bonito nombre y absolutamente inútil), en fin, una serie de edificios muy interesantes más por su arquitectura que por su funcionalidad real, todos ellos rodeados de  parques y jardines.

Terminado el recorrido hemos iniciado a pie la visita del casco antiguo. Toda esta zona estaba originariamente organizada por gremios y algunos de ellos, como el gremio de curtidores que es el primero que hemos visto, en el que las casas en los áticos tenían las zonas de almacenes con ventanas abiertas para que se secara las pinturas. O el trigo, si era el caso.

A continuación hemos visitado la iglesia de Santo Tomás, en la plaza del mismo nombre. En ella se encuentra un monumento muy importante construido a un personaje protestante llamado Mauricio de Saboya quien no pudo ser enterrado en una iglesia católica, y fue enterrado aquí ; en su honor se construyó un mausoleo en mármol que está dentro de la catedral y que se puede visitar.


A partir de ahí vemos también la zona que llaman “de de los tamales” donde lo más relevante es la antigua fábrica de hielo que tuvo gran solvencia en su momento y pingües beneficios económicos.

Adentrándonos al centro se puede recorrer uno de los barrios más famosos de la ciudad “el barrio de los impresores” debido a gran cantidad de negocios de este tipo que había. En ese barrio se instaló Gutemberg del que se dice que inventó la imprenta, lo cual no es cierto ya que la imprenta se inventó en China con piezas de porcelana y madera en el siglo VII. Gutemberg emigró a Estrasburgo en 1434 donde se estableció como orfebre. En esa época ya había muchas imprentas funcionando aunque las piezas utilizadas eran de madera y, al moverse un poco,  quedaba una impresión borrosa; la invención de Gutemberg fue transformar las piezas de madera a metal con lo que la impresión era perfecta.

Hoy quedan muy pocas imprentas artesanales que sigan funcionando.

Desde aquí continuamos el paseo a uno de los puntos más fotografiados de la ciudad, entre los dos canales navegables; desde ahí se ven muy bien  las exclusas y las dos torres de acceso a los canales una de las cuales ha sido cárcel y se denomina “ la torre del verdugo”, no porque en ella viviera este personaje sino porque ahí se encerraban los presos a los que él ejecutaba más tarde. 


A continuación, recorremos las callejas de la llamada Petit Franz, la pequeña Francia, un barrio muy bonito y coqueto con casas de entramado en madera y entre canales. 



Comemos en un restaurante y tras la comida nos separamos del grupo y nos dirigimos hacia la Catedral de Notre Dame. La entrada a la catedral es gratuita y nos ha sorprendido muchísimo. Es una catedral impresionante, con 142 mt. de altura, una obra maestra del gótico europeo, en piedra arenisca rosa y con sólo una torre. Es comparable a la de Colonia. Espectacular.




En el interior encontramos una única nave alta y esberta. Las vidrieras del s. XII al s. XIV y el rosetón son maravillosos. El monumental órgano posee una caja adornada con autómatas. Algo que llama mucho la atención es el espectacular reloj astronómico, de época renacentista pero cuyo mecanismo data de 1842. Lo que más atrae a los turistas son los autómatas que se mueven con las horas, las medias horas y los cuartos; y una vez al día, a las 12:30, en la planta desfilan, los 12 apóstoles delante de Jesús, mientras canta y se agita un gallo en la parte superior izquierda del reloj. Desgraciadamente nosotros no hemos llegado a tiempo.

Finalizada la visita de la catedral decidimos contratar un paseo en barco por los canales que es algo muy típico. La empresa que los realiza se llama  Batorama, y tiene las oficinas justo al lado de la catedral. Los paseos por los canales tienen una duración de 1 hora y media. El horario es amplio y hay diferentes opciones de recorridos; los tickets cuestan 16 € por adulto. Nosotros hemos cogido el barco de las 15:30 y, aunque las colas suelen ser muy largas, a esa hora no había demasiada gente y hemos cogido muy buen sitio. Es una actividad muy recomendable.

El embarcadero está situado en la Place du Marché aux Poissons, al lado de la plaza de la catedral y los barcos recorren todos los canales de la ciudad en una ruta circular, atravesando incluso dos exclusas para salvar el nivel del agua y llega hasta en la zona de las administraciones , el Parlamento Europeo, el Tribunal de Derechos Humanos …

Cerca del embarcadero, al otro lado del canal, se puede visitar un museo pequeño y quizá no muy conocido  pero que nosotros podemos recomendar porque es interesante y se encuentra en un precioso edificio, el Museo Alsaciano, que recoge  muestras de artes y tradiciones populares. La casa en sí ya merece una visita y en el interior se exponen a lo largo de pequeñas salas colecciones de trajes, estampas, juguetes y reconstituciones de interiores alsacianos, como el laboratorio del apotecario alquimista o las habitaciones revestidas de madera con camas cerradas y muebles de madera pintada.


El museo cierra los martes. El precio son 7,5€ y reducido 3,5€. Para discapacitados es gratis junto con un acompañante. En nuestro caso, íbamos dos discapacitados y pasamos los cuatro gratis.

Cuando salimos del museo vimos que había un trenecito turístico que recorría el casco antiguo y decidimos subirnos a él. Por 9€ y durante casi una hora hemos recorrido cómodamente la ciudad vieja escuchando con auriculares (en el idioma elegido) algunas explicaciones de lo que íbamos viendo. Para finalizar la ruta hemos callejeado un poco más y rematado tomando unas bebidas en una terracita.

El colofón del día en Estrasburgo ha sido la cena que habíamos reservado por nuestra cuenta en un restaurante, junto frente a la catedral, llamado AunGurtierhoft (https://www.gurtlerhoft.fr/le-restaurant) todo un acierto y muy, muy recomendable: el personal, estupendo,  con un trato exquisito; el local, muy bonito, una cueva del siglo XIV decorada con mucho gusto; la comida, riquísima y, finalmente, el precio han sido bastante correcto (dos menús alsacianos , 23€, con bebidas aparte)

Tras la cena  hemos dado un último por el centro para ver la catedral iluminada, que es una maravilla, y hemos cogido el tranvía para volver a nuestro hotel (ibis Styles  Strasbourg Nord Palais des Congrès; que está lejos del centro (la línea B, en seis paradas (Futura Glacière) te deja en la misma puerta)


Sin duda, esta ha sido la ciudad que más nos ha gustado del viaje y merece sin duda otra escapada de varios días para conocerla en profundidad.

 

Martes, 6     COLMAR (Francia) – FRIBURGO (Suiza) - SELVA NEGRA: DONAUESCHINGEN                                                                                                                                                    

Tras el desayuno salimos hacia Colmar, otro punto fuerte del viaje para nosotros ya que teníamos muchas ganas de conocer este pueblo que habíamos visto mil veces en fotos.

Aunque todavía no estaba en todo su esplendor, debido a la temporada,  no nos ha defraudado. Su centro histórico, declarado zona protección, presenta una homogeneidad excepcional y lo hemos recorrido en su totalidad ya que no es muy grande. El único problema es que estaba a rebosar de turistas.

Comenzamos la ruta por el centro en dirección a la Colegiata de San Martín ya que en Colmar no hay catedral sino Colegiata siendo una de las iglesias góticas más importante de Alsacia. Se construyó en el siglo XII, en estilo románico, y se reconvirtió al gótico en 1260. Impresionante.

Justo frente a la puerta de la Colegiata se puede ver un curioso balcón renacentista de piedra redondeado que era la antigua sede del cuerpo de guardia.

Durante el paseo, hemos visto desde el exterior el Museo Bartholdi, el creador de la famosa estatua de la Libertad de Nueva York, ubicado en su casa natal. En el exterior hay una curiosa escultura.


Uno de los atractivos de la ciudad  la casa “Koifhus” o antigua aduana, un precioso edificio del siglo XVI, con una llamativa fachada decorada con tallas intrincadas y otros adornos; en el interior alberga un mercado artesanal. Está compuesto por dos edificios originales, uno de estilo gótico-renacentista y el otro en forma de torre octogonal. El Koifhus fue el centro económico y político de la Colmar medieval, donde se recaudaban los derechos de aduana, de ahí su nombre. También es llamativo el tejado de plaquetas verdes y blancas haciendo rombos.

A continuación recorremos el barrio de los curtidores donde este gremio estuvo operativo hasta el siglo XIX; pese a la zona está bastante restaurada es maravillosa con sus callecitas de casas de colores, estrechas y altas, con entramado de madera, que datan de los siglos XVII y XVIII. En la parte más alta se encontraba el granero que era indispensable para el secado de las pieles.


Terminamos nuestro recorrido en el muelle del mer­cado de pescado, conocido como la “Pe­queña Venezia”. Hacemos unas fotos en el puente más típico de la ciudad y rematamos en el mercado cubierto tomando unos vinos de Alsacia.


Desde aquí volvemos al autobús para dirigirnos a Friburgo en Brisgau (Suiza) descendiendo por el terrible valle del infierno con su famoso salto del cier­vo. Un paisaje espectacular.

Lo primero que hacemos en Friburgo es ir directamente a comer, un local correcto pero no destacable. La primera impresión es que es una ciudad muy limpia y elegante.

Friburgo es una ciudad totalmente ecológica muy cuidadosa con el medio ambiente y rodeada de verde; de hecho, es una de las ciudades más verdes de Alemania, relativamente grande y muy animada. Hay poquísima inmigración. 

Nos ha llamado bastante la atención algo muy característico en la ciudad y que no habíamos visto antes: los “canalillos” que son una especie de canales que discurren por todas las calles y que llevan agua pura de un río que queda un poco más arriba. 

Esta idea surgió en la Edad Media cuando se construyó la ciudad para que la gente tuviera agua corriente cuando hicieron estos canales y las personas solo tenían que salir a su puerta y coger agua potable o el agua que necesitan directamente del canal. Fue una de las primeras ciudades que tuvo agua corriente y aún siguen ahí.

Recorremos el centro con un guía local y recorremos lo más emblemático como la catedral gótica que se encuentra en la plaza del mismo nombre. 

Desde el exterior llama la atención su esbelta torre y tanto el vestíbulo como la portada oeste están poblados de esculturas de finales del siglo XIII, que representan a Satanás  y a diversos personaje bíblicos. En el interior, la nave principal también está embellecida con una interesante estatuaria.

Es imprescindible deterenrse en el pórtico policromado es una maravilla y se conserva maravillosamente bien.


A continuación seguimos dando un paseo contemplando los innumerables edi­ficios góticos, que evocan la riqueza de los comerciantes de la época. Pasamos por la casa donde vivió Erasmo de Rotterdam, con un balcón rosa y dorado rococó muy recargado y llamativo.


Finalizada la ruta con el guía el grupo se queda en una cervecería típica de cerveza artesanal (que está hasta los topes de gente) y nosotros nos vamos al centro de compras a buscar un jersey cosa que no logramos porque aquí ya sólo hay ropa de verano (¡increíble!).

Finalizada la visita de Friburgo nos dirigimos a Alemania, a la zona de la Selva Negra y en concreto a l localidad de  Donaueschingen donde se encuentra nuestro hotel Wyndham Garden Donaueschingen. (ver crítica en Trip Advisor https://www.tripadvisor.es/ShowUserReviews-g227876-d621242-r1035204491-Wyndham_Garden_Donaueschingen-Donaueschingen_Baden_Wurttemberg.html)

 

Miércoles, 7      LAGO DE CONSTANZA - MEERSBURG

 

Hoy visitamos el lago Constanza cruzando la frontera de Suiza y la localidad del mismo nombre.

OJO: un momento por lo que hay que estar atentos para desconectar los móviles mientras se está en Suiza porque alno es de la Unión Europea el rooming nos puede dar un susto, es carísimo.

La ciudad de Constanza es una ciudad muy bonita y agradable, a orillas del lago. Hacemos una ruta por la que, como no tenemos mucho tiempo, hemos visitado la catedral de Nuestra Señora de estilo gótico europeo y, como todas ellas, interesante por dentro con sus tres naves, y por fuera; aunque toda la fachada se encuentra ahora mismo en obras y no podemos disfrutarla en su magnitud.
Esta basílica católica romana ha sido un importante punto de referencia religioso y cultural durante siglos. Lo que más llama la atención es su imponente aguja neogótica, añadida en el siglo XIX.

En su interior, en la crpta, se encuentran las reliquias y restos de San Pelayo, el niño mártir patrósn de Constanza.

Después, callejeamos un poco paseando por las intrincadas y adoquinadas calles de la ciudad, viendo las bonitas construcciones de casas con los travesaños con estructuras de madera que son las típicas construcciones alemanas.

A continuación nos dirigimos al puerto presidido por una estatua muy curiosa que se llama Imperia, una figura realizada en hormigón de 9 mt. de altura y con un peso de 18 toneladas. Imperia representa a una mujer que, en la etapa de los Papas y siendo una prostituta, se acostaba con unos y con otros y vendió información a unos y a otros. Es una estatua giratoria que tarda en girar completamente siete minutos; en una mano tiene un Papa y en la otra, un emperador simbolizando que maneja a ambos. Es una estatua bastante impresionante. Hacemos unas fotos y tomamos el autobús para dirigirnos al puerto del ferry. 





Allí lo abordamos y, junto con nuestro autobús, cruzamos al lado opuesto del lago en 15 minutos, desembarcando en la pequeña localidad de Meersburgh, que es un pueblo muy, muy bonito a la orilla del lago. Comemos en este bello pueblo y pasamos el resto de la tarde recorriendo la localidad que tiene las típicas casas alemanas con intrincado de madera. El pueblo está muy cuidado y limpio, como todos aquí.

Algo que llama la atención en todos estos pueblecitos alemanes de la zona de la Selva Negra son las lilas moradas que las tienen por todos sitios; son gigantes y preciosas y estaban en toda su plenitud.

Lo primero que se distingue al llegar es la bonita iglesia que domina el pueblo desde arriba del monte en cuya falda se localizan las viviendas. Entre el lago y la iglesia destacan también el Neues Schloss, un palacio barroco del siglo XVIII, y el Burg Meersburg, el castillo habitado más antiguo de Alemania. Ambos se pueden visitar.



Nosotros nos decidimos por el Palacio Nuevo en primer lugar porque había menos gente.

La entrada al palacio cuesta 6€ (incluye una audioguía gratuita) y casi no hay descuentos por otras cuestiones como discapacidad o jubilados.

El edificio impacta tanto desde el exterior como en el interior y fue residencia oficial de varios príncipes-obispors.  Tiene una impresionante fachada barroca rematada con estatuas.

El interior, todo en mármol, presidido por una enorme escalera, tiene dos pisos: en el bajo hay salones y una terraza preciosa desde la que la que se divisa la ciudad antigua y el lago; en la primera planta hay algunos servicios, y en la segunda está el museo que son las habitaciones y dependencias donde vivió el príncipe-obispo Johann Schenk zu Landsberg tras mudarse de forma permanente allí en 1710. Gran parte del mobiliario del museo y de otras salas del palacio es original. Merece la pena mucho la visita.

 A continuación nos dirigimos a visitar el castillo antiguo. Está muy bien conservado y es una visita muy recomendable porque se conserva tal cual en la época en que fue construido, pero es bastante cara la entrada (12,80 €) En la entrada entregan un folleto en diferentes idiomas, pero (¡después de cobrar 12,80!) hay que pagar 1€ por el folletito que además presenta bastantes incorrecciones (la numeración que tienen los aposentos no se corresponde con la numeración del folleto por lo que es bastante lioso). El castillo es de gestión privada.

OBSERVACIÓN: Estos monumentos y museos tienen una pega, en nuestra opinión, y es que, como pasa en la mayoría de los que estamos viendo y otros lugares turísticos en esta zona de Alemania, toda la cartelería está exclusivamente en alemán, ni siquiera en inglés, y aunque dan alguna información, es un engorro para el turista. Creemos que deberían poner, como se pone en otros sitios, la cartelería, al menos,  en inglés.

La estructura actual es principalmente medieval con adiciones posteriores aunque su torre central data del siglo VII. El llamado “Palacio Antiguo” fue también residencia de los príncipes-obispos de Constanza durante siglos.


A pesar de ser propiedad privada y estar habitado, una sección está abierta al público, en total son 39 dependencias las que se visitan, todas ellas con mobiliario de época, una cocina medieval, una sala de armas, la cárcel, la capilla. La verdad es que se dedica un buen rato a recorrer todas las salas.

Además de todo lo anterior se visita el ala donde vivió la famosa poetisa alemana Annette von Droste-Hülshoff quien pasó los últimos ocho años de su vida (1841-1848) en este castillo. Se conserva el escritorio y la habitación donde murió así como bastantes de sus escritos.

Finalmente nos ha llamado la atención un gran pasillo sobre la roca natural en la que se encuentran los 44 escudos de los príncipes-obispos del principado-obispado de Constanza, tanto los que residieron en el castillo viejo (desde 1212) hasta los del nuevo (desde 1710 hasta 1803).

De vuelta al pueblo del hotel, damos un paseo por los alrededores para conocer un poco Donaueschingen. El es muy normalito a excepción de alguna escultura un tanto estrafalaria que encontramos por el camino.

Nos acercamos hasta el Palacio, que encontramos cerrado y también a la famosa "Fuente del Danubio", uno de los atractivos del lugar donde se dice que nace el río. Es un estanque circular, un lugar recogido, romántico y agradable. Se encuentra justo al lado del Palacio desde cuya terraza se puede observar, Hay ascensor para bajar hasta él. 



Jueves, 8             SELVA NEGRA: GUTACH - TRIBERG - LAGO TITISEE

 

A partir de hoy el viaje incluía recorrer otras zonas y localidades de la Selva Negra, pero desgraciadamente, de madrugada, tenemos que volver precipitadamente a España debido al fallecimiento de un familiar muy cercano.

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